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miércoles, 13 de septiembre de 2017

El Consejo de Europa aprueba por unanimidad la primera gran condena del régimen franquista

La vergüenza de un país 
El franquismo exhumó a sus caídos en la Guerra Civil y reparó a sus familiares incluso antes de finalizar la contienda. Los caídos republicanos y sus familiares siguen esperando justicia. La ONU, el Consejo de Europa y el Comité contra la Tortura han exigido a España en numerosas ocasiones el fin de la impunidad de la dictadura.  
Público
ALEJANDRO TORRÚS

MADRID.- El franquismo reparó a sus caídos y familiares. Exhumó a sus muertos y entregó pensiones y reconocimientos a los familiares. El dictador Francisco Franco tuvo memoria con los que le habían ayudado a llegar al poder. La democracia, en cambio, esperó treinta años para aprobar una tímida Ley de Memoria y cuarenta años después de la Transición democrática la mayor parte de los muertos (republicanos) sigue en las cunetas. De hecho, según los datos del auto del juez Garzón, en España 114.226 desaparecidos de la Guerra. Como señaló el periodista Juan Carlos Escudier en un artículo publicado en esta casa: "Con Franco se reparaba mejor.Eso sí, sólo a los suyos


El dictador aprobó en abril de 1938, en plena Guerra Civil, un decreto que concedió pensiones extraordinarias a las viudas y huérfanos de los militares sublevados muertos en cautiverio. Dos años después, ya terminada la Guerra, este decreto se extendió a las viudas, huérfanos y padres de los militares que lucharon con los franquistas y fueron detenidos, ejecutados o murieron en la contienda. En 1941 una nueva ley ampliaba estos beneficios a los padres de los sacerdotes "muertos como consecuencia de la Guerra de Liberación”. 
El franquismo también exhumó a los suyos. Concretamente, según la orden aprobada en mayo de 1940, "toda persona que desee exhumar el cadáver de alguno de sus deudos que fueron asesinados por la horda roja, para inhumarlos de nuevo en el cementerio, puede solicitarlo al gobernador civil de la provincia correspondiente”. Además, en 1939 se reguló el acceso preferente a la función pública por parte de mutilados, excombatientes y excautivos, así como a los familiares de las víctimas de la guerra. 
La democracia esperó 30 años para aprobar una tímida Ley de Memoria y 40 después de la Transición la mayor parte de los muertos (republicanos) sigue en las cunetas.
Como es apreciable la reparación a una parte de las víctimas durante la dictadura fue considerable. La otra parte, la republicana, la que defendió la legalidad vigente que otorgaban las urnas quedaba ignorada, excluida y castigada. Su reparación debía esperar a la llegada de un nuevo régimen democrático que, en teoría, apreciaría los esfuerzos de los que defendieron la democracia y la legalidad republicana. 


En principio, las perspectivas eran buenas. La ONU, en el año 1946, en la Resolución 39 (I) de la Asamblea General de la ONU sobre la cuestión española establecía que

"en origen, naturaleza, estructura y conducta general, el régimen de Franco es un régimen de carácter fascista, establecido en gran parte gracias a la ayuda recibida de la Alemania nazi de Hítler y de la Italia fascista de Mussolini"
y que, por lo tanto,  no representa al pueblo español" por ser un régimen "impuesto por la fuerza

Sin embargo, el contexto internacional cambió. El franquismo se convirtió en un régimen aliado contra el comunismo y la justicia quedó en un segundo plano. Después llegó la Transición; la Ley de Amnistía, que en la práctica funcionó como una ley de punto final; y una Ley de Memoria Histórica que descargaba sobre las familias la responsabilidad de la exhumación de sus familiares y ni siquiera era capaz de declarar nulas las sentencias de los tribunales franquistas que seguían señalando como delincuentes a personajes tan ilustres como Miguel Hernández. 
Este jueves el Partido Popular de Cifuentes rechazó que el Pleno de la Asamblea de Madrid rindiera homenaje a las víctimas cuando se cumplen 80 años del inicio de la Guerra Civil
Alrededor de 30.000 niños fueron robados y entregados a familias que apoyaban al régimen o al Auxilio Social sin que se haya realizado ninguna investigación oficial
De esta manera, en el año 2016 los muertos republicanos siguen en las cunetas y sus familiares siguen, como en 1939, esperando verdad, justicia y reparación.


 Al menos 114.226 desaparecidos siguen en las cunetas del Estado en alrededor de 2.500 fosas comunes aún por exhumar. 30.960 niños fueron robados y entregados a familias que apoyaban al régimen

 o al Auxilio Social sin que se haya realizado ninguna investigación oficial ni los niños hayan podido recuperar su identidad.

Tampoco hay ninguna investigación sobre los alrededor de
400.000 presos políticos que fueron utilizados como trabajadores forzados ni sobre las empresas que los emplearon. Las miles de personas que sufrieron torturas, malos tratos y detenciones continúan figurando como delincuentes para la Justicia española, así como los que fueron 'ajusticiados' por los franquistas durante la Guerra y los primeros años de represión. La lista de víctimas es casi infinita. Como los de la comunidad LGTBi, que fueron tratados y reprimidos como enfermos.

Pero el Estado de español continúa mirando hacia otro lado para no ver la impunidad de la dictadura franquista. Pero es que al olvido sistemático, además, se han sumado declaraciones de responsables del Partido Popular vergonzantes. Ejemplos no faltan.

Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP, señaló en un mitin que
 "los de izquierdas son unos carcas, todo el día con la fosa de no sé quién¨¨"
Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso, dijo en un plató de televisión que

 "los familiares de las víctimas del franquismo se acuerdan de desenterrar a su padre solo cuando hay subvenciones"

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, respondió al periodista Jordi Évole que no tiene "claro que sea cierto" que miles de españoles no sepan dónde están enterrados sus abuelos y que no cree que el Gobierno "pueda hacer nada para arreglarlo".
El Consejo de Europa condena las "múltiples y graves violaciones"
Son solo unos ejemplos de declaraciones que se añaden a los actos. Este jueves el Partido Popular de Cifuentes rechazó que el Pleno de la Asamblea de Madrid rindiera homenaje a las víctimas cuando se cumplen 80 años del inicio de la Guerra Civil y unos meses antes, junto a Ciudadanos, había rechazado que la Puerta del Sol luciera una placa en recuerdo a todos los ciudadanos que habían sido torturados en la Dirección General de Seguridad, cuya sede se emplazaba en la misma plaza. 
La política de impunidad practicada por el Estado español ha estado acompañada de severas críticas por parte de la Comunidad Internacional. Los reproches, las condenas y las recomendaciones de los organismos internacionales encargados de velar por el respeto a los Derechos Humanos han sacado los colores a España una y otra vez. 


En el año 2006 la Comisión Permanente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó por unanimidad la primera gran condena internacional del régimen franquista. El organismo, en el que están representados 43 países, instó al Ejecutivo español a crear una comisión de investigación sobre los delitos del franquismo y presentar un informe al Consejo de Europa; a abrir los archivos civiles y militares a los historiadores, a abrir una exposición permanente sobre la represión en el Valle de los Caídos y a erigir monumentos a las víctimas del franquismo.

Diez años después, en 2016, el comisionado para los Derechos Humanos del Consejo de Europa reprochó a España prácticamente lo mismo. Porque a pesar de la Ley de Memoria Histórica poco a cambiado en el país: hay menos monumentos a los golpistas, pero las cunetas siguen llenas de republicanos y sólo Argentina investiga los crímenes de la dictadura. 

El Consejo de Europa aprobó por unanimidad la primera gran condena internacional del régimen franquista

De esta manera, el Comisionado reprochó a España que la Ley de Memoria dejara en manos de las familias los procesos de búsqueda, exhumación e identificación de los desaparecidos; que el alcance de la misma siga siendo "limitado" y su aplicación deficiente debido a la "falta de presupuesto"; y que se ha haya hecho "muy poco" para "investigar" y sancionar a los responsables" debido, entre otros factores, "a la aplicación de la Ley de Amnistía de 1977". 
La ONU saca los colores a España
Pero sin lugar a dudas ha sido la ONU la que, a través de sus diferentes organismos, más ha recordado a España que su política de Estado de impunidad atenta contra el Derecho Internacional y los Derechos Humanos. 


Así, la oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos señaló en 2012 febrero de 2012 que España está obligada a
"derogar" la Ley de Amnistía de 1977 porque incumple la normativa internacional en materia de Derechos Humanos y a "investigar las graves violaciones de los Derechos Humanos, incluidas las cometidas durante el régimen de Franco, y a procesar y castigar a los responsables si todavía están vivos".  

Una de las fechas más vergonzantes para España, en este largo camino para acabar con la impunidad de la dictadura, sucedió en la en el XXVII Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que se celebró en 2014. España fue uno de los grandes protagonistas de este evento y no precisamente por su buen hacer. Allí se presentaron dos informes demoledores sobre la impunidad de la que goza el franquismo en España y sobre el obstruccionismo que practica la Justicia para que no se investiguen los crímenes de la dictadura y de la Guerra Civil.
España fue una de las grandes protagonistas del XXVII Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, celebrada en 2014, y no, precisamente, por su buen hacer.
Por una parte, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas instó a España a realizar un plan nacional de búsqueda de desaparecidos. Pidió que los jueces se personen en las fosas comunes y se investigue de oficio todas las desapariciones forzadas. Apremió a que se proporcione "los fondos adecuados" para que la Ley de Memoria Histórica "pueda aplicarse" y que se cumplan, entre otros, los artículos relativos a la retirada de símbolos y vestigios del franquismo. Solicitó que se creara un banco de ADN y se investigaran los casos de niños robados; insistió en la creación de una Comisión de la Verdad; y, por último, reclamó a España que colabore con la Justicia de Argentina en la causa que investiga los crímenes de la dictadura. 

Por otra parte, el Relator Especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff, leyó en este Consejo de Derechos Humanos el informe que realizó tras su viaje a España. Una vez más, el Relator Especial de la ONU advirtió a España de que tiene "la obligación internacional" de "extraditar o juzgar" a los franquistas reclamados desde Argentina y que "sólo podrá denegarse la extradición de los acusados si la justicia española inicia las investigaciones y juzga a los responsables". 
El Gobierno obvia las recomendaciones y se limita a decir que la Transición y la Ley de Amnistía estuvieron basadas en "el olvido y el perdón"
Greiff también instó a España a dejar sin efecto la ley de amnistía ya que, en la práctica, "cumple las funciones de una ley de punto final"; recalcó la necesidad de que el Gobierno haga una "política de Estado" para reparar a las víctimas de franquismo; criticó que el Estado hubiera dejado en manos de los familiares la responsabilidad de la localización y apertura de fosas de la Guerra Civil; y, por último, pidió al Gobierno que anulara todas las sentencias de los consejos sumarísimos.
El Gobierno, por su parte, obvió todas estas recomendaciones y se limitó a decir en el mencionado Consejo de Derechos que la Transición y la Ley de Amnistía estuvieron basadas en "el olvido y el perdón" como única vía para "la reconciliación" y defendió que la Ley de Memoria Histórica era un conjunto de medidas de "reconocimiento y de carácter simbólico" para las víctimas, a pesar de que el Partido Popular la había anulado de facto dejándola sin fondos.


