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jueves, 6 de septiembre de 2018

En Turín un burdel ofrece sexo con muñecas de silicona.


05/09/2018

Un local que ofrece sexo con muñecas en Italia agota sus plazas en 24 horas

Sostienen que ofrecen una experiencia "lúdico-sexual totalmente nueva" con objetos termoplásticos de apariencia muy realista, a 80 euros la media hora.

Laura Serrano-Conde

 Agencia EFE

ElHuffPost

Apenas 24 horas después de abrir en un lugar secreto de la ciudad italiana de Turín, un burdel que ofrece sexo con muñecas de silicona ya ha agotado sus plazas hasta finales de octubre y cuenta con reservas hasta enero, ante la avalancha de peticiones.

"La acogida ha sido muy buena, estamos completos hasta los últimos días de octubre y luego ya hay muchas reservas hechas hasta enero del próximo año, aunque seguimos teniendo huecos libres", dijo hoy a EFE Chris, uno de los responsables que gestiona este local.

"Estamos muy felices, las peticiones llegan de diez en diez, no habríamos imaginado este entusiasmo", agrega.

Esta "casa de citas", como se lee en su página web, ha sido abierta por la empresa catalana Lumidolls, que ya tiene establecimientos similares en Barcelona y en Moscú.

Su ubicación es secreta, se sabe que está en Turín, pero los responsables que lo gestionan solo comunican la dirección exacta a los clientes, "por móvil o por correo electrónico, como ellos deseen", un día antes de que les llegue su turno.

Y es que una de las máximas que abandera esta compañía es la absoluta discreción y el anonimato de quienes contratan sus servicios.

La reserva, al detalle


El objetivo de este espacio es ofrecer a los clientes una experiencia "lúdico-sexual totalmente nueva" con muñecas termoplásticas de apariencia muy realista.

En total son siete muñecas con aspecto de mujer y uno de hombre los que se pueden elegir a la hora de hacer la reserva, y todos llevan nombres como Leona, Syndy, Eva, Molly o Kate, mientras que el muñeco masculino es Alessandro.

El coste es de 80 euros para media hora, 100 euros la hora y 180 para dos horas.

El catálogo explica que sus dimensiones son reales, miden unos 160 centímetros, aunque las hay más bajas, su aspecto es realista, su esqueleto es de metal articulado, ligero para poder moverlo con libertad, y el material termoplástico resistente al agua.



Chris detalla además que "no son rígidas", sino que su flexibilidad permite cambiarlas de posición a voluntad de los clientes, para que puedan así experimentar una sensación lo más cercana posible a la verosimilitud.

"La posición inicial en la que se encuentran las muñecas cuando entran en la habitación es la elegida por los clientes durante la reserva, luego ya pueden decidir moverla y cómo colocarla", dice Chris.

Cuando el cliente pincha en cada una de las muñecas de silicona, puede personalizar en cierta medida su aspecto, determinar el color del cabello y la ropa que va a llevar, que varía desde lencería hasta ropa deportiva, de estudiante o de directiva.

Para que la experiencia sea lo más real posible, algunas están dotadas de un sistema que simula los latidos del corazón, que aumentan a medida que se incrementa la actividad sexual, sus pupilas se dilatan y su piel se sonroja, mientras que otras gesticulan y muestran movimientos faciales, para que su cara exprese placer

El espacio para que los clientes disfruten de su tiempo con estas muñecas sexuales es una habitación privada equipada con una cama debajo de la cual salen unas luces LED de colores, un baño, una pantalla de televisión, espejos y decoración erótica.

Todo el que acude al establecimiento debe aceptar un código ético y tratar bien a las muñecas sexuales, que reciben tras cada cita un tratamiento de limpieza e higiene.

Como servicio adicional, quienes hayan quedado satisfechos pueden comprar la muñeca desde la página web con un coste que oscila entre los 1.000 y los 2.000 dólares (entre los 865 y los 1.731 euros, al cambio actual).

En el momento de hacer el pedido, deben indicar la altura de la modelo y también el color de la piel y de los ojos. "Las órdenes llegan en unos quince o veinte días a la dirección que especifique el cliente, sea su domicilio o cualquier otro lugar", concluyó Chris.




