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viernes, 27 de julio de 2018

No es fácil ser homosexual y católico



Queipo de Llano: “Cualquier afeminado o desviado que insulte el Movimiento será muerto como un perro”

Javier Coria. Revista Rambla, 29-12-2015 | 1 enero 2016

La represión franquista contra lesbianas y gais es uno de los episodios más ocultos de la dictadura y de la Transición

 Martes, 29 de diciembre de 2015

La represión franquista contra lesbianas y gais, y contra el colectivo que hoy conocemos como LGTBI, es uno de los episodios más ocultos de la dictadura y los primeros años de la Transición. En Barcelona recogemos los testimonios de algunas de sus víctimas.

El militar golpista Gonzalo Queipo de Llano -que llamaba a Franco “Paca la culona”-, proclamó: “Cualquier afeminado o desviado que insulte el Movimiento será muerto como un perro”. Para el jefe de los Servicios Psiquiátricos del régimen franquista, para algunos el Josef Mengele español, el médico y militar Antonio Vallejo-Nájera, los homosexuales y lesbianas eran una muestra de la degeneración de la “raza” que, según él, había comenzado con la Segunda República, con una “enfermedad mental”, el marxismo. Simpatizante del nazismo, aconsejó la esterilización eugenésica de las presas republicanas y de los homosexuales, y entre otras cosas escribió en su Tratado de psiquiatría (1944) y en Lecciones de psiquiatría (1952): “Adquieren estos postencefalíticos todas las características propias de las personalidades psicopáticas: holgazanería, importunidad, mal intención, hábitos viciosos, amoralidad, tendencias cleptómanas, agresividad, vagabundeo, etc. lo característico es la habilidad cinética, y la tendencia a la acción, sin finalidad o con fines perversos. Son sujetos que se entrometen en todo, se hacen insoportables, es imposible el aprendizaje escolar o profesional, se permiten bromas groseras y pesadas con las personas mayores, importunan al médico con peticiones imposibles de satisfacer, propagan la homosexualidad”. Si todo esto se hubiera quedado en palabras, nada más sería la muestra de las teorías anticientíficas de un fanático que se miraba en el oscuro espejo del nazismo, pero las palabras tuvieron sus consecuencias, en cárceles, en manicomios, en electrochoques…, en definitiva, en el sufrimiento y muerte de muchas personas.
La represión en la dictadura franquista y durante los primeros años de la Transición, como se ha visto, no sólo fue contra los opositores ideológicos –comunistas, republicanos, masones, separatista, etc.-, también la sufrieron las personas por su orientación sexual, al margen de sus ideas políticas. El colectivo de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI) fueron las víctimas propiciatorias de leyes como la Ley de Vagos y Maleantes, ley que procedía de la Segunda República (ley conocida como La Gandula, 1933), pero que el régimen franquista modificó (el 15 de julio de 1954) para incluir la represión por orientación sexual, con cosas como estas: “Los homosexuales sometidos a esta medida de seguridad deberán ser internados en instituciones especiales y, en todo caso, con absoluta separación de los demás”. En estos días se cumple el 45º aniversario de su derogación, en 1970. Año en que fue sustituida por la Ley de Peligrosidad Social, que recogían lo esencial de la anterior ley, pero además contemplaba penas de cinco años de internamiento en cárceles o manicomios. Esta ley -junto con el artículo del Código Penal de “escándalo público”- reprimió a homosexuales y transexuales, y no fue derogada hasta 1995, por lo que ahora se cumplen veinte años de su derogación.
Esta represión tuvo muchos cómplices, principalmente en la iglesia católica, pero también en las propias familias y, por qué no decirlo, por acción u omisión, también entre amplios sectores de la oposición al franquismo. Mientras los presos políticos salieron a la calle con las amnistía parcial de 1976 y total de 1977, las lesbianas y homosexuales siguieron en las cárceles y los pabellones psiquiátricos. Para el Estado eran degenerados peligrosos, para la iglesia y la moral imperante, unos pecadores, y para la medicina y especialmente la psiquiatría, unos enfermos. El Memorial Democrático de la Generalitat de Catalunya, con su presidente Jordi Palou-Loverdos a la cabeza, reunió a víctimas y activistas para dar testimonio de esta represión que aún se mantiene oculta.

