Siete cosas
que deberías saber si vas a practicar sexo anal por primera vez
No es tan inusual.
21/10/2017
ElHuffPost
Puede que si tu
abuela oye hablar de sexo anal se eche las
manos a la cabeza, pero cada vez hay más parejas heterosexuales que lo
incorporan a su vida amorosa.
Este cambio se debe,
en parte, a que es muy habitual ver sexo anal en el porno, pero también a lo
placentero que puede llegar a ser. De hecho, un estudio reveló que
el 94% de las mujeres heterosexuales podían alcanzar el orgasmo durante el sexo
anal (impresionante).
Por tanto, si te
estás planteando probar una ruta diferente en la cama la próxima vez, estas son
las siete cosas que deberías saber antes de nada:
1. No sois los únicos que practicáis sexo anal.
Una cosa es decirlo
y otra cosa es hacerlo. ¿O no? Quizá te sorprenda saber lo común que es el sexo
anal en la comunidad heterosexual de Reino Unido. Aunque un estudio de 2015 sugería que una de cada
tres mujeres había practicado sexo anal, hubo un segundo estudio —ligeramente
posterior— que descubrió que la cifra había aumentado al 40% (y probablemente
el porcentaje sea demasiado prudente).
2. Es más posible que practiques sexo anal si estás casado que si estás soltero.
La generación de Tinder tiene
colgado el sambenito de la promiscuidad sexual, pero resulta que el sexo anal
es más habitual entre parejas que entre desconocidos. Esta
investigación señala que, mientras el sexo anal era igual de
frecuente entre mujeres de todos los grupos raciales y orígenes étnicos, era
más habitual entre las que estaban casadas o convivían con su pareja (el 20% de
las participantes había practicado sexo anal en el último mes) que entre el
grupo de mujeres solteras. Ya sabéis, chicos.
3. Verás mucho más sexo anal en el porno que en la vida real.
A
pesar de que está aumentando la cantidad de personas que practican sexo anal,
sigue sin ser comparable a lo que muestra el porno. En un estudio de
2010, los investigadores estudiaron las 50 películas de porno
más populares y descubrieron 356 escenas de sexo anal, en el 55% de los casos
entre parejas heterosexuales. De acuerdo con Pornhub, las búsquedas sobre sexo anal han aumentado un 120% entre
2009 y 2015.
4. Hay que relajarse (y usar lubricante) para lograrlo con éxito.
Cuando Gwyneth Paltrow entrevistó al
psicoanalista y experto en sexología Paul Joannides y le preguntó
sobre los entresijos del sexo anal para su web Goop, él hizo mucho hincapié en
la importancia de entrenar los músculos del esfínter para relajarlos y
facilitar la penetración. Esto se debe a que los músculos "tienen un
reflejo automático si los aprietas desde fuera". Además, no conviene
escatimar en lubricante, ya que el ano no lubrica de forma natural igual que la
vagina. El Servicio Nacional de Salud de
Reino Unido (NHS) recomienda usar un lubricante a base de agua, que
se vende en farmacias.
5. Puede que a ti te apetezca por motivos muy diferentes a los de tu pareja.
Un estudio publicado en la revista médica BMJ
Open trató de ahondar en los motivos por los que los hombres y las mujeres
heterosexuales practican sexo anal, y descubrieron que sus razones eran
diferentes. Mientras que los hombres solían recurrir al sexo anal por placer y
por la hazaña sexual como macho, las mujeres mencionaban el miedo al dolor
físico y a la mala reputación, y decían hacerlo por dar placer a su pareja. Qué
decepción.
6. Tienes más riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS) durante el sexo anal.
Según el NHS, el sexo anal con penetración
conlleva un mayor riesgo de trasmitir una ETS que otros muchos tipos de
actividad sexual. Esto es así porque el revestimiento del ano es muy fino y se
puede dañar fácilmente, lo cual lo hace más vulnerable para una infección.
Aunque no puedes quedarte embarazada por sexo anal, asegúrate de usar condones
para protegerte a ti y a tu pareja.
7. Puedes estudiar sexo anal en la Universidad de Harvard.
Con el renombre y la
fama que preceden a la Universidad de Harvard, que no te sorprenda descubrir
que ofrecen una clase magistral sobre sexo anal
en la semana anual de sexo que organizan los estudiantes. En la clase se toca
una amplia variedad de temas, que van desde la anatomía sexual a la
conversación que puedes mantener con tu pareja, pasando por la preparación y la
higiene. ¿Dónde hay que firmar?
Este artículo
fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del
inglés por Marina Velasco Serrano
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