Víctimas desamparadas 
En marzo de 2015, ante la reiterada política de la impunidad del Gobierno de Mariano Rajoy, cuatro expertos de Naciones Unidas -el relator especial sobre las ejecuciones extrajudiciales o arbitrarias, Christof Heyns; el presidente del Grupo de Trabajo sobre las desapariciones forzadas, Ariel Dulitzky; el relator especial sobre la tortura, Juan E. Méndez, y el relator especial sobre la promoción de la verdad, la justicia y la reparación, Pablo de Greiff- redactaron un contundente comunicado contra la decisión del Gobierno español de no extraditar a Argentina a los 17 franquistas que están imputadas en la causa judicial que investiga los crímenes de la dictadura. La magistrada María Servini de Cubria les imputa posibles crímenes de lesa humanidad. 
"La denegación de la extradición deja en profundo desamparo a las víctimas y a sus familiares, negando su derecho a la justicia y a la verdad", afirmaron los cuatro expertos

Por último, también el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU, en 2015, recordó al Estado español que los actos de tortura, incluidas las desapariciones forzadas, ni prescriben ni pueden ser amnistiados y urgió al Estado a adoptar todas las medidas necesarias para asegurar que este tipo de delitos, también aquellos ocurridos durante la Guerra Civil y el franquismo, sean debidamente investigados y enjuiciados y que las víctimas sean resarcidas
Pero ninguna de estas recomendaciones ha sido aplicada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Ninguna. España sigue sin investigar los crímenes de la dictadura y sin colaborar con las autoridades judiciales de Argentina. Las víctimas, y sus familiares, de aquella Guerra siguen, a día de hoy, sin Justicia y sin reparación. En idéntica situación se encuentran los que sufrieron la tiranía del régimen filo fascista que nació de aquella Guerra. Pero es que los nacidos en democracia tampoco han disfrutado del derecho a la verdad, el derecho a que la Justicia investigue lo ocurrido en España durante aquellos años y a que una comisión de expertos, que cumpla los estándares internacionales, explique qué ocurrió en España durante la Guerra Civil y la dictadura. Son los datos de la vergüenza de un país.  


Torturadores franquistas de la Brigada Política Social: Sadismo con total impunidad.

Memoria histórica: ‘Billy el niño’ no actuaba solo
Quince torturadores de la Brigada Política Social a finales del franquismo
Público
MARíA SERRANO
Se calcula que España contaba con 22.000 policías de la Brigada Político Social en el año 1968. La policía política de Franco vigilaba a la oposición del régimen a través de detenciones, chivatazos… Y tenía como trabajo vocacional la tortura. Métodos represivos por los que conseguían controlar todo foco contra el régimen. Los boletines de la Dirección General de Seguridad, hacían un análisis de los diferentes partidos políticos, sindicatos y agrupaciones clandestinas. Comenzaban entonces las detenciones y sacas en comisarías que duraron “legalmente” hasta diciembre de 1975. Sadismo e impunidad sin ninguna base legal.
En pleno siglo XXI, muchos miembros de la BPS siguen campando a sus anchas. Nacieron a finales de la posguerra y sus víctimas siguen vivas. Rondas los 70 u 80 años pero en su juventud fueron verdugos en su máxima expresión. “Estas víctimas no pueden recordar bien quién realizaba los interrogatorios, cuántos participaban en las palizas y solo personajes muy destacados como el caso de Billy el Niño han arrojado datos para sacar conclusiones de cómo actuaban”, aclara el investigador Pablo Alcántara Pérez a Público. La amnesia provocada por el dolor no ha permitido hacer un balance global de la lista completa de miembros de la Brigada Político Social de finales del franquismo. “Es demasiado difícil poner caras y recordar las horas de aquellos interrogatorios a pesar de que hablamos de una etapa muy reciente como fue la Transición”, sentencia Alcántara.
Nueve de estos policías tienen ya abierta una causa por parte de la jueza María Servini dentro de la Querella Argentina: Antonio González Pacheco alias ‘Billy el Niño’, Jesús González Reglero, Atilano del Valle, Ricardo Algar Barrón, Pascual Honrado, Jesús Martínez, Benjamín Solsona, Félix Criado y Celso Galván Abascal.

Cumpliendo estrictamente el código militar

El magistrado Juanjo del Águila aclara en su estudio `Consideraciones sobre la Brigada Político Social del Franquismo’ el estrecho vínculo de la BPS con el ejército sublevado, que “persistió durante todo el régimen hasta diciembre de 1975”. Del Águila argumenta que “es público y notorio que entre ambas fechas la policía política actúo con detenciones y posteriores atestados de cientos de miles de detenidos que pasaban luego a disposición de los Jueces Instructores, nombrados por la Autoridad Militar de Mando- Capitanes Generales y Ministros del Ejército”.
La mitad de estos nombres tiene causas pendientes como ha sido el caso de uno de sus torturadores más destacados, Antonio González Pacheco alias ‘Billy el Niño’. La lista suma nombres y torturas por todo el país, aunque las zonas de mayor represión se concentraron en Asturias, País Vasco, Barcelona y Madrid.

-Asturias:

Claudio Ramos Tejedor y su títere Pascual Honrado de la Fuente

Asturias contó con protagonista principal en la Transición, el famoso comisario Claudio Ramos Tejedor. Los que lo conocieron en plena actividad, lo describen como un hombre inteligente que no se manchaba las manos ni de sangre ni empuñando una pistola ni para dar un golpe. Entre sus secuaces bien dirigidos se encontraba el policía Pascual Honrado de las Fuente.
El investigador Alcántara relata a Público que “De la Fuente fue uno de los principales torturadores franquistas en Asturias. En el BOE del 31 de julio de 1967 figura entre los inspectores a los que se otorga la Cruz del Mérito Policial con distintivo Blanco. Ya en 1977 es admitido en el Cuerpo General de Policía”.
Poco a poco, Honrado de la Fuente se convirtió en cómplice de Ramos, el único con el que compartió́ nombres y secretos. El éxito de Ramos se basó en la aplicación de un método de terror contra todo elemento antifranquista en Asturias. Sin embargo, su fallecimiento no permitió enjuiciarlo dentro de la Querella. Pascual Honrado sí que está la causa. La jueza Servini lo acusa “torturar a Gerardo Iglesias, exsecretario del PCE y ex Presidente de IU, que fue detenido por incitar a la huelga”.


