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viernes, 25 de agosto de 2017

Francisco Franco (Paquita, Marica) (Paca la Culona) Hemeroteca

PRIMER PLANO El título 'Franco confidencial' es el nuevo libro de Pilar Eyre
El Franco más íntimo y desconocido

·         "Tenía una fimosis muy acentuada. Su vida sexual fue inactiva", explica su médico
·         "El sexo no le interesaba, sublimaba sus deseos en el ansia de poder", asegura
·         Su padre, maltratador, le llamaba 'Paquita' y 'marica'
·         PILAR EYRE
·         Actualizado: 09/11/2013
·         Hace pocos meses. Vivienda elegante en Barcelona. Asombrado, el médico clavó en mí sus ojos, los mismos que habían mirado a Franco tendido en una camilla, cuando le pregunté por la intimidad de su célebre paciente. Me contestó con contundencia: "!No existía!". Le pido detalles para mi libro y dice después de una larga reflexión:
·         -El general tenía las dos características principales para ser un hombre frío:
·          complejo de Edipo y maltrato paterno.
·         Nos callamos. Y al fin prosigue:
·         -Lo sé con total certeza, porque Franco perdió un testículo en África, pero además hay un detalle de su anatomía que nadie conoce y que explica su idiosincrasia [le da una chupada a su cigarrillo]: 
·         tenía una fimosis muy acentuada, el prepucio muy cerrado, lo que me permite deducir, por mi larga experiencia en estos casos, que su vida sexual fue inactiva,
·          que después de engendrar a su hija, que era inequívocamente suya, no volvió a tener relaciones sexuales ni con su mujer ni con nadie...
·         -Pero ¿no se puede corregir este defecto?
·         -Se le aconsejó una operación muy sencilla y se negó porque el sexo no le interesaba, sublimaba sus deseos en el ansia de poder y pudo permanecer casto toda su vida. ¡La ambición, en su caso, sustituyó al orgasmo!
·         Francisco Franco Bahamonde nació el 4 de diciembre de 1892 en medio de una galerna endemoniada que sacudía la ría de Ferrol y de la celebración con morteros del día de la patrona de artillería, santa Bárbara, una fecha muy apropiada para aquel que, según contó él mismo, sólo se sentía a gusto "en medio de una batalla con el arma en mano".
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·         Cuando nació, su padre, el iracundo y alcoholizado Nicolás Franco Salgado, estaba en una casa de putas.
·          Su madre, que lo vio enclenque y llorón, lo acogió con un amor desmesurado y excluyente. Las paredes de la casa de la calle María escondieron el secreto de ese padre brutal que llamaba "Paquita" y "marica" a su hijo a causa de su voz atiplada, consecuencia de una sinusitis crónica, que maltrataba a su mujer embarazada y que incluso llegó a romperle el brazo a su hijo mayor al encontrarlo masturbándose.
·         Paquito "era un niño triste", "siempre fue un niño viejo", e incluso la propia hija reconoció años más tarde que "no recordaba su infancia con cariño".

·         A los seis años fue al puerto a recibir a los repatriados de la guerra de Cuba, 250 familias se habían quedado huérfanas y Ferrol se llenó del ruido de las patas de palo de los lisiados. A los 14 ingresó en la Academia de Infantería de Toledo.
·         A este primer viaje fuera de Galicia lo acompañó su padre, que se quedó en Madrid a vivir con su amante abandonando madre, hijos y hogar. El odio al padre, el amor sin límites por su madre, a la que por las noches suplicaba "cásate conmigo", y el desastre de Cuba, marcaron a "Paquito" para siempre.
·         La luz de África lo embrujó -"Yo no puedo explicarme a mí mismo sin África", repetía en ocasiones-. Fue el cadete más joven de la Academia, el teniente más joven del Ejército, (¡general a los 33 años, como Napoleón!). Militar modélico, la atroz guerra africana lo deshumanizó y dejó de tener respeto a la vida, empezando por la suya propia.
·         Sus hombres explicaban que Franco parecía inmune a las balas, iba siempre en primera fila, entraba a la bayoneta si era necesario con las manos tintas en sangre y se negaba a recoger a los heridos para no perder el tiempo. Con terror supersticioso decían "Franquito tiene baraka".