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Foto: Luis Viadel

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Bona nit, clar i Castellá! (Buenas noches, claro y Castellano!)


Bona nit, clar i Castellà !!


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¡Buenas noches, claro y castellano!

Ultrarricos en España


05/09/2018

El número de ultrarricos en España casi se triplica en una década

579 contribuyentes declaran patrimonios superiores a los 30 millones de euros.

Europa Press

ElHuffPost

Por si ser rico no fuera suficiente, existe otra categoría superior, la de los ultrarricos... ¿Y qué hay que hacer o tener para entrar en esa categoría? Pues declarar un patrimonio superior a los 30 millones de euros.

En España, en la década que va desde 2006 a 2016, el número de ultrarricos casi se triplicó, al pasar de 200 contribuyentes a 579, según los últimos datos sobre declarantes del Impuesto de Patrimonio publicados por la Agencia Tributaria.

En concreto, la cifra de ultramillonarios alcanzó los 579 en el año 2016, lo que supone un 5,4% más interanual al sumarse a este grupo 30 contribuyentes con ese nivel de patrimonio respecto a los 549 que había el ejercicio anterior.

Desde el inicio de la recuperación económica en España, el número de ricos con patrimonios declarados superiores a más de 30 millones de euros no ha hecho más que aumentar: hasta los 352 en 2011, los 443 en 2012, los 471 de 2013, los 508 de 2014 y los 549 de 2015.

Entre 300.000 euros y 1,5 millones


La estadística muestra que el número de contribuyentes de este impuesto alcanzó los 197.768 en 2015 frente a los 188.680 de un año antes, por lo que más de 9.000 declarantes nuevos se sumaron a la declaración del Impuesto de Patrimonio coincidiendo con la mejor evolución económica registrada ese año y tres años después de la amnistía fiscal aprobada por Hacienda para regularizar bienes y capitales en el extranjero.

La mayor parte (68,5%) de los contribuyentes de este tributo declaran propiedades y bienes por importe de entre 300.000 euros y 1,5 millones de euros, y en comparación con 2015, estos declarantes han crecido un 6,5%.

El segundo grupo más numeroso es el de los contribuyentes que declaran entre 1,5 y 6 millones de euros, que alcanzaron en 2016 los 51.077, algo por encima de los 50.738 del año anterior.

A continuación figuran los declarantes con importes de entre 6 y 30 millones de euros, hasta los 6.053, un 2% más respecto a los 5.931 del ejercicio precedente. A su vez, un total de 579 contribuyentes declararon patrimonios de más de 30,05 millones de euros, 30 más que un año antes. De hecho, estos cuatro grupos acaparan el 97,6% del total de declarantes, o lo que es lo mismo, la práctica totalidad de los contribuyentes del Impuesto de Patrimonio declaran bienes de entre 300.000 euros y 6 millones de euros.

Por Comunidades Autónomas

En la distribución de los datos por comunidades autónomas, de los 197.768 declarantes del Impuesto de Patrimonio, la mayor parte se concentran en Cataluña, con 74.125 y un patrimonio medio declarado de 2,5 millones de euros. En cambio, en Madrid el número de declarantes es muy inferior, con 17.507, pero el patrimonio medio declarado asciende a 9,2 millones de euros.

Por número de contribuyentes, después de Cataluña y por encima de Madrid, aparecen los declarantes de Comunidad Valenciana (22.105 y un patrimonio medio de 2,8 millones de euros) y los de Andalucía (18.253 y 2,48 millones de patrimonio medio).

Por su parte, en Extremadura es donde menos españoles declaran por el Impuesto de Patrimonio, hasta un total de 1.188, si bien el patrimonio medio declarado asciende a 1,9 millones de euros.

El Impuesto de Patrimonio se suprimió a partir del 1 de enero de 2008 y tras la crisis económica, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo recuperó en 2011, en principio temporalmente hasta el año 2013, pero el Ejecutivo de Mariano Rajoy lo ha seguido manteniendo y lo ha vuelto a prorrogar para el año 2018.

