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miércoles, 13 de noviembre de 2019

Un abrazo histórico


Un abrazo histórico, una enorme oportunidad

El abrazo entre Sánchez e Iglesias simboliza mucho más que un simple pacto. Si sale mal, será un desastre histórico para todas las izquierdas y sus votantes. Si sale bien, será un ejemplo para el mundo.  


12/11/19

eldiario.es


A la segunda, 48 horas han bastado. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han pactado el primer Gobierno de coalición de la reciente historia democrática española. Ambos se comprometen a dejar atrás los reproches y trabajar juntos, "codo con codo", en un Gobierno progresista que garantice el trabajo digno, que defienda los servicios públicos, que blinde las pensiones, que luche contra el cambio climático, que apueste por el feminismo y que defienda la dignidad de las personas. Ojalá hubiera sido antes. Pero bien está lo que bien acaba.

El acuerdo aún tiene que pasar por una votación de investidura, pero dudo que vaya a fracasar en ese intento. En el Congreso hay una mayoría simple de la izquierda sobre la derecha. También hay una mayoría absoluta de diputados que prefieren un gobierno progresista a unas nuevas elecciones donde vuelva a crecer la extrema derecha. El PSOE no quiere cerrar ningún acuerdo con los partidos independentistas. Pero aún así, lo más probable es que el nuevo Gobierno esté listo antes de fin de año. 


Para la izquierda, es una oportunidad enorme. Y no solo porque sea la primera coalición en La Moncloa, o porque termine con el bloqueo político. También porque este acuerdo cierra una etapa y abre otra. Acaba con un periodo de cuatro años de inestabilidad y pone en el Gobierno a un ejecutivo que solo suma 155 escaños, pero que tiene la capacidad para articular mayorías parlamentarias mucho más amplias. También cuenta con el respaldo de la mayoría absoluta de los votantes progresistas: con diez millones de votos directos. Un apoyo popular que ningún otro gobierno ha tenido en casi un lustro, a pesar de las repeticiones electorales.


Desde el 20 de diciembre de 2015, cuando Mariano Rajoy perdió su mayoría absoluta y murió el bipartidismo, la ausencia de mayorías en la derecha y la falta de entendimiento en la izquierda abrieron un periodo de crisis política que hoy empieza a cerrarse. Fueron cuatro elecciones sin resolución, ni a izquierda ni a derecha. Todo empezó a cambiar con la moción de censura y hoy, con este pacto, cambia del todo.

PSOE y Unidas Podemos han logrado, esta vez, mantener la discreción en las negociaciones. Ese secreto y el cambio en los negociadores ha ayudado a que salieran adelante. El lunes, a primera hora, el jefe de gabinete del presidente en funciones, Iván Redondo, hizo la primera llamada. Habló con Pablo Gentili, el jefe de gabinete de Iglesias. Y ahí empezó el deshielo. 

A primera hora de la tarde, el mismo lunes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se vieron en La Moncloa. Fue una conversación larga, alrededor de una hora, donde pactaron las líneas generales. Después Adriana Lastra e Irene Montero remataron los detalles. Más tarde Redondo pulió el texto de un pacto que no es solo de investidura. "Es un acuerdo para cuatro años, un acuerdo de legislatura", explicó durante la firma Pedro Sánchez antes de fundirse en un abrazo con Pablo Iglesias.

Ese abrazo simboliza mucho más que un simple pacto. Ahí está la verdadera casa común de la izquierda, el fin de las dos orillas, la posibilidad de un entendimiento basado en la lealtad mutua y la generosidad que, hasta ahora, no ha existido. Si sale mal, será un desastre histórico para todas las izquierdas y sus votantes. Si sale bien, será un ejemplo para el mundo.  

En los próximos cuatro años, la izquierda se juega mucho. Toda ella. La de "la experiencia", como definió Iglesias al PSOE, y la de "la valentía", que surgió en las plazas del 15M y ahora va a entrar en el Gobierno. 

La coalición que hoy da sus primeros pasos tiene por delante una legislatura que puede cambiar España. Porque viene una desaceleración económica –si no es una crisis–, y hay que demostrar que la única receta contra ella no son los recortes. Porque hay que buscar una salida al conflicto catalán, y tiene que pasar por el diálogo. Porque la crisis climática no puede esperar más. Tampoco los derechos de las mujeres. O la lucha contra la pobreza.

El futuro Gobierno de coalición aún no ha terminado de nacer y ya tiene enemigos declarados, que no le van a dar ni cien días. No le gusta a la patronal, que ya se ha llevado las manos a la cabeza. No le gusta a la mayoría de los medios de comunicación, que van a atacarlo sin cuartel, porque tampoco le gusta a sus dueños. No le gusta a la derecha, que lo ha recibido pidiendo "la dimisión de Sánchez–a los dos días de que haya ganado las elecciones– y no le gusta a la extrema derecha, que se llena la boca con la palabra España, pero prefería el caos, y que no hubiera gobierno para los españoles. 

Sí le gusta, y mucho, a una amplia mayoría de los españoles. A la gran mayoría de los votantes de PSOE y de Unidas Podemos. A los sindicatos. A las organizaciones sociales. A muchos de los que no llegan a fin de mes porque, aún teniendo trabajo, siguen estando en precario. A los jóvenes que tuvieron que irse al extranjero. A muchos pensionistas. A tantas mujeres que sufren el machismo. 

Por todos ellos, por todos nosotros. Pedro y Pablo: no nos falléis.




