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martes, 9 de noviembre de 2021

 

Capturan Vivo en Ceuta el Pez Óseo Más Colosal del Planeta: Así Es el 'Alien' de los Mares Profundos

Este ejemplar de pez luna pesa más de dos toneladas, como cuatro toros bravos. Es una especie misteriosa, de aspecto prehistórico, capaz de recorrer 7.000 kilómetros. No se sabe dónde se reproduce. Fue devuelto al agua.

7-11-21

Eduardo del Campo 

ElEspañol




Cuando el buzo Sergio Guzmán se sumergió en las aguas de Ceuta para comprobar si en las redes de la almadraba había pescados que merecieran la pena, no podía imaginarse que ese lunes 4 de octubre de 2021 iba a pasar a los anales de la biología marina mundial como el día histórico en que un grupo de pescadores y biólogos capturaron vivo el mayor pez registrado jamás en España y en todo el Mediterráneo. Y no sólo eso: el pez luna de la especie Mola alexandrini es el pez óseo más colosal que existe en el planeta Tierra, y el ejemplar que esa mañana iban a encontrarse en el Estrecho de Gibraltar está entre los tres más grandes medidos en el mundo.

Sergio Guzmán, de 45 años, es el jefe de los cuatro buceadores de la almadraba de Ceuta, un arte de pesca tradicional y sostenible usada desde hace tres mil años por fenicios, griegos y romanos. Sus redes forman una gran trampa de 300 metros de largo y 40 de ancho, con una boca de entrada de 7 metros. La estructura de este corral se ancla al fondo y se dispone en paralelo cerca de la costa, en este caso, a 150 metros de la playa del Chorrillo de la ciudad autónoma española de Ceuta. Su boca mira al Este, hacia Marruecos y el interior del Mediterráneo, de donde proceden los peces migratorios, sobre todo melvas, que capturan en su viaje hacia el oeste camino del Atlántico. El diámetro de su malla, de 60 centímetros, deja escapar a los peces chicos y atrapa a los grandes.

El trabajo del buzo es examinar cada día la almadraba de la empresa Fraimartin para comprobar si hay peces suficientes para realizar una levantá, que es cuando una veintena de pescadores apostados en barcos tiran de las redes del copo central de la trampa para recoger la captura. Pero Guzmán, comprometido ecologista, tiene una segunda misión: anotar el número y tamaño de los peces y tortugas atrapados en la almadraba (y liberados inmediatamente si están protegidos o no son de uso comercial), para pasarle la información a Enrique Ostalé-Valriberas, coordinador de la Estación de Biología Marina del Estrecho, establecida en Ceuta por la Universidad de Sevilla.




Esa mañana, Sergio Guzmán se echó al agua con su equipo básico de buceo y se puso a escrutar la pesca del día. Entonces, junto a melvas, albacoras, sardas y peces limón, vio "una sombra blanca que se movía". Reconoció que era un pez luna, como otros miles de ejemplares que ha contado dentro del estudio sobre esta especie declarada vulnerable en el que colabora con los biólogos Enrique Ostalé, de Ceuta, y Lukas Kubicek, de Suiza. Se dio cuenta de que este pez era grande, pero no hasta qué extremo.

"¡Era un mastodonte!"

Avisó a puerto para que vinieran los barcos a ayudarlo a sacar el pez del cerco y arrojarlo al mar. También alertó al biólogo Ostalé, un ceutí de 36 años criado en el barrio de Benítez, para que viniera corriendo: la captura parecía excepcional. En el agua, con los pies apoyados en las redes, el buzo luchaba a brazo partido para rodear el cuerpo del animal con eslingas y sacarlo del mar, colgado de una grúa. El agua trepidaba con las sacudidas de los peces arremolinados, teñida de rojo sangre, porque "las melvas se desangran por las branquias" de forma espontánea cuando están en peligro.

"Le metí la mano en la boca sin darme cuenta, y el animal me la apretó por instinto", dice el buzo Sergio Guzmán






En esa masa de vida en ebullición, tratando de sujetar al pez luna en medio del banco de melvas ensangrentadas, Sergio Guzmán por poco se queda medio manco. "Le metí la mano derecha en la boca sin darme cuenta y el animal me la apretó por instinto, no porque quisiera atacarme. Menos mal que tenía yo el puño cerrado. Pegué un grito y la saqué", dice a EL ESPAÑOL | Porfolio sobre el accidentado encuentro entre el hombre y el coloso del mar, que es, por lo demás, inofensivo.