Están obligados a declarar por este impuesto los contribuyentes cuya cuota del Impuesto sobre el Patrimonio, una vez aplicadas las deducciones o bonificaciones que procedieran, resulte a ingresar. También están obligados todos aquellos cuyo valor de bienes y derechos (sin computar a estos efectos las cargas, gravámenes, deudas u otras obligaciones personales) resulte superior a 2 millones de euros, aun cuando la cuota resultara negativa.

"Me cago en Dios"

La decisión de un juez madrileño de ordenar la detención contra el actor Willy Toledo después de que se negase en dos ocasiones a acudir a declarar por la denuncia de la Asociación Española de Abogados Cristianos ha provocado que la red social Twitter se llenase de blasfemias en su apoyo.
Bajo la etiqueta #MeCagoEnDios, han sido muchos los usuarios y rostros conocidos que han mostrado su rechazo a la decisión judicial pero también que han abierto un intenso debate sobre la actuación del actor y las acusaciones de supuesta vejación de los sentimientos religiosos que pesan contra él.
Toledo utilizó la misma blasfemia del hashtag para criticar las actuaciones judiciales contra una asociación feminista que procesionó con una gran vagina simulando a un paso de Semana Santa, y cuya publicación en Facebook fue denunciada por los Abogados Cristianos.
Me cago en Dios, me cago en Dios y me cago todo lo que haya que cagarse en Dios. Hoy más que nunca me cago en Dios porque el juez manda detener a Willy Toledo por cagarse en Dios y es para cagarse en Dios que en este país no te puedas cagar en Dios libremente, #MeCagoEnDios

¿Han puesto ya los abogados cristianos alguna querella contra los violadores de niños que siguen dando lecciones desde la iglesia?
 
Dice la Asociación de Abogados Cristianos, que fueron los que le denunciaron ante la Justicia  por supuesta vejación de los sentimientos religiosos, que  en cuanto terminen con lo de Willy Toledo se ponen con los abusos de curas. Aunque aquí el tema no está tan claro porque los miles de clérigos imputados pertenecen a la cofradía de Santa Pederastia y Santa Pedofilia de la que son fieles seguidores.



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Foto: Luis Viadel

martes, 4 de septiembre de 2018

Los ciudadanos tienen derecho a saber si Juan Carlos I es un defraudador además de "un picha loca"


04/09/2018

PP, PSOE y Cs vetan una comisión de investigación en el Congreso sobre las revelaciones de Corinna

Unidos Podemos: "Un fraude democrático, es inexplicable".

Redacción El HuffPost 

PP, PSOE y Ciudadanos han rechazado en el Congreso crear una comisión de investigación sobre las supuestas irregularidades cometidas por el rey Juan Carlos I a juzgar por las revelaciones realizadas por Corinna zu Sayn-Wittgenstein, según ha avanzado laSexta.

En unas conversaciones grabadas por el comisario José Manuel Villarejo, en prisión preventiva por delitos de organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales, la amiga del exjefe del Estado revelaba que el rey emérito tenía cuentas en Suiza y cobraba comisiones.

La Mesa del Congreso ha tumbado esta iniciativa de Unidos Podemos por los votos en contra de populares, socialistas y 'ciudadanos'. Ya en julio, el PP y el PSOE habían unido sus fuerzas en el órgano de gobierno de la Cámara para frenar el intento de Unidos Podemos de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, compareciera para explicar si pensaba abrir una investigación sobre esas posibles irregularidades fiscales de don Juan Carlos.

La portavoz adjunta de Unidos Podemos, Ione Belarra, ha declarado que se trata de "un fraude democrático" y que es "inexplicable" el voto de PP, PSOE y Cs.

"Los ciudadanos tienen derecho a saber si Juan Carlos I es un defraudador",

ha enfatizado la diputada morada, quien ha recordado que se trata de investigar si hay un "caso de corrupción o fraude fiscal" por parte del rey emérito.

"Hay que investigarlo, son delitos graves", ha apostillado Belarra, que ha agregado: "El PSOE debe rectificar".

La Audiencia Nacional está investigando a Villarejo por diversos delitos como extorsión y tráfico de influencias en la llamada 'operación Tándem', de la cual han surgido varias piezas separadas.

