El Festival de Eurovisión, el sueño de Franco para blanquear su
dictadura
Compras de votos, censuras, agasajos, fiestas a
gogó, propaganda y derroche millonario para vender una España falsa
ElPlural
Juan Luis Valenzuela
22–5-25
Guste o no, agrade más o menos, el Festival de Eurovisión es un
fenómeno social y musical muy arraigado en España. Puede que
levanta pasiones y produzca rechazos pero un dato es indudable: su
retransmisión es el acontecimiento no deportivo más visto en España
año tras año.
Nuestro país participa
de manera ininterrumpida desde 1961. Desde 1999, España se halla
en el llamado “Big Four” junto a Alemania, Francia y Reino
Unido. Con Italia en 2011, se amplió al rebautizado como “Big
Five”. Son países que pasan directamente a la final sin
competir en la fase final por ser los mayores contribuyentes a la
Unión Europea de Radiodifusión. España ha ganado dos veces el
Festival, en Londres 1968 con la canción “La, la, la”
interpretada por Massiel y en Madrid 1969,
con Salomé y la canción “Vivo
cantando”. Ha logrado la segunda posición en 1971, 1973, 1979 y
1995 y la tercera en 1984. En cambio no cosechó ningún voto en tres
ocasiones como fueron en 1962, 1965 y en 1983.
Sobre el Festival de Eurovisión se han vertido críticas en el
sentido de que se haya influido políticamente por el hecho de que se
conceden votos o no en función de las relaciones internacionales de
los países más que en los méritos musicales. Un análisis de todos
los votos señala que ciertos países tienden a apoyar a otros con
los que se encuentran políticamente alineados.
Aún con esas sospechas, el evento se contempla como lo que es, un
Festival internacional de la canción pero hubo un tiempo en España
donde fue utilizado políticamente por el Estado. Obviamente nos
referimos al franquismo.
Utilización política de Eurovisión
El
Festival de Eurovisión nace con el inicio de la difusión de
televisión por el país en un contexto de un país autárquico y
aislado de Europa con un deseo del franquismo de romper esa
situación. Visto el régimen franquista como lo que era, una
dictadura, cualquier éxito deportivo, musical de carácter
internacional le servía al régimen para intentar blanquearse,
homogeneizarse a Occidente. Por ello desde su inicio fue utilizado
por las autoridades franquistas para buscar un reconocimiento
internacional del país del que carecía. De ahí los esfuerzos,
inversiones e interés de España hacia el Festival.
En la biografía de la relación de la España de Franco con
Eurovisión quedan supuestas compras de votos a países, agasajos en
demasía a representantes de la organización, gastos a gogó para
“encandilar” a sus participantes y gestores. Pero también
existieron otros en contra tales como la aparición de pancartas
antifranquistas en los recintos, espontáneos sobre el escenario o
inasistencia de países por el rechazo al régimen fascista.
Una historia de la que vamos a recordar algunos casos y anécdotas.
España debuta en Eurovisión mintiendo
TNT
fue el primer grupo español en competir en 1964. Como el reglamento
del certamen en esas fechas solo permitía la actuación de solistas
y dúos, el régimen engañó a la organización presentando a Nelly
como solista y a Tim y Tony como coristas. Tal era el deseo enorme de
las autoridades españolas de estar presentes que llegaron a usar ese
tipo de camuflaje.
Un espontáneo con pancarta contra Franco y Salazar en
Copenhague
Pero esa misma noche del Festival celebrado
en Copenhague le dio un enorme disgusto al franquismo. En plena
actuación de Suiza un espontáneo subió al escenario portando una
bandera en la que miles de personas pudieron leer “Boicot a
Francisco Franco y Salazar”, en alusión a los regímenes
de Franco en España y Salazar en Portugal. Fue tal el bochorno
patrio que a partir de ese momento el festival y otros eventos de
carácter internacional se emitieron en TVE con 15 segundos de
retraso. De esa manera las autoridades intentaban eliminar cualquier
protesta contra la dictadura.
El veto de Austria a la España de Franco
Pero
la participación española implicaba más riesgos. Famoso fue el
boicot ejercido en 1969 por Austria. El país alpino, fuerte opositor
a las dictaduras, se negó a participar cuando el festival tuvo la
sede de su edición en Madrid. Austria no participó al rechazar la
situación política que se vivía en una España que el 24 de enero
había declarado el Estado de excepción por
las movilizaciones estudiantiles que reclamaban el fin del régimen
franquista. Ante ello el Gobierno de Austria obligó a su televisión
a no participar en Eurovisión como protesta por la represión
franquista. Según el escritor inglés John Kennedy
O’Connor, Austria decidió boicotear el festival por su
sentimiento de culpa al haberle dado los dos puntos a España en el
certamen anterior y que, a la postre, le dieron el triunfo Al mismo
tiempo y durante semanas, numerosas concentraciones se producían
ante varias de las embajadas españolas en Europa exigiendo el
boicot.
