Abarrafía, un inmigrante marroquí de 20 años, pasó 57 días en una cárcel de Gran Canaria por un crimen que no cometió, acusado de intentar quemar viva a una chica española de 17 años. El caso conmocionó a España y avivó el discurso de odio de la extrema derecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario