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miércoles, 16 de noviembre de 2016

Muchas gracias...

Muchas gracias por estar aquí
Público
Luis Gonzalo Segura
15-11-16
El próximo día 22 de noviembre el Tribunal Supremo decide sobre mi posible readmisión y no sé qué pasará, aunque lo que sí tengo claro es que no será la última batalla. Queda mucho por hacer, muchísimo, y muchas batallas por librar, y por perder, y tal vez alguna por ganar. Y si he llegado aquí, si estoy aquí, es por ti. En estos años, muchos miraron para otro lado y muchos callaron, fueron muchos los que pasaron de amigos a desconocidos. Olvidados del todo y de todo. Sin embargo, la fuerza de la solidaridad me ha sostenido y alentado desde hace dos años.


Hubo momentos muy duros. Recuerdo cuando hace un año perdí mi trabajo, que también era mi sueldo y mi sustento. Es como si el suelo se quebrara bajo tus pies. Llamé a muchas puertas, reconozco que desesperado, pero la mayoría estaban cerradas, extrañamente cerradas, incluso algunas que jamás hubiera esperado. Fue justo en el mismo momento en el que los medios decidieron que esta historia ya no tenía importancia, incluso la editorial decidió que prefería no vender. Puertas cerradas y silencio mediático era sin duda el peor escenario en el que podría encontrarme. Puertas cerradas significaba no saber si podría comer o si podría pagar al abogado. Silencio mediático era asesinar la lucha que comencé hace ya más de seis años, aunque públicamente solo llevase dos años. Increíblemente, casi nadie informó de mi expulsión, dejó de importar. Y muerto el perro se acabó la rabia, pensó la mayoría.
Pero tú estabas ahí y tu presencia ha impedido que todo se fuera al garete: medios de comunicación y periodistas independientes; políticos que de verdad quieren cambiar el mundo en diversos partidos (Unidos Podemos, Esquerra, PCE, etc.); Unidos Podemos (todos los que lo forman, del primero al último), PCE, Anemoi (colectivo de militares republicanos al que pertenezco y en el que se encuentran miembros de la UMD), colectivos republicanos, juventudes comunistas, UPyD (Rota en especial), plataformas de apoyo (la extinta Plataforma Tte. Segura y la Plataforma por la Honestidad), asociaciones militares (UMT, AMTM, ATME, etc.), AUGC, belicosos grupos en redes sociales y personas altruistas hicieron posible que me escuchasen allá donde fui y que vivir vendiendo libros y denunciando fuera posible; Público, Vice News, la revista El Jueves y la Policía Municipal de Madrid me sostuvieron, y aún me sostienen, junto a los ciudadanos que compran y/o regalan los libros, animan, leen lo que escribo, luchan en las redes sociales y difunden sin descanso (ya somos más de 40.000 entre todas las plataformas).


