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sábado, 22 de octubre de 2016
¿Hacemos el amor o tenemos sexo?
Persuasión sexual: 4
formas de conseguir lo que quieres en la cama
La dificultad del asunto reside su sencillez. Todos
pueden decir cosas en la cama, pero hacerlo adecuadamente es solo para los más
'pros'. Tenemos los trucos definitivos
El Confidencial
M.P.
21.10.2016
Estás con un ser humano
en la cama pero no le dices lo que realmente quieres. El miedo al rechazo se mezcla con la vergüenza, y la
combinación te paraliza. Solo la idea de comentarle lo que deseas te produce ansiedad. No te preocupes, puedes revertir la situación y
disfrutar de una vez por todas del sexo. Pues, recuerda, sin honestidad las relaciones
íntimas nunca serán lo suficientemente plenas.
En la dificultad del
asunto reside su sencillez. Todos pueden decir cosas en la cama, pero decirlas adecuadamente es solo para los más pros.
Además, la facilidad de acceso a la pornografía no lo hace más fácil: muchas personas dicen y
hacen cosas que ven en los vídeos X pensando que es sexy,
cuando la realidad es muy contraria y lo único que consiguen es el rechazo
de su amante.
Hay solución. Los
expertos de 'Alternet' tienen las claves que necesitas para conseguir lo que quieres del
individuo que está en tu cama. Pero cuidado: son altamente eficaces.
1)
Expresa tus deseos en voz alta
Da igual que tengas un
muro emocional para protegerte del dolor. O que te sientas más cómodo evitando
la confrontación. Los que más saben del tema te animan a que derribes todas las murallas que te separan de tu verdadero yo. Sé capaz de
identificar tus emociones y de expresarlas en voz alta. Nadie puede leer tu
mente aunque vuestra conexión sea espectacular.
Queda
totalmente prohibido echar en cara cosas que tu amante no te da. Cambia el
"nunca me haces..." por "me encantaría que me hicieras..."
Ojo. Sé sincero, pero de forma gradual. Si quieres que baje al pilón
no se lo sueltes así de pronto. Comienza con peticiones simples y suaves como,
por ejemplo, "dame un beso, por favor". Con el tiempo (a lo mejor son
horas), vas a encontrarte diciendo exactamente lo que quieres y, lo que es
mejor, viendo cómo la otra persona hace tus deseos realidad.
Para que todo sea
efectivo debes además modular el tono de tu voz.
Ensaya frente al espejo si hace falta. Antes de soltarlo, date la oportunidad
de escucharte para que veas cómo suenan en realidad tus palabras.
2)
Elige cuidadosamente las palabras
Recuerda que esto se
trata de persuasión, no de ser un borde dictador. Hay determinadas formas de
conseguir que la otra persona haga lo que quieras sin que se note que la estás
manipulando. Un ejemplo: si
quieres que te bese los genitales, no debes decirle "no bajas ahí lo
suficiente". En su lugar, prueba con: "preferiría que siguiéramos con
los juegos previos un poco más". Nunca eches en cara cosas, como: "es
que tú nunca haces...", mejor di: "me encantaría que
hicieras...". Lo importante es pensar antes de hablar, así evitarás
también malentendidos.
3)
Coge a tu amante por sorpresa
Tienes ganas de hacerlo
pero no ves el momento de entrar a tu pareja. Está muy ocupada con el Facebook
y viendo la tele, y piensas que te va a rechazar. ¿Qué haces tú? Quedarte
sentado pensando lo mucho que te gustaría estar en la cama, desnudo y acompañado. Pues amigo, si lo quieres, dilo. La próxima vez que te pongas juguetón no esperes a recibir señales. Agarra a tu acompañante con pasión y cólmale de
besos. Seguro que te rechaza. Si la cosa se da muy mal, apuntan los expertos,
te dirá que vale pero que más tarde.