Cuando por fin pudo colocarle las maromas y lo vio salir del agua colgado del cable de la grúa, se quedó boquiabierto, como los veinte pescadores, el coordinador de la Estación Biológica y otro puñado de biólogos que presenciaron el tremendo hallazgo. "¡Era un mastodonte!", exclama emocionado el buzo.




El biólogo Enrique Ostalé corrobora su asombro al encontrarse ante un animal extraordinario no sólo por su tamaño, sino por su fisionomía tan especial. Mientras que la evolución de los peces ha tendido a afilar sus cabezas y alargarlos cuanto mayor es el tamaño de su especie, explica el biólogo, la anatomía del pez luna, por el contrario, parece desafiar esa lógica con su aspecto prehistórico.

Redondeado y con una protuberancia en la cabeza, su estampa recuerda, como su nombre en español indica, a una gran luna grisácea, como una piedra de carne con aletas, con dos grandes ojos estupefactos y una boquita muy pequeña para su corpachón. En inglés lo llaman sunfish, pez sol, lo que alude también a su redondez, a su tamaño y a su reflejo solar cuando asoma a la superficie flotando de lado (se ha visto a peces y pájaros posándose encima para comerse sus parásitos).

Hay en su cara algo extraterrestre, encantadoramente extraño, como expresa el biólogo: "A mí me recuerda a un alien". Un alienígena, un bondadoso ET marino que es del todo manso con los humanos y cuya vida aún está rodeada de preguntas sin responder. Ostalé tenía ante sí una oportunidad única para estudiar en pocos minutos un ejemplar fuera de serie antes de devolverlo al mar.

Tamaño y peso

Tanto pesaba, recuerdan el biólogo y el buceador de la almadraba, que tuvieron que sujetarlo con las grúas de dos barcos pesqueros, porque una sola no bastaba y la primera embarcación se inclinaba por el peso. "Era un momento de tensión: el animal en la grúa, el barco se escoraba, Sergio debajo del bicho... Todo duró diez o quince minutos. Le tomamos muestras de ADN, le hice fotos y un vídeo, lo medimos y lo pesamos. Pero como la báscula tiene un límite de mil kilos, y el animal superaba el tope, no pudimos saber cuánto pesaba de verdad", rememora Ostalé. "Les dije, ¡cuidado, cuidado, que revienta la báscula!", acota Guzmán.

"Superaba al tope de mil kilos de la báscula y no pudimos saber cuánto pesa de verdad", dice el biólogo Enrique Ostalé

Por su morfología y su tamaño supieron que se trataba de un pez luna de su especie mayor, Mola alexandrini. El pez luna, Mola en su nombre científico en latín en referencia a su perfil redondeado como muela de molino, forma la familia de los mólidos (Molidae), que tiene hasta el momento cinco especies, entre ellas Mola mola (la más común y de tamaño menor) y Mola alexandrini, que es no sólo el mayor pez luna de la familia sino el mayor pez óseo que existe vivo, es decir, que tenga un esqueleto de huesos, a diferencia de tiburones o peces rayas, cuya estructura es de cartílago.

El biólogo Lukas Kubicek, uno de los mayores expertos, se perdió el hallazgo por tres días: debía venir el jueves para su campaña anual de mediciones en Ceuta de peces luna y al apacible monstruo lo encontraron el lunes. Kubicek explica desde Suiza por qué este ejemplar es histórico. Como los miembros de su especie, su curiosa morfología es más alta que larga: mide 290 centímetros de largo (de boca a cola) y 320 de altura (de aleta dorsal a aleta anal). El peso no se sabe con exactitud, porque excedía la capacidad de la báscula, pero cree que rebasa las dos toneladas. Como cuatro toros bravos de lidia.

El mayor Mola alexandrini con peso y dimensiones registradas, incluido en 2019 en el Libro Guinness de los récords, es el ejemplar encontrado el 16 de agosto de 1996 frente a la costa de Kaogawa, en Japón. Tenía 272 centímetros de longitud y 2.300 kilos de peso. Es decir, el pez luna de Ceuta supera en 18 centímetros la longitud del pez más pesado registrado nunca, lo que fundamenta la hipótesis de que, si hubieran podido pesarlo con precisión, habría rebasado las 2,3 toneladas.