En estos últimos días lo que más me preguntan es si quiero volver a las Fuerzas Armadas y si sé lo que me espera. Respondo positivamente a ambas cuestiones: por ti y por vosotros quiero volver a las Fuerzas Armadas y seguir la lucha. Sé lo que me espera, pero no os podría mirar a la cara y decir que abandono. Sois demasiados, hicisteis demasiado.
Quiero volver porque ha llegado la hora de luchar por los espacios, aunque sean hostiles. Si un espacio es hostil no se abandona, se lucha por él. Demasiados progresistas han sido y hemos sido expulsados de demasiados espacios y demasiados progresistas hemos abandonado demasiados espacios. Se terminó abandonar, no hay lugar para la rendición en esta guerra. Porque, despertemos, esta es una guerra que los ciudadanos estamos perdiendo desde hace mucho y si no damos la batalla cada día la derrota será más terrible.
Y sí, sé lo que me espera: acoso laboral, miradas incómodas, algún que otro zarandeo, provocaciones, más arrestos, suspensiones y todo lo imaginable… Volver a comer solo en una mesa entre doscientas personas porque unos me detestan y otros temen que acercarse a mí les traiga consecuencias negativas; volver a perder mi libertad de forma arbitraria; insultos más o menos velados; el reglamento a rajatabla y hasta la última coma; la vida imposible en los permisos, las vacaciones, los destinos y todo aquello en lo que sea posible… Lo sé, pero no voy a dejar de luchar ni voy a abandonar.
Siempre advertí que quería seguir siendo militar y si no es ahora será en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero será. Al menos hasta que quede una posibilidad podrá ser. Esto me está costando dinero, mucho; penurias, muchas; y un esfuerzo que consume casi toda mi vida. Contrariamente a lo que muchos creen, la vida del denunciante (y del revolucionario), porque mi discurso contiene denuncia y revolución a partes iguales, no es nada fácil y, desde luego, muy poco lucrativo. En un sentido económico cualquier tiempo pasado fue mejor, desde luego. A pesar de ello, si alguien piensa que por volver a las Fuerzas Armadas, si es que vuelvo, y recuperar mi estabilidad salarial, los casi 2.000 euros mensuales, será suficiente para la llegada de mi silencio, no ha comprendido todavía nada. No callaré.


Vender libros no es un negocio, no para mí. Es mi forma de lucha, mi reivindicación, mi pequeña y derrotada revolución. Habrá más libros, espero que muchos más, hasta que reviente mi cabeza y no sepa ni quién soy. Y si alguien piensa que mis manifestaciones fueron para promocionar los anteriores libros, tampoco ha comprendido nada. Mis manifestaciones son libertad de expresión y no pienso renunciar a ella, tanto si se trata del mayor impedimento para volver a mi puesto de trabajo como si es la mayor excusa para encerrarme y expulsarme.
Llegado el caso, si quieren volver a expulsarme quisiera que supieran que ahí tienen el salario, que lo disfruten… Yo te tengo a ti, os tengo a vosotros y me sobra… ¡Muchas gracias!
PD: Hoy, en una conferencia, Transparencia Internacional ha afirmado: “Se ha aumentado la preocupación en la sociedad española en lo referente a la gestión de las Fuerzas Armadas (debido en parte a la denuncia pública del teniente Luis Gonzalo Segura)”. ¡Juntos lo estamos consiguiendo!
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.



10 razones por las que Jorge y Marcelo no presiden nada.

Las 10 razones por las que Jorge Fernández Díaz no puede presidir ninguna Comisión del Congreso
Las grabaciones de sus tejemanejes, su relación con Marhuenda, sus nombramientos, su renta y patrimonio...

Los Genoveses
Mié, 16 Nov 2016

El que fuera ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ha quedado compuesto y sin comisión. El intento del Partido Popular de jubilar a uno de sus exministros más polémicos como presidente de la Comisión de Exteriores ha sido desactivado. El pacto se ha fraguado, como contamos en ELPLURAL.COM, tras un pacto entre Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, y el presidente de la gestora socialista, Javier Fernández.
¿Las razones? Pues son múltiples y variadas, pero desde Los Genoveses las hemos organizado de manera sencilla y accesible. Estas son las 10 principales razones.

Mucha más información y personajes en Los Genoveses


Día Mundial del Orgasmo Femenino


Sigue votando al Partido Popular


Hemeroteca: Atado y bien atado.

Atado y bien atado

   El mediocre traidor y rebelde general Franco, además de mala persona, antes de morir se convirtió en un auténtico vidente que predijo eso de las ataduras.
     Hoy, muchos años después, hemos de reconocer que tenía razón. Hace algún tiempo un alcalde de pueblo (lo digo como elogio, sin connotaciones peyorativas) fue procesado porque dijo que la  ”Justicia era un cachondeo”. Ayer, un amigo mío, al oír la sentencia  para el juez Baltasar Garzón aseguraba que en este país “la Justicia es una mierda”. Como lo dijo “sotto voce” espero que no lo empapelen.