Si
quieres que te haga una felación no lo sueltes así de pronto. Comienza con
peticiones simples como "dame un beso, por favor"
Además, debes tener en
cuenta que una de las fantasías
sexuales más comunes, sobre
todo entre las mujeres, es precisamente ser dominados en la cama. La
entendida Anna Davies comenta en la revista 'Shape' que
tomar el liderazgo de la relación "puede ayudarte a excitar mejor sus
zonas erógenas" que, en su opinión, "son más difíciles de encontrar
cuando las dos personas están ‘trabajando’ activamente".
Puede que no tengas
confianza en ti mismo, y menos aún con tu amante. Para conseguirla necesitas un
poco de atención y práctica. A veces, te gustaría hacer con tu pareja algo en
concreto pero no
te atreves a proponérselo.
Quieres que te aten, que te azoten o que te introduzcan cosas rígidas. ¿El
truco? Visualizarte haciendo la petición a tu pareja. Luego , respirar profundamente. Y soltarlo, muy
despacio y siempre mirando a los ojos de tu interlocutor. "Verás, quiero
que me ates a la pata de la cama y que me amordaces".
Esta línea es la que
sigue Michela Guarente, sexóloga
de 'SexPlace', quien tras realizar una encuesta entre 5.000 clientes llegó a la
conclusión de que la confianza y seguridad son la clave: "Confía en tu
pareja, confía en que te hará disfrutar y confía en que le harás
disfrutar. Las habilidades dentro del sexo se
manifiestan en el momento menos esperado pero confiar en ti mismo y en tu
pareja hará que os sintáis muy confiados y relajados".
Radicales, espoleados atmosféricamente por PODEMOS, impiden una conferencia de Cebrián y Felipe
22-10-16
Aníbal Malvar
Público.es
Rubén Amón, periodista de El País al
que Juan Luis Cebrián prohibió hace un par de meses seguir colaborando
con La Sexta, ha escrito este jueves sobre la algarada de la Autónoma. “Los
radicales desplazados a la Universidad, espoleados atmosféricamente por
Podemos, han emprendido su propia ley mordaza” impidiendo una
conferencia del propio Cebrián y de Felipe González, ese jarrón chino de
apariencia inofensiva que explota cuando se tropieza uno con él en el pasillo
de las marquesas.
El censurado, Rubén Amón, se
convierte en azote de censores, exceptuando a los que lo censuran a él, a sus
jefes, a sus cebrianes, a los ‘censores buenos’, a la izquierda
centrocivilizada de los elegantes ultraliberales de El País. Yo no sé
qué es peor: que los estudiantes censuren a Cebrián, o que Cebrián censure a
sus periodistas: acaba de echar de Prisa a Manuel Rico, a Fernando Berlín, a
Javier Aroca, a Ignacio Escolar… Y ha impedido a todos sus trabajadores
colaborar con los medios –Eldiario.es, Elconfidencial.com, La Sexta– que
desvelaron sus negocios con una petrolera en un país en guerra como Sudán del
Sur, y airearon que amarteló cuentas fiscalmente paradisiacas en Panamá. Una
información veraz, que tuvo como respuesta la censura, la castración como
opinadores de sus propios periodistas.
Rubén Amón, el autor de este texto,
era hasta hace nada colaborador habitual de La Sexta. Hasta que Cebrián le
prohibió seguir trabajando en un programa que, sencillamente, se había hecho
eco de una información nunca desmentida sobre negocietes panameños.
Los censores se quejan de que los
censuran.
España es un oxímoron que se muerde
la cola.
Andan todos los periódicos diciendo
que esto de impedir una conferencia de Cebrián y Felipe es cosa muy poco
democrática. Sobre todo en la universidad. Donde el jardín de las delicias del
saber debe permitir libar a todas las abejas con ganas de decir algo.
Olvidan recordar que Cebrián y
Felipe andan apoyando un gobierno del PP que ha desalojado a 127.000 alumnos de
esas mismas aulas. Cortándoles los medios. Había 127.000 alumnos en la Autónoma
que no estaban protestando. Que no podían protestar. Que estaban en sus casas o
sirviendo de camareros en Tombuctú. Desde que Rajoy llegó al poder, ese a quien
hoy apoyan Cebrián y Felipe, las matriculaciones universitarias han descendido
un 10%. ¿Le parece raro a alguien que no permitan a esta morralla iletrada
entrar en la universidad? Son los genocidas de la raza universitaria española,
y no me extraña que los pocos aborígenes que quedan no les dejen penetrar en su
amazonas.