Pero el récord de tamaño, que no de peso, explica Lukas Kubicek, lo tiene otro ejemplar capturado en 2004 cerca de la isla japonesa de Aji, de 332 centímetros; en ese caso, no pudieron pesarlo. "Así que el Mola alexandrini de Ceuta, que midió 320 centímetros de altura, se queda a 12 centímetros del récord mundial. Pero es el récord histórico del Mediterráneo", destaca Kubicek.

Prohibido su consumo

Dice el investigador suizo que le parece "incomprensible que buzos y fotógrafos submarinos vuelen alrededor del mundo hasta Nusa Penida, en Bali, para encontrarse con peces luna", cuando podrían verlos en Ceuta, en la punta sur del Estrecho de Gibraltar, adonde él viene cada año desde 2006 para recopilar datos en la almadraba. "En 2007 contamos en Ceuta 1.100 peces luna en cinco días", dice sobre la abundancia de Mola mola en este lugar.

Pero la Unión Europea prohíbe su pesca comercial desde 1991 con el argumento de que está relacionado con el pez globo, que puede contener la toxina nerviosa tetrodotoxina TTX. Sin embargo, Kubicek cuestiona esta prohibición en vigor: "Nunca se ha probado en trabajos científicos la presencia de TTX en el pez luna".

El experto Lukas Kubicek señala que, a diferencia de Europa, en Taiwán y Japón se come el pez luna "sin problemas" 

Cuenta que su carne blanca y gelatinosa, "difícil de conservar", se ha consumido en Italia (por ejemplo, en Camogli y Sicilia) y se sigue comiendo "desde hace siglos sin problemas" en Taiwán y en Japón. "Los pescadores de los puntos calientes de peces luna en Europa no están contentos cuando tienen que arrojar hasta 500 al mar todos los días para separar el pescado vendible de la captura incidental", expone el científico.

Ojos apuñalados, aletas cortadas

 "algunos pescadores les apuñalaban los ojos o les cortaban las aletas para que no volvieran". Para evitar esta práctica, a Kubicek se le ocurrió marcarlos con etiquetas y prometió "una recompensa de hasta 40 euros a cada pescador que volviera a pescar un pez luna marcado".

Subraya que los pescadores de Ceuta "siempre tratan correctamente al pez luna y lo sueltan ileso, a diferencia de en La Azohía [pedanía de Cartagena, en Murcia], donde los arponean con garfios y los arrojan heridos al mar".

¿Qué come el pez luna? Por su pequeña boca entran crustáceos, peces pequeños, algas, medusas y salpas, detalla Kubicek, que destaca su "extremadamente alta tasa de crecimiento". Cuenta el caso de un pez luna que vivía en el Acuario de Monterrey, en California. "Aumentó de 26 kilos a casi 400 kilos en 14 meses y lo tuvieron que arrojar al mar en helicóptero porque el acuario se le quedó pequeño".

"Lo fascinante", agrega Kubicek como otro dato asombroso, es que los más grandes tienden a alimentarse de "medusas y salpas, que se componen principalmente de agua y, en realidad, no son grandes proveedoras de energía; cómo los grandes peces luna mantienen su equilibrio energético es uno de los grandes misterios de la biología".

Sobre si el pez luna puede ser un indicador del calentamiento global, dice que "no está claro". "Hay datos de su presencia en Noruega e Islandia hace cien años, por encima de los 70 grados de latitud norte, más allá del círculo polar ártico", explica. El experto recomienda convertir el pez luna en un atractivo turístico para mejorar la economía de la almadraba de Ceuta, como en Italia y Japón, donde "turistas y buceadores pagan para fotografiarlo".

La gran defensora

Kubicek y Ostalé son autores de un capítulo de la biblia del pez luna, el libro The Ocean Sunfishes: Evolution, Biology and Conservation, coeditado en 2020 por la doctora en biología marina Tierney M. Thys (con Jonathan Houghton and Graeme Hays), quien, además, recoge en su página oceansunfish.org los avistamientos en los mares de casi todo el mundo donde vive este pez migratorio. La experta estadounidense revela que el descomunal ejemplar de Ceuta es una hembra, porque no se han encontrado machos de más de dos metros, y calcula que tiene "al menos 20 años", aunque podría ser mucho más vieja, porque "es difícil establecer la edad" de esta especie.