    Aún así, aunque no se pueda hablar de los jueces, yo me adhiero a Gaspar Llamazares no acatando la sentencia del juez Garzón porque entre otras cosas, esta forma de actuar de los magistrados, me recuerda al tristemente famoso TOP (Tribunal de Orden Público del nacionalcatolicismo)

     El general traidor Franco era una mala persona pero muy hábil. Cuando sus compañeros de viaje Hitler y Mussolini murieron, solamente quedó él como dictador fascista y con los millones de crímenes que se habían cometido bajo esta ideología en el mundo, ya no estaba bien visto. Los americanos montaron el Tribunal de Nuremberg y procesó y condenó a los criminales nazis. Muchos huyeron, sobre todo a nuestro país donde el dictador “por la gracia de dios” les acogió y blindó contra la barbarie de los defensores de los derechos humanos. Ni Franco, ni la Iglesia Católica  se sentaron en el banco de los acusados por colaborar con el nazismo.



Los americanos montaron sus bases en España y “convirtieron” al traidor y asesino Franco en un dictador “respetable”, “amigo de los EE.UU”. La Iglesia Católica por su parte, a cambio de numerosas prebendas de las que todavía  sacan provecho, hizo de una Guerra Civil, una Cruzada. En una palabra “santificó” un alzamiento militar, una rebelión y una guerra que duró tres años con miles de muertos y heridos. Hambre, miseria, dolor, mucho dolor…A lo largo de la Historia la Iglesia se ha caracterizado por su “debilidad” con los dictadores, cuanto más sangrientos mejor, siempre que estos entraran en su juego de la participación divina.
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 Llegó el momento de la vía libre para la venganza. En los primeros años de la Paz de Franco que tanta propaganda nos hizo tragar, se cometieron las mayores tropelías, injusticias y asesinatos.
  Un juez, Baltasar Garzón, intenta que nuestros muertos puedan ser identificados y colocarlos en nichos o tumbas, donde puedan descansar toda la eternidad, pero llega la Justicia de Franco y sus Jueces y lo machacan. Un magistrado que ha hecho por este país más que el resto de la judicatura, se sienta en el banquillo de los acusados. Increíble, bochornoso…indecente.
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  Uno se ha levantado esta mañana, empapado en sudor, con taquicardia, la boca seca y un dolor de cabeza terrible. He soñado que los falangistas, (los mismos que han denunciado con tanto éxito al juez que les quería investigar), armados hasta los dientes, sacaban, a primeras horas de la mañana, a la gente de sus casas (hombres, mujeres ancianos y niños) al haber sido denunciados por el cura del pueblo o la monja, ama de llaves, como rojos judeomasónicos, haciendo honor, una vez más, a su habitual caridad cristiana. Nos han llevado a una cuneta y nos han fusilado junto a una zanja que ya tenían preparada para nosotros.
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  No fue precisamente ese momento el peor, porque mientras me iba muriendo temblaba solo de pensar que tenían que pasar 70 años más para que nuestros descendientes nos pudiesen identificar y enterrar dignamente sacándonos de esas cunetas próximas a la valla del cementerio, al lado de la carretera.
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   No fui capaz de identificar, con los ojos bañados en lágrimas, a mis progenitores, a mi familia y nunca sabré si el niño o niña que cayó a mi lado con la cara ensangrentada era mi hija, mi hermanito o mi vecina. Los falangistas siempre actuaban con extrema frialdad y rapidez, era necesario, decían, eliminar a sus descendientes, matar a la bicha y a sus polluelos.

Luis Viadel
      




Todo es posible


Foto selección

Foto: Luis Viadel

¿Good bye?