“LLEVÉ CILICIOS EN LOS BRAZOS”

Conocido con el nombre de “guerra” de Jordi Petit durante la lucha clandestina, Jordi Lozano González (Barcelona, 1954) es uno de los primeros y más conocido activistas por los derechos civiles de gais y lesbianas en el estado español. Reconocida su labor internacionalmente, fue secretario general de la International Lesbian and Gay Association y el primer coordinador del Front d’Alliberament Gai de Catalunya, organización que en este año de 2015, cumple el 40º aniversario de su fundación. Petit recibió la Medalla de Honor de la ciudad de Barcelona en 2003, y también se reconoció su labor social, y especialmente su lucha contra el SIDA, con la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, en 2008. Por primera vez en público habla de su experiencia personal:

“Desde que con trece años, en 1967, confesé mi homosexualidad, sufrí lo que hoy se llama bullying (acoso escolar) y la represión directa. Yo vengo de una familia formalmente normal y ejemplar, pero aún recuerdo las palizas que mi padre le daba a mi madre. Yo con ocho o nueve años intentaba separarlos, pero no podía. Al ser un hijo único, era bastante amanerado, pero para decirlo de alguna manera, con un estilo pijo. Por ello, en la escuela, con los salesianos, sufrí toda clase de insultos y agresiones. Mi grupo de amigos de Castelldefels, chicos y chicas, entre los que había los hijos del gobernador civil de aquella época, un día me dijeron que ya no podía salir con ellos. Para contrarrestar el rechazo, yo estudiaba como un loco, y siempre sacaba muy buenas notas. Con trece años mantuve mis primeras relaciones sexuales, y como a todos, empezó la confusión, el pecado, la rareza… Yo me confesaba casi a diario. Luego llegaron al colegio un grupo de monitores del Opus Dei, y uno de ellos, como guía espiritual, me aconsejó que para refrenar los impulsos homosexuales tenía que aplicarme la automortificación. Durante un tiempo llevé cilicios en los brazos y en los zapatos, piedras y chapas de botellas. Luego un sacerdote psicólogo me aclaró las ideas, por lo que seguí “pecando”, pero sin confesarme. Luego vino una segunda fase, donde dejé atrás el acoso escolar y me encontré con la represión pura y dura. En 1971 milité en las juventudes comunistas, y en la universidad, en el PSUC. Un día se me ocurrió pintar con un rotulador una frase antifranquista en una cabina de teléfonos y me detuvieron. Pasé por el Tribunal de Orden Público y fui a parar a la cárcel Modelo. Luego pasé por la prisión dos veces más. Hice la mili en la marina, y cuando había prácticas de tiro, nosotros no podíamos ir, porque: “los rojos no nos conviene que sepan disparar”, decían. En el sorteo de destinos, a mí me enviaron directamente a la prisión naval de Caranza, en el Ferrol del Caudillo. No estaba preso, vigilado sí, estaba en una brigada especial con otros reclutas fichados por su labor política contra el régimen. Allí me hice amigo de un compañero catalán que era boxeador y que me protegía, pero cuando se fue, me violaron. El asunto de la violación de los hombres daría mucho para hablar, porque nadie se atreve a confesarlo.

Como dije, pasé dos veces más por la cárcel, aún legalizado el Partido Comunista, los que teníamos antecedentes políticos nos llevaban a la cárcel por “sospecha de subversión”. Pasé unos días muy duros en celdas de aislamiento, y durante todo ese tiempo, nadie de mi familia ni amigos me vino a ver. En fin, si queréis saber más sobre la comunidad gai durante el franquismo,  de mi libro Vidas de Arcoiris está a punto de salir la segunda edición”.


“LA IGLESIA ESTÁ LLENA DE MARICONES VISTIENDO VÍRGENES”

Nazario Luque Vera (Castilleja del Campo –Sevilla-, 1944) es más conocido como Nazario, autor de cómics, escritor y pintor, es uno de los genuinos autores de lo que se dio en llamar el “cómic underground, erótico y canalla” de la escena española. Afincado en Barcelona desde 1972, junto al fallecido pintor José Pérez Ocaña, fue uno de los mayores exponentes de la “movida” barcelonesa de los setenta y ochenta. Desde hace 36 años convivió con el escultor Alejandro Molina. Con sus famosos trabajos Turandot y Alí Babá y los 40 maricones publicados en la revista Makoki, Nazario dejó el cómic por la pintura y la ilustración, siendo los autorretratos y la fauna humana de la plaza Real, donde tiene su vivienda, recurrentes motivos de sus obras. Entre otros premios, tiene la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Nazario no suele utilizar eufemismos y es bastante directo en sus comentarios, muestra de ello es su testimonio que recogemos aquí:

“Mi historia de infancia y juventud es muy parecida a la de tantos andaluces que vivíamos en pueblos pequeños. Yo tenía una madre muy religiosa que me inculcó esta historia de autorrepresión, lo que me hacía estar arrepintiéndome siempre. Estudié en un colegio de curas, y tenía la cabeza vuelta del revés. Me gustaban dos o tres padres salesianos, pero no me atrevía. Cuando tenía veinte años me encontré con un compañero de clase, los dos supongo que éramos un poco afeminados, y me explicó que todos aquellos curas que a mí me gustaban, se los estuvo tirando él durante todo el curso. Pensé en el tiempo que había perdido, y me dediqué a recuperarlo lo máximo que pude. En mi pueblo había bastante represión. Estábamos los afeminados de clase media que no nos atrevíamos a manifestarnos, y los maricones clásicos, los folclóricos, que bailaban sevillanas, tocaban los palillos, iban al Rocío y todo el mundo se divertía mucho con ellos. Los demás no existíamos. Es curioso que la iglesia esté llena de maricones vistiendo vírgenes y santos como si fueran sus muñecas, lo pasan bien, pero me parece incongruente con la posición que tienen ante la homosexualidad. Yo me vine a Barcelona y viví la movida contracultural de los setenta. Tuve dos grandes amores de mi vida, pero el último me duró 36 años, hasta el año pasado. Yo estaba en contra del matrimonio, éramos pareja de hecho, pero al final me casé en In articulo mortis, cinco días antes del fallecimiento de mi compañero.


Como coleccionista, guardo mucho material gráfico de los setenta que recogí en un libro. Los periódicos “normales” ocultaban toda la movida contracultural, que sí salía en revistas como Ajoblanco o Star. Yo empiezo el libro con un prólogo sobre los sesenta en Sevilla, y con la derogación de la Ley de Peligrosidad Social. El prólogo lo ilustro con una imagen muy curiosa del año 1973, que salió en una revista amarillista llamada ¿Por qué? Habían hecho una redada en Sitges, y la revista lo tituló “Redada de violetas”, con unas fotografías de personas vestidas de mujer y cuyo pié de foto decía: “Aquí donde los ven, son hombres”. La movida de Barcelona fue más importante que la de Madrid, porque fue aparejada a todo un movimiento social. Se crearon los primeros movimientos ecológicos, de homosexuales, y todo lo que supusieron las jornadas libertarias. Yo recojo los panfletos, carteles y las fotos de la represión. El ayuntamiento me reeditó el libro para una exposición que se llamó “Rambleros”, pero luego no se volvió a saber más del libro. Habrá unos quinientos libros arrinconados en algún almacén municipal. Estoy buscando tiempo para volcarlo gratuitamente en Internet. Parece ser que cuando llegaron los socialistas a los ayuntamientos, no quisieron saber nada del pasado social y reivindicativo de los barrios y ciudades”.

“ES LA IGLESIA LA QUE TIENE QUE SALIR DEL ARMARIO”

Paulina Blanco(El Torno, Cáceres, 1949)lleva 43 años casada con Encarnita. Las dos son católicas, y sufren un doble rechazo: “Entre los católicos por ser lesbianas, y entre el mundo lésbico, por ser cristianas”. Paulina, como maestra, llegó al pequeño pueblo de Zorita (Cáceres, Extremadura) formando parte de un programa de alfabetización. Allí conoció a la joven telefonista, Encarnita, corría el año 1972. Las presiones de familiares, del cura y del entorno, las obligaron ir en busca de una gran ciudad, donde el anonimato les permitiera seguir con su historia de amor. Y llegaron a Barcelona, ciudad en la que residen desde hace décadas y, según cuenta Paulina, “Salimos de un armario al que nunca volveremos”. Y a fe mía que lo hicieron, pues se convirtieron en grandes activistas por los derechos de gais y lesbianas. Colaboran con el Consell Municipal LGTBI de Barcelona y el Consell Nacional LGTBI. Y, desde el año 1983, participan en el Congreso Internacional de Cristianos Gais y Lesbianas, además de ser patronas fundadoras de la Fundació Enllaç, asociación que trabaja por los miembros del colectivo LGTBI mayores, con discapacidad o en situaciones de pobreza y exclusión social. Paulina Blanco nos dio este testimonio:
“Yo nací en plena posguerra en un pequeño pueblo de Extremadura. En una familia patriarcal, sin recursos, sin cultura ni oportunidades. En los años sesenta hubo un gran éxodo de la gente del campo a las ciudades, y mi familia se fue, como tantos otros, a la gran ciudad. Allí tuve la gran oportunidad de conseguir una beca, lo que me permitió estudiar. Cerca de casa había un colegio religioso y caí ahí, suerte para mí. Me enseñaron a ser una buena hija, una buena cristiana, buena esposa, buena madre…, todo esto lo pongo en interrogantes, claro. En la adolescencia descubrí mí homosexualidad, el problema es que yo nunca había conocido ninguna persona con esta identidad. Yo no sabía qué era eso. No tenía referentes, no sabía quién era, qué me pasaba. Miedo, soledad y desconcierto es lo que viví en esa época. Creía que era la única persona en el mundo a la cual le pasaba esto, pues me enamoré de una compañera de clase. Me dediqué a estudiar. En los años setenta ya no podía esconder lo que me pasaba, entonces empezó en rechazo familiar, social, eclesiástico, porque yo había estudiado en un colegio de monjas y quería ser una buena católica. Lo que me pasaba a mí era un pecado, una enfermedad…, peligrosidad social, yo no tenía esa sensación, más tarde supe que había una ley que nos consideraba así. En mis estudios de pedagogía se calificaba lo que me pasaba a mí como enfermedad, por ello se me ocurrió ir a un psiquiatra, que me recomendó un tratamiento de electrochoques. Luego me enamoré de Encarnita, pero ¿se imagina dos mujeres enamoradas en un pequeño pueblo de Extremadura? En Barcelona salimos del armario, nos registramos como pareja de hecho y lo extraordinario es que nos abrieron las puertas del armario en la parroquia donde acudíamos desde hacía diez años. Luego nos casamos en un ayuntamiento y fue estupendo, lo único malo es que la iglesia no quiere bendecir nuestro amor. Yo soy creyente, y creo que algún día llegará ese momento, ya sé que cuando digo esto la gente me sonríe y dice: sí, sí, pero yo lo pienso. Creo que la iglesia en algún momento tendrá que salir del armario”. En marzo de este año de 2015, la pareja volvió a su Extremadura natal, en este caso para un gran acontecimiento. En Mérida, la Asamblea de Extremadura aprobaba la primera Ley LGTBI de la Comunidad Autónoma.