El ejemplar de Ceuta tiene al menos 20 años y es hembra, pues no se han visto machos de más de dos metros, dice Thys

Dice Tierney Thys que el animal al que consagra su vida es capaz de recorrer grandes distancias, como prueba un ejemplar etiquetado que recorrió 6.952 kilómetros recorrió 6.952 kilómetros desde Taiwán a Nueva Caledonia (estudio del doctor Chiang, del Taiwan Fisheries Research Institute) y también de bajar a gran profundidad, como otro que la propia Thys registró a 1.112 metros en las islas Galápagos. Otra de sus características fabulosas es cómo nada, tumbado. "Parece aparatoso, pero en realidad es un gigante ligero, capaz de desplazarse con movimientos sorprendentemente gráciles, como batiendo las alas. Al volar de lado como un pájaro con sus largas aletas dorsal y anal, los Mola son las únicas criaturas marinas conocidas que generen su movimiento de esta forma", dice Tierney Thys.

¿Cuáles son los misterios sobre los peces luna? "Nadie sabe dónde desovan estos gigantes, eso es un gran misterio. El único ejemplar de larva (de 5 milímetros) verificada genéticamente como de Mola alexandrini se encontró en la costa australiana de Nueva Gales del Sur, en un estudio del Australian Museum, por lo que esa puede ser una de las áreas de desove", dice Thys. Su hipótesis es que los peces luna del Mediterráneo probablemente se reproducen cerca de donde encontraron el ejemplar de Ceuta. Tampoco se sabe bien cuántos hay, cuánto viven. Viajan en grupo cuando son jóvenes y de adultos se vuelven navegantes solitarios, algo que les beneficia porque así es más difícil que los pesquen, aunque a la vez complica su estudio, recalca la bióloga.

El asombro que despierta el pez luna gigante de Ceuta tiene su reflejo en los ojos igualmente asombrados del animal, dice Thys con entusiasmo. "Para mí, estos colosos son la encarnación de la maravilla. Y parece que nos miran tan perplejos como nosotros a ellos. Este ejemplar es un colosal recordatorio de que nuestros océanos todavía guardan muchas sorpresas misteriosas, incluyendo la megafauna marina que nos deja boquiabiertos. Los cabezones gigantes como este pez luna pueden actuar como poderosos embajadores para estimular nuestra curiosidad, inspirar una mayor comprensión y alimentar el deseo del público de ayudar a nuestros ecosistemas marinos, que son el sostén vital de nuestro planeta".

Después de tenerlo quince minutos colgado en el aire, consiguieron sacarlo fuera de la almadraba. Enrique y Sergio se lanzaron al agua para acompañar al gigantesco pez luna hembra mientras se recuperaba y echaba a nadar, después de su agitado encuentro en la tercera fase con los humanos. Ostalé pudo grabarlo unos segundos con su cámara acuática. En las imágenes, se ve al otro buzo acariciando al animal. El "alien" plácido se desplaza con suavidad y enseguida se pierde hacia las profundidades del Estrecho.



Cetáceos y peces pelágicos. El estrecho de Gibraltar, donde han encontrado al fabuloso pez luna gigante, es un enclave de máxima importancia natural porque aquí se unen las áreas Lusitana, Mauritana y Mediterránea, destaca José Carlos García Gómez, catedrático de Biología de la Universidad de Sevilla (US) y director de la Estación de Biología Marina del Estrecho (Ceuta). Esta valiosa región "tiene endemismos propios y es escenario de migraciones de aves, cetáceos (como el rorcual común) y peces pelágicos (como el atún rojo)", resalta.

Además, el Estrecho es "el gran pulmón hidrológico del Mediterráneo" pues por aquí penetra desde el Atlántico "entre 20 y 40 veces más agua de la que se pierde en este mar por evaporación". Las corrientes "renuevan por completo el agua del Mare Nostrum en periodos aproximados de 80 años".

Este "punto caliente" de la biodiversidad está siempre expuesto a riesgos de accidentes ambientales por ser uno de los que registran más tráfico marítimo del mundo, alerta García. Recuerda que la franja norte es Parque Natural Marítimo-Terrestre desde 2003, de Algeciras a Tarifa, y que desde 2006 integra la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, un millón de hectáreas que conecta el sur de España con el norte de Marruecos.