El franquismo sigue vivo en España 40 años después de la muerte de Franco..

lunes, 11 de noviembre de 2019

España cañí


Un partido de izquierdas convoca elecciones y hace triunfar a la extrema derecha


Que no den una tercera oportunidad a la extrema derecha

Sánchez tiene que sentarse a negociar con Iglesias, dejar atrás los reproches y pactar lo antes posible una investidura y un Gobierno
La repetición electoral no ha traído buenas noticias ni para España ni para la izquierda. El partido ultra de Santiago Abascal es el gran ganador. Hace un año era una formación extraparlamentaria. Hoy cuenta con 52 escaños y no para de subir


11/11/19

eldiario.es

El PSOE ha ganado las elecciones. Pedro Sánchez vuelve a ser el más votado y también el único presidente posible. En porcentaje de votos, retrocede unas décimas. En escaños, pierde tres. La izquierda sigue siendo el bloque más amplio en el Congreso, pero con menos margen que en abril: siete escaños menos. El PSOE pierde la mayoría absoluta en el Senado. Y la extrema derecha se ha convertido en la tercera fuerza del país.

La repetición electoral no ha traído buenas noticias ni para España ni para la izquierda, algo que ya era evidente meses atrás. Solo queda el consuelo de que podría haber sido mucho peor y una enorme incertidumbre: si Vox tendrá una tercera oportunidad.

El partido ultra de Santiago Abascal es el gran ganador de esta noche electoral. Hace un año era una formación extraparlamentaria. Hoy cuenta con 52 escaños y no para de subir. Ha pasado del 10% al 15% de los votos: cinco puntos muy rentables porque se traducen en 28 diputados más, gracias a las carambolas de la ley electoral.

El crecimiento de Vox nace de un desplome histórico: el de Ciudadanos, que queda por debajo de ERC y es duda incluso que pueda mantener el grupo parlamentario –no lo tendrán si se aplican las mismas normas que Ciudadanos pedía hace no tanto para los demás–. En apenas dos años, Albert Rivera ha pasado de liderar las encuestas a un castañazo monumental, que deja a su partido herido de muerte. Pierde más de la mitad de sus votos –de 4,1 millones a 1,6– y se queda en una quinta parte de sus escaños. Con todo, parece que Rivera va a intentar aguantar.

El Partido Popular mejora desde el desastre. El de este domingo fue su segundo peor resultado de los últimos treinta años, por mucho que Pablo Casado lo quiera festejar. Mantiene la segunda posición con algo más de margen, pero se enfrenta a un rival, Vox, que ataca los cimientos de su base electoral, que amenaza su hegemonía en algunos territorios clave y que puede ser mucho más difícil de derrotar de lo que fue Ciudadanos.

Mientras la extrema derecha esté tan fuerte, el PP lo tiene muy difícil para poder gobernar. No solo por la competencia en ese flanco: también por lo difícil que le resultará sumar más socios parlamentarios, en este escenario multipartidista, si el principal apoyo de la derecha está en Vox.

Unidas Podemos vuelve a caer. Se deja un punto y medio de sus votos –del 14,4% al 12,9%–, pierde siete escaños y no recupera la tercera posición. Desde 2016, la coalición liderada por Pablo Iglesias no ha parado de retroceder: ha perdido más de un tercio de los votos y la mitad de los escaños. Sin embargo, sus diputados siguen siendo imprescindibles para la investidura de Pedro Sánchez, que tendrá que reabrir una negociación que nunca debió fracasar.

Iglesias vence en su pulso contra Íñigo Errejón. Su ex número dos entra en el Congreso, pero con solo tres escaños: un resultado muy inferior a sus expectativas y a los votos que obtuvo en las autonómicas y municipales de mayo. Más País ha logrado en toda España casi los mismos votos que Manuela Carmena consiguió solo en la ciudad de Madrid. Su candidatura se presentaba en 18 provincias. Solo ha conseguido escaños en dos. La mitad de sus votantes se ha quedado sin representación.

Un dato relevante: entre Más País y Unidas Podemos tienen 34.500 más votos que Vox, pero 14 escaños menos. La ley electoral es así de cruel. Aunque, por bloques, es la derecha la más perjudicada, por el castañazo de Ciudadanos, que es quien más votantes deja sin representación. Ambos bloques prácticamente empatan en votos –43,99% en la izquierda frente 43,55% en la derecha–. Pero la izquierda tiene seis escaños más.

La calculadora de posibles pactos es bastante clara. La repetición electoral deja un Congreso con solo dos opciones de Gobierno e investidura. La primera, un acuerdo de izquierdas que sigue necesitando al PNV y a los independentistas –o a lo que quedó de Ciudadanos– para poder sumar. La segunda, una gran coalición entre PSOE y PP, que dudo mucho que vaya a ocurrir porque no interesa a ninguno de los dos. El PSOE solo la quiere para la investidura y si es gratis, y gratis no va a ser. Con la ultraderecha tan fuerte, Pablo Casado no parece tener margen para facilitar un acuerdo así.

Volvemos, por tanto, al mismo escenario de hace unos meses: a una negociación entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que puede ser tan frustrante como lo ha sido hasta hoy. Porque el PSOE se ve más fuerte e insistirá en un gobierno en solitario. Y no parece que Pablo Iglesias tenga intención de dar su brazo a torcer.