¿Compró el franquismo el festival de Eurovisión del
68?
Una de las controversias más conocidas la reveló
el periodista fallecido y experto en el Festival José
María Íñigo. El especialista en Eurovisión reveló en
1968 que "a España le interesaba mucho ganar Eurovisión, por
tener un cierto renombre en algo. Tal es así que ya en épocas
anteriores se habían hecho maniobras para tratar de hacerse con los
votos de muchos países". El periodista vasco explicó incluso
el procedimiento que se utilizaba para garantizar a España el éxito.
"Todo el mundo sabe, y se ha publicado, que directivos de
Televisión Española y de compañías discográficas se paseaban por
Europa ofreciendo editar discos de distintos cantantes búlgaros,
checos, o vete tú a saber... mientras que Televisión Española les
compraba series que nunca se iban a poner y nunca se pusieron, con
tal de que nos dieran los votos para poder ganar".
En un documental para laSexta, Íñigo llegó
a decir que el franquismo compró votos para ganar el Festival en la
edición en la que Massiel venció por un
solo voto a Cliff Richard con su pegadizo
tema 'Congratulations'.
En este 1968 TVE decidió que fuera la canción “La, la,
la” del Dúo Dinámico la que represente a
España pero que el intérprete sea Joan
Manuel Serrat. En un principio eso le supuso
graves problemas para el cantautor catalán que fue objeto de una
campaña en contra desde sectores de su propia tierra con anónimos
tildándole de traidor, vendido o pesetero, algo que le dolió
tremendamente. Como reacción el artista exige que la canción se
interprete solo en catalán. Con el tiempo se ha conocido que una
estrofa hubiera sido suficiente para el cantautor. Obviamente la
franquista Televisión Española no solo no lo acepta sino que emite
una dura nota contra Serrat, le expulsa y a la
postre fue vetado de todos sus programas. El cantautor sufre la ira
de la España oficial, el veto de las emisoras de radio que dejan de
poner sus discos, numerosos ayuntamientos rescinden los contratos
firmados para sus actuaciones.
Exilio de Serrat en México
Recordemos que
años después, el 29 de septiembre de 1975, estando de gira Serrat
en México, coincidió los fusilamientos de tres militantes de FRAP y
dos de ETA por parte del régimen
franquista. Serrat hizo declaraciones repudiando la pena de muerte y
la violencia establecida y oficial. Por ello el gobierno español
libró una orden de aprehensión en su contra y le impidió regresar.
El régimen se vengaba de nuevo de su decisión de cantar en catalán
en el Festival años antes. México le dio asilo político hasta
que la amnistía de agosto de 1976 de la Corona hizo que el Noi
del Poble Sec pudiera regresar a España.
El “no” de Marisol
Pero volvamos a 1968
tras la negativa de que Serrat fuera el representante español en
Eurovisión. TVE le hace la oferta a Marisol. La malagueña ya no es
la niña manipulada por el régimen, ya no es la niña prodigio con
la que jugaban productores y gerifaltes del franquismo. Marisol se
negó y eso le mete prisa al régimen que agobiado se pone en busca
acelerada de sustituta. Lo encontró en una joven de apenas 21
años, María de los Ángeles Félix Santamaría
Espinosa, artísticamente de nombre Massiel.
La madrileña solo contó con nueve días para viajar desde México y
preparar la canción que terminó siendo la ganadora.
“La tanqueta de Leganitos”, apelativo que recibía
Massiel por su energía y fuerza artística, acudió a Londres
asombrando a toda Europa con una canción de estribillo simple pero
pegadiza que derrotó al favorito, el británico Cliff
Richards, en el sprint final de las votaciones. Yugoslavia,
último país en votar, sorprendió no votando ni a España ni al
Reino Unido. Resultado final: España, 29 puntos; Reino Unido, 28.
Massiel rechazó la condecoración de Franco
El
gobierno de Franco le concedió el Lazo de Isabel la Católica pero
Massiel lo rechazó lo que le costó un año de veto en TVE. Cabe
recordar ahora que la cantante con el tiempo manifestó sus ideas
progresistas. En 1975 un grupo de extrema derecha entró en su casa
-cuando la cantante estaba con su empleada de hogar- pintando varias
esvásticas.
