Aznar, además, también es un gran hipócrita.

Aznar olvida que, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, "se sentó con HB y Otegui en Burgos y con ETA en Suiza"

El expresidente del Gobierno olvida su gestión y aprovecha el aniversario de la muerte del concejal de Ermua para hacer declaraciones incendiarias sobre el actual Gobierno y ETA

ElPlural

JUAN LUIS VALENZUELA

Domingo, 10 de julio de 2022

En la polémica que está generando los actos de homenaje al concejal de Ermua en el 25 aniversario de su asesinato, el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, está protagonizando, un lugar especial protagonizando declaraciones incendiarias y crispando previamente. La pequeña localidad vizcaína y otros foros se están volcando en homenajear con diversos actos la figura del joven político secuestrado y asesinado. Mientras la más amplia representación de autoridades y representantes de distintas fuerzas políticas han acudido este domingo al acto oficial de homenaje en Ermua, Aznar se ha negado asistir obligando a cambiar la agenda del homenaje a última hora. Sí ha acudido la hermana del exedil, María del Mar, pero José María Aznar se ha caído de la lista.

Y no solo ha sido esa ausencia notable la que crispa el ambiente, sino que también las declaraciones previas del ex presidente del PP y del Gobierno cuando fue asesinado el joven edil, en contra del Gobierno de Pedro Sánchez, de la Memoria Histórica y las acusaciones de pactar con los asesinos de ETA por recibir el voto de Bildu, vuelven a recordar la hipocresía de Aznar en este tema.

Como muestra cabe recordar ahora las declaraciones de una víctima de ETA, el veterano periodista vasco Gorka Landaburu. Gorka, miembro de una familia exiliada en París y residente en el Euzkadi desde muy joven tras volver su familia del exilio, sufrió el 15 de mayo de 2001 un atentado de ETA del que milagrosamente salió vivo pero que le produjo graves heridas que a punto estuvieron de ser letales para su vida. El periodista recibió en su domicilio de Zarauz un paquete de una suscripción a una revista. Era un paquete bomba de ETA con 150 gramos de Titadyne. Al abrirlo le explotó causándole graves heridas​ en la cara y en el abdomen. Como consecuencia se le amputó una falange del dedo índice derecho y otra de todos los dedos (salvo el pulgar) de la mano izquierda y un traumatismo ocular. Derivado de ello sufrió hasta cinco intervenciones quirúrgicas.

Con esa fuerza moral que le da ser una víctima de ETA y de seguir luchando por la paz y el entendimiento en el País Vasco, el periodista nos comentaba en una entrevista realizada en este medio hace cinco años lo siguiente en relación precisamente a la figura del hoy homenajeado: "Me parece muy bien los homenajes como ahora a Miguel Ángel Blanco. Dicho esto, he visto como muy desproporcionado la utilización política y partidista que ha hecho el Partido Popular con la figura del concejal asesinado. Y no digo más". A propósito de la hipocresía trae a colación que "al año de que ETA asesinara al joven concejal de Ermua, Aznar se sentaba en Burgos con HB y Otegui; en Suiza con enviados de ETA, mientras que Mayor Oreja negociaba a escondidas una salida para los presos de ETA".

Que Aznar se convierta ahora en protagonista de los homenajes, desacreditando instituciones, echando gasolina al fuego e intentando ser la estrella, dice mucho del expresidente. Dice mucho de su hipocresía política mantenida desde siempre, en especial en temas de terrorismo.