Desde hace más de treinta años, el Laboratorio de Biología Marina de la US que también dirige García investiga la biodiversidad del Estrecho, vigila los impactos ambientales (incluido el calentamiento global) y detecta especies invasoras, como el alga Rugulopterix okamurae, que está causando estragos. Con el Laboratorio y la Estación colaboran la entidad Gran Azul, el gobierno de Ceuta y la almadraba ceutí, ejemplo de pesca sostenible.


lunes, 8 de noviembre de 2021

 Libro recomendado

 
En este libro sobre crímenes clericales, la periodista Sanjuana Martínez investiga a fondo los mecanismos que la iglesia católica ha construido para proteger a los sacerdotes y figuras eclesiásticas que han cometido crímenes sexuales contra menores, en todo el territorio nacional. Un "código secreto" y una clínica especializada en pederastia son sólo algunos ejemplos del despotismo con el que esta institución opera una red de corrupción que hasta el día de hoy tiene en libertad a la mayoría de sus pederastas. ¿De qué privilegios goza un sacerdote para no ir a la cárcel? Una mafia expuesta en cada una de estas páginas.  

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Los esclavos de Franco es un viaje por un tétrico universo, el de los trabajos forzados que desempeñaron los presos políticos del franquismo a cambio de una reducción de condena. Ya que, a diferencia de los esclavos de Hitler no han de recibir indemnización material alguna, valga este libro para forzar, cuando menos, su ingreso en la Historia en los adecuados términos de reconocimiento y honor que les corresponde.

 Imágenes del mundo



 Sanfermines




 

 Solidaridad



 

El uxoricidio

Las leyes de Franco ampararon el derecho del marido a asesinar a su mujer por infidelidad

Franco restableció el delito de adulterio -solo contra la mujer- y  defendió el 

"uxoricidio por honor"

JUAN LUIS VALENZUELA 

Domingo, 7 de noviembre de 2021

ElPlural


El hombre que matara a su esposa sorprendida en adulterio sufrirá pena de destierro y será eximido de castigo si sólo le ocasiona lesiones”. Así recogía el Código Penal español franquista el derecho del esposo a matar a su mujer si era sorprendida en acto de adulterio, solo, y a lo sumo, una pena de destierro. Lo que se denominó como “privilegio de la venganza de la sangre” lo reintrodujo a la legislación vigente la dictadura de Franco estando vigente hasta el año 1963.

La actualidad informativa de los sucesos nos recuerda a diario el caso del asesinato de Javier Ardines, concejal de Izquierda Unida en Llanes. El supuesto autor según la acusación sería un amigo con cuya esposa el edil presuntamente mantenía relaciones desde hacía tiempo. En este caso la Fiscalía pide 25 años de prisión para el acusado. De confirmarse la autoría, este caso de asesinato se saldaría con la mínima pena de destierro de la localidad  del condenado si se hubiera producido durante el franquismo, en concreto hasta 1963.

El uxoricidio es el asesinato de la esposa por parte del marido. La II República al eliminar el adulterio como un elemento tipificado como delito, también abolió la posibilidad de que los asesinos quedaran impunes al contemplarse como un crimen similar a otros, independientemente de que su origen estuviera en la infidelidad de la esposa.

El restablecimiento del delito de adulterio y del “uxoricidio por causa de honor” (así es como se denominaba) se recoge en el Código Penal franquista de 1944. En concreto en su artículo  428. “El marido que, sorprendiendo en adulterio a su mujer matare en el acto a los adúlteros o a alguno de ellos, o les causare cualquiera de las lesiones graves, será castigado con la pena de destierro. Si les produjere lesiones de otra clase, quedará, exento de pena”.

El uxoricidio, una “prerrogativa” del hombre

El uxoricidio -del latín uxor (esposa), cida-caedere (matar-asesino)- en realidad en esa España negra era un delito que suponía un claro privilegio para el hombre en supuesta defensa de su honor. Por ello el hombre tenía la “prerrogativa” de matar, lesionar a su esposa si la hallaba en “flagrante” adulterio o a “la hija menor de veintitrés años mientras viviera en casa paterna y fuera sorprendida en análogas circunstancias”. La ley de divorcio de la II República consideraba la infidelidad como uno de los motivos de disolución del matrimonio, por lo que no era necesario aplicar ninguna pena. Estuvo en vigor hasta la aprobación de la Ley 79/1961 de 23 de diciembre.