ERRADICACIÓN DE LA HOMOFOBIA Y LA TRANSFOBIA

En el año 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría decidió eliminar la homosexualidad del Manual de Trastornos Mentales. Hubo que esperar casi dos décadas, en 1990, para que la Asamblea General de la OMS hiciera lo propio sacando la homosexualidad de la lista de enfermedades psiquiátricas. Por primera en el estado español, el Parlament de Catalunya aprobó, con el voto en contra del PP y de Unió Democrática,fuertemente presionados por el Obispado de Barcelona, la Ley de los Derechos de las Personas Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales y para la erradicación de la Transfobia y la Homofobia. En los impulsores de esta ley estaba el recuerdo de Sonia Rescalvo, la transexual asesinada a palos en el Parque de la Ciudadela de Barcelona por un grupo de neonazis, en 1991. Pero lejos de leyes, la sociedad y la escuela aún tienen una labor ingente para eliminar prejuicios y actitudes discriminatorias. Y en esto nada ayuda que, en pleno siglo XXI, obispos como el de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, en marzo de 2015 publicara una carta pastoral vinculando la homosexualidad con la pederastia, o que el citado obispo impartiera, en 2013, un curso sobre sexualidad. En el curso se habló de mujeres que deben ser sumisas a sus maridos y de una pretendida guía para “curar la homosexualidad”.

“LA TRANSFOBIA NOS MATA. YO TAMBIÉN SOY ALAN”

Muchos muros que derribar, muchos armarios de la dictadura franquista que aún siguen sin orear, pero como decíamos, a veces los derechos reconocidos por leyes van por detrás de la intolerancia y los prejuicios de la sociedad. En el momento de finalizar esta crónica, nos golpea la noticia que nos hace llegar la asociación Chrysallis, compuesta por familiares de menores transexuales. El joven Alan, con tan sólo 17 años, se quitó la vida tras sufrir acoso en su instituto. Este joven de Rubí fue el primero en Catalunya –el segundo del Estado- a los que un juez autorizó cambiar el nombre de su DNI y otros documentos oficiales para que estuvieran acordes a su condición sexual. En todo este proceso el menor contó con el apoyo de su familia, como las 240 familias que componen la asociación Chrysallis, que salieron a la calle para exigir a la sociedad que respete a sus hijos y en contra de la transfobia, con el lema “La transfobia nos mata. Yo también soy Alan”. Por nuestra parte, sirva este trabajo como homenaje a Alan y a todos los que sufrieron y siguen sufriendo por ejercer uno de los principales signos de libertad, que es la libertad de amar y de elegir vivir acorde a la condición sexual de cada uno.

 

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Foto: Luis Viadel

jueves, 26 de julio de 2018

Pederastia Católica


¿Dónde está la Justicia?


Critica la foto de mi pene


25/07/2018

Confesiones de una crítica semiprofesional de fotos de penes


En una semana normal me llegan entre 50 y 100 mensajes con fotos de penes, y lo más loco es que yo soy quien las pide.

Ya hace muchos años inicié Critica la foto de mi pene (esto no es apto para verlo en el trabajo, así como los enlaces de este artículo), un sitio web con una premisa simple y fácil de entender: critico fotos de penes de cualquiera a quien le interese mandármelas; las juzgo a partir de los méritos fotográficos y les doy una calificación ("Gracias por participar en Critica la foto de mi pene. Tu pene tiene una calificación de A+").