·         La Legión, que organizó junto al Glorioso Mutilado Millán Astray, estaba formada por la escoria de la sociedad, a los que Franco permitía todas las bestialidades. Cuando fue a visitarle su antiguo compañero de Academia, Vicente Guarner, entró un sargento a comunicar que habían detenido a dos legionarios por una falta menor. "¡Que los fusilen!", dijo tranquilamente Franquito. Se giró con fiereza hacia Guarner y espetó: "Y tú cállate, ¡no sabes qué clase de hombres son!".
·         Franco, enamorado
·         En Melilla, Franco fue a visitar a la duquesa de la Victoria con un ramo de rosas en un cesto adornando dos cabezas de moros. Al verlo, la duquesa se desmayó. Él se disculpó diciendo: "Mis chacales son como chiquillos". Sólo cuando la Legión pacificó a sangre y fuego el Protectorado, Franco pudo ir a Oviedo a casarse con su novia, Carmina Polo.

·         Pero no fue la única chica a la que había pretendido, y a todas ellas les escribía versos y postales.
·         Sin embargo, su primera (y única) pasión carnal fue la belleza oficial de Ferrol, Ángeles Barcón, quien después lo recordaría con nostalgia: "Paquito sabía cómo enamorar a las chicas". Cuando su amigo Camilo Alonso Vega le espetó 
"Paco, si no te vienes de mujeres con nosotros creeremos que eres marica",
·         él le apuntó con el sable y le dijo:
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·         "Si tú o alguien vuelve a repetir eso, lo mato".
·         Carmina, que se enamoró de él a los 15 años, esperó con paciencia porque "cuando lo conocí, me di cuenta de que yo le estaba predestinada". Con el nacimiento de su primera y única hija, Carmen Franco y Polo, NenucaFranco creyó volverse "loco de alegría", según confesó. Franco se distraía haciéndole muñecas de trapo mientras la niña se acurrucaba en sus brazos para ver películas de Popeye.
·         Mientras, Oviedo, Melilla y de nuevo la Legión, Madrid, Zaragoza, donde dirigió la Academia, después el destierro, otra vez en Oviedo, Coruña, Canarias... En esos momentos, Franco hacía continuas profesiones de fe: "Yo estoy en contra de las dictaduras", "hay que darle una oportunidad a la república"...

·         Decidió participar en el golpe tan sólo tres días antes de la fecha señalada, cuando mataron a Calvo Sotelo. La primera decisión que tomó fue fusilar a su primo hermano Ricardo de la Puente: "¡Había agujereado los depósitos de los aviones para que no pudiéramos utilizarlos!", justificaba.
·         Pero lo más doloroso para él fue asistir con impotencia a la muerte de su amigo y segundo, Miguel Campis, a manos de Queipo de Llano. Hasta siete veces le pidió clemencia. Nunca pudo perdonar a Queipo, quien, a espaldas de Franco y para vengarse de sus desprecios le llamaba "Paca la culona".

·         En el poder
·         En la dura postguerra, y sobre todo después de que las fuerzas del eje perdieran la guerra, repudiado por las potencias occidentales, imperaba en la familia del caudillo la austeridad cuartelera y el espíritu legionario. Franco, sobre su mesa de despacho en el Pardo, tenía dos fotografías.

·         Una de ellas era de Mussolini y Clara Petacci colgados por los pies después de ser salvajemente asesinados por los partisanos; la otra, de Alfonso XIII con sombrero en el muelle de Marsella yéndose al exilio. Y Franco decía: "Si quieren echarme, tendrá que ser así", señalando la foto de Mussolini, "porque yo al exilio, como ese, no pienso irme nunca". A lo que Carmina añadía "Y yo contigo, Paco".

·         Poco a poco se le fue despertando a la mujer el gusto por las antigüedades, las casas, el lujo..., aunque Franco parecía no advertirlo. Él exigía que le cambiaran el forro de las chaquetas y usaba unos zapatones de Segarra tan bastos que le hacían heridas en los pies.

·         Aunque siempre afirmaba "yo no soy un meapilas" y "en mis años en África vi de todo", Carmina logró imponer el más acendrado nacionalcatolicismo en la corte de El Pardo. Sin embargo, después de tanta muerte, unas irrefrenables ansias de placer lo arrasaron todo.
·         El llamativo cuadrilátero formado por Carmina, Ramón Serrano Suñer, Sonsoles de Icaza y su marido, alimentó las mentes calenturientas de la sociedad de la época. ¡Pero si hasta decían que la que estaba enamorada de Serrano era la propia Carmina y que lo que pasaba es que estaba celosa de su hermana!

·         ¿Y la atracción irrefrenable del mismísimo caudillo por una folklórica sevillana? ¿Y por Sarita Montiel, a la que llamaba "violeterilla"? De los rumores no se salvaba nadie, hasta a la monja teresiana que cuidaba a Nenuca se la encontraron en la cama con el chófer. ¡Incluso el pobre Carrero Blanco tuvo que sufrir los desvaríos de su insatisfecha esposa! Colás, el hermano mayor, vivió un amor demente y vicioso por una jovencita Cecilia Albéniz, a la que sin embargo desvirgó Luis Miguel Dominguín, gran conocedor de los secretos del entorno de Franco.
·         "Las cacerías y los festivales de la Granja se convirtieron no sólo en un nido de corrupción, sino en una fuente de vicio y desvarío".
·          Carmina le tuvo que suplicar a una embarazada Lola Flores que se casara con El Pescaílla, a Dominguín, con una también embarazada Lucía Bosé y fue la generalísima también la que expulsó de España a Encarna Sánchez por haberse quedado con el dinero de unos festivales benéficos.

·         Su amor por el rey
·         Había que casar a la hija, y al final fue Cristóbal Martínez Bordiú, un "pollo pera", el protagonista del mayor braguetazo de España. Un noviazgo que intentó romper un atractivo torero, según me contó él personalmente. El matrimonio pronto se vio bendecido por siete hijos que hicieron exclamar a doña Carmen "qué pena que lo de Paco no fuera hereditario".
·         A pesar de que la casquivana nieta Carmencita se casó sin amor con otro nieto de Alfonso XIII, Alfonso de Borbón, para optar también a la corona y a pesar de los esfuerzos desaforados de don Juan de Borbón desde su exilio de Estoril para que lo llamaran al trono, el elegido para tal fin fue su hijo, Juan Carlos.

·         Lo de Franco y Juanito fue amor a primera vista. Giménez Caballero me contó que "a nadie, exceptuando a su mujer e hija, ha querido Franco como a Don Juan Carlos". Y el mismo nieto, Francis, que adoraba a su abuelo, reconoció que "él nunca se metió en nuestras cosas... sólo se ocupaba del Príncipe".
·         Tanto, que hasta le buscó una princesa a su medida, porque fue Franco el que eligió a Sofía: "Las princesas griegas están muy bien para Vuestra Alteza", le dijo en el jardín de Meirás. Don Juan Carlos preguntó vagamente: "Son dos, ¿no? Sofía e Irene", a lo que el caudillo respondió magnánimo: "Escoja Vuestra Alteza". Don Juanito dijo: "Pues Sofía".

·         Cuando Don Juan Carlos se fue a Estoril, maniobró de manera que su ingenuo padre creyó que había sido él el artífice de esa boda. Años después, el Rey le reveló a su mujer con amargura: "¿Dura tu juventud, Sofi? ¡Me hubiera gustado ver cómo te bandearías tú entre esos dos viejos!".
·         En esos años, un combatiente caudillo afirmó: "¡No me temblará el pulso contra los malos españoles!", sobre las multitudinarias concentraciones de la plaza de Oriente. "Todos son mis hijos, los buenos y los malos, y debo premiar y castigar", añadió. Porque para Franco, la guerra duró mientras vivió él, una existencia cada vez más mermada por las enfermedades. Fue incluso trágica la manera en la que fue descubriendo que padecía Parkinson.

         Larga agonía
·         Sus últimas sentencias de muerte contra cinco muchachos acusados de múltiples y nunca probados crímenes se cumplieron en septiembre de 1975. Txiki Paredes Manot, el menor de todos ellos, cantó el Eusko Gudariak en el cementerio de Collcerola, la boca contra el suelo, mientras el sargento que comandaba el pelotón le daba el tiro de gracia. Aun hoy su abogada, Magda Oranich, lleva en el billetero una foto suya.

