"Toma
el dinero y corre": la obra que demuestra cómo el arte
conceptual sigue estafando a los museos
29
septiembre 2021,
Albert
Sanchis
Magnet
Hace
poco más de un siglo, Marcel Duchamp empujó los límites de lo que
podría considerarse arte cuando cogió un urinario, lo giró 90
grados, lo firmó con el seudónimo “R. Mutt” y lo envió a la
exposición inaugural de la Sociedad de Artistas Independientes en
Nueva York. El
arte conceptual sigue levantando ampollas en
algunos de los críticos de arte e intelectuales de todo el mundo, y
sin embargo, muchos museos abrazan y ensalzan este tipo de obras como
originales y disruptivas.
Pero
ahora, todo esto ha ido demasiado lejos. Un
artista ha vendido dos lienzos en blanco a
un museo. Título de la obra: “Toma el dinero y corre”.
¿El
timo del siglo?
El
Museo de Arte Moderno Kunsten en Aalborg, Dinamarca, nunca hubiera
esperado semejante resultado cuando le
dio la cuantía de 80.000 euros a un artista danés para
que lo utilizara en su próximo proyecto. Se le pidió a Haaning que
recreara dos de sus trabajos anteriores: "Un ingreso anual
promedio danés" y "Un ingreso anual promedio de Austria",
exhibidos por primera vez en 2007. Ambos usaron efectivo real para
mostrar los ingresos promedio de los dos países.
En
cambio, el artista, Jens Haaning, le entregó al museo dos lienzos en
blanco y dijo que se titulaban "Toma el dinero y corre".
¿Qué
había pasado?
Además
de los 80.000 euros por su trabajo, el contrato incluso establecía
que el museo le daría a Haaning 6.000 euros adicionales para
actualizar el trabajo, si fuera necesario. Los encargados de la
institución ya no sabían si reír o llorar. Pero veamos, ¿Cómo
debían ser las obras a entregar? En el momento en que se exhibieron
inicialmente, la piezas destacaban los
ingresos medios de 328.000 coronas,
mientras que el salario medio austriaco ilustrado era de alrededor de
25.000 euros.
El
museo recuerda que cuando hablaron con el artista sobre la
realización a principios de año, aceptó el contrato e indicó que
era “un trabajo bastante fácil". Posteriormente, pudieron
constatar que el dinero no se había invertido en la obra.
La
explicación.
Cuando
finalmente vieron el título de la nueva obra, todo estaba claro.
Jens es conocido por su arte conceptual y activista con un toque
humorístico. Y dio eso precisamente, pero también un pequeño toque
de atención, ya que todos saben a dónde se fue el dinero. Según un
comunicado de Haaning,
"la idea subyacente era mostrar cómo se pueden utilizar los
salarios para medir el valor del trabajo y mostrar las diferencias
nacionales dentro de la Unión Europea. Pero cambiando el título del
trabajo a “Take the Money and Run”.
Haaning
cuestiona los derechos de los artistas y sus condiciones de trabajo
para establecer normas más equitativas dentro de la industria del
arte. "A todos les gustaría tener más dinero y, en nuestra
sociedad, las industrias laborales se valoran de manera
diferente", explicó.
"Es una declaración que dice que también tenemos la
responsabilidad de cuestionar las estructuras de las que formamos
parte. Y si estas estructuras son completamente irracionales, debemos
romper con ellas. Puede ser su matrimonio, su trabajo, puede ser
cualquier tipo de estructura social”, agregó.
No
devolverá el dinero.
El
artista no
tiene intención de devolver el dinero en efectivo.
“Por supuesto que no lo devolveré”, dice. "El trabajo es
que tomé el dinero y no lo devolveré". El museo ha colgado los
marcos vacíos en el lugar designado para el trabajo en la
exposición, junto con su correo electrónico explicando el nuevo
trabajo conceptual. "No es un robo. Es incumplimiento de
contrato y el incumplimiento de contrato es parte del trabajo".
Haaning dice que es poco probable que el trabajo se convierta en una
serie. “Si alguien tiene demasiado dinero, querrá regalarlo”, se
ríe. "Estoy abierto a invitaciones".
Otro
caso español.
Karmelo
Bermejo, un reconocido y polémico artista español ha protagonizado
casos similares en nuestro país. Hace años enterró
en la calle 10.000 euros que recibió de una subvención pública.
El artista aseguró que la caja estaba bajo una placa de bronce que
avisaba dónde estaba el tesoro. “España 2016, 10.000 euros,
dinero público en un punto concreto y difundido… que cada uno
saque sus conclusiones. Podría romperse la placa y robar el dinero.
Podría, incluso, venderse la placa en el mercado del arte”,
contaba.
Hace
cinco años tuvo que devolver una subvención del Ministerio de
Cultura por no
haber realizado ninguna de las obras de arte para
las que fue otorgada. Karmelo cogió el documento oficial y el
documento bancario, los enmarcó y los convirtió en pieza artística.
En otra ocasión, en 2012, mostró la financiación otorgada por el
Banco Santander para la realización de una obra de arte, que Bermejo
utilizó para especular con acciones de Bankia. “El capital
aumentado con las plusvalías fue destinado a la adquisición de
todos los billetes de un vuelo regular con origen en Europa y destino
en África para que hiciese su recorrido vacío”.
Arte
conceptual.
“El
arte se cuestiona siempre a sí mismo”. Según esa definición del
mismo Karmelo, cualquiera que ofrece resistencia al mercado y a las
políticas museográficas podría considerarse artista. Al igual que
hizo el mitiquísimo Piero
Manzoni,
desvelando la fatiga de lo nuevo, la mentira de la firma, la
diferencia entre el valor del arte y su precio. Con ironía.
El
artista contemporáneo Richard Prince le dio también un giro "siglo
XXI" al concepto en su última exhibición en el Museo de Arte
Contemporáneo de Detroit y también
provocó controversia.
Prince hizo capturas de pantalla de las publicaciones de Instagram de
otras personas y agregó sus propios comentarios sin sentido en las
respuestas de la publicación. Luego amplió las capturas de
pantalla, imprimiéndolas en lienzos.
¿Es
arte? Por supuesto. ¿Es buen arte? Eso siempre ha dependido del
espectador.