Ambos tienen por delante una responsabilidad histórica: evitar que la extrema derecha tenga una tercera oportunidad. La paciencia de los votantes tiene un límite.  Sánchez tiene que sentarse a negociar con Iglesias, dejar atrás los reproches y pactar lo antes posible una investidura y un Gobierno. Nadie entendería que desaprovechasen esta segunda oportunidad.




¿Recuerdan cuando Rivera criticaba a "los que se agarran al sillón"?




sábado, 9 de noviembre de 2019

Izquierdas y derechas.


“Las izquierdas se dividen por ideas. Las derechas se juntan por intereses”

José Mujica 
(Expresidente de Uruguay)

¡Votad, votad...malditos!!!!


Si suman, el próximo Vice-Presidente del gobierno será Santiago Abascal






Las siete preguntas clave sobre las elecciones del domingo

El consenso en las encuestas no pinta demasiado bien para Pedro Sánchez: volverá a ser el candidato más votado, pero con un escenario de pactos más complicado, con el bloque de la izquierda más débil, con la ultraderecha más fuerte

Si la derecha suma, el futuro vicepresidente del Gobierno no será Pablo Iglesias ni Irene Montero ni Carmen Calvo ni Nadia Calviño: será Santiago Abascal


8/11/19

eldiario.es

 

1. ¿Hasta dónde caerá Ciudadanos?

Hace medio año, Ciudadanos competía con el PP por el liderazgo de la derecha. Hoy las dudas son otras: si al menos mantendrá el grupo parlamentario, si Albert Rivera dimitirá en la misma noche electoral, si caerán a menos de un tercio de sus escaños o será solo a la mitad, si lograrán más escaños que ERC...

Entraron mal en la campaña. Han salido de ella aún peor. No les ha salvado el perro que "huele a leche". Tampoco el adoquín.

No hay una sola encuesta que no apunte a una debacle solo comparable con la que sufrió UCD o, en otra escala, UPyD. Su única victoria posible es que la derecha sume y puedan gobernar con la extrema derecha: como el socio más irrelevante de un gobierno del PP con Vox. Porque con el PSOE, esta vez, la llave no la tendrán.

La gran pregunta es otra. Esos votos, ¿dónde irán? Porque la mayor parte de los indecisos –siguen siendo dos millones– votaron a Ciudadanos en abril.

2. ¿Cuánto subirá Vox?

Todas las encuestas son unánimes. Los trackings de estos días –que se siguen haciendo y, en teoría, no se pueden publicar– también lo son. Vox va a ser el gran beneficiado de la repetición electoral. Ya iban hacia arriba desde hace semanas. Desde el debate del lunes, su subida ha sido aún mayor. Es muy probable que acaben siendo la tercera fuerza, un puesto que hoy disputan con Unidas Podemos.

Muchas encuestas pronostican que Vox puede ser el principal beneficiado del hundimiento de Ciudadanos: ese partido supuestamente centrista cuyos votantes ahora hereda la ultraderecha.

Los sondeos auguran para el partido de Santiago Abascal hasta el 15% de los votos. Pero en ese porcentaje, cada punto arriba o abajo –y cómo se reparta entre las distintas provincias– hace oscilar muchísimos escaños. Con cinco puntos más en votos, el número de escaños de Vox se podría duplicar.

En el sistema electoral español, con el multipartidismo actual, hay dos escalones claros: el del 15% y el del 30%. Ambos suponen, en número de diputados, un enorme punto de inflexión, un premio en escaños. El 15%, más aún si eres tercera fuerza, te suele permitir entrar en todas las provincias donde se reparten más de cuatro escaños.

A partir del 30%, más aún si eres la primera fuerza, el número de diputados también tiene un impulso mayor. Es un plus al que aspiraba el PSOE. No está nada claro que lo vaya a lograr.

3. ¿Qué va a pasar con el PSOE?

El consenso en las encuestas no pinta demasiado bien para Pedro Sánchez. Sí, volverá a ser el candidato más votado. Pero con los mismos o menos escaños de los que logró el 28 de abril, con un escenario de pactos aún más complicado, con el bloque de la izquierda más débil, con la ultraderecha más fuerte y sin lograr que la gobernabilidad deje de depender de los partidos independentistas. Si se cumple este pronóstico, mayoritario en las encuestas, el resultado sería pésimo: repetir elecciones, después de ganarlas, para ir a peor.

En La Moncloa aún confían en un milagro final: que la mayoría de los indecisos provocados por el derrumbe de Ciudadanos, se decanten en el último momento a su favor. Toda la estrategia de esta campaña se ha basado en esto: de la vicepresidencia para Nadia Calviño al giro sobre Catalunya. Ganar entre ese votante menos ideológico al que se asimila con el centro. Lograr un porcentaje de voto superior al 30%, igual que hizo Rajoy en junio de 2016.

Las encuestas en aquella repetición electoral daban de media al PP un 29% y unos 120 escaños. Al final obtuvo el 33%: 137 escaños.

4. ¿Qué resultado tendrá Unidas Podemos?

Probablemente la gran diferencia entre Rajoy y Sánchez es que el líder del PP, entre una repetición y otra, no se movió. Rajoy mantuvo exactamente la misma posición. Sánchez no. Y en el cambio de discurso de estas elecciones, a la caza del votante de Ciudadanos, el PSOE ha descuidado el flanco izquierdo. A un votante que, según las encuestas, permite a Unidas Podemos aguantar con más fuerza de lo que, hace unos meses, podría parecer.

Algunos sondeos dan a Unidas Podemos un leve repunte. Otros, una pequeña bajada. Todas las horquillas les sitúan en cifras muy similares a las de abril.