·         Pero para entonces, su baraka lo había abandonado, su tiempo se había cumplido. Franco sintió un dolor en el costado, había sido un infarto silente, pero aun así se empeñó en presidir su último Consejo de ministros para tratar la situación del Sahara. Lo hizo monitorizado y los médicos dijeron que cuando se pronunciaba la palabra "Marruecos", subían vertiginosamente las pulsaciones.

·         Después ya fue una carrera imparable hacia la muerte. Su nieta Mariola, cuando vio su estado, gritó llevándose la mano a su vientre de embarazada "¿Qué le estáis haciendo al abuelo?". La última estación de su viacrucis fue una sala del hospital La Paz, con el bip bip de los monitores y olor a pudrimiento. El Príncipe lloraba por los pasillos y Nenuca le dijo a su marido: "Cristóbal, déjalo morir en paz".

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Rajoy Hood (Roba a los pobres, para dárselo a los ricos)


Gusanos....


Mariano sal del armario!!!!


¡Qué duro es ser Presidente!


¡Qué aburrida es la política!


¿Bárcenas? ¿Quién es ese?


Cospedal me huele mal!


Mariano ¿mariquita yo?


¿Quién es el ladrón?

Estupefacción por lo que un cerrajero cobró a una pareja por cambiarles la cerradura
"Vaya clavada".
25/08/2017
  • Redacción El HuffPost

·         Cerrar la puerta de casa con las llaves dentro es uno de los peores errores que se pueden cometer. Sobre todo, teniendo en cuenta las leyendas que corren sobre el precio que tiene contratar los servicios de una cerrajería que solucione la situación.
·         Esas historias sobre facturas astronómicas han dejado de ser leyenda gracias a una factura publicada en internet por un usuario del popular foro Forocoches. Este hombre y su pareja, según cuenta La Verdad de Murcia, se encontraron su cerradura forzada al volver de vacaciones. Llamaron a la policía y al cerrajero, que les confirmó que los ladrones no habían entrado.
·         La alegría por esa noticia se desvaneció cuando vieron la facturas del experto en cerraduras:
·         Ojo (de la cara) al desglose: 60 euros por el desplazamiento, 150 por el servicio urgente, 60 más por ser en festivo y 80 euros más por una hora de mano obra. Luego ya se explica el coste de los materiales: la cerradura cambiada y otros elementos de la puerta, que era de seguridad (y eso aumenta el precio: 30 euros más).
·          El total: 834 euros.
·         La minuta, como era de esperar, ha causado estupefacción en redes sociales, donde lo califican como una "estafa":


Las cosas más sorprendentes que la gente se deja en los hoteles

Las cosas más increíbles que se ha encontrado el personal en una habitación de hotel
Escalofríos.
25/08/2017
ElHuffPost
Rachel Moss Redactora de la sección Lifestyle, Huffington Post Reino Unido
Para la mayoría de la gente, pasar unos días en un hotel es un placer, una oportunidad para relajarse y disfrutar del champú gratis. Pero parece que no todo el mundo lo ve así.