Público
16-11-16

Emilio Silva
Periodista y presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica
Cuando terminó la semana de luto decretada por los dirigentes de la dictadura, tras la muerte de Francisco Franco, millones de estudiantes regresaron a los centros de enseñanza. Allí les esperaba, a la entrada, un gran cartel en el que podía leerse el testamento del Caudillo, algo así como las últimas voluntades que decenas de miles de alumnos tuvieron que memorizar. En la memoria colectiva de mucha gente permanece el error de que la frase “Quedó todo atado y bien atado” formaba parte de esta despedida del dictador pero lo cierto es que la dijo en su discurso de navidad de 1969, el año en el que Juan Carlos de Borbón juró en las cortes franquistas los principios del movimiento.
De ese modo el dictador expresaba que el entonces príncipe Juan Carlos heredaría su legado, con los mismos principios y la impunidad con la que las élites del fascismo español se habían enriquecido y hecho dominantes gracias al uso de la violencia.


Durante muchos años de democracia el franquismo ha disfrutado de incomprensibles privilegios; la hija del dictador tuvo pasaporte diplomático para entrar y salir de España hasta 1986 y le fue retirado por la Unión Europea. Los herederos del dictador han conservado los frutos de su saqueo y de toda la corrupción que rodeó su ejercicio sanguinario del poder; y las familias de los criminales de guerra que le acompañaron en el golpe de 1936 han visto cómo los ministro de justicia de nuestra recuperada democracia renovaban los títulos nobiliarios que concedió el dictador.
Como en una versión española de la película Good bye Lenin, si un dirigente franquista despertara de un coma padecido por la impresión el día de la muerte del dictador, hoy podríamos recorrer con él un itinerario por las calles y monumentos que permanecen intactos, mantenidos por la democracia, como si la élite que ha gobernado nuestro Estado desde 1975 hubiera sido incapaz de salir del salón del franquismo a la manera de El ángel exterminador de Luis Buñuel. Ese franquista podría ir en Madrid a la plaza del Caudillo o ver entrar en la Audiencia Nacional (el remodelado Tribunal de Orden Público) a titiriteros de mal vivir o a otros grupos de música, concejales o rompedores de España a los que aplicar la Ley de Responsabilidades Políticas.


En los últimos años el atado y bien atado ha ido perdiendo fuerza. La caída del espejismo de la modélica transición y la extensión de una mirada crítica para analizar nuestro pasado inmediato han obrado el milagro laico.
La ciudad de Pamplona fue una de las cunas del golpe de Estado del 18 de julio de 1936. En ella se inseminó al ejército colonial con la idea de que España había sido invadida por una “canalla roja” que había usurpado el poder y la verdadera identidad española; a la que había que exterminar. Vinculados a esa ciudad, dos generales pioneros en el golpismo contra nuestro primer periodo democrático; Sanjurjo, que en el verano de 1932 lanzó la primera militarada; y Mola, redactor de las instrucciones del golpe del 18 de julio y uno de los principales progenitores de la dictadura franquista.
Desde 1961 los cuerpos de estos dos honorables fascistas han permanecido honrados en el Monumento a los Caídos de Navarra, junto a los de otros soldados de la patria ultra católica. En pleno centro de Pamplona y sostenido con fondos públicos, los residuos fascistas del franquismo han disfrutado impunemente de un lugar principal en el que rendir homenaje a quienes pusieron en marcha una máquina que arrasó con cientos de miles de vidas y segó en Navarra, donde no hubo guerra ni trincheras, la vida de cerca de 4.000 personas civiles.
El pasado verano el ayuntamiento de Pamplona anunció que iniciaba el proceso para que el 16 de noviembre, previo plazo de alegaciones, los cuerpos fueran retirados del Monumento a los Caídos, entregados a sus familias y la ciudad dejara de honrar a quienes tanto deshonraron al género humano.


