Buscar este blog

miércoles, 26 de noviembre de 2025

 



Mercedes Rodríguez

COMPRARSE UN SUPREMO 💸

Una justicia que se vende barata pero cuesta muy caro

Tres jueces del Tribunal Supremo que firmaron la condena del ex fiscal general Álvaro García Ortiz participaron, al día siguiente de acabar el juicio, en un curso remunerado organizado por la misma entidad que ejerció la acusación popular: el Colegio de Abogados de Madrid (ICAM). El 14 de noviembre de 2025 arrancó la formación; los jueces impartieron sus clases los días 17, 18 y 19, en plena deliberación.

El ICAM no fue un actor neutral. Fue quien presentó la primera querella, acusó a la Fiscalía de revelar datos de la pareja de Ayuso y pidió 4 años de cárcel para García Ortiz. Y mientras la sentencia se redactaba, pagó 180, 360 y 630 euros a quienes debían juzgarla. Un circuito perfecto. Una puerta giratoria judicial que se mueve sin ruido, pero que derrumba cualquier apariencia de imparcialidad.

La excusa es conocida: son cursos formativos para el turno de oficio. Pero la excusa no tapa el fondo. La imparcialidad no es solo un valor jurídico, sino una percepción pública. No basta con ser independiente, hay que parecerlo. Si la acusación te paga, te invita, te aplaude y te retribuye mientras decides sobre su adversario directo, esa apariencia se destruye.

Los tres magistrados no necesitaron pedir permiso al CGPJ porque la ley deja un margen para actividades docentes. Pero que algo sea legal no lo convierte automáticamente en legítimo. Mucho menos cuando hablamos del Tribunal Supremo, una institución cuyo poder solo se sostiene si la ciudadanía confía en su limpieza. Este episodio demuestra que esa confianza está cada vez más erosionada.

No es un caso aislado. Es un síntoma. Un sistema judicial que vive cómodo entre vínculos corporativos, redes opacas y una lógica de club selecto donde nadie parece incómodo. Una justicia que se quiere vestir de neutralidad mientras participa en relaciones evidentes con actores procesales directos. Una justicia barata en precio, cara en consecuencias.

La imparcialidad no puede comprarse. Pero aquí han intentado venderla.

Únete a nuestro proyecto: https://www.facebook.com/SpanishRevolution/subscribe/


No hay comentarios:

Publicar un comentario