En Reddit, varios trabajadores de hoteles han compartido las cosas más locas que se han encontrado en las habitaciones, desde las más extrañas hasta las más asquerosas.
Advertencia: tu concepción sobre los hoteles está a punto de cambiar para siempre.
"Cuando trabajaba en un hotel, el personal de limpieza entró en una habitación y se encontró con que... (Redoble de tambores) NO HABÍA NADA. Habían desvalijado la habitación por completo. La decoración, los muebles, la cama... no quedaba nada. Habían arrancado el secador de pelo de la pared, se habían llevado todo lo que no estaba sujeto con clavos. No había televisión, ni cafetera, ni lámparas de mesa.
Al principio no entendíamos cómo podían haberlo hecho, pero las grabaciones de las cámaras de seguridad revelaron que tenían una furgoneta aparcada al lado del edificio, que habían quitado los cierres de seguridad de la ventana y que desde esa ventana del segundo piso lo habían lanzado todo.
Lo más ridículo de todo esto es que la señora que había reservado la habitación había utilizado su nombre verdadero y la había pagado con su tarjeta de crédito. No sé qué esperaba que pasara. Cuando nos pusimos en contacto con ella, intentó devolver lo que había robado —al menos, lo que estaba en buenas condiciones después de haber caído al asfalto desde un segundo piso—, pero acabaron arrestándola".
"El baño estaba lleno de pellejos... Un señor mayor utilizó el baño de una habitación y se las apañó para dejarse como el 90% de la piel ahí. Se había quedado reseca y pegada en los laterales y el fondo de la bañera y tardé un montón en despegarla. No daba grima ni nada, pero es la cosa más rara con la que he tenido que lidiar".
"Un chico reservó una habitación durante un mes y nadie entró a limpiarla en ese periodo de tiempo porque siempre colgaba el cartel de 'no molestar' en el pomo de la puerta. Cuando se fue... Horror.
Olía fatal. Nunca pidió que le cambiaran la ropa de cama y las sábanas estaban impregnadas de ese olor. El huésped masticaba tabaco y lo había escupido por todo el baño; por la bañera, el lavabo y el suelo. Había como unas 20 tazas y botellas llenas de tabaco masticado. El retrete estaba rodeado de manchas de orina y de excrementos secos. Había toallas sucias amontonadas —porque le dejábamos toallas limpias, pero no nos devolvía las sucias— que olían fatal. Había salido moho por todo el baño. Había utilizado tanto la silla del escritorio que las ruedas habían rajado la moqueta".
"Trabajé limpiando en un hotel durante unos dos años, y tengo una anécdota que recordaré durante el resto de mi vida. Una familia se hospedó en el hotel durante un mes. Al parecer, su casa se había quemado y no tenían a dónde ir. Eran unos maleducados. El padre miraba a las chicas de la limpieza y las piropeaba, la mujer nos gritaba por seducir a su marido y el hijo veinteañero nos montaba el pollo de vez en cuando porque no le dejábamos suficiente jabón. Un día se fueron a visitar a unos amigos y decidimos limpiar a fondo la habitación del hijo. Cuando entramos, percibimos un olor asqueroso de inmediato. He de decir que el chico nunca nos dejaba entrar en su habitación cuando estaba allí.
Aun así, entramos a hacer nuestro trabajo; a hacer la cama y a cambiar las toallas. Cuando fuimos a limpiar la zona de la cocina, el olor era aún más intenso. Abrimos el microondas y vimos que había metido una boñiga dentro. Estoy segura de que la calentó varias veces. Después de vomitar, abrimos el frigorífico y vimos que había excrementos en la balda inferior y botes llenos de sanguijuelas en el resto de estantes. Nunca habíamos salido tan rápido de una habitación en la vida. Se lo dijimos al dueño del hotel y echaron a la familia y les cobraron un buen recargo".
"Nos encontramos una colección de látigos escondidos debajo del colchón. Seguro que la siguiente vez que vinieron se quedaron muy decepcionados...".
"Por lo visto, a alguien le pareció buena idea dejar un condón usado dentro de la pantalla de una lámpara".

"Trabajé en el servicio de habitaciones de un hotel boutique durante unos dos años y nunca me había pasado nada malo hasta que... Llegó un grupo de estudiantes de Japón que se alojaron en varias habitaciones del hotel; en principio no encontré nada raro hasta el domingo en que se fueron. Limpiando, nos encontramos por todas las habitaciones muchos condones morados de la misma marca, muchísimos. Nos reímos un montón hasta que entramos en una de las habitaciones dobles. En ella se habían hospedado cinco personas (había una cama supletoria) y cuando abrimos la puerta nos quedamos pasmados. Había una decena de condones morados usados, de la misma marca que los demás, tirados por la habitación. Había restos de McDonald's en todos los cajones, la cafetera estaba llena de leche, había ropa interior tirada por el suelo y habían pegado una rana de peluche con cinta adhesiva al televisor. Estaba claro que en esa habitación había tenido lugar una orgía y que nosotros éramos los pringados que teníamos que limpiarlo. Pero, oye, dejaron una buena propina".
"Yo trabajaba de cara al público, no con el personal de limpieza, pero me han contado muchas anécdotas y he visto habitaciones desastrosas. Una vez, se encontraron un montón de uñas de los pies cortadas. Había muchísimas; muchas más de las que cabe esperar de una persona o de varias. Daba la sensación de que alguien llevaba una bolsa llena de uñas cortadas y que la había vaciado en el baño. Los dos huéspedes que se alojaban en la habitación solo se quedaron una semana en el hotel".
"Cuando estuve dirigiendo un pequeño hotel en el Distrito de los Lagos (Reino Unido), una chica de la limpieza búlgara vino a decirme que no había luz en la habitación 8, así que le di una bombilla. Me miró como si mi reacción hubiera sido estúpida y me dijo que la acompañara. Me llevó hasta la habitación y se habían llevado la lámpara".
"Me encontré con una cantidad desmesurada de vello corporal esparcida por el baño. Podría haber sido perfectamente de tres personas corpulentas, pero en esa habitación solo se había hospedado un hombre al que no llegué a ver. Debía de parecer un oso".