Inmediatamente, las voces irreciclables del requeté y los ecos del Pensamiento Navarro comenzaron a anunciar una especie de llegada del apocalipsis. Culpaban al alcalde de la ciudad, Joseba Asirón (BILDU), de revanchismo, división de la sociedad, negacionismo de la historia y reapertura de heridas; la lista de argumentos con los que la derecha declara en el presente su franquismo, de forma eufemística.
La semana pasada se conoció que los restos del general Mola habían sido extraídos del monumento de forma discreta, algo que molestó a algunos sectores que hubieran preferido que se hubiera llevado a cabo de forma pública y notoria. El ayuntamiento había llegado a un acuerdo con el arzobispado y sus descendientes, algo que no ha sido posible con la familia del general Sanjurjo, que ha tratado de paralizar el proceso ante los tribunales que han rechazado sus demandas.
La caída fuera del espacio público de estos caídos puede tener un significado profundo; el nudo del franquismo se afloja con decisiones democráticas y podría ser el primer paso para que los restos del dictador Francisco Franco abandonen el Valle de los Caídos, el gigantesco mausoleo que, como una forma del maltrato del Estado, sus víctimas financian a través de su pago de impuestos.
Para que los restos del Caudillo fueran trasladados a una tumba familiar, sería necesaria una sencilla decisión política y la colaboración del obispado de Madrid, porque apoyándose en el Concordato podría ejercer la cláusula de inviolabilidad de un lugar de culto e impedir el acceso a la basílica.
Que cuarenta años después el Valle de los Caídos permanezca intacto, ocultando la historia de los esclavos políticos que lo construyeron, dedicado a un dictador y al fundador del partido que organizó las bandas de paramilitares que asesinaron a más de 114.226 civiles, explica muchas cosas de nuestra debilidad democrática. Que cada dos días, y con dinero público, se coloquen flores frescas en sus dos tumbas, explica la connivencia que han mantenido las élites de la democracia con ese pasado.


Lo que está ocurriendo en Pamplona es un primer paso, un desprecinto. Si en Pamplona ya pueden decir Good bye Mola y Good bye Sanjurjo sin ironía, está más cerca el momento en que podamos decir Good bye Franco. Otra cosa será despedirse del franquismo, para eso habrá que reparar sus daños vigentes. Es un largo adiós que empieza cuatro décadas después de lo debido, pero un imperativo categórico para quienes realmente respetan y sienten los valores democráticos.


Good bye Lenin.


Título original
Good Bye, Lenin!
Año
Duración
118 min.
País
Alemania Alemania
Director
Guión
Wolfgang Becker, Bernd Lichtenberg
Música
Yann Tiersen
Fotografía
Martin Kukula
Reparto
Productora
X Filme Creative Pool / ARTE / WDR / Senator Entertainment
Género
DramaComedia | Comedia dramáticaAños 80Años 90
Web oficial
http://www.good-bye-lenin.de
Sinopsis
Berlín, octubre de 1989. Unos días antes de la caída del Muro, la madre de Alex, una mujer orgullosa de sus ideas comunistas, entra en coma. Cuando despierta ocho meses después, su hijo hará lo posible y lo imposible para que no se entere de que está viviendo en una Alemania reunificada y capitalista. Su objetivo es convertir el apartamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre viva cómodamente creyendo que nada ha cambiado. (FILMAFFINITY)
Premios
2003: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes, Premio Ángel Azul
2003: Nominada Premios BAFTA: Mejor película de habla no inglesa
2003: Premios del Cine Europeo: 6 premios incluyendo mejor película. 8 nom.
2002: 7 Premios del cine Alemán: incluyendo mejor película y director
Críticas
  • Ajustada mezcla de comedia y drama para un film con excelentes críticas que se convirtió en un auténtico fenómeno sociológico en Alemania.
  • "Una película irónica, lúcida, piadosa y divertida."
  • "Magistral comedia oscura de Wolfgang Becker, cada día más arriba en su escalada hacia la cumbre del cine alemán de ahora."
  • Berlín, 1989: un hijo decide ocultar a su madre que ha caído el Muro mientras ella estaba en coma. Auténtico taquillazo en Alemania y el resto de Europa, esta historia no es sólo una entretenida y original comedia, sino también un agridulce retrato de las renuncias personales que conllevó aquel momento histórico. Ojo: que nadie espere análisis político ni alta sociología. Se trata tan sólo de una visión creíble y poco edulcorada de un fragmento de la realidad, que basa toda su fuerza en una idea brillante, la evolución del protagonista, las convincentes interpretaciones (excelente Brühl) y un enorme respeto -que se agradece especialmente- por la visión de aquel tiempo de los antiguos habitantes de la R.D.A. Muy recomendable.