Mayor gravedad la infidelidad de la esposa

El franquismo aprobó en mayo de 1942 la Ley que restablecía el delito de adulterio que antes fue abolido por el legislativo de la II República en 1932. En este cambio normativo de las Cortes franquistas también se modificó en el Código Penal franquista otros aspectos. Un ejemplo es este apartado: «Identificar en su esencia, sin perjuicio de distinguir en sus sanciones el adulterio de ambos cónyuges, idéntico en su esencia aunque diverso por la gravedad del daño mucho mayor en la infidelidad de la esposa; sin descuidar tampoco la categoría social de este delito que, sobrepasando la esfera del honor privado, llega a herir las más sagradas exigencias sociales»

El amancebamiento para el hombre, el adulterio para la mujer

En la práctica significaba una ley contra la mujer infiel pues para el hombre el delito era el amancebamiento.  La remisión de la condena también era un privilegio reservado para el marido: “El marido que tuviese manceba dentro de la casa conyugal, o notoriamente fuera de ella, será castigado con prisión menor. La manceba será castigada con la misma pena o con la de destierro”. El Código Penal de 1944 retoma las disposiciones del de 1942 y de nuevo señala como punible el adulterio y el amancebamiento: «Comete adulterio la mujer casada que yace con varón que no sea su marido y el que yace con ella sabiendo que está casada, aunque después se declare nulo el matrimonio». Es evidente como para el hombre no se contempla el adulterio conservándose la de amancebamiento que será delito cuando «El marido tuviera manceba dentro de la casa conyugal o notoriamente fuera de ella”. O lo que es lo mismo. La mujer con tener relaciones sexuales en una sola ocasión  con un hombre era suficiente para ser castigada, incluso existiendo separación de hecho del esposo. En cambio para el cónyuge varón similar situación no es punible pues tendría que reunir las condiciones de permanencia y habitualidad.  Además el hombre sólo cometía delito si era conocedor que la mujer estaba casada, en cambio la mujer protagonista de la denominada mancebía si cometía delito que le podía llevar a la cárcel.


 

"Prefiero tener un hijo muerto o drogadicto": Prisión para cuatro guardias civiles por acoso hómofobo

Hostigaron a otro compañero desde 2010 y hasta que se apartó del servicio: "Arriba

 España. Muerte a los maricones"

RUBÉN ROZAS 

Lunes, 8 de noviembre de 2021

ElPlural


Cuatro guardias civiles destinados en Noia (A Coruña) han sido condenados por propiciar insultos homófobos a otro agente. Entre las manifestaciones por parte de los miembros de seguridad que recoge la sentencia se encuentran algunas como "Muerte a los maricones", "Prefiero tener un hijo muerto o drogadicto que maricón", "Los maricones no deberían de estar en la Guardia Civil" o "Arriba España".

La condena consta de diez meses de prisión y diez mil euros de indemnización por los daños tanto psicológicos como morales provocados en la víctima. El tribunal expone que los cuatro agentes actuaron de manera “concurrente, conjunta y persistente”.

El hostigamiento comenzó en 2010 y duró hasta el momento en que el perjudicado dejó el cuerpo. Según recoge eldiario.es, el agente, cuya identidad se preserva, llegó a acudió al centro de salud con “por una crisis de ansiedad”, para ser derivado después al a la Unidad de Psiquiatría del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago por el incidente con un compañero. Desde aquel momento -en 2014- el guardia civil se encuentra de baja con un trastorno mental severo.

Los hechos se remontan, incluso antes de su llegada al cuerpo, cuando se empezaron a  difundir rumores de que iba a llegar al cuartel “un maricón” y le etiquetaron como “perla”“prima” o “la mujer del puesto”. Solo por su condición sexual se le empezó también a tachar de “vago” e “incompetente”. Todo esto lo recoge la sentencia de un fallo que aún no es firme y que ha sido recurrido al Tribunal Supremo.

Los insultos no se dieron solo en el cuartel

Los insultos y menosprecios de los agentes hacia su compañero no solo tuvieron lugar en el cuartel, también a lo largo de la localidad gallega. Algunos conocidos de los condenados llegaron también a burlarse de la víctima "llamándolo 'maricón’ y diciéndole que les habían dicho que si lo engatusaba les dejaría salir para fumar". Otro día, el agente increpado entró en un bar con uno de los condenados y el camarero le dijo, según la sentencia: “Si ese era el Guardia Civil homosexual" y que "si se lo quería follar", le "arreglasen una cita" con él.

Pasividad de su superior

La condena se detiene también en el papel de los superiores de la víctima, en este caso del sargento, a quien el agente hostigado se habría dirigido en varias ocasiones para contarle lo que le estaba pasando, ante la pasividad de este.