La pregunta obvia es: ¿Por qué? Bueno, como muchas mujeres milenials paso mucha parte de mi vida en línea, y ser una mujer joven con conexión a internet en muchos casos supone estar expuesta a estas imágenes nudistas hechas en casa. Ya sea que te parezcan graciosas, repulsivas o perfectamente ordinarias, las fotos de penes son un fenómeno cultural que llegó para quedarse.

Normalmente no son solicitadas, lo que hace que la experiencia de recibirlas sea hostil e incómoda. Pero bienvenidas o no, suelen tener una pobre calidad artística.

En 2013, después de ver una foto de pene bien ejecutada, me di cuenta de que, a pesar de que las imágenes de penes suelen estar muy mal tomadas, es relativamente sencillo hacerlo bien. Luego de bromear con mis amigos acerca de la necesidad de tener un servicio público para que mejorara la calidad (elevando la forma e iniciando una discusión sobre el consentimiento, el deseo y la etiqueta para compartir fotos nudistas) decidí con seriedad crear uno. Esta tarde nació Critica la foto de mi pene.

Un sábado creé la cuenta critiquemydickpic@gmail.com. Cuando la abro, normalmente tengo docenas de saludos con antigüedad de hasta una semana, que tienen como asuntos cosas como "Pene mojado en la regadera" y "Empalmado en el trabajo!!" y "Lesbiana negra gordita dotada como un caballo".

Siempre siento de inmediato cuál será la calificación que reciba cada foto de pene. Hago esto desde hace años, y ahora reconozco por instinto si una foto de pene se merece una A+, una B- o una D

Los reviso en orden cronológico, uno a uno, y hago un juicio rápido sobre la apariencia del pene en general. La mayoría de las fotos son de poca calidad, esfuerzos leves, pero de vez en cuando recibo algún nivel MoMA. Si la foto es excelente o tan mala que sirve de ejemplo, o tiene alguna otra característica que valga la pena discutir, hago una nueva publicación en Tumblr, donde está alojado Critica la foto de mi pene, subo la imagen, y empiezo mi reseña.

Siempre siento de inmediato cuál será la calificación que reciba cada foto de pene. Hago esto desde hace años, y ahora reconozco por instinto si una foto de pene se merece una A+, una B- o una D. lo difícil es explicar la calificación para que esto sirva de retroalimentación.

A lo largo de los años he descubierto que las buenas fotos de penes se caracterizan por dar importancia tres factores. El primero es que están enfocadas de tal manera que incluyen al menos una parte del torso y los muslos, y en ocasiones el cuerpo completo. El segundo es que aparecen las manos de quien la manda, lo que siempre da un poco de afecto e intimidad a la foto. El tercero es que tienen un tono sutil, ya sea porque el pene no se ve directamente, sino a través de los bóxers o jeans, o por medio del uso de la luz, ángulos favorables o escenarios cuidadosamente escogidos.

Por otra parte, las malas fotos de penes también comparten patrones similares. A la más común la he llamado "la foto del tronco": una foto de pene muy cercana tomada desde el punto de vista de quien la envía, con poco o nulo contexto. Son aburridas y nada eróticas, y desafortunadamente siguen siendo la mayoría de las que recibo, aunque incluir objetos para entender la escala, también es un disparate usual.

Por supuesto solo deberías enviarle la foto de tu pene a alguien que quiera verla (y debe ser de tu pene), así que asegúrate de mandarle después de obtener permiso: ya sea que intercambies fotos desnudas con una pareja de larga distancia o porque la persona con la que empiezas a salir quiere ver una foto de tu paquete.

Cuando escribo las reseñas tomo cuenta factores como iluminación, pose, tono, ángulo, encuadre y composición, pero nunca el tamaño del pene de quien manda la foto, ni cualquier otro detalle sobre su cuerpo. Critica la foto de mi pene es un proyecto inclusivo que acepta todo tipo de cuerpos, y evito burlarme por cosas como el tamaño o criticar aspectos corporales como el peso, vello, venas, narices o uñas.

Me enfoco estrictamente en la calidad de la fotografía, una peculiaridad de sitio que frustra a los hombres que solo quieren que les digan si su pene es grande o no, pero que ayuda a que sea un espacio positivo y acogedor para el resto. Me gusta pensar en Critica la foto de mi pene como un refugio del photoshopeo de imágenes perfectas que obsesiona a la cultura mediática y domina el resto del internet: por eso criticar cuerpos nunca será parte de lo que hago.

Recibo más fotos de las que puedo reseñar, y esto significa que más del 90% de las fotos de penes en mi bandeja de entrada no llegarán al sitio web. Quienes quieren asegurarse de que su foto aparezca reseñada en el sitio (y ayudarme a levantar la moral) pagan 25 dólares; y para los fotógrafos de penes más celosos de su privacidad, un email privado también está disponible por el mismo precio.

