Los 10 momentos más duros de
la declaración de la víctima de 'La Manada'
En todo momento, la joven madrileña
explicó al juez que “hicieron algo que no quería” y que sintió “miedo” y por
ello se sometió, para acabar cuanto antes
ElPlural
Mar, 5 Dic
2017
18 años. Es
la edad que tenía la joven madrileña que denunció ser violada en grupo por los cinco de ‘La Manada’ en los Sanfermines de 2016. “Sentí
miedo, me sometí para que todo acabara", dijo la joven ante el juez en
su declaración mientras la defesa de los acusados ha intentado convertir a la supuesta víctima en la culpable asegurando
que consintió las relaciones y que denunció por que no le parecieron
“placenteras”.
Frente a la
dureza de las afirmaciones del abogado de tres de los miembros de ‘La Manada’,
Agustín Martínez Becerra, que ha intentado mostrar a la joven como una persona
dispuesta a relaciones en grupo, como una “líder del pelotón” y como una mujer
capaz de denunciar sólo porque sabía que la habían grabado; la dureza de las
respuestas de la supuesta víctima.
Repasamos
los momentos más duros de esta declaración ante las preguntas en la
sesión del juicio de 'La Manada' que el Diario de Noticias de Navarra ha
transcrito de forma íntegra:
1En ningún momento hablaron de sexo
"No nos
presentamos, no me dijo su nombre, estuvimos hablando de fútbol, del tatuaje que
teníamos en el mismo sitio... No, no se presentaron. El primero que se
acercó y se quedó enfrente dijo que era amigo suyo, pero no les di dos
besos, ni me dijo soy fulanito. No hablamos de sexo, para nada. El chico
del banco me dijo que ellos, igual que yo, iban a dormir en el coche. El del
banco se quedaba sentado y el de enfrente estuvo más rato. Los otros estaban
yendo y viniendo".
"No
hubo ninguna conversación en que se mencionara el sexo. Les digo que me voy
por allí. Estaba sentada, el resto de pie y yo dije voy por aquí, y me dijeron
que me acompañaban. Pensaba que me iban a acompañar un tramo, no que me fueran
a acompañar hasta el coche. El recorrido no lo recuerdo. La única parada que
recuerdo es plaza del Castillo, la puerta de un hotel y de ahí al portal".
2La estrategia de La Manada para llevarla al portal
"El
chico con el que iba hablando me empezó a coger el hombro, la cadera y
me empecé a sentir incomoda. (...) Corté la conversación y no me apetecía
seguir. Hubo un momento en el que dije que girando a la izquierda se llegaba
antes al coche y ellos me fueron siguiendo. Yo iba la primera al girar por esa
calle y uno me adelantó. Se puso a la altura de un portal porque había una
chica timbrando y ellos se fueron escorando hacia al portal. Uno se
puso a hablar con la vecina, yo tardé algo en llegar y el chico con el que fui
todo el camino me acercó hacia él".
"No, me
sentía molesta, pero no pensaba que iba a pasar lo que luego sucedió y no vi
oportuno pedir auxilio. Y tampoco la calle estaba abarrotada como para llamar a
cualquier persona. No pedí auxilio ni nada porque no pensaba que iba a pasar lo
que pasó, me sentí molesta, pero decidí irme al coche y ya está".
3Relata cómo la metieron en el portal por la fuerza
“Cuando me estaba besando y me daba
la mano, entonces oí al que había entrado al portal que decía
"vamos, vamos".
"Yo
estaba como en la puerta del portal y el que me besaba me tenía agarrada de la
mano y tiró de mí hacia el portal. En ese momento, otro chico me metió también
en el portal, me agarró también de la muñeca. Este chico es el que llevaba un
reloj con esfera muy grande".
"No fue
con mucha fuerza, fue con la suficiente para meter a alguien, no fue para dejar marca o
hacer algo. Me dijeron que me callara y me hicieron así (se lleva la mano a la
boca)".
4Cuenta cómo la violaron
"Me vi
rodeada por aquellos cuatro, noté que me quitaban la riñonera, sujetador y me
desabrochaban el jersey atado a la cintura. Empecé a sentir más miedo cuando
me agarraron de la mandíbula y me acercaron para hacer una felación, y otro
me agarraba de la cadera y me bajaba leggins. En ese momento estaba
totalmente en shock, no sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y
cerré los ojos para no enterarme de nada".