Además de decirle que “no hiciera caso”, su superior llegó a decir que la baja médica presentada por la víctima “no estaba justificada”. Estos comentarios de deberían a que el sargento “estaba siendo influenciado” por los guardias civiles.

Aunque el testimonio del sargento niega haber oído insultos o percibido conductas despectivas por parte de los agentes, el tribunal ha acordado remitir el presunto comportamiento de este a “la autoridad con potestad disciplinaria”, ya que podría tratarse de una falta “grave o muy grave”, ya que en situaciones de este tipo, el superior siempre está obligado a actuar.

 Siempre hay algo o alguien que estropea la foto



domingo, 7 de noviembre de 2021

Hay que hacer algo...


 

 Políticos


 Ladrones




 

Play-Boy de nuestros ancestros


 

 

A la mujer, menos arroz: así funcionaba la cartilla de racionamiento de la posguerra

Tras la Guerra Civil, España era un país sumido en la miseria, donde la falta de recursos llevó al régimen franquista a fijar un sistema que controlara el abastecimiento de manera exhaustiva


Cartilla de racionamiento de la posguerra española, año 1945.


CONCHA GARCÍA

5-11-21



España pasó hambre. Bastante. Ocurrió, como ha solido acontecer en otras situaciones históricas de este tipo, tras la Guerra Civil y durante el inicio de una dictadura, en un país sumido en la miseria y la pobreza. En aquel 1939, la sociedad se enfrentaba a más de 500.000 vidas perdidas en combate, así como a una represión franquista donde solo valía ser aliado. Llegó la posguerra y, con ella, la falta de suministros, provocada por la cantidad de campos de cultivo arrasados durante la contienda, así como la crisis económica y el aislamiento comercial que se instauró en España. Pero el franquismo no podía permitirse una imagen devastadora, por lo que de puertas hacia afuera todo era esplendor, mientras que hacia afuera todo eran normas y dificultades. Algo que tampoco es novedoso si atendemos a otros capítulos de la historia.

En este contexto nació una solución que veían como rápida y eficaz, casi atropellada, que no respondía al “vísteme despacio, que tengo prisa”: se creó la cartilla de racionamiento. Se trataba de un sistema que, ante la escasez de alimentos de la época, instauraba una exhaustiva vigilancia sobre la producción agrícola. “Tenemos la necesidad de asegurar el normal abastecimiento de la población e impedir que prospere cierta tendencia al acaparamiento de algunas mercancías. Por eso se aconseja la adopción, con carácter temporal, de un sistema de racionamiento para determinados productos alimenticios”, rezaba un informe emitido cuatro días antes de establecer las cartillas “para 26 millones de españoles o extranjeros residentes”.

Eran unas tarjetas con cupones, inicialmente familiares, pero en 1943 se convirtieron en individuales, lo que permitía al poder de un mayor control. Con esto, a cada persona se le asignaría una tienda concreta para comprar artículos racionados, cantidad que solía variar según la semana o el mes. La Prensa era la encargada de publicar la ración diaria de cada producto, así como los lugares para conseguirlo.

Así, Franco no solo controlaba lo que se decía, sino también lo que se comía. De hecho, la limitación era tan detallada que incluso había desigualdad en la escasez: había cartillas de primera, segunda y tercera categoría, según el nivel social del consumidor, su estado de salud o su posición familiar. Los hombres adultos podían acceder al 100% de los alimentos -variando según el trabajo-, mientras que las mujeres adultas y los mayores de 60 años recibían el 80% de la ración anterior. Los menores de 14 años, un 60%.

El pan blanco era un artículo de lujo, por lo que no se incluía en el alimento que cada persona tenía el derecho de recibir semanalmente. Aunque sí el pan negro, junto con carne, patatas, arroz, aceite y leche. Y aquí entró un concepto que tanto hemos escuchado durante estos últimos meses de pandemia: el producto de primera necesidad. En este caso eran, por ejemplo, y más allá del alimento, el jabón y el tabaco, que también se incluían en los lotes de cada semana.

