Las
“trolas” del franquismo: Seguridad Social, vacaciones pagadas,
pantanos, las VPO, industrialización, Iberia, Telefónica…
Desmontamos
las grandes mentiras que difundió el régimen franquista, un
laboratorio de embustes y falacias que aún pervive en el imaginario
colectivo
JUAN
LUIS VALENZUELA
Jueves,
7 de julio de 2022
Una
de las más destacadas características de los regímenes
autoritarios es su basamento en las mentiras, la transmisión de
escenarios ideales que nada tienen que ver con la realidad y la
apropiación como suyos de políticas y realidades positivas que
realizaron otros. El franquismo, en este sentido, no solo no fue la
excepción a esta regla común a las dictaduras, sino que fue un
auténtico laboratorio de falsedades. Mentiras, embustes y falacias
que, en algunos casos, tras casi cincuenta años de la muerte de
Franco, perviven en el imaginario colectivo de ciertos sectores, esos
que se integran en el franquismo sociológico, lamentablemente
vigente hoy en día. He aquí alguna de las “trolas”
del franquismo.
Franco
no creó la Seguridad
Social.
Franco acuñó el nombre de "Seguridad
Social"
pero el origen de las políticas de protección social es muy
anterior a la dictadura. Fue el Gobierno liberal de José
Posada Herrera en
1833, el que creó el primer organismo público, la Comisión de
Reformas Sociales, cuyo objetivo fue estudiar medidas para mejorar la
penosa precaria y crítica situación en la que se hallaba la clase
trabajadora en España. A pesar de las mentiras del franquismo, en
1900 se creó el primer seguro social, de accidentes de trabajo. Años
más tarde, en 1908, surge el Instituto
Nacional de Previsión para
gestionar las nuevas prestaciones puestas en marcha.
De
ahí se derivaría seguros sociales tales como el Retiro Obrero o
el Seguro Obligatorio de Maternidad. Esta labor continuaría
en la II República con la instauración del Paro Forzoso. Toda esta
legislación social generó un rápido incremento del gasto social
que cuando Franco accede al poder tras el golpe de Estado de 1936, se
detiene.
Las
magistraturas del trabajo
Otra
de las falsedades que los defensores de la dictadura pusieron en
marcha es que Franco creó las Magistraturas de Trabajo,
órganos por los que los conflictos laborales quedan exclusivamente
en manos del Estado. Otra mentira más pues, en mayo de 1931, el
Gobierno de la República creó los Jurados mixtos. Junto a
ello aumentaron los salarios, se instauró la semana laboral de 40
horas y se promovieron tanto la obligatoriedad como la
universalización de los seguros sociales.
Vacaciones
remuneradas
En
el mismo ámbito laboral de las políticas de defensa de los
trabajadores, también hay que desmentir que fuera Franco quien
impusiese las vacaciones pagadas. En el imaginario colectivo
del franquismo, las vacaciones pagadas fue siempre otro logro que
falsamente se atribuyó. Ciertamente, las vacaciones remuneradas para
los trabajadores se aprobaron, como tantas otras leyes laborales,
baso gobiernos republicanos, en este caso el 21 de noviembre de 1931
incluido y recogido en el artículo 56 de la Ley de Contratos de
Trabajo.
Las
pensiones se aprobaron en 1908
Una
mentira más: Franco no fue el autor del sistema de pensiones.
La piedra fundacional del sistema español de pensiones se inició en
1908, al fundarse el Instituto Nacional de Previsión para financiar
el retiro de los trabajadores. En 1919 llegó el denominado Retiro
Obrero por el que cada trabajador abonaba diez céntimos al mes
mientras el Estado aportaba una peseta, y los patronos, tres pesetas
mensuales. Si el trabajador había cotizado durante 20 años, al
cumplir 65 años devengaría una pensión de una peseta al día, es
decir, 365 pesetas al año.
Del
mito de una España boyante a la realidad de un país de miserias y
hambre
El
franquismo presumió que su régimen había impulsado la
industrialización de España y la estaba modernizando, haciendo
visualizar, falsariamente por supuesto, una España rural y atrasada,
la de épocas anteriores. Nada más lejos de la realidad porque lo
cierto es que este país no recuperaría su nivel de
industrialización anterior a la Guerra Civil hasta el comienzo
de la década de los 70. A estos datos, avalados por informes del
Banco Mundial, habría que añadirle para resaltar el estado de
miseria de la sociedad durante el régimen autoritario, el retroceso
que implicó la larga etapa de autarquía económica que España
vivió. Un sistema económico, el autárquico, en que un estado se
abastece con sus propios recursos, evitando en lo posible las
importaciones, que no finalizó hasta finales de los años 60. En la
misma línea se hizo creer que Franco logró que España creciera un
7 por ciento. Cuando la realidad es que, tras la Guerra Civil y la
autarquía mencionada anteriormente, España entró en recesión no
llegando hasta 1976 a alcanzar el nivel del año 1934.