martes, 15 de noviembre de 2016

Urinarios del mundo


Monseñor Martínez, Obispo de Granada, es la hostia.

memoria histórica
El arzobispo de Granada se apunta al revisionismo franquista
Acompañado de un nutrido grupo de religiosos, monseñor Martínez presenta en Lanjarón un libro sobre 'los mártires de la Cruzada'
ElPlural
Josefa Rozalén
Dom, 13 Nov 2016

El propio título del libro no da lugar a equívocos: se llama ‘Siempre los cristianos fueron, son y serán perseguidos’ y su autor es el sacerdote diocesano Santiago Hoces, cuya capacidad de convocatoria institucional quedaba de manifiesto en la primera semana de noviembre cuando reunió en Lanjarón al arzobispo de Granada, Javier Martínez, y a un nutrido grupo de religiosos en el acto de presentación de su obra.


En ‘Siempre los cristianos fueron, son y serán perseguidos’ Hoces relata, entre otros sucesos, las muertes de simpatizantes franquistas ocurridas en Lanjarón tras el golpe de Estado, y lo hace desde una perspectiva revisionista alejada de la historiografía profesional más rigurosa. El acto de presentación tuvo lugar en la Iglesia de la Encarnación.


De Roma a Lanjarón
El libro, que ya fue presentado en Granada en junio de 2015 por el delegado diocesano para la Causa de los Santos, Eduardo García, es “un repaso de las persecuciones a los cristianos a lo largo de la historia desde Palestina y el Imperio Romano, pasando por las persecuciones a manos de musulmanes, anglicanos, la Revolución Francesa y el Nazismo. Además, trata en profundidad las persecuciones granadinas, la de los moriscos en las Alpujarras, en el siglo XVII, y con las de Granada en 1936, bajo la II República y la Guerra Civil”.


Precisamente una de las muchas polémicas en que se ha visto envuelto Martínez tuvo que ver con los libros. A finales de 2013 la editorial Nuevo Inicio, perteneciente al Arzobispado, publicaba la obra ‘Cásate y sé sumisa’, donde la autora italiana Constanza Miriano defendía “la obediencia leal y generosa” de hombre a la mujer”. Martínez desoyó las peticiones de retirar el libro, que él consideraba “muy interesante desde el punto de vista cristiano”.
La obra del padre Hoces presenta como ‘Mártir de la Iglesia Católica’ al seminarista de 22 años José Caba Pozo, que según el autor “alcanzó gloriosa muerte por Dios y por la Patria a manos de los marxistas en Lanjarón”. Sin embargo, su versión de los hechos no concuerda con las conclusiones de historiadores profesionales como la doctora en Historia Contemporánea por la Universidad de Granada María Isabel Brenes, referente también del movimiento memorialista de Andalucía.
.Los hechos según el padre Hoces
Así cuenta el padre Hoces los hechos, ocurridos muy poco después del 18 de julio, cuando las tropas de Franco llegaron desde Granada a Lanjarón, donde al menos media docena de personas de filiación conservadora habían sido detenidas tras el golpe e iban a ser trasladadas a Órgiva:
“Los milicianos, exaltados y nerviosos por la fuga de parte de los presos, comenzaron a disparar. Tanto a los que huían por la pendiente como a los que caminaban junto a ellos por la calzada; en dicho tiroteo el párroco señor Barea resultó herido, pero salvaría la vida (…) pero murieron los dos que no habían intentado la fuga: el médico del pueblo y el joven seminarista. El siervo de Dios había recibido en el cráneo y en el rostro una descarga de perdigones que le dejaron inconsciente y muy malherido; y los cobardes milicianos, tras los disparos efectuados, huyeron en dirección a la población de Órgiva, y a toda prisa”.