De esta manera obtengo un ingreso modesto con Critica la foto de mi pene, y hasta tengo algunos clientes que repiten. Entre escribir sobre mi experiencia, aparecer podcasts y programas de radio, y cobrando por la crítica a la medida de fotos de penes, he afinado el sitio para convertirse en un modesto pero saludable lugar de ayuda.

Pero no siempre puedo hacer dinero de Critica la foto de mi pene. El reciente cambio a "modo seguro" de Tumblr implica que los usuarios deben optar manualmente para ver material de adultos, y ha afectado a mi tráfico enormemente. Soy una de las muchas creadoras de contenido para adultos que se ha visto afectada por ese cambio de política (este enlace puede verse desde el trabajo, por cierto).

Es una lástima, porque no hay nada sórdido u ofensivo en el sitio. Fuera de que hay imágenes de cuerpos desnudos y muchos penes erectos, el sitio tiene un tono seco y juguetón, y contiene una cálida variedad de tipos de cuerpos. Muestra a hombres y mujeres: trans, genderqueer y cis: cuerpos gordos, flacos, jóvenes y viejos; y penes, ya sean de carne o silicona, de todo el mundo, incluyendo países como Japón, Brasil, Brancia, Indonesia, Italia, Estados Unidos y Sudáfrica.

Finalmente Critica la foto de mi pene es un ejercicio de vulnerabilidad, comunidad y la posibilidad de una cultura de compartir fotos desnudas más inclusiva, artística y consensual. Me parece que la mayoría de los hombres que envían fotos de penes buscan validación, pero como solo la reciben respecto al tamaño de su pene, se enfocan exclusivamente en ese aspecto, en detrimento de los otros componentes de las fotos de penes que pueden hacerlas eróticas. (En la prisa porque les digan que sus penes están bien, suelen saltarse el consentimiento).

A veces resulta desmoralizador tener que revisar tantas fotos mediocres de penes, pues la calidad general ha mejorado a muy lenta velocidad, si acaso

Una de las lecciones más importantes que pueden aprender los chicos es que cualquiera puede tomar una buena foto de su pene (los usuarios transmasculinos y las mujeres cis demuestran constantemente que ni siquiera necesitas un pene de carne para tener una gran foto). Es más importante tomar en cuenta los deseos del destinatario. Sé generoso y creativo con la composición, y explota el poder de la sutileza.

Pero no puedo mentir: a veces resulta desmoralizador tener que revisar tantas fotos mediocres de penes, pues la calidad general ha mejorado a muy lenta velocidad, si acaso. Ya no recibo tantas fotos de penes en mi vida diaria (mi expareja sentía una metapresión de mandarme fotos desnudo), y el proyecto ha cambiado drásticamente mi reacción a esas fotos: ya no pueden impactarme, molestarme o excitarme, aunque sigo apreciando los mejores esfuerzos.

Pero mientras Critica la foto de mi pene siga siendo un proyecto divertido e inspirador (y mientras siga habiendo mucho qué decir sobre el consentimiento, la aceptación del cuerpo y la desconexión artística de la mayoría de quienes envían fotos de sus penes), continuaré brindando retroalimentación constructiva y honesta a quien la solicite.

Es mi llamado de vida accidental, y ya no puedo parar.

Tumblr pertenece a Oath, la empresa matriz del HuffPost.

Este blog apareció originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y fue traducido por Víctor Santana.




Busca una mano...


Honestidad


Franco concedió a Benito Mussolini el título de: Gran Caballero y el Collar de la Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas


Decreto número 375

En el primer aniversario de mi Exaltación a la Jefatura del nuevo Estado Español y al Mando Supremo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire; y como signo leal y firme a la amistad de los pueblos que, en esta hora trágica y gloriosa de nuestra Cruzada contra la barbarie, nos honraron con su reconocimiento sincero y amistad generosa

Vengo en disponer:

Artículo único.

Se concede el título de  

Gran Caballero y el Collar de la Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas al Duce de Italia y fundador de su Imperio Benito Mussolini.

Dado en Burgos a primero de octubre de mil novecientos treinta y siete. Segundo Año Triunfal.

FRANCISCO FRANCO

Galería


Foto: Luis Viadel

miércoles, 25 de julio de 2018

Mapa de fosas del franquismo


Para que no haya ninguna duda


Homilía de Reig Plá centrada, como siempre, en el sexo

El obispo de Alcalá usa TVE para culpar a los anticonceptivos de la "infidelidad conyugal"
Ante varios niños, Reig Pla da una homilía centrada en el sexo y pide que “todos los pueblos de España se mantengan fieles a Cristo hasta el final de los tiempos”
Miércoles, 25 de julio de 2018
ElPlural

Hoy, día 25 de julio, es el día de Santiago, “Patrón de España”. Y la televisión pública, en La 2, ha emitido una misa oficiada, una vez más, por el polémico obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, cuya última invención ha sido la de crear una especie de sexólicos anónimos para “ayudar a las personas con adicción al sexo”. El obispo ha vuelto a demostrar en la televisión pública que su fijación con las prácticas sexuales le acompaña allá donde vaya y ha dedicado los 10 minutos de la homilía a hablar de anticonceptivos, de infidelidades y de la "procreación" dentro del matrimonio.

