Francisco Torres
EL RETRATO DEL PASADO ES…
Con el agotamiento del verano y el anuncio del otoño todo se empieza a ver un poco gris. Las derechas españolas y la mayoría de los medios de comunicación y otros profesionales de la extorsión lo quieren pintar de rojo a base de ruido e insultos. Por cierto, ayer el señor Núñez Feijóo se unió al coro de hijos de puta que alardean de su gusto por la fruta encabezado por la señora Díaz Ayuso.
Pero todavía alguno en especial, como Miguel Tellado – secretario general del Partido Popular - lo quiere pintar con colores más violentos: Este viernes hablaba de "cavar una fosa"…, en un país en el que tantos españoles de ayer siguen todavía podridos en las cunetas con un tiro en la nuca.
Ayer la semana culminó con el canto gamberro de Núñez Feijóo en una fiesta de pueblo, recurso al que ya han acudido demasiados alcaldes y concejales del PP, cuando todavía resonaban en mis oídos la frase lapidaria de Tellado.
Y quizás fuera el azar el que quiso que, tras el partido de fútbol en el que barrimos al contrario (a por ellos), la televisión española nos dejó ver la película “El maestro que prometió el mar”, con la que el cine español, una vez más, quiere ayudar a escribir la historia reciente, la historia real – no la que impuso Franco, que todavía está vigente porque las derechas españolas así lo quieren -, de nuestro país.
La película trata de la experiencia de un maestro que, en tiempos de la república, quiere imponer en un pueblo castellano. Lo quiere hacer a través de una enseñanza laica y con métodos de enseñanza propios de la Institución Libre de Enseñanza que creara Francisco Giner de los Ríos medio siglo antes. (Como ya vimos en “La lengua de las Mariposas”, los profesionales del magisterio fueron unos de los principales colectivos a combatir tras el golpe de Estado del 36 del siglo pasado). En este caso, el maestro se encuentra de entrada enfrentado a la iglesia y a las fuerzas conservadoras, y se convierte en uno de las primeras víctimas de los fascistas, apenas triunfa el golpe de Estado en esa zona.
La película cuenta la historia en flash backs constantes, en los que pasado y presente se van dando luz uno a otro, a partir de un retrato que llega a las manos de una mujer que quiere saber el pasado de su abuelo, que siempre guardó silencio de ese pasado suyo. Empieza con el desentierro de una tumba colectiva de represaliados por el régimen franquista, y termina con los desmanes del mandamás fascista imponiendo miedo y ordenando el asesinato del maestro.
El sueño es como la razón desmandada. Con estos antecedentes del fin de semana, esta noche me puse a dormir y en mi cabeza se confundían los acontecimientos más recientes de la actualidad con el gamberreo festero de Núñez Feijóo y la frase lapidaria de Tellado, con imágenes de la película. Y, por eso que la razón no sabe explicar, Tellado se convertía en el fascista que mete miedo, pistolón al cinto, en el pueblo donde enseña el maestro, y aún más se trasponía en mi pesadilla convertido en Benito Mussolini.
Quizás lo que me está diciendo el subconsciente es que el retrato de aquellos años de la república se parece bastante a la fotografía que arroja nuestro presente.
Buen día.
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