La universidad es un lugar de
debate, por supuesto. A mí me hubiera encantado que Felipe y Cebrián pudieran
contarnos sus cosas, y, si yo hubiera estado allí, los hubiera defendido. Me
hubiera enfrentado a los de las caretas, con mis puños, con mis dientes y con
mis ganas de abrazar. Pero nadie se enfrentó a los de las caretas. Nadie,
ningún alumno, protegió a Cebrián y a Felipe. Había más gente deseando que se
fueran que intelectuales luchando porque se quedaran. Eso de que nadie
defendiera a Cebrián y a Felipe, ningún alumno, a mí me deja pensando un rato.
¿Qué han hecho Cebrián y Felipe para que nadie defienda su libertad de
expresión en una universidad? Eran unos pocos violentos contra ningún
espectador, que diría un crítico teatral pelota. Sin matizar que los pocos
violentos no ejercieron acto alguno de violencia.
Por último. Si yo fuera Felipe o
Cebrián, millonarios, con una veintena de guardaespaldas cada uno, hubiera
entrado. La vergüenza no es para los que impidieron su entrada, sino para los
que no entraron. Si tuvieran algo importante que decir en esa universidad,
hubieran entrado a pesar de las protestas con peligrosas caretas de cartón. ¿No
son hombres de Estado? Pero se fueron. Lejos. Al amparo de los periódicos de
papel. Que es con lo que se cubren de su frío millonario los cobardes.
Dice Rubén Amón, estupendo reportero
con el que tengo el gustazo de haber trabajado, que “los radicales desplazados
a la Universidad, espoleados atmosféricamente por Podemos, han emprendido su
propia ley mordaza“. Yo no sé cómo se espolea atmosféricamente a 200
estudiantes. Aun siendo Pablo Iglesias. Solo sé que hoy día debe ser muy
complicado ser periodista de orden en El País. Incluso atmosféricamente.
PD: Coño, Rubén. Deberías de
explicarle a la gente cómo Podemos puede espolear atmosféricamente. Yo
comprendo que espoleen. Pero, ¿atmosféricamente? No sé, compañero. ¿Consultaste
el adjetivo con Armstrong, Aldrin, Collins? De verdad que miro al cielo
y no me explico cómo espolear con estas nubes. Los de Podemos tienen que ser la
hostia.
Felipe González y Cebrián cogiditos de la mano
Un estudiante de la UAM
explica el escrache del día 19
Por
qué protesté contra González y Cebrián
“La libertad
de expresión ampara también mostrar tu descontento con que ciertas personas den
conferencias en tu universidad. Nadie les prohibió la entrada. Ellos decidieron
marcharse para no enfrentarse a las verdades que se les gritaban”
Javier González *
CTXT
21-10-16
Soy uno de los estudiantes que
participó en la protesta contra Felipe González en la Universidad Autónoma de
Madrid, el pasado miércoles 19 de octubre, y he decidido expresar lo que pienso
sobre el linchamiento mediático que se está produciendo sobre los y las
estudiantes, cuya única intención era hacer público su rechazo hacia el
expresidente González. Ya que solo se ha escuchado la voz de los medios,
controlados en buena medida por uno contra los que iba dirigida la protesta,
creo necesario hacer llegar a la opinión pública la voz de los y las que
participamos. Lo que a continuación escribo es completamente personal, no
representa ni a un grupo de personas ni a un colectivo, pero creo que muchos y
muchas participantes estarán de acuerdo con ello.