En una de ellas aparece Corinna zu Sayn-Wittgenstein, amiga del Rey Juan Carlos I, de la que constan grabaciones con Villarejo en las que además de revelar que el monarca tenía cuentas en Suiza y cobraba comisiones, la princesa criticaba la actuación de los servicios secretos españoles hacia ella. El sumario de momento es secreto.
Las confesiones de Corinna

Corinna se entrevistó en Londres en 2015 con Villarejo, por mediación del expresidente de Telefónica Juan Villalonga en 2015, en un encuentro de unas dos horas que fue grabado por el policía sin que ella aparentemente fuese consciente.

En esa reunión, Corinna afirmaba que don Juan Carlos tiene cuentas en Suiza a nombre de su primo Alvaro de Orleans y del abogado Dante Canónica, insinúa que el rey emérito la usó de testaferro y le acusa de cobrar comisiones por mediar a favor de empresas españolas en la adjudicación de contratos millonarios.

La consultora afincada en Mónaco les cuenta a ambos que estaba viviendo una "pesadilla" porque el rey Juan Carlos había colocado diversas propiedades en Marruecos y otros lugares fuera de España a su nombre y se las estaba reclamando, pero ella se oponía porque si las devolvía poniéndolas a nombre de terceros incurría en un delito de blanqueo.

"Me está poniendo una presión bárbara para que le devuelva esas cosas, pero si lo hago vulnero la ley y puedo ir a la cárcel", añade en la grabación en la que ella señala que la utilizan como testaferro dado que en Mónaco no es preceptivo hacer declaración patrimonial, "lo han hecho con dos o tres cosas y están poniendo muchísima presión".

En otro momento de la conversación, la empresaria señalaba que estas presiones son para que ponga las propiedades a nombre del primo del rey emérito Álvaro Orleans de Borbón, quien ya estaría asumiendo ese papel, siempre según las palabras de Corinna. "Ahora están tratando que yo pase estas cosas a Álvaro a través de Dante (señala en relación al abogado Dante Canónica). Están haciéndome la guerra porque yo no quiero cometer un delito", asegura.

Corinna desvelaba asimismo a sus interlocutores en ese encuentro que el Rey Juan Carlos recibió una parte de los 100 millones de euros que el consorcio de empresas españolas que se hizo con el contrato del AVE en Arabia Saudí entregó en forma de comisión a la intermediaria del proyecto, la iraní Shahpari Zanganeh.




Represión franquista contra lesbianas y gais


Queipo de Llano: “Cualquier afeminado o desviado que insulte el Movimiento será muerto como un perro”

Javier Coria. Revista Rambla, 29-12-2015 | 1 enero 2016

La represión franquista contra lesbianas y gais es uno de los episodios más ocultos de la dictadura y de la Transición

 Martes, 29 de diciembre de 2015

La represión franquista contra lesbianas y gais, y contra el colectivo que hoy conocemos como LGTBI, es uno de los episodios más ocultos de la dictadura y los primeros años de la Transición. En Barcelona recogemos los testimonios de algunas de sus víctimas.

El militar golpista Gonzalo Queipo de Llano -que llamaba a Franco “Paca la culona”-, proclamó: “Cualquier afeminado o desviado que insulte el Movimiento será muerto como un perro”. Para el jefe de los Servicios Psiquiátricos del régimen franquista, para algunos el Josef Mengele español, el médico y militar Antonio Vallejo-Nájera, los homosexuales y lesbianas eran una muestra de la degeneración de la “raza” que, según él, había comenzado con la Segunda República, con una “enfermedad mental”, el marxismo. Simpatizante del nazismo, aconsejó la esterilización eugenésica de las presas republicanas y de los homosexuales, y entre otras cosas escribió en su Tratado de psiquiatría (1944) y en Lecciones de psiquiatría (1952): “Adquieren estos postencefalíticos todas las características propias de las personalidades psicopáticas: holgazanería, importunidad, mal intención, hábitos viciosos, amoralidad, tendencias cleptómanas, agresividad, vagabundeo, etc. lo característico es la habilidad cinética, y la tendencia a la acción, sin finalidad o con fines perversos. Son sujetos que se entrometen en todo, se hacen insoportables, es imposible el aprendizaje escolar o profesional, se permiten bromas groseras y pesadas con las personas mayores, importunan al médico con peticiones imposibles de satisfacer, propagan la homosexualidad”. Si todo esto se hubiera quedado en palabras, nada más sería la muestra de las teorías anticientíficas de un fanático que se miraba en el oscuro espejo del nazismo, pero las palabras tuvieron sus consecuencias, en cárceles, en manicomios, en electrochoques…, en definitiva, en el sufrimiento y muerte de muchas personas.

