Un estudiante de la UAM
explica el escrache del día 19
Por
qué protesté contra González y Cebrián
“La libertad
de expresión ampara también mostrar tu descontento con que ciertas personas den
conferencias en tu universidad. Nadie les prohibió la entrada. Ellos decidieron
marcharse para no enfrentarse a las verdades que se les gritaban”
Javier González *
CTXT
21-10-16
Soy uno de los estudiantes que
participó en la protesta contra Felipe González en la Universidad Autónoma de
Madrid, el pasado miércoles 19 de octubre, y he decidido expresar lo que pienso
sobre el linchamiento mediático que se está produciendo sobre los y las
estudiantes, cuya única intención era hacer público su rechazo hacia el
expresidente González. Ya que solo se ha escuchado la voz de los medios,
controlados en buena medida por uno contra los que iba dirigida la protesta,
creo necesario hacer llegar a la opinión pública la voz de los y las que
participamos. Lo que a continuación escribo es completamente personal, no
representa ni a un grupo de personas ni a un colectivo, pero creo que muchos y
muchas participantes estarán de acuerdo con ello.
Primero quiero dejar claro que la
convocatoria de la protesta no estaba firmada por ninguna asociación,
precisamente porque los y las estudiantes se sumaron a título personal. Tampoco
tiene nada que ver con la acción Podemos. Siento decirles que la inmensa
mayoría de los y las participantes no es, precisamente, defensora de este
partido político. Intentar vincular la protesta con este partido con el
argumento de que las proclamas coreadas eran muy similares a las dichas por
miembros de este partido no demuestra la relación de este con la protesta. Lo
que se reivindica está presente en la vida de esta sociedad y no es cosa de
unos pocos, sino un tema de gran alcance y relevancia.
El País llama cobardes a los y las que
protestaron, porque muchos y muchas llevábamos la cara tapada. Ojalá pudiéramos
participar en acciones amparadas por la libertad de expresión y perfectamente
dentro de los márgenes de la democracia, sin tener que tapar nuestros rostros,
pero por desgracia no es posible por la Ley Mordaza y otras medidas represivas
que llevan a cabo las instituciones. Buena muestra de esto es la información
que afirma que la UAM va a analizar las imágenes para identificar a los y las
estudiantes que participaron y tomar medidas. Estas medidas podrían significar
en la práctica una condena con represalias académicas, con el objetivo de meter
miedo para intentar que las voces críticas no sean expresadas.
También se ha aludido a estas
caretas que cubrían las caras como un instrumento de apoyo a miembros de ETA,
concretamente en el periódico La Razón. Esto es ROTUNDAMENTE falso. Los
nombres son de víctimas civiles de los GAL, que nada tenían que ver con ETA o
su entorno. Excepto Lasa, elegido por su relevancia como primera víctima de
este grupo terrorista, cosa que no muestra el apoyo a un grupo terrorista, sino
el rechazo de toda violencia y cualquier acto terrorista, independientemente de
contra quien vaya dirigido. Porque nosotros sí que sabemos condenar el
terrorismo venga de donde venga, no solo cuando nos interesa para sacar réditos
políticos.
Los símbolos, a los que también
aluden La Razón y otros medios, como la pancarta alusiva al acercamiento
de los presos de ETA o alguna bandera, no son representativos del conjunto de
la protesta, sino símbolos que exhibieron individualmente algunos
participantes. Los organizadores no querían símbolos en la manifestación al
margen de los alusivos a los motivos de la protesta, pero cuando participa
tanta gente, cualquiera puede decidir libremente mostrar sus símbolos, aunque
estos no representen los motivos ni objetivos de la protesta.
