En España se ha consolidado una maquinaria de demolición política que opera a plena luz del día. Se llama Manos Limpias, Hazte Oír y Abogados Cristianos, pero son solo la punta visible del iceberg.
Pero esta maquinaria no funcionaría sin los padrinos políticos y mediáticos que les dan cobijo, legitimidad y altavoz.
Feijóo, ese falso político moderado que se aprovecha del fango y que juega con dos barajas. El barro le está resultando útil, su disfraz de demócrata es una farsa, se lava las manos mientras otros hacen el trabajo sucio.
Abascal, el jefe de la jauría, no tiene complejos. Vox vive de la misma gasolina que alimenta a Hazte Oír y Abogados Cristianos: odio al feminismo, a los derechos LGTBI, a la memoria democrática.
Este al menos no se esconde: alienta, protege y celebra cada una de las campañas de estos grupos, porque forman parte de su estrategia electoral. El fango y la mentira no lo incomodan, lo necesita.
Luego están los altavoces mediáticos, la artillería del barro, el tercer vértice del triángulo: los medios que amplifican el ruido. OkDiario, Libertad Digital, EsRadio o determinados programas de tertulia televisiva se encargan de convertir denuncias ridículas en escándalos nacionales.
No es periodismo: es propaganda coordinada al servicio de una estrategia de acoso político.
La pregunta es ¿cuánto tiempo más vamos a tolerar que la derecha institucional se esconda tras estas marionetas para derrocar al Gobierno progresista de coalición?
Porque cuando la política se sustituye por el fango, lo que se erosiona no es solo un presidente o un partido: es la propia democracia.
https://www.infolibre.es/.../derechona-factoria-fango_129...
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