Y el sueño de Franco se hace realidad en “La España
diferente”
Y con la victoria de Massiel en Londres,
el Gobierno español y TVE se hacen cargo de la organización del
Festival de Eurovisión de 1969. Llegó el gran momento soñado por
el franquismo y fue en el Teatro Real de Madrid el 29 de marzo con la
cantante Salomé de representante española y la canción “Vivo
cantando”. El régimen era consciente del lavado de imagen que podría
suponer una audiencia de 500 millonesde espectadores en un Festival de Eurovisión celebrado en
Madrid. Las movilizaciones de estudiantes y obreros y antifranquistas
se producían por doquier contra una dictadura que aunque no caía,
se resquebrajaba. En enero de 1969, dos meses antes del Festival, se
produjo el asesinato del estudiante Enrique Ruano.
Un asesinato con tremenda repercusión internacional que la Policía
política intentó falsear atribuyéndolo a un suicidio del joven. La
respuesta del Estado fue una ofensiva de marketing a golpe de talón,
unos 100 millones de pesetas, enorme cantidad en esa época. Entre
otros gastos, 15.000 claveles españoles para adornar el escenario,
un cartel diseñado por Salvador Dalí y
una enorme promoción para blanquear esa España negra que vivía el
final de su dictadura. El eslogan utilizado era “La España
diferente”.
Pero el régimen no pudo evitar ni la negativa de Austria a
participar, ni las protestas de la TV sueca y la de otros países que
exigieron al gobierno español la liberación de los presos políticos
bajo la amenaza de no participar. Ello obligó al Gobierno a levantar
el estado de excepción el 21 de marzo.
Al mismo tiempo los 16 países que visitaron Madrid fueron
agasajados previamente con viajes a la Costa del Sol o Mallorca,
espectáculos flamencos y cenas y fiestas como la ofrecida por el
Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu.
El mundo nos ve en color pero los españoles en blanco y
negro
España puso en marcha la más innovadora
tecnología televisiva con su primera retransmisión en color,
dándose la paradoja de que los españoles solo pudieron verlo en
blanco y negro porque los televisores en color aún no habían
llegado a nuestro país.
Un dato que no pasó desapercibido para los 700 periodistas
acreditados y ubicados en una sala contigua al teatro fue que
mientras ellos estaban apartados del escenario siguiendo el evento en
una pantalla gigante y los músicos de la orquesta casi hacinados, el
aforo de 500 espectadores fue destinado a los afortunados dirigentes
del régimen. Tampoco que aunque las medidas de seguridad se
extremaron no pudieron evitar una amenaza de bomba.
La censura impuso un forro bajo el vestido
de encajes a la propia presentadora, Laura Valenzuela. Pero también
alcanzó al representante sueco que tuvo que cortarse el pelo.
Asimismo a Portugal cuya canción se presentó como Deshojada en
vez de Desfolhada.
María Rosa Marco Poquet, de nombre
artístico Salomé, licenciada en Historia y
que también estudió Medicina (a falta de tres asignaturas de
terminar dicha carrera) actuó en representación de España apenas
con 30 años de edad. Fue la tercera en actuar entre las actuaciones
de Luxemburgo y Mónaco. Fue acompañada de los Hermanos
Valldemossa como coristas. Su vestido de Pertegaz pesaba 14
kilos y al estar realizado con canutillos de porcelana
azul turquesa y tres collares de 1 kilogramo cada uno. La artista
barcelonesa afincada en Valencia, grabó "Vivo Cantando"
en ocho idiomas diferentes (castellano, catalán, euskera, francés,
alemán, italiano, inglés y serbocroata).
Tras las actuaciones llegaron las votaciones. El penúltimo
jurado, el de Portugal, concedió dos votos a España y dos a Francia
lo que llevó a un triple empate con Holanda. Finalmente Finlandia no
dio ningún voto a estos tres países pero sí al Reino Unido. Lo
nunca visto fue el resultado final: un cuádruple empate que provocó
que la presentadora, Laura Valenzuela, se
viese en apuros para determinar los ganadores al no existir en esos
momentos una norma de desempate. Cuatro países acababan de ganar el
Festival de Eurovisión de 1969, entre ellos la España de Franco. El
sueño húmedo del dictador fue logrado en un país donde su gente
precisamente no “vivía cantando” y solo soñaba con alcanzar la
libertad.