En las encuestas, la candidatura de Íñigo Errejón, Más País, obtiene representación. Pero con horquillas mucho más modestas de las que apuntaban los sondeos de hace un mes, por debajo de ese objetivo de 15 escaños en el que aún dicen confiar. Si se cumplen los pronósticos, Errejón queda lejos de esa cifra y Podemos aguanta, el triunfo es doble para Pablo Iglesias: saldría reforzado frente al PSOE y derrotaría a su exnúmero dos.

5. ¿Qué pasará en el Senado?

La inusual derrota de la derecha en el Senado es otra de las victorias de la izquierda que, con esta repetición electoral, está en juego. En abril, la división del voto de la derecha y el sistema de reparto de escaños dio al PSOE la mayoría absoluta que ahora está en cuestión.

Hay dos factores que pueden ayudar mucho al PP: el desplome de Ciudadanos –que aquí también se notará, porque la división de voto será menor– y especialmente la decisión de Vox de presentar solo un candidato al Senado por provincia, en vez de tres. Son dos cambios, nada menores, que pueden influir mucho en el resultado final por las peculiaridades del sistema electoral en el Senado que expliqué en este artículo.

6. ¿Cuánto crecerá la abstención?

En las elecciones de abril, la participación llegó al 75,75%, la más alta en 15 años. Esta vez no se va a repetir, como demuestra el número de solicitudes para el voto por correo: un 30% menos en esta ocasión.

El voto de los residentes en el extranjero, por el contrario, ha subido. Aunque es por un motivo distinto a la movilización: porque quienes ya realizaron los complejísimos trámites del voto rogado en abril, en esta ocasión, no ha hecho falta que los volvieran a hacer.

En la repetición electoral de 2016, la participación fue del 69,83%. Y para el domingo las encuestas pronostican una participación de entre el 70% y el 72%. Aunque la clave, más que la abstención, es saber quién se abstendrá más: si la derecha o la izquierda. Y, por ahora, en las encuestas, la movilización de la derecha es mayor.

En la repetición de 2016, el precedente más cercano, también fue la izquierda quien se abstuvo más.

7. ¿Puede gobernar la derecha?

Todas las encuestas dicen que no. También lo decían en las elecciones andaluzas de hace un año y, contra pronóstico, la derecha gobernó. Apoyada en el enorme empuje de la extrema derecha.

En las generales, la derecha lo tiene más complicado. Porque no le vale con sacar más escaños que la izquierda –que es posible que los tengan–.  Necesitan sumar 176, y es una victoria que ninguna encuesta pronostica hoy.

Aun así, el triunfo de la derecha no es una hipótesis imposible. Tampoco tan improbable. Aunque ningún encuestador lo admita en público, y muestren la máxima confianza en sus números, en privado reconocen que la repetición de las elecciones, el hundimiento de Ciudadanos, el empuje de Vox y la abstención de la izquierda es una coctelera que hace más difícil los pronósticos. Y que las encuestas pueden fallar más de lo habitual. Más aún si durante la jornada de reflexión el movimiento independentista se moviliza y monopoliza el debate público, como ocurrió con los disturbios en Barcelona.

Si la derecha triunfa, el problema para la izquierda es que, esta vez, será mucho peor. Y no solo por el fracaso histórico de una derrota tras haber logrado ganar. Porque Vox no se conformará con ser un mero apoyo parlamentario. Si cuentan con los escaños suficientes, la extrema derecha querrá gobernar. Y dudo que Pablo Casado les vaya a cerrar la puerta a una coalición.

Si suman, el futuro vicepresidente del Gobierno no será Pablo Iglesias ni Irene Montero ni Carmen Calvo ni Nadia Calviño: será Santiago Abascal.

viernes, 8 de noviembre de 2019

Qui paga impostos mediambientals a Espanya?


Qui paga impostos mediambientals a Espanya?

Catalunya, el País Valencià i les Balears recapten el 60% dels impostos verds a Espanya

BARCELONA 03/11/2019





Un estudi del Consell d'Economistes d'Espanya sobre fiscalitat mediambiental torna a posar sobre la taula no només la diferència sideral que hi ha entre comunitats autònomes, sinó la soledat de Catalunya a l'hora d'implementar pràcticament en solitari unes polítiques que són reclamades per la Unió Europea com una peça fonamental de la lluita contra el canvi climàtic. Les dades són eloqüents: Catalunya recapta ella sola un terç del total d'impostos autonòmics sobre el medi ambient que es paguen a l'estat espanyol. Recordem que Catalunya representa un 16% de la població i un 19% del PIB; per tant, hi ha una desviació important, una sobrecàrrega impositiva sobre els ciutadans i les empreses catalanes.

Si es miren les dades amb deteniment, hi ha una dada que crida poderosament l'atenció. Resulta que l'autonomia que menys recapta en concepte de fiscalitat verda és la Comunitat de Madrid, on l'administració governada pel PP des de fa dècades no ha posat en marxa pràcticament cap impost mediambiental, només el de residus. Només així s'explica que Madrid recapti la xifra irrisòria de 2,7 milions d'euros per aquest concepte, un 0,2% del total; és a dir, 200 vegades menys que Catalunya, que ingressa 546,6 milions, la gran majoria, 503, a través del cànon de l'aigua. No hi ha millor exemple del dúmping fiscal que practica Madrid per atreure empreses i ciutadans amb recursos, i que s'estén a altres figures com l'impost de successions o el tram autonòmic de l'IRPF.

