Un caso Weinstein entre la
alta sociedad sevillana
El
psiquiatra Javier Criado declara ante a juez acusado de un delito vejaciones
contra la integridad moral de una paciente. Una treintena de mujeres lo
denunció por abuso sexual y mala praxis, pero todos los delitos habían
prescrito. Él lo niega y las acusa de “conspiración y ánimo de venganza”
Público
SEVILLA
DANIEL CELA
El caso del
multimillonario productor de cine Harvey Weinstein, repudiado por Hollywood
tras la oleada de denuncias por abuso sexual de un centenar de actrices, ha
dado un giro imprevisto a la lectura que se está haciendo de un caso similar
que conmocionó Sevilla y que este martes ha llegado a juicio. El caso del
psiquiatra Javier Criado, célebre por contar entre sus pacientes a reconocidos
personajes de la alta sociedad sevillana, incluida la aristocracia, y más
tarde tristemente célebre cuando una treintena de mujeres lo denunció, entre
otros delitos, por abusos sexuales continuados. Entre las denunciantes estaba Matilde
Solis, exmujer del Duque de Alba, que le responsabilizó directamente de su
intento de suicidio por disparo de escopeta en 1999.
El caso del
psiquiatra Javier Criado guarda más de un paralelismo con el de Harvey
Weinstein, porque también aquí las supuestas situaciones de abuso sexual que se
denunciaron venían de muy atrás en el tiempo y, en algunos casos, se habían
prolongado durante años (entre septiembre de 1985 y enero de 2008). Las
mujeres tardaron años en denunciarle, “por vergüenza”, “por sentimiento de
culpabilidad”, “para evitar que sus nombres salieran a la luz”, dice Carmen
Victorino, una de las afectadas, pero en 2015 sucedió algo que lo cambió todo:
Solis publicó en su Facebook una carta donde acusó a su antiguo psiquiatra de
haber abusado sexualmente de ella, aprovechando su vulnerabilidad emocional en
ese momento, su “enfermedad y su “desesperación”.
La
notoriedad pública de la aristócrata y de Criado ayudó a difundir la carta por
los medios de comunicación y así fue cómo otras mujeres reconocieron haber
sufrido abusos similares por parte de aquel médico, contactaron unas con otras
a través de las redes sociales, se organizaron en una asociación (Veritas) y
decidieron denunciar. En un primer momento fueron 32 las mujeres que
denunciaron a Criado ante el Colegio de Médicos. A los juzgados llegaron nueve
querellas, pero un año después la justicia ya había archivado prácticamente
todas.
Fueron 32
las mujeres que denunciaron a Criado ante el Colegio de Médicos. A los juzgados
llegaron nueve querellas. Un año después la justicia archivó casi todas
Fue un grupo
de ocho mujeres las que mantuvo las denuncias contra el famoso psiquiatra
sevillano por un delito continuado de intrusismo profesional, omisión del deber
de socorro, un delito continuado contra la integridad moral, tres delitos
continuados de abuso sexual, dos delitos de abuso sexual, y uno de inducción al
suicidio. Ocho de los nueve casos habían prescrito. La jueza que instruyó
el caso argumentó que entre la fecha en la que se produjeron los hechos y la
presentación de la denuncia se superaban ampliamente los plazos de prescripción
de tres, cinco y diez años previstos para los delitos objeto de la querella
presentada contra Criado.
La
investigación siguió adelante únicamente sobre el delito de vejaciones contra
la integridad moral, la única denuncia que no había prescrito, porque los hechos denunciados
tuvieron lugar en enero de 2015, apenas unos meses antes de que saltara el
escándalo a raíz de la carta de Matilde Solís. La última supuesta víctima del
psiquiatra, la mujer que este martes ha acudido a declarar en el juzgado de
instrucción 19 de Sevilla, horas antes de que también lo hiciera su presunto
agresor. Lo que queda vivo en los tribunales es un asunto menor si se compara
con las primeras denuncias, pero las mujeres afectadas no se han rendido y hace
unos días solicitaron al Colegio de Médicos la expulsión del psiquiatra, aunque
este organismo ha declinado hacerlo mientras no haya una sentencia
condenatoria.