La represión en la dictadura franquista y durante los primeros años de la Transición, como se ha visto, no sólo fue contra los opositores ideológicos –comunistas, republicanos, masones, separatista, etc.-, también la sufrieron las personas por su orientación sexual, al margen de sus ideas políticas. El colectivo de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales (LGTBI) fueron las víctimas propiciatorias de leyes como la Ley de Vagos y Maleantes, ley que procedía de la Segunda República (ley conocida como La Gandula, 1933), pero que el régimen franquista modificó (el 15 de julio de 1954) para incluir la represión por orientación sexual, con cosas como estas: “Los homosexuales sometidos a esta medida de seguridad deberán ser internados en instituciones especiales y, en todo caso, con absoluta separación de los demás”. En estos días se cumple el 45º aniversario de su derogación, en 1970. Año en que fue sustituida por la Ley de Peligrosidad Social, que recogían lo esencial de la anterior ley, pero además contemplaba penas de cinco años de internamiento en cárceles o manicomios. Esta ley -junto con el artículo del Código Penal de “escándalo público”- reprimió a homosexuales y transexuales, y no fue derogada hasta 1995, por lo que ahora se cumplen veinte años de su derogación.

Esta represión tuvo muchos cómplices, principalmente en la iglesia católica, pero también en las propias familias y, por qué no decirlo, por acción u omisión, también entre amplios sectores de la oposición al franquismo. Mientras los presos políticos salieron a la calle con las amnistía parcial de 1976 y total de 1977, las lesbianas y homosexuales siguieron en las cárceles y los pabellones psiquiátricos. Para el Estado eran degenerados peligrosos, para la iglesia y la moral imperante, unos pecadores, y para la medicina y especialmente la psiquiatría, unos enfermos. El Memorial Democrático de la Generalitat de Catalunya, con su presidente Jordi Palou-Loverdos a la cabeza, reunió a víctimas y activistas para dar testimonio de esta represión que aún se mantiene oculta.

“LLEVÉ CILICIOS EN LOS BRAZOS”

Conocido con el nombre de “guerra” de Jordi Petit durante la lucha clandestina, Jordi Lozano González (Barcelona, 1954) es uno de los primeros y más conocido activistas por los derechos civiles de gais y lesbianas en el estado español. Reconocida su labor internacionalmente, fue secretario general de la International Lesbian and Gay Association y el primer coordinador del Front d’Alliberament Gai de Catalunya, organización que en este año de 2015, cumple el 40º aniversario de su fundación. Petit recibió la Medalla de Honor de la ciudad de Barcelona en 2003, y también se reconoció su labor social, y especialmente su lucha contra el SIDA, con la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya, en 2008. Por primera vez en público habla de su experiencia personal:

“Desde que con trece años, en 1967, confesé mi homosexualidad, sufrí lo que hoy se llama bullying (acoso escolar) y la represión directa. Yo vengo de una familia formalmente normal y ejemplar, pero aún recuerdo las palizas que mi padre le daba a mi madre. Yo con ocho o nueve años intentaba separarlos, pero no podía. Al ser un hijo único, era bastante amanerado, pero para decirlo de alguna manera, con un estilo pijo. Por ello, en la escuela, con los salesianos, sufrí toda clase de insultos y agresiones. Mi grupo de amigos de Castelldefels, chicos y chicas, entre los que había los hijos del gobernador civil de aquella época, un día me dijeron que ya no podía salir con ellos. Para contrarrestar el rechazo, yo estudiaba como un loco, y siempre sacaba muy buenas notas. Con trece años mantuve mis primeras relaciones sexuales, y como a todos, empezó la confusión, el pecado, la rareza… Yo me confesaba casi a diario. Luego llegaron al colegio un grupo de monitores del Opus Dei, y uno de ellos, como guía espiritual, me aconsejó que para refrenar los impulsos homosexuales tenía que aplicarme la automortificación. Durante un tiempo llevé cilicios en los brazos y en los zapatos, piedras y chapas de botellas. Luego un sacerdote psicólogo me aclaró las ideas, por lo que seguí “pecando”, pero sin confesarme. Luego vino una segunda fase, donde dejé atrás el acoso escolar y me encontré con la represión pura y dura. En 1971 milité en las juventudes comunistas, y en la universidad, en el PSUC. Un día se me ocurrió pintar con un rotulador una frase antifranquista en una cabina de teléfonos y me detuvieron. Pasé por el Tribunal de Orden Público y fui a parar a la cárcel Modelo. Luego pasé por la prisión dos veces más. Hice la mili en la marina, y cuando había prácticas de tiro, nosotros no podíamos ir, porque: “los rojos no nos conviene que sepan disparar”, decían. En el sorteo de destinos, a mí me enviaron directamente a la prisión naval de Carranza, en el Ferrol del Caudillo. No estaba preso, vigilado sí, estaba en una brigada especial con otros reclutas fichados por su labor política contra el régimen. Allí me hice amigo de un compañero catalán que era boxeador y que me protegía, pero cuando se fue, me violaron. El asunto de la violación de los hombres daría mucho para hablar, porque nadie se atreve a confesarlo.

Como dije, pasé dos veces más por la cárcel, aún legalizado el Partido Comunista, los que teníamos antecedentes políticos nos llevaban a la cárcel por “sospecha de subversión”. Pasé unos días muy duros en celdas de aislamiento, y durante todo ese tiempo, nadie de mi familia ni amigos me vino a ver. En fin, si queréis saber más sobre la comunidad gai durante el franquismo,  de mi libro Vidas de Arcoiris está a punto de salir la segunda edición”.

“LA IGLESIA ESTÁ LLENA DE MARICONES VISTIENDO VÍRGENES”

Nazario Luque Vera (Castilleja del Campo –Sevilla-, 1944) es más conocido como Nazario, autor de cómics, escritor y pintor, es uno de los genuinos autores de lo que se dio en llamar el “cómic underground, erótico y canalla” de la escena española. Afincado en Barcelona desde 1972, junto al fallecido pintor José Pérez Ocaña, fue uno de los mayores exponentes de la “movida” barcelonesa de los setenta y ochenta. Desde hace 36 años convivió con el escultor Alejandro Molina. Con sus famosos trabajos Turandot y Alí Babá y los 40 maricones publicados en la revista Makoki, Nazario dejó el cómic por la pintura y la ilustración, siendo los autorretratos y la fauna humana de la plaza Real, donde tiene su vivienda, recurrentes motivos de sus obras. Entre otros premios, tiene la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Nazario no suele utilizar eufemismos y es bastante directo en sus comentarios, muestra de ello es su testimonio que recogemos aquí:

“Mi historia de infancia y juventud es muy parecida a la de tantos andaluces que vivíamos en pueblos pequeños. Yo tenía una madre muy religiosa que me inculcó esta historia de autorrepresión, lo que me hacía estar arrepintiéndome siempre. Estudié en un colegio de curas, y tenía la cabeza vuelta del revés. Me gustaban dos o tres padres salesianos, pero no me atrevía. Cuando tenía veinte años me encontré con un compañero de clase, los dos supongo que éramos un poco afeminados, y me explicó que todos aquellos curas que a mí me gustaban, se los estuvo tirando él durante todo el curso. Pensé en el tiempo que había perdido, y me dediqué a recuperarlo lo máximo que pude. En mi pueblo había bastante represión. Estábamos los afeminados de clase media que no nos atrevíamos a manifestarnos, y los maricones clásicos, los folclóricos, que bailaban sevillanas, tocaban los palillos, iban al Rocío y todo el mundo se divertía mucho con ellos. Los demás no existíamos. Es curioso que la iglesia esté llena de maricones vistiendo vírgenes y santos como si fueran sus muñecas, lo pasan bien, pero me parece incongruente con la posición que tienen ante la homosexualidad. Yo me vine a Barcelona y viví la movida contracultural de los setenta. Tuve dos grandes amores de mi vida, pero el último me duró 36 años, hasta el año pasado. Yo estaba en contra del matrimonio, éramos pareja de hecho, pero al final me casé en In articulo mortis, cinco días antes del fallecimiento de mi compañero.