Los hechos según la historiadora Brenes
Así se relatan, en cambio, esos mismos hechos en la obra colectiva ‘Muerte, dolor y silencio. Lanjarón 1931-1945’:
“Al llegar al lugar conocido por Visillo o Las Laderas, a unos dos kilómetros de Lanjarón, se pudo escuchar la descarga que hizo el ejército sublevado llegado de Granada contra la columna compuesta de milicianos y detenidos que eran conducidos de Órgiva para ser entregados a las autoridades republicanas”.
La obra de María Isabel Brenes y los también historiadores Andrés Fernández y Eusebio Rodríguez precisa lo siguiente: “Durante toda la causa judicial instruida por la justicia franquista se insiste, una y otra vez, en que los detenidos fueron fusilados por las milicias republicanas, cosa del todo falsa y que queda patente en la primera declaración hecha por uno de los heridos, José Barea Fernández, el 23 de julio de 1936, cuando se encontraba en el hospital recuperándose de las heridas sufridas, solo tres días después de ocurridos los hechos, y donde hace constar que ‘al llegar al Visillo se oyó la descarga que hizo el Glorioso y salvador Ejército Español’. En ningún momento hace referencia a que fuesen a ser fusilados o que lo estuviesen siendo antes de producirse el ataque del ejército”.
El dictamen final de los historiadores es este: “Los heridos lo fueron por el fuego cruzado, y la mayoría fueron heridos por bala –arma del ejército sublevado- y no por escopetas o pistolas, cuyo alcance es reducido (…) Los milicianos se preocuparon más por ponerse a cubierto de los disparos y por huir del lugar, que por repeler la agresión sufrida de forma inopinada y sorpresiva”.


Una historia aterradora
El revisionismo histórico suele pasar por alto que más de 200 personas del bando republicano, entre ellos el alcalde y el teniente de alcalde y varios hijos de ambos, fueron asesinados en Lanjarón, utilizando precisamente este episodio para justificar la venganza. La mayoría de ellos yacen sin nombre en las fosas comunes de Tablate, Las Pontanillas de Béznar y El Barranco del Carrizal.


La historia de esta última fosa es particularmente aterradora. Juan González Blasco, catedrático de Economía de la Universidad de Granada y cronista de Órgiva, calcula que en la fosa del Carrizal fueron fusiladas y enterradas en "cal gruesa viva" unas "5.000 personas". Este paraje alpujarreño, cercano a Lanjarón, se convirtió en una zona de exterminio de republicanos, sin diferencias de edad, nivel social o sexo.


Muchos de los republicanos allí enterrados habían sido previamente capturados en su huida hacia el corazón de la Alpujarra. Procedían de los pueblos de la zona, de la costa granadina y muchos, de la 'Desbandá' de Málaga. La investigación de González Blasco ha permitido determinar el nombre y apellidos de 350 víctimas de las 5.000 fusiladas en el Carrizal. 


Generalísimo, Criminal Nazi por la Gracia de Dios


Caridad católica


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La Tuerka, Pablo Iglesias, Lidia Falcón y el Hijo de la Gran Puta, Billy el Niño




LaSexta Columna desvela la imagen de Juan Antonio González Pacheco, más conocido como 'Billy el Niño', el mayor símbolo de la tortura durante los últimos años de la dictadura. Hasta hoy, ninguna televisión española ha grabado jamás su rostro. González Pacheco, este criminal fascista, se niega a hablar y huye, sin mostrar rastro de arrepentimiento. "Déjeme en paz", repite varias veces. La Audiencia Nacional rechazó su extradición a Argentina. 
Hoy es un hombre libre, un vecino más de la capital de España.