García Ortiz: ¿un inocente en el banquillo por el desconocimiento de los jueces del oficio de periodista?
No creo que ninguno de los dos magistrados que han sentado en el banquillo al fiscal general lo hagan por mandato de nadie. Pero sí creo que han fallado
ElPlural
Loreto Ochando
30-7-25
El auto de la Sala de apelaciones del Tribunal Supremo que
finalmente sentará al fiscal
general del Estado en el banquillo demuestra una cosa: los
jueces ni conocen, ni entienden ni, mucho menos, saben cómo
funcionamos los periodistas. Llevo años escuchándoles
decir: “Los jueces hablamos con nuestros autos y sentencias”,
y lo hacen como excusa barata para no sentarse con nosotros.
Pues bien, mis queridos togados, creo que habéis sentado a un
inocente en el banquillo por no tener ni idea del funcionamiento de
la prensa. Así de simple a la par que lamentable. Ante las
posibles respuestas a este primer párrafo, si me lo permiten voy a
explicarme, pues hay varias afirmaciones en ese auto que me duelen
especialmente.
La principal, la que más me duele,
es que no se creen al compañero de la Cadena Ser, Miguel Ángel
Campos, porque, según afirman...si fuera verdad que hubiera
tenido una información tan relevante la habría publicado. Bueno, y
si ahora les digo que yo me enteré del famoso pitufeo del
ayuntamiento de Valencia antes que la UCO, y que me comí la
exclusiva con patatas porque primero quien me lo contó no me dejó
publicar (esa cosita llamada off the record), y luego los
investigadores me pidieron por favor que me callara y dije que sí,
qué me dicen. Pues como mi historia, las hay a patadas en este
oficio. La de Campos es una más de la larga lista.
Por eso, señorías, les digo que hacer esa afirmación es no
tener ni idea de cómo funciona un periodista. Pero ya se lo digo
yo: antes la vida que la fuente. La fuente de
información es sagrada. Es más sagrada que la familia o los amigos.
La fuente lo es todo. La fuente es Dios. Y el off the
record, sagrado.
Pero claro, para los jueces, poco dados a
sentarse con nosotros y mucho menos a escucharnos, es más sencillo
decir eso de que hablan con sus autos que asumir que no tienen ni
idea de cómo trabajamos o del oficio que ejercemos. Pues vale,
pues bien, pues de acuerdo…pero luego no se quejen de
que nos metamos con sus togas, sus puñetas y con su manía de
miccionar Chanel número 5. Eso por no hablar de su elitismo
que siempre nos deja fuera a los mismos, a los periodistas. El
día que se den cuenta de que somos una pieza más del engranaje de
la Justicia, la ciudadanía y el justiciable habrán ganado una
batalla crucial.
No voy a poner nombres en este artículo
porque, de verdad, que no hago una lectura política del auto, pero
sí periodística. No creo que ninguno de los dos
magistrados que han sentado en el banquillo al fiscal general lo
hagan por mandato de nadie. Pero sí creo que han fallado.
No adrede, pero sí por puro desconocimiento, pues de leyes sabrán
mucho pero de periodismo ya les digo yo que nada. Es mi opinión, y
es tan válida como la del que opine lo contrario.
Ahora
voy a la segunda parte. Hoy escribo en mi
artículo: “En cuanto al hecho de que varios periodistas hayan
afirmado en sede judicial que tuvieron acceso al famoso correo antes
que el fiscal general, dicen los dos magistrados que "es preciso
enfatizar que los periodistas que afirmaron conocer o haber visto el
correo de 2/02/24 se han acogido a su derecho al secreto profesional,
lo que priva a sus declaraciones de toda posibilidad de
corroboración, limitando objetivamente la fuerza probatoria de las
mismas", dejando así el derecho constitucional a no revelar una
fuente en entredicho, pues se pone en tela de juicio la veracidad de
sus declaraciones por proteger lo más sagrado que tiene un
periodista, sus fuentes, aún cuando no se pone en esa misma tela de
juicio sus publicaciones”.
Pues bien, retornando a lo de
antes…que varios periodistas afirmen que la filtración no vino del
fiscal general, pero se nieguen a decir el nombre de la fuente, no es
que mientan cuando su información publicada es fetén. Si
dicen que la fuente es otra, es que es otra. En su
declaración judicial podrían simplemente haber dicho que se acogían
a su derecho a no declarar porque cualquier dato podía afectar a la
fuente, pero no hicieron eso, les dijeron que no fue García Ortiz la
persona que filtró. Esos periodistas les estaban diciendo: “Que no
sale del fge” alto y claro. Pero vuelvo a lo mismo, y siento
ser reiterativa, porque si siguen negándose a tratar con nosotros, a
saber cómo trabajamos, cómo somos, a entendernos…y si
se siguen emperrando en vendernos la milonga de que hablan con autos
y sentencias…seguirán sentando inocentes en el banquillo cuando la
inocencia dependa de lo que declare un periodista.
Eso sí, me juego una cerveza a seguirán haciéndolo los mismos que, en ocasiones, cuando les ha interesado, cuando buscan titulares, cuando han querido lanzar mensajes más allá de sus autos, nos es que hayan “colaborado” con la prensa, es que nos han utilizado, pero claro, siempre con la ambigüedad de citar fuentes jurídicas, nunca judiciales no vaya a ser que se les viera la punta de la puñeta asomar por algún lado. Ustedes verán qué haces señorías.
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