José Carlos medina
20-7-25
EL VENTORRO PARTICULAR DE FEIJÓO.
A raíz del escandaloso caso Montoro, Feijóo, que hace dos días se iba a comer a Pedro Sánchez por las patas, ha decidido recular y enrocarse en su particular Ventorro, a la espera de que pase la tormenta. Es el mismo Feijóo que acusaba a Pedro Sánchez de ser “partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución”, para rematar afirmando que España vivía “la mayor degradación institucional desde 1978".
Todo eso ha saltado por los aires al conocerse que Montoro, exministro del PP, presuntamente, vino haciendo durante años un uso privativo del Estado, creando una red que utilizó (en su provecho y el de sus colegas) los puestos que ostentaban en la Administración para socavar los recursos públicos y favorecer, de manera privilegiada, a determinadas empresas, siempre y cuando, pasasen por caja. Políticos y funcionarios se conjuntaron con intereses empresariales para rendir las instituciones del Estado a los pies de intereses privados, creando una red clientelar que hacía saltar por los aires cualquier separación de poderes. Es la eliminación del Estado, de la democracia y de su sostén legal en favor de lo privativo.
Hombre, igual Feijóo no se enterado de la carga de profundidad que esto supone, pero todo lo demás, desde los sobres de Bárcenas al pago en B de las obras de la sede del PP, al mangoneo de Rodrigo Rato y la Gürtel o al nuevo caso de la Santísima Trinidad: Koldo, Ábalos y Cerdán, se queda en insignificantes mamandurrias al lado de esta abisal herida en el mismísimo corazón de la democracia: crear leyes o modificarlas, ex profeso, desde los despachos ministeriales y desde el Parlamento, para llenar los bolsillos de unos cuantos.
Ésta sí que es “la mayor degradación institucional desde 1978". Por cierto, ejercida por su colega Montoro bajo las siglas del partido que hoy preside. Feijóo ha enmudecido y ha decidido esconderse, como lo hizo Mazón, a la espera de que escampe.
Pero, esta dana, trae mucha, pero que mucha agua. Al tiempo.
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