El propio Reig Pla ha recordado a sus fieles y a los espectadores que, a diferencia de otros años, este 25 de julio era “día laborable”, por lo que ha agradecido mucho la presencia de sus feligreses. Un público en el que había varios niños pequeños, que han tenido que escuchar al obispo su fijación con “la malicia de la anticoncepción”, el “deterioro moral que hemos podido verificar en torno a la sexualidad”.

El obispo ha empezado su homilía pidiendo que “todos los pueblos de España se mantengan fieles a Cristo hasta el final de los tiempos”. “España necesita a Cristo como en tiempos del apóstol”, ha señalado.
“Es Cristo quien nos garantiza también la bondad del matrimonio y el bien social de la familia que constituyen la base más sólida de nuestra sociedad y su futuro”, ha dicho el obispo, que se ha remitido a palabras de Pablo VI para exaltar el “amor conyugal” como “base para una paternidad responsable” dentro del matrimonio “que garantizara el futuro de la Humanidad promoviendo la procreación”.

“El no haber escuchado la voz profética de la Iglesia nos ha sumido en España en un desierto demográfico y ha favorecido el debilitamiento de los matrimonios”, ha dicho Reig Pla, quien ha señalado a los anticonceptivos como el “camino fácil a la infidelidad conyugal”. Y citando de nuevo a Pablo VI ha dicho que “podría también temerse que el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, acabase por perder el respeto a la mujer, simple instrumento de gozo egoísta”.

“La malicia de la anticoncepción ha conllevado todo el deterioro moral que hemos podido verificar en torno a la sexualidad humana, al matrimonio, a la familia y a las ideologías que han surgido”, ha concluido.

Miss Islas Canarias 1.936


Franco concedió a Hitler el título de: Gran Caballero y el Collar de la Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas






















































Decreto número 376

En el primer aniversario de mi Exaltación a la Jefatura del nuevo Estado Español y al Mando Supremo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire; y como signo leal y firme a la amistad de los pueblos que, en esta hora trágica y gloriosa de nuestra Cruzada contra la barbarie, nos honraron con su reconocimiento sincero y amistad generosa,

Vengo en disponer:

Artículo único.

 Se concede el título de Gran Caballero y el Collar de la Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas al Fuhrer Canciller de la Nación alemana Adolfo Hitler.

Dado en Burgos a primero de octubre de mil novecientos treinta y siete. Segundo Año Triunfal.

FRANCISCO FRANCO

¿Por qué tengo que depilarme?


25/07/2018

Cuatro mujeres explican sus motivos para no depilarse las axilas

"Al aparcar mi necesidad de ir depilada, también dejé a un lado muchas otras restricciones que me estaba imponiendo a mí misma".




En verano te olvidas de cazadoras, jerséis y chaquetas para dejar al aire libre los brazos y las axilas. Pero las mujeres no suelen mostrar ni un pelo ahí, aunque en su estado natural sí lo tendrían.

¿Te has preguntado alguna vez por qué te depilas las axilas? ¿O simplemente se ha convertido en algo que haces, casi sin pensar, igual que lavarte los dientes?

Misli Akdag, decoradora de Londres de 26 años, solía pasarse la cuchilla o hacerse la cera en las axilas, e incluso un par de veces acudió a sesiones de depilación láser; pero se le quitó la idea de continuar cuando se le cayó un lunar de cerca del pezón justo después de una sesión.

"Simplemente, nunca cuestioné el hecho de que había que quitárselo", cuenta. Pero empezó a cansarse de tanto mantenimiento y ahora acepta su vello natural.

"Sinceramente, al principio fue por pereza", comenta. "Cuando vuelve a crecer el vello duele mucho, me salían marquitas negras y pelos enquistados y decidí dejarlos así para evitar tener que volver a pasar por eso una y otra vez. Luego me acostumbré y, de repente, las axilas completamente desnudas me empezaron a parecer muy extrañas".

Todavía sigue siendo inusual ver unas axilas de mujer sin depilar; que una chica no se depile suele considerarse un acto de rebeldía o una declaración de intenciones, pero las mujeres con las que se ha puesto en contacto la edición británica del HuffPost hablan sobre su decisión de no depilarse en términos de abrirse a una opción.