Todos los medios coinciden en
resaltar el carácter violento de la protesta, e incluso una reportera de una
cadena de televisión llegó a decir que había sido recibida a puñetazos. Esto es
falso, otra muestra más de las mentiras y manipulación de los medios. Cuando se
organizó la protesta, se dejó claro que era pacífica, que no se quería que
hubiera violencia alguna y que esta era rechazada. El motivo que usan para
hacer estas afirmaciones se refiere a un momento muy concreto y aislado, en el
que algunos y algunas participantes, aprovechando que abrieron la puerta para
dejar pasar a unos asistentes a la conferencia (a los que no se les impidió
acceder, al contrario: se les abrió un pasillo para que pasaran), intentaron
acceder a la sala, acción que se topó con la oposición de los encargados de
controlar las puertas de acceso. En ese momento se produjo un forcejeo que
consistió en empujones, de unos para acceder y de otros para impedirlo. Esa fue
toda la violencia que se registró. Por lo tanto, no podemos extrapolar lo
sucedido en un momento específico a toda la protesta, ya que no fue el centro
ni la tónica de esta.
.A raíz de la protesta se ha generado
un debate sobre la libertad de expresión. Pues bien, los que han saltado como
sus máximos defensores deben saber que la libertad de expresión ampara,
también, mostrar tu descontento con que ciertas personas den conferencias en tu
universidad: esto es legítimo y un claro ejercicio de los derechos
democráticos. Antes de que nadie me critique por decir esto, argumentando que
la libertad de expresión es para todos y todas y que a González y Cebrián se
les coartó, espero que quede claro que estas personas se expresan libremente
cuando, donde y como quieren, ya que tienen en su poder el control de los
medios.
De igual modo, en la universidad
nadie les prohibió la entrada o les “tapó la boca”. Ellos decidieron marcharse
para no enfrentarse a las verdades que se les gritaban. Ojalá hubiera salido
González a rebatir los argumentos, pero no lo hizo porque no puede, porque los
hechos están ahí.
Creo además que es perfectamente
legítimo y democrático rechazar la presencia de quien ha vulnerado los Derechos
Humanos, siendo el responsable político de un grupo terrorista montado por el
Estado (los GAL), y más cuando viene a hablar sobre la crisis de los refugiados
en Europa o apoyando el TTIP o el CETA, dos tratados que terminarán con la
democracia tal y como hoy la conocemos. Que González venga a hablar sobre la
democracia de las instituciones europeas es reírse en la cara de todos y todas;
algunos estudiantes no queremos que quien intenta reírse de nosotros y quien
contribuye a agrandar las desigualdades sociales venga a la universidad.
Me quedo con una frase que leí en
una red social y que decía más o menos que parecería que los responsables de
atentados, del terrorismo de Estado y de los asesinatos de inocentes sean las y
los estudiantes de la Autónoma. Nuestra protesta ha recibido más condenas que
la actividad de los GAL. Deberíamos hacérnoslo mirar y revisar qué pasa con
nuestros principios para que un acto de protesta estudiantil sea criminalizado
de una forma que ni se acerca a las reacciones que genera el terrorismo de
Estado. Quiero pensar que los lectores y lectoras de la prensa, que los
telespectadores y telespectadoras y los y las oyentes de la radio, es decir, la
sociedad, es suficientemente madura y librepensadora como para mirar de una
manera crítica la información de los medios afines al poder y elaborar su
propia conclusión sobre los hechos.
La mayoría de los medios no
transmiten la información, sino que la transforman a su gusto y la transmiten
de la manera que más les conviene para emitir el mensaje que consideran
adecuado a sus intereses. Antes de juzgar, analicemos bien las situaciones,
miremos toda la información y adoptemos una posición crítica que nos permita
estar prevenidos ante la manipulación. Si hacemos esto, los medios cercanos al
poder perderán su influencia de creación de opinión y estaremos más cerca de
ser una sociedad libre.
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* Javier González, nombre ficticio
de un estudiante de la UAM, ha preferido no firmar este texto con su nombre por
temor a represalias legales y académicas. El consejo editorial de CTXT, que
tiene por costumbre no publicar tribunas anónimas, ha aceptado pseudónimo y
texto atendiendo al valor del testimonio y comprendiendo el temor del
estudiante a ser incriminado por la Ley de Seguridad Ciudadana, pese a declarar
que su objetivo era rechazar el acto universitario y no impedirlo. El consejo
de CTXT lamenta que la conferencia no se celebrara.
Autor
- Javier González *
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