La
“pertinaz” sequía y los pantanos
Tal
vez el mito más extendido del franquismo y que popularmente fue más
asumido como real, a la par que difundido, es que el régimen
franquista fue quien construyó e hizo posible la extensa red de
pantanos en España. Una creencia tan infiltrada en la
población que siempre hemos oído defender aquello de que “gracias
a Franco España tenía numerosos pantanos” para el riego agrícola,
el consumo humano y para evitar la “pertinaz sequía”, aquella
frase tan propia del vocabulario de la Dictadura. Pues tampoco es
cierto. La auténtica verdad es que hay que remontarse a muchos años
antes de que Franco diera el golpe de Estado para hablar de política
y construcciones hidráulicas. En concreto, los primeros cimientos
del desarrollo de los pantanos se pusieron en marcha en 1902, con el
Plan General de Canales de Riesgo y Pantanos de Rafael Gasset.
Todos los historiadores coinciden en señalar como el germen de la
primera planificación hídrica en nuestro país.
Y
más aún, durante la Segunda República, se profundizó en esta
labor por medio del Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933, de
la mano del socialista y ministro de Obras Públicas, Indalecio
Prieto. Cabe recordar que el socialista, previendo la apropiación
futura de esta política hidráulica, dijo que esta "no debía
ser ni de un partido, ni de un Gobierno, ni de un régimen; la
política del agua debe ser del Estado, al margen de los vaivenes
electorales".
Ni
Iberia ni Telefónica
Al
falso imaginario popular, el franquismo agregó la creación de dos
grandes compañías, dos grandes empresas que fueron durante años
“banderas de España” como Iberia y Telefónica. El régimen
vendió que tanto Iberia como Telefónica fueron
proyectos diseñados y puestos en marcha por la dictadura. Falso de
toda falsedad y es algo que se demuestra con un simple repaso a la
historia de ambas empresas.
Telefónica se fundó
en Madrid el 19 de abril de 1924 durante la dictadura de Primo de
Rivera, con la denominación de Compañía Telefónica Nacional de
España (CTNE). Tenía como domicilio social la avenida de Conde de
Peñalver (actual Gran Vía), número 5, en Madrid, y un capital de
un millón de pesetas, representado por 2000 acciones ordinarias de
500 pesetas de valor nominal. A su cargo estaba el monopolio del
servicio telefónico y la participación como principal accionista de
la empresa ITT.
Por
su parte, Iberia fue fundada el 28 de junio de 1927 por el
empresario vizcaíno Horacio Echevarrieta y la alemana Lufthansa (con
el nombre de Iberia Compañía Aérea de Transporte). Ello sucedió,
al igual que Telefónica, también durante la dictadura de Primo
Rivera como monopolio del transporte aéreo español.
Y
continuamos desmontando las grandes mentiras y proyectos falsamente
atribuidos a Franco Uno más es que el dictador no estableció las
primeras ayudas a las familias numerosas. Estas se aprobaron
el 21 de junio de 1926. Esta medida fue recogida en el Real Decreto
Ley de protección a las familias numerosas de funcionarios públicos
y de clase obrera.
Las
"VPO de Franco"
Tampoco
el Caudillo fue el autor de la creación y construcción de las
Viviendas de Protección Oficial. Mucho antes, en junio de
1911, estas se institucionalizaron gracias a la Ley de Casas Baratas.
Más tarde, en 1913, mediante una red de fundaciones, se comenzaron a
ofrecer viviendas protegidas a las clases más desfavorecidas.
No
hubo paro ni desempleo
Por
último, aunque podría extenderme mucho más en la relación de
falsedades, cuando no falacias, del franquismo y sus atribuciones y
apropiaciones de logros de otros, la leyenda de que con el franquismo
no existía desempleo, es una auténtica falacia. Lo que no había
era datos de empleo, “ni falta que hacían”, dirían los
dirigentes políticos de la época. Las informaciones y cálculos de
desempleo comenzaron a realizarse 34 años después de acabada la
guerra.
Por su parte, la emigración española,
fundamentalmente a Europa, duró hasta la crisis de 1973 en que se
detuvo y fue superado por el movimiento de retorno. El desempleo y
las situaciones de desamparo fueron enormes y de gran miseria durante
el mandato del dictador. Si no, ¿por qué emigraron miles y miles de
españoles a Francia, Alemania, Suiza, Holanda…? ¿turistas por
Europa?