Primero quiero dejar claro que la
convocatoria de la protesta no estaba firmada por ninguna asociación,
precisamente porque los y las estudiantes se sumaron a título personal. Tampoco
tiene nada que ver con la acción Podemos. Siento decirles que la inmensa
mayoría de los y las participantes no es, precisamente, defensora de este
partido político. Intentar vincular la protesta con este partido con el
argumento de que las proclamas coreadas eran muy similares a las dichas por
miembros de este partido no demuestra la relación de este con la protesta. Lo
que se reivindica está presente en la vida de esta sociedad y no es cosa de
unos pocos, sino un tema de gran alcance y relevancia.
El País llama cobardes a los y las que
protestaron, porque muchos y muchas llevábamos la cara tapada. Ojalá pudiéramos
participar en acciones amparadas por la libertad de expresión y perfectamente
dentro de los márgenes de la democracia, sin tener que tapar nuestros rostros,
pero por desgracia no es posible por la Ley Mordaza y otras medidas represivas
que llevan a cabo las instituciones. Buena muestra de esto es la información
que afirma que la UAM va a analizar las imágenes para identificar a los y las
estudiantes que participaron y tomar medidas. Estas medidas podrían significar
en la práctica una condena con represalias académicas, con el objetivo de meter
miedo para intentar que las voces críticas no sean expresadas.
También se ha aludido a estas
caretas que cubrían las caras como un instrumento de apoyo a miembros de ETA,
concretamente en el periódico La Razón. Esto es ROTUNDAMENTE falso. Los
nombres son de víctimas civiles de los GAL, que nada tenían que ver con ETA o
su entorno. Excepto Lasa, elegido por su relevancia como primera víctima de
este grupo terrorista, cosa que no muestra el apoyo a un grupo terrorista, sino
el rechazo de toda violencia y cualquier acto terrorista, independientemente de
contra quien vaya dirigido. Porque nosotros sí que sabemos condenar el
terrorismo venga de donde venga, no solo cuando nos interesa para sacar réditos
políticos.
Los símbolos, a los que también
aluden La Razón y otros medios, como la pancarta alusiva al acercamiento
de los presos de ETA o alguna bandera, no son representativos del conjunto de
la protesta, sino símbolos que exhibieron individualmente algunos
participantes. Los organizadores no querían símbolos en la manifestación al
margen de los alusivos a los motivos de la protesta, pero cuando participa
tanta gente, cualquiera puede decidir libremente mostrar sus símbolos, aunque
estos no representen los motivos ni objetivos de la protesta.
Todos los medios coinciden en
resaltar el carácter violento de la protesta, e incluso una reportera de una
cadena de televisión llegó a decir que había sido recibida a puñetazos. Esto es
falso, otra muestra más de las mentiras y manipulación de los medios. Cuando se
organizó la protesta, se dejó claro que era pacífica, que no se quería que
hubiera violencia alguna y que esta era rechazada. El motivo que usan para
hacer estas afirmaciones se refiere a un momento muy concreto y aislado, en el
que algunos y algunas participantes, aprovechando que abrieron la puerta para
dejar pasar a unos asistentes a la conferencia (a los que no se les impidió
acceder, al contrario: se les abrió un pasillo para que pasaran), intentaron
acceder a la sala, acción que se topó con la oposición de los encargados de
controlar las puertas de acceso. En ese momento se produjo un forcejeo que
consistió en empujones, de unos para acceder y de otros para impedirlo. Esa fue
toda la violencia que se registró. Por lo tanto, no podemos extrapolar lo
sucedido en un momento específico a toda la protesta, ya que no fue el centro
ni la tónica de esta.
.A raíz de la protesta se ha generado
un debate sobre la libertad de expresión. Pues bien, los que han saltado como
sus máximos defensores deben saber que la libertad de expresión ampara,
también, mostrar tu descontento con que ciertas personas den conferencias en tu
universidad: esto es legítimo y un claro ejercicio de los derechos
democráticos. Antes de que nadie me critique por decir esto, argumentando que
la libertad de expresión es para todos y todas y que a González y Cebrián se
les coartó, espero que quede claro que estas personas se expresan libremente
cuando, donde y como quieren, ya que tienen en su poder el control de los
medios.