Es pot adduir que es tracta de l'exercici de l'autogovern i que els governs de dretes tenen dret a rebaixar els impostos i fins i tot a eliminar-los. Aquest principi, tractant-se de la Comunitat de Madrid, és una gran fal·làcia, perquè és un territori que es beneficia de l'anomenat efecte capital i, per tant, es pot permetre el luxe de renunciar a ingressos que per a altres administracions, com la catalana, són absolutament imprescindibles per quadrar els números.

Però el problema més greu és que la fiscalitat verda no pot ser una cosa opcional, sinó que es tracta d'un dels pilars de la lluita contra la crisi climàtica, que no coneix fronteres. L'estat espanyol no pot permetre que hi hagi zones exemptes de contribuir, amb els seus recursos, a afrontar aquesta batalla, que és, recordem-ho, per la pròpia supervivència. I menys encara pot permetre que el 60% del pes de la recaptació verda recaigui només sobre Catalunya, el País Valencià i les Balears, curiosament tres dels territoris amb més dèficit fiscal global.

En la seva deriva neoliberal, el PP vol convertir Madrid en un paradís fiscal i en un territori mediambientalment insolidari, en contra del que estan fent els països més avançats del planeta i del que dicta el sentit comú. Si és la seva decisió, endavant. Però el que no pot ser és que això derivi en un avantatge competitiu i en un greuge (un més) per a les empreses catalanes i la resta de ciutadans de l'Estat. I la solució no és en cap cas igualar a la baixa, sinó fixar uns mínims a tota la Unió Europea.




Ramiro García de Dios en TV3

Cataluña i Catalunya


La bella y las bestias

Es preciso que alguien ofrezca un plan creíble que incorpore de nuevo al proyecto común a los cientos de miles de catalanes engatusados hoy por las promesas del separatismo.

JUAN LUIS CEBRIÁN   21 OCT 2019

Barcelona es una ciudad con un largo historial de algaradas callejeras (George Orwell)
Escribo esta crónica en el crepúsculo de un viernes otoñal, mientras contemplo con estupor y extrañeza la televisión. De su pantalla emanan luces y sombras de mi país, imágenes y sonidos que ilustran mejor que nada la realidad paradójica y amarga de los días en que vivimos. A un lado, una princesa adolescente y bella felicita a científicos y artistas de todo el orbe, premiados por su servicio a la sociedad. Al otro, una jauría de vándalos, lacayos de un poder político ejercido por gentes ignorantes e inmorales, destrozan una de las ciudades más bellas del mundo y ensucian la historia de Cataluña y España. Todo sucede en vivo y en directo.

Esta peculiar evocación de la bella y las bestias podría sugerir a cualquier narrador de cuentos infantiles un relato de terror y ternura para que sociólogos, politólogos y tertulianos se lucieran con interpretaciones escatológicas sobre nuestro devenir político. Por el momento nos sirve al menos para levantar acta del peligro inminente al que se enfrenta nuestra Monarquía parlamentaria, por mucho oropel que la envuelva, y con ella el propio régimen democrático.

Frente a la épica xenófoba de los independentistas, hay que enarbolar una épica de la democracia constitucional.

Cualesquiera que sean el origen y la naturaleza de un Estado, el deber inexcusable de quienes gobiernan es garantizar la unidad de su territorio y el mantenimiento del orden público. Para conseguirlo, sus dirigentes han de promover y lograr la cohesión social en torno a un proyecto común, sin menoscabo de las libertades, la pluralidad de ideas y creencias y el respeto a los derechos individuales. Ni el Gobierno en funciones de Madrid, ni el triste payaso que preside la Generalitat, ni en general la mayoría de los líderes de los grandes partidos parecen por el momento capacitados para ello. En su logomaquia electoral, democracia, libertad, justicia... se proyectan como términos vacíos que no representan valores, sino eslóganes de campaña o gritos de insumisión. Mientras tanto prometen cosas que saben no podrán cumplir, y propician la confrontación al tiempo que jalean la unidad. Esta es la intrahistoria de unos sucesos que amenazan con desembocar en una crisis sistémica del régimen.

La cuestión catalana, el hecho diferencial, va a condicionar irremediablemente el resultado de los próximos comicios. No estamos ante un conflicto de intereses, sino ante una lucha de identidades en la que los argumentos difícilmente se imponen a las emociones. Es por eso a la vez una oportunidad y una amenaza para los candidatos, y de manera específica para el presidente en funciones. De cómo afronte la situación en Cataluña depende en gran medida su posibilidad de formar un Gobierno estable. Conviene por lo mismo que él y sus ministros se aparten de una vez del lenguaje políticamente correcto que les permite evadir el reconocimiento de la gravedad de los hechos. Cataluña no tiene solo ni principalmente un problema de convivencia: este es consecuencia directa de una insurrección popular contra los poderes del Estado, alentada y orquestada por su primer representante, cuya única legitimidad, repetidas veces traicionada, procede de la Constitución que pretende derrocar.