Claudio Ramos Tejedor

-Valencia:

Benjamín Solsona, alias ‘el Galleta’

Solsona fue destinado a Valencia tras entrar en el cuerpo. En la ciudad todos le conocían con el seudónimo de “El Galleta”. Alcántara señala que fue “denunciado en varias ocasiones como torturador de trabajadores y estudiantes detenidos. Fue uno de los que destacó en los interrogatorios y torturas contra casi una veintena de universitario perteneciente al Partit Comunista del País Valencià, en 1971”. Su crudeza no tenía límites, teniendo a los jóvenes durante 18 días y 18 noches detenidos, sin  contacto con algún familiar en las instalaciones dela Jefatura Superior de Policía. Ni defensa.  Ya en democracia fue nombrado Jefe Superior de Policía de Bilbao en 1980. Servini lo acusa de haber participado en las torturas infligidas contra Juan José López Hernando y a Francisco Camarasa Yáñez en 1971 en Valencia.


 Benjamín Solsona, alías 'el Galleta'

-Barcelona:

Atilano del Valle

Atilano llega a Barcelona al inicio de la década de los setenta como inspector de la BPS. Alcántara apunta que la mayoría de los ex miembros de la BPS no fueron depurados al inicio de la dictadura, como ocurriría también en este caso. “El 3 de diciembre de 1975 se le concedió la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo”. Actualmente se encuentra fichado en la Querella. La juez le imputa el haber disparado y arrojado por la ventana a Miguel Jiménez Hinojosa tras su detención en Barcelona el 24 de abril de 1971. Con 23 años a Miguel le dispararían a bocajarro. Luego sería arrojado por la ventana. En aquella operación a Atilano lo acompañarían funcionarios como Francisco Rodríguez Álvarez.

Los hermanos Creix. Antonio Juan y Vicente Juan Creix

Los hermanos Creix también sembraron de pánico en Cataluña contra la clandestinidad. Su sadismo no tenía barreras en los interrogatorios de los sótanos de la Dirección General de Seguridad. Tanto Antonio Juan como Vicente se empleaban a fondo con golpes, puñetazos y cualquier arma punzante que le permitiera ejercer torturas, según se desprende de los testimonios de sus víctimas. Ambos sufrieron la represión republicana y se convirtiendo en espías del ejército de Franco en Cataluña.

Antonio Juan Creix estuvo destinado en los años 70 a Sevilla donde se conoce que no solo desmontó grupos clandestinos, también buscó a personajes de la talla del Lute. Fue Jefe Superior de Policía hasta 1974 en la capital andaluza hasta la apertura de un expediente que lo obligó a dejar el cargo.
Madrid

Antonio González Pacheco, alias Billy el niño

El magistrado del Águila destaca que “era el pupilo del Comisario Roberto Conesa”, siendo ya miembro del Cuerpo General de Policía.
Aún durante la dictadura, en 1974, un juzgado lo condenó a una multa por las coacciones y malos tratos infligidos al periodista Francisco Lobatón. A partir de 1977, pasó a ser integrado en la nueva Brigada Central de Información. En esta época se destacó en la lucha antiterrorista contra el GRAPO, en especial por la liberación del Presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, que había estado secuestrado por el GRAPO. En julio de ese año el ministro de la gobernación, Rodolfo Martín Villa, le concedió la Medalla de plata al Mérito policial. En septiembre de 2013 la jueza argentina María Servini dictó orden internacional de búsqueda y captura contra él. La justicia argentina le reclama por un supuesto delito de torturas cometido contra trece personas entre 1971 y 1975.

Antonio Pacheco, alias Billy el niño

Roberto Conesa

Roberto Conesa Escudero, destacado funcionario de policía español, estuvo implicado en la represión política desde 1939 y en la detención de grupos como Mikel Azkue las Trece Rosas.
Alcántara señala que este policía fue mano derecha de Billy el niño. “Desde el principio hasta el final de la dictadura franquista, se dedicó a perseguir a toda la oposición al régimen. En sus inicios a las JSU, al PSOE y al PCE, después al movimiento estudiantil y el movimiento obrero y en los últimos años del franquismo, a la extrema izquierda y a grupos de lucha armada, como el FRAP”. Manuel Blanco Chivite, militante del FRAP, destacaría “la saña de su actuación y la evidente excitación que le producía llamaba la atención de los que sufrían”.
El investigador sentencia que ya en democracia “fue utilizado para resolver el secuestro de Oriol y Villaescusa por los Grapo en 1977”. Martín Villa, Ministro de Gobernación, le otorgaría la Medalla de Oro al Mérito Policial por el Ministro de la Gobernación.


Comisario Conesa

Jesús González Reglero

Reglero ingresó en el Cuerpo en 1967. Formaría parte del grupo ‘Anti Grapo’' dirigido por Billy el Niño. La prensa lo calificaría como "uno de los más duros durante la época de la represión franquista". En 1979 pasa a la 'Brigada Antigolpista'. Servini lo acusa de “torturas contra los militantes antifranquistas Rodríguez Bonilla y Francisca Villar en febrero de 1975 en la sede de la DGS”. Bonilla lo cita en su querella. Cómo durante largas horas Reglero y su grupo lo golpearon por la espalda a Bonilla con cadenas y graves patadas en la entrepierna.

Ricardo Algar Barrón y Celso Galván Abascal

Algar entra en la Escuela General de Policía en 1969 y continúa con esta labor ya en democracia hasta el año 1988. Procesado en 1974 por un delito de lesiones durante el interrogatorio de Andrés González Somolinos, su caso también se encuentra en la Querella Argentina.
José María Galante Serrano declararía en su declaración como “Algar Barrón y Celso Galván Abascal participaron con malos tratos en su tercera detención, sufriendo además graves amenazas.
Celso Galván estuvo implicado, como miembro de la BPS, en la muerte del estudiante Enrique Ruano. En 1996, se sentaría en el banquillo por el caso Ruano. Francisco Colino y Jesús Simón, también estaban entre los policías implicados en el asesinato. Fueron absueltos por falta de pruebas. En democracia llegó a ser escolta de Franco y el rey Juan Carlos I.