De igual modo, en la universidad
nadie les prohibió la entrada o les “tapó la boca”. Ellos decidieron marcharse
para no enfrentarse a las verdades que se les gritaban. Ojalá hubiera salido
González a rebatir los argumentos, pero no lo hizo porque no puede, porque los
hechos están ahí.
Creo además que es perfectamente
legítimo y democrático rechazar la presencia de quien ha vulnerado los Derechos
Humanos, siendo el responsable político de un grupo terrorista montado por el
Estado (los GAL), y más cuando viene a hablar sobre la crisis de los refugiados
en Europa o apoyando el TTIP o el CETA, dos tratados que terminarán con la
democracia tal y como hoy la conocemos. Que González venga a hablar sobre la
democracia de las instituciones europeas es reírse en la cara de todos y todas;
algunos estudiantes no queremos que quien intenta reírse de nosotros y quien
contribuye a agrandar las desigualdades sociales venga a la universidad.
Me quedo con una frase que leí en
una red social y que decía más o menos que parecería que los responsables de
atentados, del terrorismo de Estado y de los asesinatos de inocentes sean las y
los estudiantes de la Autónoma. Nuestra protesta ha recibido más condenas que
la actividad de los GAL. Deberíamos hacérnoslo mirar y revisar qué pasa con
nuestros principios para que un acto de protesta estudiantil sea criminalizado
de una forma que ni se acerca a las reacciones que genera el terrorismo de
Estado. Quiero pensar que los lectores y lectoras de la prensa, que los
telespectadores y telespectadoras y los y las oyentes de la radio, es decir, la
sociedad, es suficientemente madura y librepensadora como para mirar de una
manera crítica la información de los medios afines al poder y elaborar su
propia conclusión sobre los hechos.
La mayoría de los medios no
transmiten la información, sino que la transforman a su gusto y la transmiten
de la manera que más les conviene para emitir el mensaje que consideran
adecuado a sus intereses. Antes de juzgar, analicemos bien las situaciones,
miremos toda la información y adoptemos una posición crítica que nos permita
estar prevenidos ante la manipulación. Si hacemos esto, los medios cercanos al
poder perderán su influencia de creación de opinión y estaremos más cerca de
ser una sociedad libre.
---------------------------------
* Javier González, nombre ficticio
de un estudiante de la UAM, ha preferido no firmar este texto con su nombre por
temor a represalias legales y académicas. El consejo editorial de CTXT, que
tiene por costumbre no publicar tribunas anónimas, ha aceptado pseudónimo y
texto atendiendo al valor del testimonio y comprendiendo el temor del
estudiante a ser incriminado por la Ley de Seguridad Ciudadana, pese a declarar
que su objetivo era rechazar el acto universitario y no impedirlo. El consejo
de CTXT lamenta que la conferencia no se celebrara.
Autor
- Javier González *
viernes, 21 de octubre de 2016
Por un voto...una mamada. (Soy muy buena y de las que se lo traga)
Madonna ofrece sexo
oral (“y yo soy buena”) a quienes voten por Hillary
En un concierto en el que hacía de telonera de la actriz y comediante, Amy
Schumer, amiga de la cantante
ElPlural
Jue, 20 Oct
2016
La cantante
Madonna, 58 años en plena forma, entró en campaña la noche del miércoles,
mientras se celebraba el último debate entre Hillary Clinton y Donald Trump. Y
lo hizo sin cortarse, en favor de Hillary, para la que pidió el voto a cambio
nada menos que de ‘sexo oral’.
Había
acabado ya su intervención como telonera y estaba dando paso a su amiga Amy
Schumer, una humorista y actriz, especializada en monólogos en los que, por
cierto, no se corta al hablar contra Trump, cuando la cantante hizo una promesa
que sorprendió a todos:
"Bueno,
me voy ya para que venga alguien mucho más divertido que yo que está a punto de
pisar el escenario… Pero señoras y caballeros, déjenme no obstante que les diga
algo más antes de presentar a esta genio de la comedia. Si votáis por Hillary
Clinton, os haré una 'mamada'… Sí… Os prometo, y yo soy buena. Muy buena.
