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domingo, 23 de febrero de 2025

 



Llegué al hotel después de un viaje largo y agotador, con mi fiel perro caminando a mi lado, su cola moviéndose de emoción. Mientras me acercaba a la recepción, mis ojos se posaron en un cartel enmarcado en el vestíbulo. Curioso, me acerqué para leerlo.

"Los perros son bienvenidos en este hotel. Nunca hemos tenido un perro que fumara en la cama y prendiera fuego a las mantas... Así que si tu perro puede responder por ti, tú también eres bienvenido."

No pude evitar sonreír. En un mundo donde los dueños de mascotas luchan por encontrar alojamientos que acepten a sus compañeros peludos, este lugar no solo los recibía, sino que lo hacía con un toque de humor y calidez. Mi perro me miró, como si pudiera sentir mi emoción, sus grandes ojos confiados confirmando lo que ya sabía: había encontrado un lugar que realmente entendía el vínculo entre humanos y animales.

Mientras tomaba la llave de mi habitación, sentí una profunda gratitud. Este hotel no solo me ofrecía una estancia, me ofrecía aceptación, el reconocimiento de que los perros no son solo animales—son familia.

Publicación de El planeta de los perros y gatos

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