El abogado
de Criado, el prestigioso Francisco Baena Bocanegra, ha intentado evitar este
momento, pero
finalmente el célebre psiquiatra ha acudido a testificar a los juzgados como
investigado (antes imputado) en fase de instrucción. El delito contra la
integridad moral, recogido en el artículo 173.1 del Código Penal, castiga con
una pena de entre seis meses y dos años de prisión a quien “infligiera a otra
persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral”. El
psiquiatra, aún en activo, también se expone a ser inhabilitado.
Aunque sus
denuncias prescribieron, algunas de las mujeres que acusaron a Criado,
agrupadas en la asociación Veritas, se han apostado este martes a las puertas
del juzgado para apoyar a la única de ellas que aún mantiene viva su causa en
los tribunales. Y para “mirar a los ojos” a su antiguo psiquiatra, que ha
pasado por delante de ellas y de una pancarta donde se leía: El dolor de las
víctimas no prescribe. La culpa del abusador tampoco. Justo al entrar,
el médico ha oído cómo le gritaban: “¡Ni una más, ni una más!”.
“Conspiración y ánimo de venganza”
Javier
Criado ha estado 45 minutos declarando, sólo ha respondido a preguntas
de la jueza y de su abogado, y ha negado todas las acusaciones. Fuentes
presentes en el interrogatorio aseguran que al psiquiatra se mostró incómodo
cuando la magistrada le preguntó por las denuncias de otras mujeres. Su abogado
protestó, porque son casos prescritos y porque no quería vincularlos con
aquella denuncia, pero la jueza insistió en preguntar.
Criado acusó
entonces a todas las mujeres de actuar “con ánimo de venganza” contra él y
denunció que “se habían puesto de acuerdo a través del teléfono móvil”, explica
la abogada de la denunciante, Inmaculada Torres. “La jueza volvió a
preguntarle cómo podían coincidir tanto las denuncias de tantas mujeres que,
hasta el momento de interponer la querella, no se conocían entre sí. Él no ha
sabido dar una explicación coherente”, dice Torres, que confía en que la
magistrada eleve el caso a la vía Penal. Según la versión del psiquiatra, las
32 mujeres que le han denunciado se vengan porque él les negó los informes que
le pedían, “para una baja laboral o para denunciar a su marido por violencia de
género”. ¿Todas?, le habría repreguntado la jueza, a lo que éste replicó que se
trababa de “una conspiración” contra él. El abogado de Criado, Enrique del Río,
ha declinado hablar con la prensa, tan sólo ha subrayado que su cliente es un
médico reputado con 50 años de profesión a sus espaldas.
No todas las
mujeres que en su día denunciaron al psiquiatra son capaces aún de hablar en
público, algunas incluso firmaron la denuncia, pero no se lo han contado ni a
sus familias ni a sus amigos. Otras han decidido dar la cara y hablar con
nombres y apellidos después de muchos años guardando silencio por “miedo,
culpabilidad y vergüenza”. Todas cuentan una historia terrible con muchos
puntos en terrible: acudieron al psiquiatra con “la capacidad mental mermada”,
en busca de ayuda, y ahora recuerdan cómo Criado les recetaba “una montaña
de ansiolíticos y antidepresivos” que las “anulaban”, practicaba con ellas “la
hipnosis” y las “dejaba postradas y sin voluntad en el diván”, donde
supuestamente se produjeron tocamientos, masturbaciones frente a ellas y otro
tipo de vejaciones, humillaciones y abusos sexuales. Algunas eran adolescentes
cuando sufrieron los presuntos abusos y han tardado 35 años en hacerlo público.
Criado es
muy conocido entre la alta sociedad sevillana y a sus 67 años aún mantiene su
clínica abierta. Fue sobrino del exalcalde de Sevilla entre 1968 y 1975 Juan
Fernández, columnista en ABC y presentador de un programa de Canal Sur.
Durante seis años fue hermano mayor de la Hermandad de Pasión, una de las
cofradías más señeras de la capital andaluza, que ha mantenido una histórica
vinculación con la familia real española desde 1844. Abandonó el puesto al poco
de hacerse público el escándalo.
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