Jesús Martínez Torres

Jesús Martínez Torres ha sido acusado por muchas de sus víctimas por aplicación de tortura y vejaciones a jóvenes luchadores antifranquistas. Muchos lo recuerdan como un “sádico” de largas patillas y “zapatos de tacón ancho" a causa de un grave complejo, tal y como señalaría el militante Mikel Azkue. Fue también acusado de torturador contra el militante antifranquista José Aznar Cortijo.
El triunfo del PSOE en las elecciones de 1982 le permitió ascender a Comisario General de Información responsable de la lucha "antiterrorista", siendo posteriormente imputado por los crímenes de los GAL.

-País Vasco:

Félix Criado Sanz

Criado Sanz fue uno de los primeros en pasar a la Escala Ejecutiva del Cuerpo Superior de Policía en los años de la posguerra. Inspector Jefe de la Brigada de Investigación Social de Bilbao. Recibió la Cruz del Mérito Policial en 1967.
Denunciado por "curas de Zamora" y por Jon Etxabe Garitacelaya, a quien tuvo en 1969 durante siete días, "salvajemente torturado junto con otros militantes y afectado por fuertes golpes…”.

Jesús Quintana Saracibar

Saracibar era capitán de la Policía Armada, al mando de las fuerzas que asaltaron la iglesia de San Francisco de Asís del barrio de Zaramaga en Vitoria en marzo del 76. Causaron la muerte por disparos de bala a cinco civiles e hirieron a otros 50. Está imputado por la Asociación 3 de Marzo Vitoria, Andoni Txasco y José Luis Martínez Ocio.

Manuel Ballesteros

Ballesteros comenzó su carrera en Valencia, al frente de la BPS.  En la madrugada del 11 de noviembre de 1968 participó en la detención y grave tortura de 36 militantes antifranquistas  En Valencia son muchos los que recuerdan el sadismo de este torturador.
A finales del régimen es trasladado a San Sebastián como uno de los “agentes más despiadados de la BPS”. Ballesteros había sido comisario jefe de San Sebastián en 1974. Más tarde pasaría a ser Jefe superior de Policía en A Coruña en 1976. Dos años más tarde ocupa el mismo puesto en Bilbao. Sin sufrir depuración llega de la mano de José Barrionuevo y Rafael Vera, a ser director del Gabinete de Información del Ministerio del Interior.


Esquela (Última voluntad)


martes, 12 de septiembre de 2017

Cataluña, Podemos y Podem

Podem, Catalunya y la refundación de Podemos
Público
10/09/2017

Esperpento
Ver a la Guardia Civil entrando en un medio de comunicación por razones políticas -que nadie mienta: no han entrado porque estén vinculados a Púnicas, Gürtel o similares, como le pasa a otros medios-refuerza la certeza de que hay que sacar al PP ya del poder o nos va a reventar la convivencia en la cara. Sólo faltan Acebes, Rajoy y Aznar diciéndonos que les creamos y que en Catalunya hay papeletas de destrucción masiva. Las ganas de hacer lo que esté en nuestras manos para salir de este esperpento crecen exponencialmente, pero, por eso mismo, es tan importante no caer en las provocaciones de estos infiltrados en la democracia que cada vez más muestran la hilacha franquista de la que proceden.
No será que no se ha dicho. Son demasiadas las personas que venían advirtiendo de que íbamos hacia un callejón sin salida. A Rajoy le ha dado lo mismo. Mientras hablamos de Catalunya no hablamos de los 800 cargos del PP imputados por corrupción ni del vaciamiento de la hucha de las pensiones ni de los regalos millonarios a bancos, autopistas, eléctricas y constructoras. Ni, por supuesto, de la pérdida radical de calidad de los puestos de trabajo. Catalunya es el epíteto de la cortina de humo de la corrupción, el adjetivo “blanco” que acompaña a la nieve eterna de Venezuela. Soraya Sáez de Santamaría dice que le ha dado una verguenza enorme lo que ha pasado en el Parlament, menos, al parecer, que ver a su Secretario General y Presidente del Gobierno compareciendo en la Audiencia Nacional como testigo en el caso de la corrupción del PP. El dolor de Soraya debe de ser también en diferido. Netflix sabe que lo de Catalunya no preocupa a la ciudadanía, ni en Barcelona ni en Madrid, y por eso el cartel de la Puerta del Sol hace referencia a la corrupción (y el “sé fuerte” de Rajoy a Bárcenas).
Los corruptos catalanes del 3% andan a la desesperada esperando una amnistía que solo se podrían dar a sí mismos. Y el pueblo está luchando entre las ganas de convertir la movilización popular en un avance democrático frente al canovismo del PP, y la incertidumbre que produce que quienes impulsan el proceso sean los postpujolistas y una ERC que no siempre se ha sabido si subía o bajaba la escalera. Las movilizaciones importantísimas en Catalunya ni se pueden perder ni deben ser utilizadas por quienes mandaron disolver con antidisturbios las manifestaciones que rodearon el mismo Parlament donde ahora quieren encastillarse los que dieron las órdenes de represión. Ni Trum va a ayudar a los pobres norteamericanos ni Puigdemont, Mas y Junqueras van a traer una República social.
De naciones y religiones
La nación y la religión son construcciones sociales que garantizan cohesión social, especialmente en sociedades divididas en clases sociales. La religión y la nación obtienen su fuerza de que la única certeza del ser humano es que se va a morir y necesita algún tipo de consuelo. Los dioses se encargan de cuidarnos al otro lado de la vida (no hay mucha noticia de qué tal lo hacen) y las naciones son los barcos que nos cruzan a la otra orilla mientras estamos vivos, no sin zozobra, haciéndonos creer que venimos de la eternidad y vamos a la eternidad. Con mayor atención, nos ayuda a pensar que la gente que queremos, especialmente los hijos, van a estar en el mismo barco. Pensar en la continuidad sosiega. Los Austrias del siglo XVIII ya eran de Puigdemont y los borbones de Felipe V una dinastía hermanada con Rajoy y Fraga Iribarne.  Todo muy humano, todo muy pequeño. Empezamos a enterrar a los muertos cuando empezamos a decir la palabra dios (los primeros, nuestros antepasados Neandertales, que desaparecieron). Y todas las naciones son “comunidades imaginadas” (Portugal podía ser parte de España, Catalunya parte de Francia y España ha entregado más soberanía a las multinacionales que si hubieran invadido los suevos y los alanos nuevamente la península) lo que no les quita fuerza pero ayuda a relativizar cualquier esencia. Para organizarnos socialmente es más luminosa la democracia que la nación o la religión. Pero para primar la democracia por encima de la patria hace falta sosiego.
Catalunya ha perdido el sosiego que le caracterizaba. El espectáculo del Parlament nadie lo hubiera creído hace unos años y ayer mismo escuchaba a un catalán siempre muy sensato decir -insensato- que el filibusterismo parlamentario y demás coreografía “parecía algo del sur”, cayendo en ese ver siempre la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio que refuerza el revuelto río catalán. No veo en ningún Parlamento del Sur a su Presidenta diciendo: “Para una sesión de control no son necesarios los diputados”. Forcadell se esfuerza. De la misma manera, España retrocedió democráticamente cuando le dio el gobierno a Mariano Rajoy, asediado por la corrupción desde comienzos de siglo- y a un PP que tiene a la extrema derecha española, muy decimonónica, sentada en su bancada.
Podemos y la plurinacionalidad
Podemos nació con el discurso plurinacional como una de sus señas de identidad. Uno de sus grandes logros, que debiera reconocer incluso el independentismo, es que ha hecho del discurso de la plurinacionalidad un sentido común en todo el estado inédito en cualquier otro momento anterior. Hay un 35% en el conjunto del Estado a favor del derecho a decidir. El PSOE, que regresó tras la dictadura con el discurso de la autodeterminación, fue perdiéndolo por el camino -lo mismo hizo con el compromiso socialista-, y sólo después del nacimiento de Podemos ha vuelto, con Sánchez, a asumir que las nacionalidades de 1978 son las naciones de 2017. La claridad de Podemos con la condición nacional plural de España le permitió poner en segundo plano las cuestiones identitarias. Cuando fuimos a Catalunya a fundar Podem, citábamos el derecho a decidir como algo que alcanzaba a todos los ámbitos de la vida social, no sólo al engarce con España (el derecho a decidir “sobre todo lo que nos afecta” era una exigencia del 15M catalán) y, de inmediato, pasábamos a explicar por qué hacía falta, desde las exigencias sociales, construir Podem en Catalunya. Uno de los grandes errores de Podem es haber vuelto a caer en el discurso identitario.

El nacimiento de Podem
En la construcción de Podem estaba claro que tanto el PP y Ciudadanos como CiU -luego PdeCat-, estaban en el mismo bando a la hora de defender los recortes, los desahucios, a las eléctricas, al turismo abusivo, al control mediático, las desigualdades o a la represión policial de las protestas. CiU y el PP compartían, además, un historial de corrupción estremecedor. No en vano, Pujol siempre se llevó muy bien con Felipe González, con Aznar y con Rajoy. La burguesía española nunca ha tenido problemas con la burguesía catalana. Sus problemas siempre han sido con el pueblo. El caso de ERC siempre ha sido más complicado, pues ha oscilado entre la izquierda y la derecha de manera desconcertante. En cualquier caso, sabíamos que la cuestión nacional le pesaba más que cualquier otra consideración. En esa contradicción y la posibilidad de primar más las cuestiones sociales que las identitarias reposa la posibilidad de hablar en el futuro con ellos. Podem nació en Catalunya, y con mucha fuerza, pese a que allí existían las CUP. La razón es muy clara: Podem no es independentista (como sí lo son las CUP), Podem nunca iba a meterse en la cama con la derecha catalana pospujolista del 3% y los recortes (como sí han hecho las CUP al dar prioridad a la independencia) y Podem era una fuerza genuinamente catalana hermanada con una fuerza que expresaba la misma lucha en el conjunto del Estado, Podemos. Tampoco se referenciaba Podem ni con EUiA ni con ICV. Eran partidos donde el peso del pasado lastraba su vuelo y su comportamiento durante el tripartito había levantado muchas suspicacias sociales que se mantienen hoy en día. La novedad que representa Podem y Podemos no se expresaba en estos partidos y una suerte de “profesionalidad” política hacía que mucha gente se sintiera más a gusto en una fuerza como Podem y su hermanamiento con el “chico de la coleta”. La referencia de Pablo Iglesias en Catalunya llevó a que Podemos ganase las elecciones generales de diciembre de 2015 y de junio de 2016.
¿Podem independentista? No: Podem con la democracia
Imágenes como las de la policía investigando una imprenta son intolerables y hay que sacar consecuencias. Pero es precisamente la provocación del PP la que no nos debe hacer cometer errores. La coherencia de Podemos con el derecho a decidir va hasta el final. Y así se hará. Pero no se pueden tomar decisiones definitivas en mitad de un vendaval. Y ni siquiera así hay hoy una mayoría independentista en Catalunya. La diputada de CSQP quitando las banderas españolas, aun siendo muy desafortunada no tuvo con ese mal gesto su peor comportamiento. Esto no es una guerra de banderas en modo alguno.  Lo peor es hacer cosas sin la autorización de las bases que te han hecho diputada. Para Rafael Hernando la bandera republicana y la bandera franquista son dos extremos comparables, aunque una fuera constitucional y la otra fascista. La derecha española lleva golpeándonos con la bandera roja y amarilla desde 1936 y recurrentemente no pierde la ocasión de insistir en ello. En una reciente “jura de bandera” en mayo de 2017, en la localidad cordobesa de Dos Torres, estos españoles excluyentes depositaron una corona de flores  junto a una cruz de homenaje a sus caídos donde se leía: “Señor, glorifica a los que cayeron por tu honor y la grandeza de España”. El presentador remató: “No quisieron servir a otra bandera. No quisieron andar otro camino. No supieron vivir de otra manera”). Las “juras de bandera” apelan al vientre y ocultan más que aclaran (por cierto, ¿qué lealtad por España tienen los corruptos del PP que, como en Boadilla del Monte, epicentro de la Gürtel, participan de esos actos?). No sale ninguna luz de las guerras de banderas. Lo relevante es ¿tu condición de diputado o diputada la obtuviste con un discurso independentista? Ahí es donde debe jugar la honestidad.
Podem nunca hizo campaña en Catalunya defendiendo la independencia. Las inscritas y los inscritos de Podem nunca -nunca- han dado su apoyo a la independencia y, mucho menos, a la subalternidad de Podem a la lógica independentista del PdeCat, ERC y las CUP. Las inscritas y los inscritos de Podem han entendido el 1-O como una mera movilización -con su importancia, por supuesto-, y no han autorizado a su dirigencia a apoyarla como si fuera el Referémdum real que Podemos defiende desde que nació como fuerza política. Todos entendemos que hay una voluntad en mucha gente de darle un bofetón con el 1-O al inmovilismo del PP. Pero el 1-O significa más cosas. Entre otras, darle la dirección de algo tan importante como la voluntad popular catalana a los que siempre la han desoído, además de que conduce a callejones sin salida que sólo fomentan la melancolía. No es verdad que haya que quemar las naves con la excusa de una movilización popular que se empeña en reclamar el todo representando solamente una parte. La independencia son palabras mayores que generan multitud de respuestas, incluso de los que pueden estar en la calle manifestándose a favor del derecho a decidir. Por eso es tan importante un referéndum con todas las garantías que genere un nuevo contrato social respetado por todos. Lo del 1-O es una movilización. Ni más ni menos. Después de la Comuna de París -pese a las peticiones de prudencia de Marx- vino la represión brutal de Thiers. Medir bien los tiempos es una virtud revolucionaria. Entiendo a los que dicen que hay que forzar las movilizaciones para romper el orden político e instaurar el nuevo. Les recomendaría que volvieran a leer a Gramsci y la recomendación de hacer guerra de trincheras cuando no tiene sentido hacer guerra de movimientos. No vaya a ser que te salgan las rupturas por la culata. Y leer también a Poulantzas y Bob Jessop para recordar que lo que resulte del comportamiento del Estado tiene que ver con la correlación de fuerzas en sociedades de clase. No haces un nuevo bloque histórico con quienes se aprovechan de la tendencia del Estado a privilegiar sus intereses sobre los de las mayorías -la derecha catalana-. Y tampoco conviertes una contradicción que no tiene un apoyo de la mayoría en el eje vertebrador de tu protesta. Porque le estás mintiendo, cuando menos, a la mitad que cree en el derecho a decidir pero no cree en la independencia. Hacen bien los alcaldes y alcaldesas que están obrando con prudencia ante la consulta. Representan a todos los vecinos, y por representar a una parte no pueden ni deben poner en juego todo el entramado institucional y llenar de incertidumbre los municipios y sus trabajadores. De la misma manera, la perspectiva del PP de encarcelar a media Catalunya -Presidente, consellers, alcaldes, voluntarios- sólo recuerda a algunas frases del dictador Franco en algunos momentos infaustos de nuestra historia.
No es coherente con el ideario y el programa de Podem y con la voluntad de las bases de la formación en Catalunya que su actual dirección -después de muchas expulsiones de disidentes- y algunos parlamentarios de Podem, hayan apoyado decisiones conducentes a la independencia. Han desoído la voluntad de las bases de Podem y se han situado, para muchos inscritos e inscritas, fuera de la organización. Por un lado, han incumplido los estatutos (véase al final), aunque no sea lo más graveEl problema es que han roto su compromiso con quienes les pusieron ahí.

Si no escuchas a las bases en Catalunya no eres de Podem
Lo realmente grave es que han desoído a las bases de Podem. Y una dirección que rechaza la opinión de sus bases se sitúa fuera de la organización política que la eligió. Esas mismas bases han pedido al Secretario General catalán una Asamblea Ciudadana donde podría renovar su relación con la militancia o dejar paso a una nueva dirección que exprese lo que las inscritas e inscritos opinen sobre dos grandes asuntos: la relación con la independencia (y, por tanto, con el 1-O) y la creación de un nuevo sujeto que debiera representar ese hermanamiento con Podemos y que, parece sensato, debiera llamarse algo parecido a En comú Podem, debiera articularse en diálogo con el código ético de Podem y con las demás fuerzas políticas con las que se quiere confluir. Lejos de consultar a las bases, la dirección de Podem ha tomado decisiones rupturistas y, además, quebrando las normas parlamentarias. No es muy afortunado decir sin más que los reglamentos son absurdos y pueden ignorarse. La actual dirección de Podem se ha situado en el ámbito de otras fuerzas políticas más que en el ámbito propio de Podem.
Por si fuera poco, la dirección actual de Podem decide contraprogramar a su organización, lo que otorga a todo el cúmulo de disparates un tinte grotesco. El 11 de septiembre, el Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias, junto con Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Xabi Domenech, referente de los “comunes”, han convocado a un acto de reivindicación de la soberanía catalana. El soberanismo catalán, que siempre ha defendido la izquierda, no ha sido independentista. Y en Podemos siempre se ha tenido muy claro que el actual estado de cosas es estricta responsabilidad del PP de Rajoy, que decidió usar torticeramente la parcialidad que ha construido en el Tribunal Constitucional para frenar el Estatut con el recurso de 2006 y la sentencia de 2010.
La Diada es un día de reivindicación de la soberanía catalana. Y es de justicia celebrarlo. Y así lo va a hacer Podem y los comunes con el apoyo de Podemos. ¿Tiene sentido que a la misma hora que tu partido organiza un acto de reivindicación de la soberanía catalana apoyes un acto de defensa de la independencia? La voluntad de la actual dirección de Podem, después de desoír a las bases, es claramente de ruptura con su propio partido.

La refundación de Podemos
Después de Vistalegre II, Podemos tiene que atender a su gran olvido: la organización interna. Es comprensible ese abandono, pues ha tenido que enfrentar muchos procesos electorales sin pedir dinero a los bancos y con una poderosa maquinaria mediática con todas sus baterías enfiladas contra ella. Pero para lograr los seis millones de votos que tuvo -y un par de ellos más que le lleven como principal fuerza a la Moncloa- es esencial renovar el compromiso interno. Es tiempo, de alguna manera, de refundar Podemos. Ha empezado a hacerlo en Galiza, después del tortuoso proceso que condujo a la disolución en En marea. Han sido los propios militantes gallegos los que lo han pedido. Empieza a hacerlo en Euskadi con el anuncio de una nueva dirección y una renovación del compromiso con las bases exigido igualmente desde abajo. Y tiene que hacerlo también en Catalunya si quiere ser la fuerza renovada y emergente que solvente lo que lo viejo -especialmente el PP y el PdeCat- no puede solventar. En Andalucía también hay un proceso interno abierto, y aunque haga menos ruido no tiene menor importancia. De la misma manera, Podemos tiene que clarificar el papel de sus corrientes una vez que el “errejonismo” ya no tiene presencia nacional y concentra sus esfuerzos en la Comunidad de Madrid (con grandes perspectivas de éxito). Los Anticapitalistas (IA) tuvieron, después de negarse a configurar una lista con Pablo Iglesias, un muy aceptable 13% en Vistalegre II (18.000 votos) y es sensato que esa presencia esté representada, al menos con esa proporción, en el partido. El reconocimiento de ese 13% en Podemos también debiera servir para que los medios ubiquen en su justa proporción las quejas de los Anticapitalistas en las disputas internas, especialmente en las construidas por los medios que ya no saben de qué hablar para disparar contra Podemos (la última, la construcción absurda de la discusión en torno a la comisión de garantías que, como todo el mundo sabe, es apertura de los telediarios y de sesión especial en Naciones Unidas cuando se trata del PP, del PSOE o de Ciudadanos).
Conclusión en mitad de tanto ruido
El régimen nacido de la Constitución de 1978, que ha prestado buenos servicios y ha permitido también sobrevivir a especímenes del franquismo apenas reconvertidos, está dando sus últimas bocanadas. El reinado de Felipe VI no va a prosperar si no aporta soluciones al reto catalán y si no se revierten las enormes desigualdades sociales que están creciendo en el Reino de España. No es verdad que estemos ante un  manido “choque de trenes” que genera cierta sensación de equilibrio de fuerzas. Mientras España es un estado enorme, Catalunya no lo es tanto. El desafío catalán es inviable y se presenta agrandado por interés propio y ajeno. Y no vale acusar a Catalunya de nacionalista ignorando que el españolismo centralista no lo es menos. El nacionalismo catalán es defensivo -busca su propio reconocimiento- mientras que el españolista es ofensivo -para ser necesita incorporar a Catalunya imponiéndole sus reglas-. No son iguales. Forma parte de lo que hay que discutir mirando hacia delante. Hay una certeza: nada de lo viejo puede escribir el futuro. Ni el PP ni el PdeCat van a firmar ningún nuevo contrato social. El cambio político en España ha llegado para quedarse y las nuevas generaciones saben que España es plural. Podemos y Podem, ERC, el PSOE, el PNV, Bildu, deben tener grandeza de miras y sentar las bases de esa España plurinacional y ajena a la corrupción que nos permita convivir como un país que deje de cuestionarse a cada paso. Ni siquiera Ciudadanos debiera quedar fuera de ese pacto. El reto plurinacional tiene que venir de la mano del reto social. De lo contrario será un fraude. Y en ese reconocimiento del derecho a decidir todo, incluida la capacidad de una vida digna que hoy está negada por la pérdida de derechos laborales, tendrá espacio la posibilidad de curar la herida social y la herida territorial que nos persigue desde al menos el siglo XIX. La tarea política no la pueden hacer los tribunales, y aún menos un Tribunal Constitucional que ha puesto en duda su credibilidad por su inclinación al PP. Cuando los problemas son políticos se solventan políticamente. Y ahí se le ha acabado el tiempo al PP, el partido más corrupto de Europa, que cada día nos regala una prueba más de su ignominia (la más reciente, constatar que ha regalado 40.000 millones con el rescate bancario sin que se le mueva un músculo de la cara). Va siendo hora de que los parlamentos y gobiernos del Reino de España se parezcan más a las españolas y españoles y no solo a una parte. Se participe o no en la movilización del 1-O, más allá de cómo procesemos las barbaridades que promete hacer el gobierno de Rajoy y de los juicios de intenciones de los convocantes, lo relevante es el día siguiente y que todos los demócratas tengamos un horizonte que se convierta en un mandato a la política: sentémonos de una maldita vez a hablar.

Tres artículos del documento organizativo de Vistalegre 2
Documento Organizativo VA II:
“Artículo 22. Asamblea Ciudadana Autonómica. La Asamblea Ciudadana Autonómica es el máximo órgano de decisión en cada comunidad autónoma y posee, de forma permanente, la máxima capacidad de decisión en dicho territorio, siempre en coherencia con los acuerdos emanados de la Asamblea Ciudadana de Podemos. Así, les corresponde autonomía respecto a todas las cuestiones de especial relevancia para el conjunto de la organización en ese territorio, siempre que no contravengan los principios generales de Podemos ni las decisiones de una Asamblea Ciudadana de ámbito territorial superior.”
Artículo 29. El Consejo Ciudadano Autonómico es el órgano encargado de debatir, decidir y ejecutar la dirección política de Podemos en su territorio entre Asambleas Ciudadanas Autonómicas ordinarias, y siempre de acuerdo con lo aprobado en estas y con la línea estratégica general de Podemos.”.
“Artículo 33 . La Secretaría General Autonómica es el órgano que ejerce la representación política e institucional de Podemos en el territorio, coordinando sus actividades y asegurando la coherencia estratégica de su
discurso y acción política, así como la coordinación y la coherencia estratégica con Podemos a nivel estatal”).



En Catalunya la Guardia Civil no quiere votar