"Recuerdo
que tenía una mano agarrándome para hacer una felación y otra mano que me
presionaba en la cadera. Estuve todo el rato de rodillas o semiagachada, no
recuerdo estar de pie. Me tiraban del pelo, de la coleta. Cuando estaba en el
cubículo, no me daba la cabeza para pensar cómo puedo salir de allí. Me
daba igual lo que pasaba. Me sometí para que acabara. Sentí miedo, no
sabía cómo reaccionar y reaccioné sometiéndome".
"No sé
lo que me obligaron a hacer ni cuánto tiempo duró, lo único que quería es que
pasara. Solo cerré los ojos y veía tatuajes en la tripa y en
la zona alta de la pelvis. No me daba la vista para verles la cara, solo
veía los tatuajes, escuchaba alguna que otra risa, recuerdo a uno que decía
'quillo, quillo, me toca a mí'. Creo que no usaron (preservativo), no
recuerdo que ninguno de ellos se lo pusiera".
5Se sometió por su propio bien
"Estaba en
estado de shock, me sometí y cualquier cosa que me dijera iba a
hacerla, porque estaba en shock y no pude decidir en ese momento. Al verme
sola, sin teléfono, empecé a llorar muchísimo porque quería ir al coche y
necesitaba tranquilizarme. Estaba hundida y me senté en un banco".
6Se dio cuenta que le habían robado el móvil
"Yo
estaba desnuda, con camiseta, me vestí, me puse el jersey y busqué la riñonera.
Ahí me di cuenta de que habían robado el teléfono. La riñonera la tenía
hacia el final del rellano, al lado de unos vasos de cubata. Quería el teléfono
para llamar a mi amigo".
"Ahora
lo sé (que estaba siendo grabada), pero no lo sabía, estaba con los
ojos cerrados. Ni me lo manifestaron, ni vi ningún móvil, hasta que me lo
dijo la Policía Foral que había vídeos. Al declarar no lo conocía".
7Llegó a sentirse culpable
"Al
llegar a mi casa a los días sentía mucha culpabilidad. Pensaba que podía
haber hecho más, que les estaba jodiendo la vida a cuatro personas, que
era mi culpa lo ocurrido... Porque me podía haber ido, porque no tenía que
haberme puesto a hablar con gente que no conozco, porque me separé de mi amigo,
porque me quedé sola en una ciudad que no conozco.
Me sentía
muy culpable, se me quitaron las ganas de hacer cualquier cosa y necesitaba
respirar. En mi cabeza estaba todo el rato pensando en esto, e incluso cuando
estaba de fiesta me ponía a llorar y no podía parar. No hablaba del tema y a la
vez buscaba noticias para encontrar una explicación lógica. Tenía
pesadillas, insomnio, problemas de concentración. He sido buena estudiante
y no me presenté a los exámenes. porque no era capaz de centrarme".
8Explica la polémica foto de Instagram
"La
colgué en septiembre de este año. Es una camiseta sobre una frase de un
programa de televisión, Super Shore, de una chica que se llama Karime, y dice
esta frase (hagas lo que hagas, bájate las bragas) y otras como taconea,
bonita, taconea, con las que se hacen camisetas".
9Decidió intentar hacer vida normal
"Me
fui de vacaciones con mi amigo y su familia, y a mi pueblo. Estuve
una semana en la playa con la madre de mi amigo, que es psicóloga, y me
dijo que me podía venir muy bien. Decidí irme con ellos porque era una cosa que
siempre lo he hecho y no quería cambiarla por un simple hecho”.
"Mi
normalidad era colgar fotos de fiesta y seguí haciendo eso. Había muchos
conocidos que sabían que había ido a los Sanfermines y por eso puse también una
foto con mi amigo. Quería evitar que se me relacionara con esto, yo nunca dije
que era esa chica".
10La investigación de los detectives privados
"Me
enteré de que había habido detectives privados. Me afectó, no solo por los
síntomas que suele tener una víctima de este tipo de agresiones, sino que hay
que sumar un sentimiento de supervigilancia. Salía a la calle pensando que me
iban a secuestrar, sentía que todo el mundo me observaba y necesitaba
sobreprotegerme".
Natalia
Castro es redactora de El Plural
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