"No trabajé en el servicio de habitaciones, pero fui recepcionista durante mi etapa universitaria. Un día, me llamó un huésped que había abandonado la habitación hacía unas horas. Según me dijo, se había dejado en la habitación una pistola cargada y quería saber si podía mandar a su nieta a recogerla porque él ya se encontraba a unas cuatro horas del hotel. Subí a comprobarlo y vi que se habían dejado un revólver en el fondo del último estante del armario. El servicio de limpieza no era muy eficiente, así que no me sorprendió que lo hubieran pasado por alto.
Cogí la pistola y llamé a la policía para que se la llevaran. No quería responsabilizarme del arma. La nieta del dueño de la pistola llegó al hotel justo después de que la Policía se hubiera llevado el arma y se enfadó conmigo por haber llamado en vez de dársela a ella. Vino acompañada de dos niños pequeños que gritaban y de un bebé.
Le dije que fuera a pedirle la pistola a los policías. Como era de esperar, no se la devolvieron y la chica se fue resoplando. Nunca volví a saber nada del dueño de la pistola ni de su nieta".
Este artículo fue publicado originalmente en la edición británica del 'HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.


jueves, 24 de agosto de 2017

Barcelona somos todos


La amnesia de Mariana


A Mariano le falta un hervor.


También mentí.


Mariano, el filósofo.


¿Cómo es posible...?


Mariano mentiroso


Mariano eufórico....


Mariano meditando...


Nadie me quiere


Rajoy: "Lo que nosotros hemos hecho es engañar a la gente"

La caverna está llena de cavernícolas

Crónicas hiperbóreas
Cómo arreglar esto en dos patadas
Las muy hispánicas y raciales reacciones de la caverna tuitera y mediática tras el atentado de Barcelona
23 de Agosto de 2017
Ctxt
“La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia
tiene sus límites, la tontería no”
Claude Chabrol

