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jueves, 24 de julio de 2025

 


Spanish Revolution

NO SOMOS COMO ELLOS”, DIJO MIENTRAS MENTÍA

Hay frases que resumen toda una época. Una de ellas es la que ha dejado escrita Noelia Núñez, diputada del PP, en su carta de dimisión: “La responsabilidad es la esencia de la libertad y yo asumo la mía. No, no somos como ellos”. Lo ha dicho mientras reconocía públicamente que falseó su currículum académico.

Una mujer que mintió sobre sus títulos, que infló su biografía con universidades fantasma, que formaba parte de la ejecutiva de Feijóo, y que ahora se presenta como mártir de una “campaña en redes” cuando lo que ha sufrido no es acoso, sino escrutinio. Lo que hay detrás no es una caída personal, sino un sistema impune que solo reacciona cuando el escándalo se hace viral. Si nadie lo hubiera publicado, ella seguiría ahí. Y ellos, los que “no son como los demás”, lo habrían vuelto a tapar.

Porque si algo ha demostrado la derecha española es que puede soportar la mentira mientras no suponga un coste mediático. Feijóo no pidió su dimisión. No la cesaron. Solo se fue cuando la red ardía. Como ardía con Cifuentes, con Álvarez de Toledo, con Casado y sus másteres, con Ayuso y sus papers sin leer, con Montoro y sus compatibilidades, con tantos otros. Noelia Núñez es solo una más. El PP no tiene un problema con los títulos: tiene un problema con la verdad.

Esta dimisión, presentada como acto honorable, es en realidad una rendición obligada. Pero incluso entonces, se permiten una última impostura: “no somos como ellos”. ¿Quiénes son “ellos”? ¿La izquierda? ¿La prensa crítica? ¿La ciudadanía que pregunta? El PP lleva décadas construyendo un relato en el que toda corrupción es una caza de brujas y toda crítica, una conspiración. Incluso cuando confiesan, lo hacen con desprecio. Incluso cuando dimiten, se revisten de dignidad.

Y sin embargo, esa frase —tan reveladora como grotesca— es útil. Porque nos recuerda que la mentira institucional no se cura con dimisiones, sino con memoria. Que no basta con que caigan piezas menores: hay que desmontar el tablero entero. No podemos seguir dejando que quien falsea su formación lidere políticas educativas. Ni que quien niega su corrupción gestione nuestro dinero. Ni que quien banaliza la mentira se declare víctima de la verdad.

La regeneración no se declama: se demuestra. Pero la derecha española no quiere regenerarse. Quiere silenciar a quien la desenmascara. Por eso cargan contra las redes mientras las usan para difundir bulos. Por eso se escandalizan de una dimisión mientras aplauden una mentira. Por eso siguen gobernando regiones enteras mientras su currículo es una sucesión de fraudes, plagios y favores cruzados.

No somos como ellos”, dicen. Y es verdad. Porque nadie miente tanto y cae tan poco como ellos.


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