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jueves, 29 de marzo de 2018

Nombres que significan cosas muy distintas


TENDENCIAS

29/03/2018

19 nombres de persona que significan cosas muy distintas en otros países

Un nombre puede sonar encantador en un idioma y ser completamente vulgar, absurdo o simplemente inesperado en otro.


Hay que tener en cuenta muchos factores a la hora de de escoger un nombre para tu bebé. Uno de esos factores, aunque pocas veces sea el que antes acude a la mente, es su faceta internacional.

A veces, un nombre puede sonar encantador en un idioma y ser completamente vulgar, absurdo o simplemente inesperado en otra lengua, ya sea en su forma oral o escrita.

Para ayudar a los padres a no caer en esta trampa, la edición estadounidense del HuffPost ha elaborado un listado de 19 nombres que pueden tener significados sorprendentes en otros idiomas y culturas. La intención no es, en ningún caso, decir que estos nombres sean malos. Simplemente, nunca está de más contar con información antes de tomar una decisión. ¡De nada! ;)

Pippa:


En español, su similitud con el fruto seco es más inofensiva, pero tiene un significado mucho más vulgar en otros idiomas. En italiano, puede referirse a la masturbación o significar paja. En sueco, es un término grosero para referirse al sexo. En griego, la palabra πίπα, que se pronuncia parecido a "Pippa", es el argot usado para felación.

Siri:


"Siri" es el argot que se utiliza en Georgia para referirse al pene. En japonés, suena como el término usado para designar el trasero ().

Bill:


En neerlandés tienen la palabra bil, que se refiere al glúteo.

Kiki:


"Kiki" significa vagina en tagalo (Filipinas); en japonés, significa crisis; en español, es una forma de denominar el acto sexual y en algunas variedades de francés es una palabra infantil para referirse al pene.

Randy:


Este nombre es totalmente normal en Estados Unidos, pero en el inglés británico es un argot usado cuando una persona está sexualmente excitada. Además, en hindi (India) y en urdu (Pakistán e India) hay una palabra que suena como "Randy" y que significa prostituta.

Fanny:


Al igual que sucede con "Randy", "Fanny" tiene un significado inocente en Estados Unidos pero obsceno en la jerga británica, ya que es una forma vulgar de referirse al órgano genital femenino.

Lisa:


El nombre "Lisa" se parece mucho a la pronunciación de λύσσα, la palabra griega para referirse a la enfermedad de la rabia.

Peter:


Péter significa echarse un pedo en francés. Por suerte, la pronunciación es distinta. En Argentina, "hacer un pete" significa hacer una felación, pero la pronunciación también es distinta.

Cal:


"Cal" se parece mucho a la palabra rusa para heces (кал). Esa misma palabra, en búlgaro, es fango. En España tampoco hay mucho aprecio por la cal.

Tod/Todd:


Tod es la palabra alemana para referirse a la muerte.

Sal:


"Sal" suena como la palabra francesa sale, que significa sucio. En España podría confundirse con el condimento o con el imperativo del verbo salir.

Mark:


"Mark" es también una palabra noruega que significa gusano.

Dom:


Dom también es una palabra neerlandesa que significa estúpido.

Mona:


En algunas variedades del italiano, mona es una palabra vulgar para denominar el órgano genital femenino o un insulto cuyo significado básico es idiota. En español, literalmente, es un simio hembra (aunque también puede entenderse en sentido positivo como un calificativo para una chica atractiva).

Gary:


Este nombre suena parecido a la palabra japonesa 下痢, que significa diarrea.

Bobby:


"Bobby" se parece a babi, la palabra con la que designan en Indonesia a los cerdos.

Khara:


Khara en árabe significa mierda. El parecido con las acepciones de cara en español es más inocente.

Manda:


Aunque no es tan común como "Amanda", no está de más saber que "Manda", en ruso, suena como манда, un término muy vulgar para designar el órgano genital femenino.

Nick:


En francés, niquer es un argot que significa follar. Algunas de las conjugaciones de ese verbo suenan como "Nick".

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.




La fruta podrida del árbol de la CorruPPción


Mariano el pueblo te ama


Semana Santa: Procesión de Jesús el Independentista-Catalán


Procesión de Jesús, el Independentista –Catalán camino de Gibraltar, para reivindicar su españolidad. OK






Semana Santa: Procesión del Santo Entierro


Procesión del Santo Entierro de Jesús el Pensionista-Jubilado



miércoles, 28 de marzo de 2018

¡No sea burrX!!!


Se aman profundamente


¡Tonto del Culo!!!


Los Santos Prepucios


LOS SANTOS PREPUCIOS


Vota y Calla (no te metas en lo que sí te importa)

SALVA SOLANO SALMERÓN




Los medios hablan del de Granada como «el mayor caso de pederastia de la historia de España». Permitidme que me ría. La Iglesia católica ha cometido millones de abusos sexuales en todo el mundo, y España no ha sido una excepción. Lo que ocurre es que aquí padecimos durante cuatro décadas una dictadura franquista, y como la Iglesia era una de las columnas maestras en las que se sustentaba dicho régimen (Franco salía bajo palio, como esos muñecos de madera que tanto gustan a los catetos), todo lo que fuera contra el clero iba también contra la dictadura, lo que suponía torturas, cárcel y muerte, así que los curas tenían bula para hacer y deshacer a su antojo. Y siempre se les ha antojado explorar las cavidades infantiles, qué le vamos a hacer.


Además de la dictadura española, la Iglesia apoyó también el fascismo en otros países. El nazismo hubiera sido derrotado mucho antes de no contar con el respaldo de la maquinaria eclesiástica, y ya sabemos gracias a qué consiguieron esa anomalía que es el Vaticano y que tan bien les viene para no responder ante nadie de sus crímenes: fue un regalo de Mussolini (otro adalid de la democracia) por los servicios prestados.

De modo que los abusos de estos tres cuervos de Granada distan mucho de ser «el mayor caso de pederastia» de nuestro país. Ojalá. La única diferencia es que ahora, como sucede con los tejemanejes de la casa real, se puede empezar a hablar tímidamente del asunto. Pero no pasamos de hablar. Como la Transición se hizo como se pudo (aunque no es excusa, tiempo ha habido después de corregirla), seguimos con monarquía, jueces, policía y sacerdotes franquistas, muchos de estos últimos formando parte de la jerarquía, de la Conferencia Episcopal. En pleno siglo XXI los curas continúan estudiando anatomía infantil porque saben que a lo más que se arriesgan es a un cambio de parroquia. Y bueno, es una pequeña faena, la mudanza y todo eso, pero en la nueva parroquia habrá más chiquillos con los que jugar. Sí, sí, dejad que se acerquen a mí, que se acerquen…




La cosa no acabó con el franquismo: reconvertido el régimen en AP, luego PP, la Iglesia siguió postrada a los pies de sus antiguos dueños. Nosotros os apoyamos, vosotros mantenéis nuestros privilegios, y todos salimos ganando. Una perfecta simbiosis en la que los dos parásitos colaboran para chupar la sangre a los de abajo. Y así vemos, por ejemplo, manifestaciones de antiabortistas cuando el PP, desde la oposición, necesita votos o remover las calles contra el Gobierno.


Pero los curas no protestan contra el aborto sólo por ser un lobby de la derecha. Los Rouco, Camino y compañía, los «monseñores» aborrecen verdaderamente esta práctica. Y es que ellos ven en cada feto, en cada embrión, en cada espermatozoide (por eso tocarte te condena al infierno), en cada óvulo incluso (¿será la menstruación un truco encubierto de las feminazispara llevar a cabo un genocidio silencioso?), un futuro regalo para satisfacer sus ansias de cariño. Qué desperdicio el aborto, con lo preciosísimas que están esas criaturitas pasados unos años vestidas de monaguillo. Ah, se les hace la boca agua… Como el anuncio de Pezqueñines: debes dejarlos crecer (pero poco, que si no se estropean, ya lo advertía Humbert Humbert en Lolita).

Durante todos estos años también han  abusado de adultos, principalmente de mujeres humildes que no tenían más alternativa que callarse. Y aunque muchas niñas han sufrido la «imposición de manos», la mayor parte de las víctimas son niños. Podría parecer una incoherencia, puesto que los de la sotana defienden que la homosexualidad es una aberración, pero es que los caminos del Señor son inescrutables.


BAUTÍZATE Y SÉ SUMISO


Cuando fallan las políticas de ocultación, las presiones, las indemnizaciones, el tapar las bocas a golpe de talonario (la Iglesia está podrida de dinero), y sale a la luz uno de estos casos, una pequeña parte de los cristianotomizados abre mucho los ojos, «oh, ¿cómo ha podido pasar?». Pero la mayoría piensa que es un montaje de los resentidos comunistas contra la santa Iglesia católica. Como ya no les dejan violar monjas, han de recurrir a estas burdas insidias.

—Oye, Micaela, ahora que están hablando de esto en lo de Ana Rosa, me ha venido a la cabeza: ¿te acuerdas de que tu nieto no quería que le llevaras con el padre Román, que luego le dolía el culito?

—Eso no tiene nada que ver. ¡El padre Román es un bendito, te lo digo yo!

Y de esa forma, el rebaño (qué término tan acertado el de la Biblia, beeeatos) sigue asombrándose ante la noticia de un cura pedófilo o un policía torturador. Por más que se acumulen miles de ellos, todos son «casos aislados», que para eso tenemos a los medios de comunicación amplificando y silenciando a voluntad y conveniencia del poder.

Pero qué podemos esperar de gente anclada en la Edad Media, estúpidos supersticiosos, personas irracionales que creen en el Ratoncito Pérez sin darse cuenta de que están siguiendo a una inmunda y oscura rata que les arranca los dientes para venderlos al mejor postor.



Mariano....


Los Papas, la historia más perversa y estremecedora.


martes 27, Mar 2018

ElHuffPost

La historia de los Papas o descenso al micromundo del poder y la perversidad

Por Antony Beevor

El historiador John Julius Norwich escribe sobre la historia de los pontífices del cristianismo, una saga de poder, violencia, rivalidad, ambición y traición. WMagazín publica un pasaje del prólogo del gran historiador Beevor


Presentación WMagazín. Este libro es una joya de la cultura general no solo para conocer la historia de los papas sino para entender y comprender mejor parte del destino de la humanidad en los últimos dos mil años. Los Papas. Una historia, escrito de John Julius Norwich que entra a formar parte de la exclusiva biblioteca del sello Reino de Redonda que lleva con exquisitez Javier Marías.

Norwich se adentra, con una prosa muy cuidada y amena, en los orígenes y desarrollo de esa institución y sus entresijos que termina siendo un micromundo del poder y la perversidad que incluye los mejores elementos de una gran saga. Esta obra tiene como prologuista al historiador Antony Beevor de quien WMagazín reproduce un pasaje que da cuenta del gran territorio que ilumina Norwich.

Los Papas. Prólogo de Antony Beevor


Huelga decir que Los Papas no decepciona ni estilísticamente ni por su contenido, en el que no faltan violencias, rivalidad, ambición y traición. El martirio en sus muy variadas y desagradables formas fue el destino de muchos de los primeros creyentes. Tanto san Pedro como san Pablo fueron probablemente martirizados. Y también dos de los más ilustres líderes de la Iglesia, san Ignacio, obispo de Antioquía, que sirvió de alimento a los leones, y san Policarpo, obispo de Esmirna, que, condenado a arder en la hoguera, fue apuñalado hasta la muerte porque el fuego no llegó a prender.

Cómodo, por muchos motivos un emperador incluso más cruel que Nerón, resultó ser una bendición inesperada para los cristianos. “La vida bajo el gobierno de Cómodo fue mucho más fácil que bajo el de su padre (Marco Aurelio) -escribe John Julius Norwich-, hasta el punto de que un eunuco llamado Jacinto se convirtió en el primer (y casi con toda seguridad en el último) hombre en la historia que combinó sus deberes como vigilante de un gran harem de 300 mujeres con los de presbítero de la iglesia cristiana”. Jacinto y Marcia, la concubina favorita de Cómodo, permitieron que el Papa Víctor I se introdujera en el palacio imperial y convirtiera a los prisioneros a su fe.

La cristiandad consiguió triunfar a partir de 306, año en el que Constantino fue aclamado en York por la legión romana como sucesor del emperador Diocleciano. Su influencia en el curso de la historia difícilmente se puede exagerar. No solo hizo del cristianismo la religión oficial del Imperio romano, sino que su decisión de trasladar la capital imperial a Constantinopla condujo a un gran cisma entre la Iglesia de Occidente y lo que se convertiría en las Iglesias Ortodoxas de Oriente. A pesar de que abandonó Roma tras su visita en 326, su construcción de las grandes basílicas, por encima de todas ellas la de San Pedro en la Colina Vaticana, preparó el terreno para la gloria futura de la Iglesia Católica. Sin embargo, durante mucho tiempo los obispos de Roma, tal como reconoció el papa Silvestre I, disfrutaron de poco poder. Las herejías, los cismas y los Antipapas constituyeron su destino durante varios siglos en un mundo fragmentado, obsesionado con las minucias del dogma y del poder político. El propio Constantino el Grande intentó imponer la unidad durante el Concilio de Nicea en 324, pero esta no duró mucho.

Menos de sesenta años después, en 381, el emperador Teodocio el Grande prohibió todos los cultos paganos y heréticos. “En menos de un siglo, una iglesia perseguida se había convertido en una iglesia perseguidora”, subraya Norwich. Los judíos pasaron a ser un objetivo a considerárselos los asesinos de Cristo. Extrañamente, incluso hoy en día el hecho de que Cristo y sus apóstoles fueran ellos mismos judíos, parece ser una contradicción inmencionable entre las mentes antisemitas.

El título de Papa no se creó hasta que el obispo Siricio lo asumió hacia finales del siglo IV. Su sucesor, Inocencio I, negoció con Alarico el Visigodo cuando este invadió Italia y ocupó Roma en 410. El imperio occidental de Augusto, que comprendía desde la península ibérica hasta el Rin y al norte hasta la muralla de Adriano, se acercaba efectivamente a su fin, aunque Alarico muriera a causa de unas fiebres y Atila el Huno se retirara de Italia en 452 sin haber saqueado la Ciudad Santa. La suerte de Roma no duró. Tres años más tarde, los vándalos llegaron y arrasaron la ciudad durante dos semanas, dejando apenas nada detrás.

Después de que los conquistadores partieran con su botín, los habitantes de la península italiana confiaban en tener un tiempo de paz para recuperarse. En 492 llegaron los ostogodos comandados por Teodorico. Para sorpresa general, con ellos llegó el periodo de calma relativa y prosperidad que con tanta urgencia necesitaban. La iglesia, aunque se metió en un ciclo de herejía y cisma, sobrevivió intacta a lo peor de la Alta Edad Media. En el siglo VII, el repentino ascenso del islam ayudó a la unificación de la cristiandad. Los ejércitos avanzaron derrotando al emperador bizantino Heraclio, apoderándose de Damasco, Jerusalén, Siria, Palestina y Egipto, así como del Imperio Persa y Afganistán. Avanzando hacia occidente por el litoral norteafricano, alcanzaron la costa atlántica, entraron en España y únicamente se los detuvo en Tours en 732, cuando fueron derrotados por el líder franco Carlos Martel.

Una alianza en ciernes entre los francos y el Papado facilitó que el nieto de Martel, otro Carlos, creara un imperio. Fue coronado en Roma el día de Navidad del año 800, una fecha que todo colegial solía conocer. Así que después de 400 años por fin había aparecido un emperador en Occidente. En ese momento en Bizancio la emperatriz Irene se mantenía en el trono tras la muerte de su marido por lo que el soberano franco decidió aprovechar la oportunidad de unificar ambos imperios. Asombró a Bizancio con su propuesta de matrimonio. Irene aceptó, sabiendo lo impopular que era, pero esta única oportunidad de reunificación finalizó con el arresto y encarcelamiento de ella. Los cultivados griegos de Bizancio no tenían intención de ser gobernados por un franco analfabeto.

La alianza entre el emperador franco y el Papa tampoco duró mucho tiempo. La autoridad espiritual y la temporal seguirían en desacuerdo durante siglos, incluso tras la desintegración del Imperio carolingio, cuarenta años después de la coronación de Carlomagno. Ese lapso forzó al papado a asumir más poder secular cuando se vio enfrentado a la invasión árabe de Sicilia. Los musulmanes fueron alentados a ir allí por el gobernador bizantino local Eutimio, que sabía que, de otro modo, tendrían que enfrentarse a las graves consecuencias de haberse fugado con una monja. Una vez cruzaron el estrecho de Mesina, los árabes consiguieron avanzar hasta la península y en 846 su flota de veleros  navegó río arriba por el Tíber y su tripulación saqueó la ciudad, arrancando hasta la plata de las puertas de San Pedro. Tres años después el Papa León IV pudo vengarse. Reunió las armadas de Nápoles, Amalfi y Gaeta, y la flota árabe fue destruida frente al puerto romano de Ostia.

En el siguiente capítulo, John Julius Norwich se ocupa de la leyenda de la papisa Juana, que supuestamente dio a luz durante una procesión desde San Pedro hasta Letrán. Incluye el relato de la chaise percée, cuando se suponía que uno de los cardenales jóvenes debía palpar los testículos de los papas posteriores antes de su coronación, con el fin de asegurarse de que realmente eran hombres. Allá por 1490, un relato nos informa de que, como parte  la ceremonia, “para poder demostrar su idoneidad, un clérigo joven palpa sus testículos para testificar que pertenece al género masculino. Cuando se determina que sí es, la persona que lo hace grita: “¡Tiene testículos!”. Y todos los clérigos presentes contestan: “¡Alabado sea Dios!”…

·          Los Papas. Una historia. John Julius Norwish. Prólogo de Antony Beevor. Traducción de Christian Marti-Menzel. Editorial Reino de Redonda.


Mariano "el filósofo"