Como Akdag, Rosalind Janatambién londinense de 23 años, periodista, modelo y autora de Notes On Being Teenage— dejó de depilarse antes de los 20 años directamente por "pereza". Cuenta que dejó de hacerlo porque "no era como quería gastar mi tiempo".

Por su parte, Holly Gorne, de 24 años, directora de cine e ilustradora del norte de Londres, explica que su actitud cambió cuando acabó el instituto y empezó a juntarse con un grupo diverso de mujeres.

"Fue cuando vi a mujeres a las que les daba completamente igual cómo la gente percibía su cuerpo. Entonces pensé: '¡Vaya! ¿No tengo que volver a hacer esto nunca más? Gracias a dios... mis brazos están hartos y yo, quemada con las cuchillas", recuerda.

"Nunca he estado orgullosa del vello de mis axilas. Antes estaba superpendiente de mi vello corporal y no me atrevía a ir a la piscina hasta que no me quitaba todos los pelos del pubis que pudieran ser visibles", relata.

Su despertar se produjo más o menos cuando famosas como Miley Cyrus empezaron a teñirse el vello de diferentes colores hace unos años. "Vi que alguien se quejaba de ello en las redes, pero al mirar la foto pensé: 'Qué va, esto es maravilloso", afirma.

Para Gorne, dejarse el vello al natural ha tenido varios efectos positivos. "Veo mi decisión como reacción al agotamiento de que cada vez me obligara a encajar en etiquetas más restrictivas para adoptar las reglas de una sociedad patriarcal, y específicamente para ser más deseable ante la mirada masculina", expone.

Y prosigue: "Personalmente, al aparcar mi necesidad de ir depilada, también aparqué inconscientemente muchas otras restricciones que me estaba imponiendo a mí misma. Cuando echo la vista atrás me doy cuenta de que contribuyó a mi aceptación y exploración de mi bisexualidad. Siento que tengo una relación más positiva con mi cuerpo".

Un motivo habitual por el que las mujeres, especialmente las chicas jóvenes, sienten la necesidad de depilarse una gran proporción de su cuerpo es porque temen el escrutinio que sufrirán si deciden salirse de la norma. Sin embargo, tanto Gorne como Jana mencionan las respuestas positivas que han recibido desde que no se depilan.

"Ha habido mujeres que en la piscina han venido a decirme lo que se alegran de ver que alguien no se depila, y en una boda una mujer se acercó a decirme que se arrepentía de haberse depilado para la ocasión", comenta Gorne.

"Lo único negativo es que tuve que dejar de usar la etiqueta 'vello en las axilas' en Instagram por el volumen de hombres que contactaban conmigo porque el vello corporal de las mujeres era fetiche para ellos. Creo que fueron demasiados los comentarios tipo 'Quiero chuparte la axila", se queja.

Sin embargo, Akdag ha tenido que explicar su decisión en alguna ocasión. "Mi familia turca es incapaz de asimilarlo", explica. "Mis amigas británicas suelen responder con un 'ojalá pudiera dejarlo yo también', cosa que nunca he entendido. Simplemente, no te depiles, ese el punto... ¡Déjalo ahí!".

El discurso sobre el vello corporal es incluso más complicado para las mujeres de color. Como reconoce Jana: "Sé que como mujer blanca que encaja en el canon de belleza eurocéntrico no es tan revolucionario pasearme con las axilas sin depilar".

Que esta idea de lo que es y no es aceptable no cale en las mujeres desde una edad tan temprana.

Aisha Salim, de 24 años, trabajadora social del este de Londres, afirma que, como mujer de color, su relación con el vello corporal es complicada: "No quiero ceder a la socialización patriarcal que ha llevado a las mujeres a estar tan obsesionadas con su vello corporal, pero es más fácil decirlo que hacerlo cuando eres una mujer de color".

"Cuando una mujer blanca celebra el vello de sus axilas, es revolucionario. Cuando lo hace una mujer de color, es más grotesco. Muchas mujeres de color que conozco, y yo misma, no están en la posición de sentir que tienen la opción de aceptar su vello", reflexiona.

Cuando se le pregunta por una posible solución a esta cuestión, Salim responde: "Me gustaría ver a mujeres de color influyentes que celebren su vello corporal, especialmente el de las axilas, para que esta idea de lo que es y no es aceptable no cale en las mujeres desde una edad tan temprana".

La mujer aconseja que nos planteemos qué es lo que queremos y que no nos sintamos presionadas ni a depilarnos ni a dejar de hacerlo. "Haz lo que sea bueno para ti", resume.

Y si alguien tiene algo crítico o negativo que decir sobre tu vello corporal, Jana propone: "Si estás nerviosa por que te vean los pelos de las axilas, lleva preparada una respuesta. Recuerda que la resiliencia es como un músculo, que necesita tiempo para fortalecerse".

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano


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Foto: Luis Viadel