LOS SANTOS PREPUCIOS
Vota
y Calla (no te metas en lo que sí te importa)
SALVA SOLANO SALMERÓN
Los medios hablan del de Granada como «el mayor caso de
pederastia de la historia de España». Permitidme que me ría. La
Iglesia católica ha cometido millones de abusos sexuales en todo el mundo, y
España no ha sido una excepción. Lo que ocurre es que aquí padecimos durante
cuatro décadas una dictadura franquista, y como la Iglesia era una de las
columnas maestras en las que se sustentaba dicho régimen (Franco salía bajo
palio, como esos muñecos de madera que tanto gustan a los catetos), todo lo que
fuera contra el clero iba también contra la dictadura, lo que suponía torturas,
cárcel y muerte, así que los curas tenían bula para hacer y deshacer a su
antojo. Y siempre se les ha antojado explorar las cavidades infantiles, qué le
vamos a hacer.
Además de la dictadura española, la Iglesia apoyó
también el fascismo en otros países. El nazismo hubiera sido derrotado mucho
antes de no contar con el respaldo de la maquinaria eclesiástica, y ya sabemos
gracias a qué consiguieron esa anomalía que es el Vaticano y
que tan bien les viene para no responder ante nadie de sus crímenes: fue
un regalo de Mussolini (otro adalid de la democracia) por los
servicios prestados.
De modo que los abusos de estos tres cuervos de
Granada distan mucho de ser «el mayor caso de pederastia» de nuestro país.
Ojalá. La única diferencia es que ahora, como sucede con los tejemanejes de la
casa real, se puede empezar a hablar tímidamente del asunto. Pero no pasamos de
hablar. Como la
Transición se hizo como se pudo (aunque no es excusa, tiempo ha
habido después de corregirla), seguimos con monarquía, jueces,
policía y sacerdotes franquistas, muchos de estos últimos formando
parte de la jerarquía, de la Conferencia Episcopal. En pleno siglo XXI los
curas continúan estudiando anatomía infantil porque saben que a lo más que
se arriesgan es a un cambio de parroquia. Y bueno, es una pequeña
faena, la mudanza y todo eso, pero en la nueva parroquia habrá más chiquillos
con los que jugar. Sí, sí, dejad que se acerquen a mí, que se acerquen…
La cosa no acabó con el franquismo: reconvertido el
régimen en AP, luego PP, la Iglesia siguió postrada a los pies de sus antiguos
dueños. Nosotros os apoyamos, vosotros mantenéis nuestros privilegios,
y todos salimos ganando. Una perfecta simbiosis en la que los dos parásitos
colaboran para chupar la sangre a los de abajo. Y así vemos, por ejemplo,
manifestaciones de antiabortistas cuando el PP, desde la oposición, necesita
votos o remover las calles contra el Gobierno.
Pero los curas no protestan contra el aborto sólo por
ser un lobby de la derecha. Los Rouco, Camino y compañía,
los «monseñores» aborrecen verdaderamente esta práctica. Y es que ellos ven en
cada feto, en cada embrión, en cada espermatozoide (por eso tocarte te condena al infierno), en
cada óvulo incluso (¿será la menstruación un truco encubierto de las feminazispara
llevar a cabo un genocidio silencioso?), un futuro regalo para satisfacer sus
ansias de cariño. Qué desperdicio el aborto, con lo preciosísimas
que están esas criaturitas pasados unos años vestidas de monaguillo.
Ah, se les hace la boca agua… Como el anuncio de Pezqueñines:
debes dejarlos crecer (pero poco, que si no se estropean, ya lo advertía
Humbert Humbert en Lolita).
Durante todos estos años también han abusado
de adultos, principalmente de mujeres humildes
que no tenían más alternativa que callarse. Y aunque muchas niñas han sufrido
la «imposición de manos», la mayor parte de las víctimas son niños. Podría
parecer una incoherencia, puesto que los de la sotana defienden que la
homosexualidad es una aberración, pero es que los caminos del
Señor son inescrutables.
BAUTÍZATE Y SÉ SUMISO
Cuando fallan las políticas de ocultación, las
presiones, las indemnizaciones, el tapar las bocas a golpe de talonario (la
Iglesia está podrida de dinero),
y sale a la luz uno de estos casos, una pequeña parte de los cristianotomizados abre
mucho los ojos, «oh, ¿cómo ha podido pasar?». Pero la mayoría piensa que es un
montaje de los resentidos comunistas contra la santa Iglesia católica. Como ya
no les dejan violar monjas, han de recurrir a estas burdas insidias.
—Oye, Micaela, ahora que
están hablando de esto en lo de Ana Rosa, me ha venido a la cabeza: ¿te
acuerdas de que tu nieto no quería que le llevaras con el padre Román, que
luego le dolía el culito?
—Eso no tiene nada que
ver. ¡El padre Román es un bendito, te lo digo yo!
Y de esa forma, el rebaño (qué término tan acertado el
de la Biblia, beeeatos) sigue asombrándose ante la noticia de un
cura pedófilo o un policía
torturador. Por más que se acumulen miles de ellos, todos son «casos
aislados», que para eso tenemos a los medios de comunicación amplificando y
silenciando a voluntad y conveniencia del poder.
Pero qué podemos esperar de gente anclada
en la Edad Media, estúpidos supersticiosos, personas irracionales que creen en
el Ratoncito Pérez sin darse cuenta de que están siguiendo a una
inmunda y oscura rata que les arranca los dientes para venderlos al mejor
postor.
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