No se trata de algo insólito. Cada vez que en España ha triunfado un régimen democrático, en Cataluña se ha inaugurado un procés hacia la independencia con consecuencias siempre desastrosas no solo para los independentistas, sino para las libertades y derechos de todos los ciudadanos. Ignoro si es verdad que algunos de nuestros próceres no escriben los libros que firman, pero cabe sospechar que en muchos casos no leen los de los demás, pese a que podrían extraer de ellos lecciones valiosas. Ahí están, por ejemplo, el documentado estudio de Alejandro Nieto sobre la rebelión separatista contra la República, el de Gabriel Tortella acerca del entronque de Cataluña en España, y hasta el más antiguo de Américo Castro Sobre el nombre y el quién de los españoles. Son lecturas que ayudan a comprender algunos de los aspectos nucleares del problema catalán, en realidad, un problema español, y de las cuestiones más conflictivas que suscita. La hoja de ruta iniciada en su día por Artur Mas y Carles Puigdemont, con la complicidad de poderosas organizaciones de la sociedad civil, tiene muchos puntos de convergencia con la que en su día siguieron los cabecillas de la revolución derrotada en octubre de 1934. El victimismo separatista y la indignación popular tuvieron su origen, entonces como ahora, en decisiones de la derecha que amplios sectores de la sociedad catalana consideraron auténticas provocaciones. Una ley de cultivos y repetidos contenciosos entre los tribunales de justicia y el Gobierno de la Generalitat empujaron los primeros pasos de la revuelta de Companys. El recurso contra el actual Estatut, incoado por el PP mediante una recogida popular de firmas, y la consiguiente sentencia del Tribunal Constitucional constituyeron por su parte un punto de inflexión en la actual oleada separatista: en menos de diez años ha visto multiplicar por tres sus filas. En 1934 como en 2013 lo que se puso en marcha a partir de dichos sucesos fue un proceso que impulsara la movilización popular y la apelación a los indiferentes para que se sumaran a la causa, en espera del momento oportuno para procurar su triunfo. Claro que es del todo impensable que la infatuada actuación de Puigdemont y su sucesor tenga un desenlace como el de 1934. Un siglo después de entonces España y Cataluña son países infinitamente mejores, más cultos, civilizados y libres que lo eran en tiempos de la II República. El separatismo no apela ya por eso al uso de las armas, prefiere sustituirlo por acuerdos parlamentarios que exceden el cometido de la Cámara y vulneran las leyes de la democracia. Pero es preciso no perder de vista otras similitudes. Companys y sus colegas fueron condenados a 30 años de cárcel y se organizaron protestas populares contra la sentencia. La represión de las mismas galvanizó los sentimientos del electorado, catalizando su respuesta en las elecciones de febrero de 1936 que dieron la victoria al Frente Popular. Se indultó enseguida a los responsables de la revuelta y estos pudieron volver a ocupar el poder. Aunque hoy esté de moda desenterrar a los muertos y convocar a sus fantasmas, mejor no continuar con la memoria histórica de lo que más tarde acaeció. Ernest Maragall, candidato a la alcaldía de Barcelona por Esquerra Republicana, ha denunciado lo que considera la desaparición del espíritu federalista que alumbró la Constitución de 1978.Su argumentación pretendidamente racional, y en ocasiones acertada, está empero empañada de emociones; emocional es también la única solución que sugiere: una república catalana independiente. No existen en Cataluña poder político ni apoyo popular suficiente que la hagan viable. Sabedor de ello, aunque no lo confiese, se pregunta si España tiene una solución para Cataluña mejor que la independencia y demanda que los partidarios de esta sigan “trabajando para convertir la mayoría parlamentaria en mayoría social”. Su interrogante tiene sentido, al margen de la incorrección formal de olvidar que no puede hablarse de una España sin Cataluña, como si fueran entes autónomos a la hora de dialogar entre ellos. España, no solo su Estado, ha existido siempre con Cataluña en su seno, hasta el punto de que el propio vocablo español es de origen occitano e importado por los catalanes para denominar a los pobladores de la antigua Hispania romana. Pero es cierto que nadie ha puesto seriamente sobre la mesa (los partidos catalanes tampoco) esa “solución mejor” al conflicto planteado, cuyo desenlace solo puede transitar por la Constitución si esta se reforma. Es preciso, pues, que alguien ofrezca un plan creíble que incorpore de nuevo al proyecto común a los cientos de miles de catalanes engatusados hoy por las promesas del separatismo. Frente a la épica xenófoba y sectaria de los independentistas, hay que enarbolar una épica de nuestra democracia constitucional que por el momento nadie interpreta. Maragall sabe de sobra, aunque lo niegue, que España es de hecho, y no solo en espíritu, un Estado federal sometido a la imperfección de no reconocerse como tal en las definiciones legales. Necesitamos un acuerdo en las Cortes, única residencia de la soberanía popular, para implementar las reformas precisas que garanticen a futuro esa realidad. Podremos rubricar así con un final feliz la inconfortable historia de la bella y las bestias.



COMENTARIO



Atés que vaig a comentar l´article de J.L. Cebrián “La bella y las bestias”, cal  llegir-lo tenint sempre prensent al personatge:



1. Cebrián i El País han estat un dels principals gossos guardians del règim del 78. Un altre, també fonamental, ha estat el PSOE.

2. Tots dos han estat els més perillosos, perquè s´han encarregat de donar-li una pàtina de credibilitat democràtica a un règim amb la missió de mantenir intactes les linies mestres del franquisme.

3. Els esdeveniments produïts per la crisi econòmica (aparició de Podem, reclamacions catalanes, eclosió de la corrupció sistèmica de PP i PSA) propicien que personatges com aquest es desemmascaren i mamprenga, al seu periòdic, unes virulentes campanyes contra Podemos, contra els catalans independentistes i contra el mateix Pedro Sánchez quan lluitava contra els dinosaures del seu partit. Ara sabem que el tal Sánchez és un arribista que només lluita i arrisca pel seu propi interés i benefici.