Un riesgo que había que tomar

Sin embargo, no todo funcionó a rajatabla, sino que, por supuesto, la sociedad necesitaba sobrevivir, y por ello triunfó el estraperlo o mercado negro. Al considerar que las cartillas de racionamiento estaban destinadas al fracaso, algo que los poderosos no atendían ya que contaban con privilegios a la hora de acceder a bienes alimenticios, en las clases menos pudientes se optó por el método más peligroso. Un riesgo que había que tomar, si el objetivo era poder alimentarse de algo más de lo impuesto por el Estado, así como huir de algunas intoxicaciones o productos en mal estado que se difundían con la cartilla.


Los productores agrícolas comenzaron a reservar parte de sus recursos para después venderlos de manera clandestina, lo que supuso el inicio del estraperlo en el franquismo. Así los define el historiador Miguel Ángel del Arco: “Eran mercados negros de supervivencia, el ‘estraperlo de los pobres’, en el que participaban las clases sociales más bajas y que no enriquecieron a sus protagonistas, sino más bien le permitieron salir adelante a ellos y a sus familias”. Al difundirse este mercado negro, que llegó a acaparar hasta a las altas esferas, acabó convirtiéndose en una especie de mercado paralelo, donde se encontraban alimentos como el pan blanco, los incluidos en la cartilla, y hasta la carne, también considerada como un lujo.

Eso de dar gato por liebre viene de este periodo, porque el gato cocinado sabe casi igual que la liebre. En Extremadura incluso hubo gente que comió cigüeñas, perros o burros pequeños. Muchos tuvieron que traspasar ciertos límites y tomar alimentos que hasta entonces eran tabú”, explica a “El Comidista” David Conde, doctor en Antropología.

La cartilla dejó de estar en funcionamiento en abril de 1952, cuando el Gobierno consideró que dejaba de ser necesaria. Fueron, por tanto, 13 años de carencias alimenticias, que no solo se reflejó en el estraperlo, sino también en las pérdidas humanas. Se calcula que entre 1939 y 1942 se produjeron entre 200.000 y 600.000 muertes como consecuencia de la mala alimentación o de las enfermedades que derivaban de ella. Una época difícil, trágica, que es mejor para aprender que para repetirla.

sábado, 6 de noviembre de 2021

 

Un diputado de Podemos mira directamente a la bancada de Vox y lo que dice trae cola en Twitter

"Se lo voy a decir con toda la calma".

  • El HuffPost

5-11-21


Antón Gómez-Reino, diputado de Unidas Podemos en el Congreso, ha protagonizado desde la tribuna de oradores una intervención que está siendo muy compartida en Twitter.

Ha ocurrido cuando se ha dirigido de forma directa y mirando a los diputados de Vox: “Empiezo por el final después de lo vivido ayer por la bancada de la extrema derecha en esta Cámara. Creo que somos muchos los que, desde diferentes perfiles ideológicos, estamos ya hartos, cansados, ya no de los bulos y de las mentiras de la extrema derecha, sino de sus groserías y de sus insultos”.

Y se lo voy a decir con toda la calma: las ministras a las que ustedes llaman gilipollas, las diputadas a las que llaman brujas, los diputados a los que les dicen: ‘sal ahí y eso no te atreves a decírmelo’, los diputados a los que llaman ustedes terroristas y golpistas, tenemos exactamente la misma legitimidad para estar aquí que ustedes, pero lo que tenemos es muchísima más calidad democrática y muchísima más educación, señores de la extrema derecha”, ha asegurado.

El discurso de Gómez-Reino ha tenido lugar el día después de que un diputado de Vox llamase supuestamente “gilipollas” a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

Montero, tras escuchar el insulto, pidió a Iván Espinosa de los Monteros que “amonestara” a su compañero, pero reprodujo el exabrupto ni identificó a su autor.

Cuando Montero terminó su intervención, la vicepresidenta segunda del Congreso, la ‘popular’ Ana Pastor, que en ese momento presidía la sesión, pidió la retirada del insulto, pero prefirió no verbalizarlo “por respeto a la Cámara”. Como nadie contestó a su petición, optó por ordenar ella misma su retirada del Diario de Sesiones.

Minutos después, durante la intervención del diputado de Compromís Joan Baldoví otro diputado de Vox se dirigió a gritos al orador desde su escaño

En esta ocasión fue el portavoz de Sanidad, Juan Luis Steegmann, quien le dijo “eso no se lo dices a la cara” cuando el diputado valenciano mencionó al líder del partido, Santiago Abascal, y al vicepresidente cuarto del Congreso, Ignacio Gil Lázaro.

El mensaje de Gómez-Reino está dando mucho de qué habla en Twitter, con reacciones como estas: