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miércoles, 28 de marzo de 2018

Los Santos Prepucios


LOS SANTOS PREPUCIOS


Vota y Calla (no te metas en lo que sí te importa)

SALVA SOLANO SALMERÓN




Los medios hablan del de Granada como «el mayor caso de pederastia de la historia de España». Permitidme que me ría. La Iglesia católica ha cometido millones de abusos sexuales en todo el mundo, y España no ha sido una excepción. Lo que ocurre es que aquí padecimos durante cuatro décadas una dictadura franquista, y como la Iglesia era una de las columnas maestras en las que se sustentaba dicho régimen (Franco salía bajo palio, como esos muñecos de madera que tanto gustan a los catetos), todo lo que fuera contra el clero iba también contra la dictadura, lo que suponía torturas, cárcel y muerte, así que los curas tenían bula para hacer y deshacer a su antojo. Y siempre se les ha antojado explorar las cavidades infantiles, qué le vamos a hacer.


Además de la dictadura española, la Iglesia apoyó también el fascismo en otros países. El nazismo hubiera sido derrotado mucho antes de no contar con el respaldo de la maquinaria eclesiástica, y ya sabemos gracias a qué consiguieron esa anomalía que es el Vaticano y que tan bien les viene para no responder ante nadie de sus crímenes: fue un regalo de Mussolini (otro adalid de la democracia) por los servicios prestados.

De modo que los abusos de estos tres cuervos de Granada distan mucho de ser «el mayor caso de pederastia» de nuestro país. Ojalá. La única diferencia es que ahora, como sucede con los tejemanejes de la casa real, se puede empezar a hablar tímidamente del asunto. Pero no pasamos de hablar. Como la Transición se hizo como se pudo (aunque no es excusa, tiempo ha habido después de corregirla), seguimos con monarquía, jueces, policía y sacerdotes franquistas, muchos de estos últimos formando parte de la jerarquía, de la Conferencia Episcopal. En pleno siglo XXI los curas continúan estudiando anatomía infantil porque saben que a lo más que se arriesgan es a un cambio de parroquia. Y bueno, es una pequeña faena, la mudanza y todo eso, pero en la nueva parroquia habrá más chiquillos con los que jugar. Sí, sí, dejad que se acerquen a mí, que se acerquen…




La cosa no acabó con el franquismo: reconvertido el régimen en AP, luego PP, la Iglesia siguió postrada a los pies de sus antiguos dueños. Nosotros os apoyamos, vosotros mantenéis nuestros privilegios, y todos salimos ganando. Una perfecta simbiosis en la que los dos parásitos colaboran para chupar la sangre a los de abajo. Y así vemos, por ejemplo, manifestaciones de antiabortistas cuando el PP, desde la oposición, necesita votos o remover las calles contra el Gobierno.


Pero los curas no protestan contra el aborto sólo por ser un lobby de la derecha. Los Rouco, Camino y compañía, los «monseñores» aborrecen verdaderamente esta práctica. Y es que ellos ven en cada feto, en cada embrión, en cada espermatozoide (por eso tocarte te condena al infierno), en cada óvulo incluso (¿será la menstruación un truco encubierto de las feminazispara llevar a cabo un genocidio silencioso?), un futuro regalo para satisfacer sus ansias de cariño. Qué desperdicio el aborto, con lo preciosísimas que están esas criaturitas pasados unos años vestidas de monaguillo. Ah, se les hace la boca agua… Como el anuncio de Pezqueñines: debes dejarlos crecer (pero poco, que si no se estropean, ya lo advertía Humbert Humbert en Lolita).

Durante todos estos años también han  abusado de adultos, principalmente de mujeres humildes que no tenían más alternativa que callarse. Y aunque muchas niñas han sufrido la «imposición de manos», la mayor parte de las víctimas son niños. Podría parecer una incoherencia, puesto que los de la sotana defienden que la homosexualidad es una aberración, pero es que los caminos del Señor son inescrutables.


BAUTÍZATE Y SÉ SUMISO


Cuando fallan las políticas de ocultación, las presiones, las indemnizaciones, el tapar las bocas a golpe de talonario (la Iglesia está podrida de dinero), y sale a la luz uno de estos casos, una pequeña parte de los cristianotomizados abre mucho los ojos, «oh, ¿cómo ha podido pasar?». Pero la mayoría piensa que es un montaje de los resentidos comunistas contra la santa Iglesia católica. Como ya no les dejan violar monjas, han de recurrir a estas burdas insidias.

—Oye, Micaela, ahora que están hablando de esto en lo de Ana Rosa, me ha venido a la cabeza: ¿te acuerdas de que tu nieto no quería que le llevaras con el padre Román, que luego le dolía el culito?

—Eso no tiene nada que ver. ¡El padre Román es un bendito, te lo digo yo!

Y de esa forma, el rebaño (qué término tan acertado el de la Biblia, beeeatos) sigue asombrándose ante la noticia de un cura pedófilo o un policía torturador. Por más que se acumulen miles de ellos, todos son «casos aislados», que para eso tenemos a los medios de comunicación amplificando y silenciando a voluntad y conveniencia del poder.

Pero qué podemos esperar de gente anclada en la Edad Media, estúpidos supersticiosos, personas irracionales que creen en el Ratoncito Pérez sin darse cuenta de que están siguiendo a una inmunda y oscura rata que les arranca los dientes para venderlos al mejor postor.



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