4. En relació amb el problema català, cal recordar que Cebrian va ser el primer, amb més d´un any d´anticipació, que va dir al seu periòdic que calia empresonar a tot el govern català i llevar-los l´autonomía. Amb aquesta operació, deia ell, totes les demandes independentistes es centrarien en recuperar l´autonomía i traure el govern de la presó. Eixes instruccions de Cebrián les va dur a terme, fil per randa, la  Soraya. I amb relació a aquest assumpte, un apunt sobre Soraya: quan algú li va proposar de fer alguna concessió per tal d´apaivagar els ànims, la resposta va ser: “no hay ninguna concesión que hacer, estoy en disposición de ganar por diez a cero”. Pur Estat espanyol.

5. També hem de tenir sempre present els origens del personatge: fill del director del periòdic falangista Arriba, ell mateix va ser subdirector del diari Pueblo amb l´intel.ligent franquista Emilio Romero com a cap seu. Cebrián, probablement promocionat per Romero, va ser “el mirlo blanco” que buscava el règim per tal de donar-nos gat per llebre en la nova democràcia. L´altre “mirlo blanco” del règim era, per descomptat, Felipe.

 Amb relació a l´article “La bella y las bestias”, el trobe farcit de supèrbia, prepotència i falsedats. Aniré extraient de l´article determinades frases que em semblen interessants per tal de comentar-les.

-     … “una jauría de vándalos, lacayos de un poder político ejercido por gentes ignorantes e inmorales…ensucian la historia de Cataluña y España”. La història d´Espanya ja està prou bruta pels propis, no necessiten l´ajuda de ningú. La desqualificació quasi pornogràfica que fa dels pollítics independentistes (ignorantes e inmorales) ja en parla per si mateix de la perversa actitud del personatge cap al problema català, i en seria prou per no continuar llegint-lo pel que té d´irrespetuós, irresponsable, intransigent i desqualificador de tot el que diu tot seguit.

-     … “el peligro inminente al que se enfrenta nuestra Monarquía (amb majúscula) parlamentaria … y con ella el propio régimen democrático.”. Això que diu és una constant de la dreta al llarg del temps (parafrasejant Fuster: la democràcia en Espanya o és sota una monarquia o no serà). Volen convencer al personal que quan no hi ha la monarquia borbónica, el poble espanyol es torna ingovernable. Inclús ara, al segle XXI ens ho recorda el dretà i monàrquic Cebrián.

-     …”la épica xenófoba de los independentistas”. Ho trobe en la línia de la premsa i les tertúlies madrilenyes de qualificar els independentistes de nazis, colpistes, racistes, i altres animalades i falsedats. El que volen els catalans és, sencillament, lliurar-se´n d´un estat que no sap governar (com la seua història demostra*), que no els deixa ser catalans, i que els menysté constantment.

-     …”El deber inescusable de quienes gobiernan es garantizar la unidad de su territorio”… El problema no és “la unidad del territorio” el que veritablement hi ha al darrere són els 16.000 milions d´€ anuals que li drenen a Catalunya, i per tal de defensar eixe manà anual caldrà fer “el que faça falta” en el sentit més ample del terme. Ja ho va dir ras i clar Rubalcaba: “España ha de estar preparada para pagar un precio muy alto para impedir la independencia de Cataluña”

-     …”ni el triste payaso que preside la Generalitat”. Que Quim Torra no és un polític està fora de tot dubte. La prova són les seues errades polítiques, el fet de no fer servir el despatx del President de la Generalitat (està intal.lat en un despatx qualsevol) a la vegada que la seua honradesa insubornable i l´amor pel seu país, per damunt de qualsevol altra consideració, incloent-hi la integritat física. Ara, qualificar de “triste payaso” al president de la Generalitat, demostra l´absolut despreci de l´articulista per les institucions catalanes, i el seu tarannà beligerant i nacionalista espanyol que li resta credibilitat per proposar solucions.

-     Dirigint-se a Sánchez…”De cómo afronte la situación en Cataluña depende en gran medida su posibilidad de formar un Gobierno estable”. Amb aquesta frase una mica misteriosa està avançant ja  la “gran coalició” que pretén el règim del 78, i de la qual fa temps que Felipe és el portaveu?. Quina sería, segons ell, la manera adequada de Sánchez “de afrontar la situación en Cataluña” i quina relació pot tenir amb un “gobierno estable”?. Misteri.

-     …”una insurrección popular contra los poderes del Estado alentada y orquestada por su primer representante” (referint-se a Quim Torra). Un altre que no vol vore el que hi ha. Volen creure que Torra és el problema, com abans creien que el problema era Puigdemont, i abans Mas, i abans Pujol. Tot menys afrontar la relitat de vore que hi ha més de dos milions de catalans farts d´Espanya i que volen anar-se´n com siga.

-     …”cada vez que en Espanya ha triunfado un régimen democrático, en Catalunya se ha inaugurado un procés hacia la independencia con consecuencias siempre desastrosas”. Llavors, si ho sabien perquè Catalunya va formar part, com Murcia o La Rioja del “café para todos” de Clavero Arévalo?. Perquè no els donaren el mateix tractament que a bascos i navarresos tenint en compte que, com que Catalunya si haguera pagat el cupo, els altres dos també l´haurien pagat?. Van tenir la barra de dir que l´economia basco/navarresa era xicoteta i Espanya s´ho podia permetre, pero amb la catalana no. Ni més ni menys que estaven reconeixent el drenatge salvatge de diners catalans que pensaven fer. En resum, el café para todos és la plasmació en lleis de l´anticatalanisme espanyol: “no daremos a Catalunya nada que no se le dé al resto de España” (dels bascos ni menció, com si no foren de “el resto de España”).

