Aplausos
tenebrosos en un día aciago
27/10/2017
ElHuffPost
Hoy es una jornada negra. La constatación de un fracaso de dimensiones aún
no previsibles. El temido 155 ya tiene permiso del Senado para su aplicación y
el Parlament aprueba la resolución para declarar la independencia.
Lamentable noticia, que sin embargo ha sido ampliamente aplaudida y
vitoreada por los 149 senadores y los diputados invitados del PP en el Senado y
por los diputados de Junts pel Si y la CUP, en el Parlament de Cataluña.
Les quemaban las manos, pero enfervorecidos intensificaban el tono para que
retumbara en las cámaras, en las que hoy se estaba escribiendo un episodio para
la historia, del que será difícil enorgullecerse.
Los primeros aplausos se escucharon en el pleno del Senado. El presidente
de todos los españoles, el que desde la tribuna acababa de definir y defender
la palabra diálogo, se levantaba y saludaba a su bancada como un torero al que
aclama la plaza. ¿Es un triunfo la terrible situación a la que nos ha abocado
la falta de política, de estadistas, cuando más se necesitaba?
Mientras, corría la resolución de Junts Pel Si y la CUP en modo declaración
de independencia: "Constituir una república catalana como estado
independiente, soberano, democrático y social". Y se anticipaban también
los aplausos atronadores en el Parlament al aprobarse, como así ha sucedido
unos horas después, la vía libre a la independencia, con la ausencia de PP,
Ciudadanos y el PSC. ¿En serio hay algo que celebrar?
Habrá que
empezar a evaluar los daños colaterales que ha provocado en los diversos
partidos. El relato, de nuevo, como tabla de salvación ante los votantes.
Al contrario de lo que suele pasar, los pasillos de esta cámara tan
denostada eran un hervidero. Sorprendía la amabilidad con la que miembros del
Gobierno y dirigentes del PP se paraban en los corrillos de periodistas. Cuando
interesa explicar y que se difunda la versión oficial, se paran y no les
importa repetir una y otra vez la misma respuesta.
A diferencia de anoche, casi nadie esperaba ya un milagro. Hasta dónde
llegará el control sobre TV3 era uno de los asuntos más debatidos entre
periodistas y políticos. Corría de acá para allá José Luis Ayllón, secretario
de Estado para las Cortes y una de las personas que más activamente ha estado
participando en negociaciones varias como hombre de confianza de la
vicepresidenta. Entraba en el despacho donde los asesores trabajaban para que
el PSOE aceptara una enmienda transaccional sobre el control a TV3 y salía
disparado a la zona de Gobierno previa parada con los periodistas que
demandábamos un poco de luz.
En otro corrillo, Martínez Maíllo, coordinador general del PP, interpretaba
la retirada en el último momento de la debatida enmienda socialista que pedía
la retirada del 155 a cambio de la convocatoria de elecciones por Puigdemont,
como un fracaso de Sánchez. Difícil justificar el apoyo al Govern cuando
anuncian que van a declarar la independencia, decía. Finalmente, el PP aceptó
la enmienda socialista para limitar el control sobre los medios catalanes. No
romper la unidad con Pedro Sánchez es una orden clara de Rajoy.
Entre tanto guirigay, Ramón Espinar, portavoz de Podemos, no ha parado de pasearse
por los pasillos. Pero hoy no es el objetivo de la prensa, por mucho que pise
los pasos a los ministros y al presidente. Ya en la tribuna, las declaraciones
de Carolina Bescansa, la última de las fundadoras de Podemos en ser
oficialmente apartada del núcleo, pesaban tanto que Espinar ha tenido que
aclarar que "Nosotros no somos independentistas". Cada uno con su
'subtema'. Y es que las ramificaciones del 155 van más allá de Cataluña. Habrá
que empezar a evaluar los daños colaterales que ha provocado en los diversos
partidos. El relato, de nuevo, como tabla de salvación ante los votantes. Y
estos días vamos a escuchar tantas versiones que conviene ir haciéndose una
lista en Spotify.
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