Esta es una de las situaciones que requieren echar mano del consabido marciano. El marciano-testigo, me atrevería a apostar, se sorprendería de la especificidad hispana de las reacciones de los líderes de opinión (incluso, de ser un marciano mínimamente analítico, se sorprendería también de quienes son los líderes de opinión). Después de esas tragedias provocadas en los Estados Unidos de América por un tarado que entra a tiros en una escuela o en un supermercado, los debates ciudadanos que se generan suelen ser dos. Uno, sobre las razones que pueden llevar a un chico que siempre saludaba/estaba encerrado todo el día con el ordenador a matar a gente que, por lo general, no conocía. El otro, acerca de la conveniencia o no del prácticamente libre acceso de los ciudadanos estadounidenses a las armas de guerra. Aquí, sin embargo, uno de los focos del debate se centra en el mobiliario urbano, bolardos y macetas, como elemento de seguridad. Y en cuanto a las razones conductuales la conclusión es inmediata: se comportan así porque son musulmanes.
Uno de los focos del debate se centra en el mobiliario urbano, bolardos y macetas, como elemento de seguridad. Y en cuanto a las razones conductuales la conclusión es inmediata: se comportan así porque son musulmanes
La escritora de origen marroquí Najat El Hachmi, catalana desde los ocho años, decía en El Periódico: “Habrá insultos, pintadas, exabruptos de todo tipo, sí. Pero si los terroristas no representan a los musulmanes, ¿por qué los racistas van a representar a los que no lo son?”. En efecto, el problema grave no son los tontos con una tiza en las inmensas y libres paredes de las redes sociales, sino los que pintan ―en todos los aspectos― en los medios de comunicación. Claro que, dentro de estos, hay grados, como describía Antón Losada: “Resulta estremecedor comprobar con qué facilidad los charlatanes de la guerra santa señalan y amplían el círculo de sus enemigos: primeros son los terroristas, luego los islamistas, luego los musulmanes, luego todos esos progres y buenistas idiotas que no entienden que estamos en guerra, luego los gobiernos buenistas y sus votantes idiotas, luego los gobiernos que no movilizan a los ejércitos y empiezan a contraatacar y así hasta que al final sólo quedan ellos”. No se ha dejado ninguno de estos campos sin cubrir. Algún estratega probablemente ha decido que cuánto más amplio sea el enemigo, más fácil es dar en el blanco.
La línea José Manuel Soto
Haciendo buena la Ley de Poe (Natham, no Edgar Allan), que asegura que, online, en la ausencia de un guiño o indicación que lo aclare, es difícil o imposible distinguir entre una postura ideológica extrema y la parodia de esa misma postura, en el primer círculo del odio está la que podríamos llamar línea José Manuel Soto: “Esta gente viene a por nosotros, podemos pelear o esperar que nos maten, pasó el tiempo del buen rollito y el “Imagine”, yo prefiero pelear”. O “España es un país libre xq nuestros antepasados le echaron huevos y derrotaron al Islam, hoy los subvencionamos y pronto nos atropellarán”, proclamó el cantante.
Detrás de este adalid del chucknorrismo patrio, que parece muy seguro de que ninguno de sus antepasados a lo largo de 800 años fue musulmán, forma filas gente de la que cabría esperar un conocimiento de la historia que fuese más allá de la Enciclopedia Álvarez, como la periodista Isabel San Sebastián (“Malditos islamistas, hijos de… ya os echamos de aquí y volveremos a hacerlo. España será occidental, libre y democrática"). Pero la cosa viene incluso de más lejos, al parecer. La Gaceta se retrotrae al pasado, en este caso a solo a tres años antes, para destacar el afilado análisis que manejaba Pérez Reverte en un artículo de entonces ―“Es la guerra santa, idiotas”― en el que reproducía las palabras de un amigo: “Todo me es familiar. Todo se repite, como se repite la Historia desde los tiempos de los turcos, Constantinopla y las Cruzadas. Incluso desde las Termópilas”.
No sé si viene muy a cuento, pero quizá no vendría mal el consejo de Hemingway: “Intenta comprender, no eres un personaje de tragedia”.
Pero, en general, a los comentaristas de guardia les preocupa, más que la política expansiva de la Persia de Jerjes I en el año 480 a.c., la de la Cataluña actual y sus gobernantes en ejercicio, tanto por acción como por omisión, en el pasado y en el futuro. Por acción, en el pasado, al haber promovido las migraciones de países musulmanes y preterido las de origen castellano hablante. Lo aseguran, además del cantante-politólogo Soto, el periodista-animador Alfonso Rojo y el editorial de El Mundo del día 18, que pedía a las autoridades catalanas “reflexionar sobre una política de acogida en la que han primado a veces los intereses electoralistas, vinculados al independentismo, sobre la seguridad nacional”. Como siempre hay gente sin demasiada comprensión lectora (o que esa fecha concreta no compró el periódico), tres días después el diario de Unidad Editorial lo dejaba más claro: “No podemos olvidar cómo el nacionalismo ha ido cebando una verdadera bomba al favorecer la llegada de inmigrantes de países musulmanes frente a los de países hispanohablantes, como parte de la estrategia de ruptura de España”. No he encontrado ninguna mención, ni entre los apasionados de la historia ni en los señaladores de culpables que no están en desiertos remotos ni en lejanas montañas, sobre qué podría haber distraído al gobierno de Aznar para que sucediese el 11M.
