El PP la lía en Extremadura por un escaño más y 7.935 votos menos que en 2023: ¿Mereció la pena conseguir que miles de socialistas no acudiesen a las urnas?
Para conseguir la desmovilización de los socialistas el PP incluso sembró dudas sobre la democracia
José María Garrido
22-12-25
ElPlural
El Partido Popular de María Guardiola ha obtenido un escaño más de los que consiguió en las elecciones autonómicas de 2023. Ni rastro de la mayoría absoluta que pronosticaban las casas encuestadoras más afines al Partido Popular y con la que soñaban en Génova 13. La realidad es que el PP sigue dependiendo de la extrema derecha para gobernar en Extremadura y que un Vox fortalecido no se lo pondrá fácil a los populares no ya para aprobar unos presupuestos, sino incluso para que María Guardiola pueda convertirse de nuevo en la presidenta de Extremadura.
Ante el resultado electoral de este 21 de diciembre, en el que tan solo el 62% de los extremeños acudieron a las urnas (es la participación más baja de la historia), conviene preguntarse si este adelanto mereció la pena. No se trata solo de poner sobre la mesa los 7 millones de euros que han costado las elecciones (la celebración de los comicios autonómicos en solitario aumenta un 145% los costes para la Junta de Extremadura), sino el desgaste que para la democracia ha supuesto la estrategia del Partido Popular.
Y es que con el 99,89% del voto escrutado, el Partido Popular ha
obtenido 228.300 votos este 21 de diciembre. Son 7.935 papeletas
menos que las que contabilizaron en 2023.
Es cierto que el
resultado electoral permitirá al PP y a sus terminales mediáticas
hablar del principio del fin del sanchismo y resaltar que el PSOE
obtiene el peor resultado de su historia. Para ello ocultaran que lo
que pasó este domingo es que miles de socialsitas se quedaron en su
casa y no fueron a votar.
Y es que los
socialistas pierden más de 100.000 votos respecto a las últimas
elecciones autonómicas (136.017 votos frente a los 242.659 obtenidos
en 2023). Son prácticamente los mismos votos los que ha
perdido el PSOE (106.642) que las personas que este domingo, a
diferencia de 2023, se quedaron en casa y no fueron a votar (en 2023
acudieron a las urnas 623.731 extremeños y este 21 de diciembre
539.251 ciudadanos; es decir, 84.480 menos).
Para conseguir que tantos socialistas se quedaran en casa, el PP convocó las elecciones autonómicas al inicio de las navidades y apenas mes y medio después de la muerte del principal referente de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara. Los populares también aprovecharon la grave crisis interna que atraviesan los socialistas tras 36 años de gobierno en la Junta de Extremadura y la debilidad de su candidato, Miguel Ángel Gallardo, al que obviamente ha afectado el ruido mediático que supone el juicio injusto al hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
Además, para conseguir la desmovilización de los socialistas, el PP ha utilizado a sus medios más afines para sembrar dudas sobre la honorabilidad del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Bulos y más bulos para conseguir que como en otras ocasiones, Zapatero no movilizase a los suyos.
Paralelamente, el PP jugaba en campaña con la peligrosa teoría del pucherazo electoral convirtiendo el robo fortuito por parte de unos delincuentes comunes de 124 votos en un ataque a la democracia.
Y el PP ha montado todo este lío para conseguir un escaño
más. En Génova 13 les conviene preguntarse si todo lo
ocurrido mereció la pena conseguir que miles de socialistas esta vez
no acudiesen a las urnas.
José María
Garrido es director de ElPlural.com
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