Ayer tuve la oportunidad de ver un vídeo donde un joven palestino se negaba a moverse del lugar donde ha vivido desde su niñez, me impresionó el entorno, todo reducido a escombros y en el fondo un vehículo que trasladaba personas, quemándose ante los ojos atónitos de los que estaban allí.
Me sorprendió la entereza de un adolescente que sangraba de su cabeza, solo sujetaba su herida sin soltar un grito, ni una lágrima.
Me estremeció una madre que abrazaba a su pequeño sin vida, con una valentía que quisiera poder sentir yo.
No vi personas huyendo despavoridas, me da la impresión que ya aceptaron su destino, se saben solos, no hay nadie que les tienda una mano... ¡Qué angustia mi Dios bendito!
Probablemente, ahora que no hay prensa y que tampoco hay acceso a Internet, lo más seguro es que Palestina quede aislada del mundo y el mundo quede aislado de Palestina.
Pero, me queda un resignado consuelo, en mi mente quedaron grabadas todas las imágenes de un pueblo con valentía y sobretodo, con dignidad.
Esta es una virtud que Israel nunca tendrá, tal vez será "amado" y aclamado por miles de fanáticos, que leen las sagradas escrituras, los ensalzan y adulan como si realmente fueran merecedores de tantas alabanzas.
Yo me quiero referir el hombre humilde que caminó kilómetros tratando de salvar a sus hijos o a ese individuo que simplemente decidió morir antes que ir en busca de su propia muerte y la de su familia a un lugar que no era el suyo.
Todos han recibido órdenes de evacuación a un sitio desconocido y en el desplazamiento van quedando tirados sus cuerpos sobre las calles polvorientas, el ejército israelí los espera, apunta y dispara.
El pueblo palestino era desconocido para mí, mi relación con ellos se inició desde que conocí el Islam, y no me arrepiento.
No admiro a los líderes de los países vecinos, al contrario, siento vergüenza porque se llenaron de frases y declaraciones de amenazas y sanciones, pero ninguno hizo nada.
Por eso, Palestina no puede pasar a la historia y ser olvidada, cuando en los colegios se hable de un pueblo que fue sacrificado cruelmente por un criminal invasor, recuerden estas imágenes, son mis hermanos palestinos buscando un nuevo lugar para morir.
Para un musulmán ser martirizado es recibir el don divino de alcanzar el Paraíso.
¡¡Allahu Akbar!!
Maria Cecilia Saa Gerbier.
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