No soy ninguna patosa y me lo tomo muy en serio. Soy de las que miran a los
ojos mientras lo hace y de las que se lo traga”
Entre el público, aplausos y risas.
¿En que piensas cuando te aburres follando?
La vida real no es como las películas. Viendo alguno
de estos testimonios, desearíamos que lo fuera
Raquel
Márquez
10.10.2016
El Confidencial.
La
vida es imperfecta, y en cuestiones amatorias no podía ser menos. No es
habitual tener orgasmos simultáneos,
las mujeres no están siempre primorosamente depiladas ni los
hombres son seres hercúleos que disfrutan cada segundo mientras llevan al clímax a su pareja. No todos los días
estamos de humor para meternos en la cabeza de otro ser humano, poner su placer
por encima de todo y hacernos uno con el cosmos. Hay pensamientos inoportunos
y la personalidad individual no viene con botón de "off" de
fábrica.
Las
ficciones sobre el tema no nos habían preparado para la realidad: ¿qué es
esto que siento? ¿Por qué he pasado de la ilusión de los primeros besos a estas
ganas de hacer cualquier otra cosa y dejar esta coreografía repetitiva? ¿Cómo
puedo ver al objeto de mi deseo entre mis brazos y sentir la
calidez de su piel mientras por dentro repaso el temario de la oposición?
Tranquilo
porque no eres el único, ¡ni por supuesto la única, amiga! Estos son algunos
testimonios de personas que reconocen que, de vez en cuando, han dejado divagar
su mente mientras el otro implicado terminaba
lo suyo.
Tachán, tachán
Antonio, que dice estar en una "relación compleja"
en Facebook y
vive en Francia, nos comenta que su caso no es muy original: suele pensar que
está con otra persona: "La verdad es que me sucede siempre".
De entrada suena tan tópico que parece falso. ¿Es broma? ¿Nunca ha estado con
alguien con quien quería estar? La respuesta es de una lógica aplastante:
"Oh, sí, pero siempre hay alguien con quien quisiera estar más
todavía".
No
será original que suceda, pero sí lo es atreverse a confesarlo. En la misma
línea, Milagros, abogada, se aventura a usar el
improvisado foro sobre el tema para destapar su caso entre líneas. Ella no se
anda con medias tintas y pasa del pensamiento al acto:
"¿Vosotros habéis probado a apartarle
la cabeza para no perderos
la última frase ingeniosa de Jorge Javier Vázquez?"
"A
mí me daba por pensar en hacer
la lista de la compra", nos
cuenta Eva, residente
en Madrid. "Será porque siempre tengo hambre". Y es normal, el
sexo es un ejercicio y como tal desgasta energía, hay que reponerla. El
compañero de cama de esta entrevistada sería muy egoísta si se molestara
porque ella está pensando en otro tipo de pepinos.
Cuando me aburro recuerdo alineaciones de fútbol. La que más
repito es la del Real Madrid que ganó la liga en el 95, la de Valdano
Miguel, de Cádiz, es batería aficionado y dice que, cuando
no está muy centrado en la relación, le vienen a la mente ejercicios de percusión de estudio y
los aplica in situ. Si te encuentras con un gaditano que penetra con
cadencia milimétrica, sin acelerarse nunca y termina con un
"chim-pun-chás", ya sabes quién es,
Otra
cosa que es capaz de hacer el mismo encuestado es idear chistes durante el acto. No sabemos qué es peor para sus incautas parejas, si
cuando la broma es
algo completamente asexual, sin relación con ellas, o cuando, sin poderlo
reprimir, fabrica alguna burla ingeniosa de lo que está pasando en la cama. Si
marca el ritmo como un profesional y además se ríe entre dientes, saluda a
Miguel de nuestra parte,
¿Eres de música o de fútbol?
"Un
día empecé a retransmitir un partido en voz alta. Y eso que odio el fútbol, pero me salió así".
No lo aconsejamos a la hora de meter un buen gol en la cama.
Álvaro, 32 años, recuerda alineaciones de
equipos de fútbol. "Me aburro sobre todo cuando yo he
terminado y la otra persona no, o cuando ella está en plan... no sé cómo
decirlo... como un mueble de IKEA, vamos. Lo
de las alineaciones lo hago sobre todo para evitar ese aburrimiento, y
así poder seguir hasta que la otra persona llegue al orgasmo. La que más
repito es la del Real Madrid con la que ganó la liga en el 95, la
de Valdano".
Bueno...
hay cosas peores. (iStock)
Otra
amiga, Sara, nos cuenta otro de esos
encuentros sexuales que dan sentido a la expresión "buen sexo" por
comparación. Fue un auténtico desastre: "Recuerdo haber pasado un buen
rato pensando en la mejor manera de decirle al muchacho: 'La primera vez pase,
porque habíamos bebido como nenúfares, pero ya van dos y no va a haber una
tercera. Te cuento, rey: a pesar de lo que has visto en el porno o escuchado a tus colegas, el
sexo satisfactorio suele requerir algo
más que meterla como un loco durante media hora. Como el porno termina cuando el fulano eyacula,
igual tú crees que ella también lo ha hecho. O no. O qué más da, ¿no?
La
delicadeza es importante para todo y ella quería decirlo sin machacar su ego,
pero en el fondo lo que estaba barruntando era esto: "En cuanto
termine este mambo vamos a hablar un rato de la estimulación del clítoris y
otras cosillas que, sin duda inconscientemente, estás pasando por alto. Uh, qué manchurrón de humedad hay en el techo". Gracias a la charla y tras
cierto desconcierto inicial, el chico comprendió su punto de vista.
Estamos seguros de que ahora lo recordará y se lo agradecerá a nuestra amiga.
Pienso en esconder unas gafas con nariz y bigote de Groucho Marx
bajo la almohada, ponérmelas en un momento dado y quedarme mirándola fijamente
José, colaborador habitual de esta sección, sale del
armario después de algunos titubeos y redacta lo siguiente: "Daño,
dolor, ganas de hacer cualquier otra cosa, de que acabara rápido... Todo eso
pensaba con una ex. Iba a lo suyo, hubiera seguido igual aunque le hubiera
puesto una señal de 'stop' en la jeta. Eran ratos de suplicio pensando en cosas bonitas y en que acabaría en algún momento".
La pupa en el pene no es entretenida, desde luego.
Ferenc, austríaco y cuarentón, dice que a veces se le pasa
por la cabeza una fantasía irrealizable: "Esconder unas gafas con nariz y bigote de Groucho Marx bajo la almohada, ponérmelas en un momento dado y
quedarme mirándola fijamente. A las que se lo dejé caer, me dijeron que el
tortazo que me sueltan lo sueño por las noches. Así que dejé de
insinuarlo". Cómo de sensibles son algunas, de verdad; dependiendo
del día, unas gafas con bigote no pueden sino mejorar la experiencia.
Rubén ha pensado a menudo en "la lista de los países de
la OPEP, por orden de incorporación". Deformación profesional, quizá: es profesor. Además, nos
dice que "vale tanto para cuando te aburres como para cuando no
quieres 'divertirte demasiado'". Indirecta recibida.
Terminamos
con Laura, de 49 años.
Su monólogo interior durante el sexo será reconocible para más de una:
"Esto de aguantarse las ganas de ir al baño es horrible, pero no le voy a cortar el rollo ahora. Si me levanto después para ir al baño, ¿cómo hago
para que no me vea la celulitis? Hummm... Igual puedo ir a oscuras. Espera...
que son las tres de la tarde… ¿cómo hago para cerrar la persiana sin que lo
vea? Nada, mejor me espero a que se duerma o vaya él primero y así aprovecho
para ponerme algo casualmente. Le diré que estoy destemplada y no quiero
cogerme un constipado. En fin... supongo que puedo pillar el libro de la
mesilla para esperar a que se duerma... (miro a la mesilla). Mierda, me lo he dejado en el sofá".
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