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martes, 13 de febrero de 2024

Se filtran las actas de residencias que Ayuso quiere esconder

Se filtran las actas de residencias que Ayuso quiere esconder


Los documentos dejan al

 descubierto el abandono de estos

 centros de mayores por parte de

 la Comunidad de Madrid

 durante la pandemia




ElPlural

Rubén Rozas

12-2-24

Hace cosa de una semana se conocía que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso acudía a los tribunales para evitar que salieran a la luz los informes que relataban las situaciones de las residencias durante los primeros meses de la pandemia del coronavirus. Ahora, salen a la luz algunos de esos textos, que evidencian el abandono de la región durante los primeros meses del virus.

La Cadena Ser ha tenido acceso a varios de los informes, que van en consonancia con los conocidos como “protocolos de la vergüenza” y que ofrecen un retrato fidedigno del escenario que vivieron hace ya casi cuatro años los mayores de estos lugares, así como sus trabajadores.

En concreto, son 205 las actas firmadas a las que ha tenido acceso el medio mencionado, que cuentan cómo fue la situación de los centros durante las primeras semanas de pandemia (cabe destacar que el conjunto de estos informes que pedía una particular van desde el 1 de marzo de 2020 hasta el 1 de agosto de ese mismo año). Algunas ya habían sido publicados, pero es la primera vez que se conoce el contenido íntegro de los informes policiales.

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El 5 de abril de 2020, las autoridades acudieron a la residencia Ballesol, donde su directora contó que necesitaba de manera urgente que se llevaran a tres mayores que habían fallecido y que seguían en el centro. Una de estas personas había muerto 48 horas antes y las otras dos el día anterior.

Un día después, la Policía Municipal escribe, sobre la residencia Amavir Puente de Vallecas, que el recinto “cuenta con tres fallecidos”, siendo el más antiguo uno que data del día “5-04-2020 a las 8:00 horas”. Aunque el escenario es el mismo -o similar- en otras residencia de la Comunicad de Madrid. Por ejemplo, en la Orpea Madrid Valdemarín, donde los profesionales pedían sudarios y “ayuda para retirar a los fallecidos en el menor tiempo posible”. O en la residencia para personas mayores Vallecas, donde el 12 de abril los informes constatan que el centro tenía en sus instalaciones a una persona fallecida desde el día anterior.

Abandono de los mayores de las residencias

La situación de dejadez por parte del equipo regional, sin embargo, va en varias direcciones, y así lo proyectan los textos que cuentan cómo se vivieron las primeras semanas de pandemia en algunos de los centros.

Por días, el 30 de marzo, un informe de la Policía refleja que las zonas comunes de la residencia Geriatel se estaban utilizando porque había residentes con trastornos cognitivos y una persona sorda, muda y ciega que necesitaba no estar confinada. Poco más de una semana después, la policía volvió a visitar el centro y comprobó que esas situaciones, en este caso, sí se habían corregido.

Otro caso más, el de la residencia Rafael Alberti, situada en Moncloa. El 4 de abril los responsables de este centro pidieron “urgentemente” equipos de protección mientras que, dictan, no se persona “ni UME, ni Comunidad de Madrid”. Dicho de otro modo, “nadie” acudió a este lugar durante lo más duro de la pandemia.

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No es el único sitio que atravesó esta situación, y es que buena parte de las actas reflejan la falta de material como EPIS o mascarillas. En la residencia Sagrado Corazón, el 31 de marzo, denunciaron que “falta mucho equipo de protección” y que no les facilitaban test “por lo que no ha realizado ninguna prueba”. Entretanto, el 6 de abril, en el centro “Nuestra Señora de Montserrat” todavía estaban usando como EPIs “bolsas de basura” y los profesionales piden encarecidamente más personal.

Más allá de la falta de material y/o personal, en muchos centros muestran la sensación de estar solos. Es el caso de la residencia Santísima Virgen y San Celedonio, el 3 de abril. Aquí, ese día el número de fallecidos es de 34 y los trabajadores aseguraron haber solicitado ayuda a las diferentes autoridades sin haber recibido “ninguna contestación”. En el Conjunto residencial las fuentes dieron una respuesta mucho más directa a la Comunidad. Era 11 de abril y sus encargados lamentan que solicitaron a la región test rápidos, material de desinfección y un médicos, sin que Sol les diera respuesta alguna.

Y esta sensación de abandono perdura con el paso de los días. Así, el 30 de abril, el director de la residencia Justo Dorado centra la mirada en la administración pública, asumiendo que “ha echado en falta apoyo institucional”, así como que los protocolos se hubieran definido “bien” y que no provocasen “contradicciones que les indujo a mucha confusión”.

Rita Maestre condena los "protocolos de la vergüenza" de Ayuso

La oposición no ha tardado en reaccionar a las actas policiales de residencias. La portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre, recuerda a la responsable de Sol que pese a ser algo que "ya se sabía" sigue siendo "muy duro" de leer para las familias. 

Asimismo, recuerda que en aquellas semanas, la presidenta madrileña "se alojaba en un apartamento de lujo" y su hermano "cobraba una comisión de 283.000 euros por un contrato concedido a dedo por su gobierno". "Pero no sólo sufrían escasez de medios: también la indolencia y pasotismo de la Comunidad de Madrid ante sus necesidades. Las residencias gritaban auxilio y literalmente "no obtenían respuesta alguna". Es escalofriante leerlo (...) Estas son solo unas pocas de las muchas actas y demuestran tanto la responsabilidad del gobierno de Ayuso como la complicidad de Almeida: era la Policía Municipal la que realizaba las inspecciones y él no movió un dedo. Ya lo decíamos ¡en junio de 2020!"




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