-     Dedicat a Pedro Sánchez   …”Ignoro si es verdad que algunos de nuestros próceres no escriben los libros que firman”. Encara li diu poc.

-     …”la incorrección formal de olvidar que no puede hablarse de una España sin Cataluña como si fueran entes autónomos a la hora de dialogar entre ellos. España, no solo su Estado, han existido siempre con Cataluña en su seno”. Aquí hi ha, pense jo, una confusió de l´articulista, pot ser interessada, entre l´Espanya física i l´Espanya política. És ben cert que des dels romans hi ha Hispania on físicament s´inclou Catalunya evidentment, però amb la reconquesta la cosa canvia. Hi ha dos models totalment diferents de fer-la i amb diferents conqueridors i repobladors, diferentes llengües, cultura, etc. que donen lloc a dos països imbarrejables com    l´aigua i l´oli. No hi hauria problemes de confusió si Castella hi haguera respectat el nom comú d´Hispania, però la insaciàble fam de conquesta castellana la va conduïr a voler confondre Castella amb Espanya (“Castilla crisol de España”) i a continuació a voler imposar la seua com a cultura única. De tot això se´n oblida l´el.liptic Cebrián.

-      …”que alguien ofrezca un plan creíble que incorpore de nuevo al proyecto común a los cientos de miles de catalanes engatusados hoy por las promesas del separatismo”. Normalment, el “proyecto común” és el que a ells els interesa, i com a mostra ahí està la Transició, que era un “proyecto común” i que ha  esdevingut  desastrós per als catalanoparlants. Però el summum del cinisme o de la ceguesa, no ho sé, és parlar de “los cientos de miles de catalanes engatusados”. Engatusados per qui?. Amb aquest assumpte, la negació de la realitat és de tal calibre que l´articulista no pot ni imaginar-se que siga la gent que vol anar-se´n farta de tants i tants greuges. A banda que per engatussar algú li has de fer promeses d´una vida millor que és el que diu Cebrián que fa equivocadament  l´independentisme. Cal que abandoneu tota esperança de llibertat, rebla Cebrián. Seguireu vivint colonitzats i maltractats perquè és el vostre destí, així que no es deixeu “engatussar” per promeses impossibles de complir.

-     …”frente a la épica xenófoba y sectaria de los independentistas, hay que enarbolar una épica de nuestra democracia constitucional”. No sé d´on es trau que els independentistes catalans són xenófobs i sectaris. Tot al contrari, jo he vist als balcons dels pobles de catalunya, junt a la estelada, el cartell “volem acollir” referint-se als immigrants. De fet, tenen el 25% de tots els musulmans que hi ha a l´estat espanyol. En concret hi han, arredonint, 515.000. A més tenen al parlament una musulmana i el conseller de Treball i Assumptes Socials és el musulmà Chakir El Homrani. I per altra banda, per a sectaris, els inventors de La Inquisició què, malauradament,  segueix en actiu ara mateix mitjançant el Tribunal Constitucional, la Audiencia Nacional (TOP), el Supremo i el jutjat nº 13 de l´Audiència de Barcelona. Però el que em fà gràcia és allò de “la èpica de nuestra democracia constitucional”. Com si no estiguerem assabentats del tipus de “democràcia constitucional” que es va pactar amb el franquisme. Quin cinisme i quina poca vergonya… Quina classe d´“èpica” es pensen que poden fer amb un bunyol com eixe?.

-     …”España es de hecho, y no solo en espíritu, un Estado federal sometido a la imperfección de no reconocerse como tal en las definiciones legales”. Això és la gran fal.làcia del règim del 78, el mantra repetit mil vegades amb el que volen dissimular el “xollo” que ha estat per Madrid      l´invent eixe de les autonomies (d´on ha tret Madrid els milers i milers de milions d´€ que ha malbaratat?) i que ha estat la ruïna per a segons quines comunitats autónomes. Un estat federal on tú recaptes només el 5% dels diners (Junqueras dixit) i la resta te´ls retorna Madrid com li rota?. Un estat federal que no et deixa ni decidir si en van 24 o 25 alumnes per aula en un centre concertat?. Un estat federal on qualsevol legislació pròpia topeta immediatament amb el tribunal constitucional (impost a la banca, impost productes ensucrats, llei de pobresa energètica, etc…)?. Un estat federal on Madrid et dona i et lleva les competències com i quan vol?. Un tocomocho més del règim del 78.



Voldria tancar aquests comentaris fent émfasi, de nou, en els dos principals farsants de la nostra història recent: Cebrian/El País i el PSOE. Sense aquesta parella, és possible que Espanya hauria reaccionat i aconseguit, per fi, convertir-se en un país decent. No ha estat així. Espanya ha continuat sent fidel a la seua impresentable història. Déu ens pille confessats.

Celedonio Pastor Biosca

(*) Campeó mundial de fallides d´estat: 14 al llarg de la seua història i 15ª al juny de 2012 si no arribem a estar dins la UE.

(*)  Un polític del segle XIX del qual no ens ha arribat el nom, ja deia sobre com governar: “gobernar España es sencillo, sólo consiste en incrementar la plantilla de la guardia civil”. Com ara mateix en Catalunya.