Frivolidad, coquetería y otros pecados capitales
Bieito Rubido, el director a distancia de ABC, daba a la vez a la acción y a la omisión en una sola frase: “A Puigdemont le preocupa más su ‘procés’ que el yihadismo que puede arruinar la economía de Catalunya”. Con su habilidad para el subtexto, Rubido dejaba caer un argumento que posiblemente suponía demoledor para la sociedad catalana: la economía. Con más seny, y más invocaciones a la tradición liberal, el famoso análisis de Lluis Bassets (El fin de la frivolidad) venía a decir lo mismo: “El atropello masivo y mortal demuestra que no caben las metáforas ni las licencias literarias a la hora de las culpabilizaciones políticas y sociales. Las expresiones y pintadas que designan a los turistas como terroristas han encontrado un eco siniestro en el atentado de ayer”.
Para sensibilidades más romas, Hermann Tertsch trataba el asunto a pecho descubierto: “Hagan el pino, llámenme de todo y quémenme en efigie o persona pero es la verdad. Es turismofobia en el amplio sentido. La CUP a lo bestia”. Arcadi Espada ensanchaba el campo de la culpabilidad nacionalista (aka “los coquetos”): “Toda esta gentecilla, entreverada de gentuza, lleva años coqueteando por activa o pasiva con la violencia: desobedeciendo, desacatando, chuleando la paz, que es la ley. Si el Cuerpo Nacional de Policía lo permite, quiero compartir los 13 muertos y 80 heridos con todos y cada uno de esos intolerables coquetos”.
A los comentaristas de guardia les preocupa, más que la política expansiva de la Persia de Jerjes I en el año 480 a.c., la de la Cataluña actual y sus gobernantes en ejercicio, tanto por acción como por omisión, en el pasado y en el futuro
El padre de todos los comentaristas, Jiménez Losantos, no libra ni a Mariano Rajoy aka “El Manso” de la relación de cómplices y/o inanes: “¿Qué creen los que aplaudían, aún no sé por qué, junto a los golpistas y los enemigos del turismo, que los que defienden pactar con la ETA y dinamitar España, Europa y el Capitalismo, no van a decir que en una Cataluña independiente será más fácil que el Islam deje de matar? Lo dirán y, con la ayuda de los aplaudidores, Pablenín al frente, lo harán”, dice con su finezza y su destreza nominativa habituales.
Como dándole la razón, y ajeno a las recomendaciones de sus colegas de dar rodeos literarios, trivializar y otras fruslerías, el director adjunto de El Español, Miguel Ángel Mellado, hace un Houellebecq. Inspirándose en Sumisión, la novela en la que el escritor francés dibuja una Francia futura gobernada por un partido musulmán, Mellado describe la Gran Mezquita erigida sobre lo que fue plaza de toros Monumental, entre otras distopías: “Hoy, en este calurosísimo verano de 2037, Ripoll es lugar de peregrinaje, pero para rendir tributo a los hermanos Moussa y Driss Oukabir…”. Quizá para compensar ese resbalón en la futilidad, el artículo se titula “Mamones, el enemigo no era Machado, sino Moussa”.
A estas alturas, nuestro marciano de referencia debería estar un tanto desorientado. ¿Hay tantos y tan variados culpables? ¿La guerra es inminente o ya estamos en ella? Wassir Nars, que no es un todólogo, sino un especialista francés en yihadismo, aseguraba el 19 de agosto en una entrevista en L’Obs que “España, como Francia o Bélgica antes, no es para el ISIS otra cosa que uno de los países de la coalición, y Barcelona es solo un lugar como otro donde causar muchas víctimas occidentales… En última instancia, es cierto que en la escatología milenarista del Estado Islámico, golpear el territorio de Al Andalus es simbólico. Pero no tome a los líderes de estos ataques por idiotas. El objetivo no es ganar Al Andalus o hacer de Barcelona la nueva Raqqa. Desarrollan una guerra estratégica y conocen la diferencia entre la comunicación y conseguir sus objetivos de guerra”.
Un veterano en conflictos internacionales, Ramón Lobo, también remaba contra corriente en Infolibre: “Despreciar al enemigo, considerarlo bárbaro o tonto, es el camino más fácil hacia la derrota. Para vencer es necesario aceptar que nos enfrentamos a personas inteligentes que tienen un plan y unas razones. Atacan a nuestros civiles porque sienten que nosotros bombardeamos a los suyos. Atentan porque sienten que atentamos contra sus países. Es necesario enfrentar su narrativa con otra narrativa. No bastan las declaraciones pomposas, por lo general, huecas”.
Y si alguien en el futuro trata de entender aquel verano catalán de 2017 valiéndose de los medios de comunicación de la época, quizá se encuentre con lo que mencionaba este martes en La Voz de Galicia el historiador Lourenzo Fernández Prieto: el titular de algunos periódicos europeos, el 2 de septiembre de 1939, decía “Polonia ataca a Alemania”.