Como coleccionista, guardo mucho material gráfico de los setenta que recogí en un libro. Los periódicos “normales” ocultaban toda la movida contracultural, que sí salía en revistas como Ajoblanco o Star. Yo empiezo el libro con un prólogo sobre los sesenta en Sevilla, y con la derogación de la Ley de Peligrosidad Social.
 El prólogo lo ilustro con una imagen muy curiosa del año 1973, que salió en una revista amarillista llamada ¿Por qué? Habían hecho una redada en Sitges, y la revista lo tituló “Redada de violetas”, con unas fotografías de personas vestidas de mujer y cuyo pié de foto decía: “Aquí donde los ven, son hombres”.
 La movida de Barcelona fue más importante que la de Madrid, porque fue aparejada a todo un movimiento social. Se crearon los primeros movimientos ecológicos, de homosexuales, y todo lo que supusieron las jornadas libertarias. Yo recojo los panfletos, carteles y las fotos de la represión. El ayuntamiento me reeditó el libro para una exposición que se llamó “Rambleros”, pero luego no se volvió a saber más del libro. Habrá unos quinientos libros arrinconados en algún almacén municipal. Estoy buscando tiempo para volcarlo gratuitamente en Internet. Parece ser que cuando llegaron los socialistas a los ayuntamientos, no quisieron saber nada del pasado social y reivindicativo de los barrios y ciudades”.

“ES LA IGLESIA LA QUE TIENE QUE SALIR DEL ARMARIO”

Paulina Blanco (El Torno, Cáceres, 1949)lleva 43 años casada con Encarnita. Las dos son católicas, y sufren un doble rechazo: “Entre los católicos por ser lesbianas, y entre el mundo lésbico, por ser cristianas”. Paulina, como maestra, llegó al pequeño pueblo de Zorita (Cáceres, Extremadura) formando parte de un programa de alfabetización. Allí conoció a la joven telefonista, Encarnita, corría el año 1972. Las presiones de familiares, del cura y del entorno, las obligaron ir en busca de una gran ciudad, donde el anonimato les permitiera seguir con su historia de amor. Y llegaron a Barcelona, ciudad en la que residen desde hace décadas y, según cuenta Paulina, “Salimos de un armario al que nunca volveremos”. Y a fe mía que lo hicieron, pues se convirtieron en grandes activistas por los derechos de gais y lesbianas. Colaboran con el Consell Municipal LGTBI de Barcelona y el Consell Nacional LGTBI. Y, desde el año 1983, participan en el Congreso Internacional de Cristianos Gais y Lesbianas, además de ser patronas fundadoras de la Fundació Enllaç, asociación que trabaja por los miembros del colectivo LGTBI mayores, con discapacidad o en situaciones de pobreza y exclusión social. Paulina Blanco nos dio este testimonio:

“Yo nací en plena posguerra en un pequeño pueblo de Extremadura. En una familia patriarcal, sin recursos, sin cultura ni oportunidades. En los años sesenta hubo un gran éxodo de la gente del campo a las ciudades, y mi familia se fue, como tantos otros, a la gran ciudad. Allí tuve la gran oportunidad de conseguir una beca, lo que me permitió estudiar. Cerca de casa había un colegio religioso y caí ahí, suerte para mí. Me enseñaron a ser una buena hija, una buena cristiana, buena esposa, buena madre…, todo esto lo pongo en interrogantes, claro. En la adolescencia descubrí mí homosexualidad, el problema es que yo nunca había conocido ninguna persona con esta identidad. Yo no sabía qué era eso. No tenía referentes, no sabía quién era, qué me pasaba. Miedo, soledad y desconcierto es lo que viví en esa época. Creía que era la única persona en el mundo a la cual le pasaba esto, pues me enamoré de una compañera de clase. Me dediqué a estudiar. En los años setenta ya no podía esconder lo que me pasaba, entonces empezó en rechazo familiar, social, eclesiástico, porque yo había estudiado en un colegio de monjas y quería ser una buena católica. Lo que me pasaba a mí era un pecado, una enfermedad…, peligrosidad social, yo no tenía esa sensación, más tarde supe que había una ley que nos consideraba así. En mis estudios de pedagogía se calificaba lo que me pasaba a mí como enfermedad, por ello se me ocurrió ir a un psiquiatra, que me recomendó un tratamiento de electrochoques. Luego me enamoré de Encarnita, pero ¿se imagina dos mujeres enamoradas en un pequeño pueblo de Extremadura? En Barcelona salimos del armario, nos registramos como pareja de hecho y lo extraordinario es que nos abrieron las puertas del armario en la parroquia donde acudíamos desde hacía diez años. Luego nos casamos en un ayuntamiento y fue estupendo, lo único malo es que la iglesia no quiere bendecir nuestro amor. Yo soy creyente, y creo que algún día llegará ese momento, ya sé que cuando digo esto la gente me sonríe y dice: sí, sí, pero yo lo pienso. Creo que la iglesia en algún momento tendrá que salir del armario”. En marzo de este año de 2015, la pareja volvió a su Extremadura natal, en este caso para un gran acontecimiento. En Mérida, la Asamblea de Extremadura aprobaba la primera Ley LGTBI de la Comunidad Autónoma.

ERRADICACIÓN DE LA HOMOFOBIA Y LA TRANSFOBIA

En el año 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría decidió eliminar la homosexualidad del Manual de Trastornos Mentales. Hubo que esperar casi dos décadas, en 1990, para que la Asamblea General de la OMS hiciera lo propio sacando la homosexualidad de la lista de enfermedades psiquiátricas. Por primera en el estado español, el Parlament de Catalunya aprobó, con el voto en contra del PP y de Unió Democrática, fuertemente presionados por el Obispado de Barcelona, la Ley de los Derechos de las Personas Gais, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales y para la erradicación de la Transfobia y la Homofobia. En los impulsores de esta ley estaba el recuerdo de Sonia Rescalvo, la transexual asesinada a palos en el Parque de la Ciudadela de Barcelona por un grupo de neonazis, en 1991. Pero lejos de leyes, la sociedad y la escuela aún tienen una labor ingente para eliminar prejuicios y actitudes discriminatorias. Y en esto nada ayuda que, en pleno siglo XXI, obispos como el de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, en marzo de 2015 publicara una carta pastoral vinculando la homosexualidad con la pederastia, o que el citado obispo impartiera, en 2013, un curso sobre sexualidad. En el curso se habló de mujeres que deben ser sumisas a sus maridos y de una pretendida guía para “curar la homosexualidad”.

“LA TRANSFOBIA NOS MATA. YO TAMBIÉN SOY ALAN”

Muchos muros que derribar, muchos armarios de la dictadura franquista que aún siguen sin orear, pero como decíamos, a veces los derechos reconocidos por leyes van por detrás de la intolerancia y los prejuicios de la sociedad. En el momento de finalizar esta crónica, nos golpea la noticia que nos hace llegar la asociación Chrysallis, compuesta por familiares de menores transexuales. El joven Alan, con tan sólo 17 años, se quitó la vida tras sufrir acoso en su instituto. Este joven de Rubí fue el primero en Catalunya –el segundo del Estado- a los que un juez autorizó cambiar el nombre de su DNI y otros documentos oficiales para que estuvieran acordes a su condición sexual. En todo este proceso el menor contó con el apoyo de su familia, como las 240 familias que componen la asociación Chrysallis, que salieron a la calle para exigir a la sociedad que respete a sus hijos y en contra de la transfobia, con el lema “La transfobia nos mata. Yo también soy Alan”. Por nuestra parte, sirva este trabajo como homenaje a Alan y a todos los que sufrieron y siguen sufriendo por ejercer uno de los principales signos de libertad, que es la libertad de amar y de elegir vivir acorde a la condición sexual de cada uno.