Wyoming,
tajante sobre la muerte de Silvio Berlusconi: "¿Sabéis eso de
que siempre se van los mejores? Pues hoy no"
Vida,
obra y muerte de 'Il Cavaliere' Silvio Berlusconi
El
mundo despide a Silvio Berlusconi:
político, empresario, padre del
populismo europeo y dueño y señor de
los medios de comunicación
J.
PARDO / R.ROZAS / S. CORDERO
12/06/2023
ElPlural
Silvio
Berlusconi solía
presumir de burlar a la vida y escapar de la muerte. Su cirujano
llegó a enmarcarlo dentro de la inmortalidad. Este lunes, a los 86
años, el político y empresario italiano ha
fallecido a causa de una leucemia crónica que le perseguía
desde hacía tiempo. Lo ha hecho en el hospital San Raffaele de
Milán, en su ciudad natal, tras ser ingresado el pasado viernes. Día
de luto en el país trasalpino, que se despide de quien fuese cuatro
veces primer ministro del país, dueño de clubes de fútbol de la
talla del AC Milan o el AC Monza, empresario
ampliamente pegado al mundo de la comunicación y uno de los padres
del populismo europeo.
Reivindicado
como la figura más importante y carismática de Italia en la
construcción del nuevo país desde hace 30 años, Berlusconi cimentó
su poder en un perfecto puzzle en el que hacía converger las piezas
de su poder político y su gran influencia comunicativa. Dominar
el relato controlando al mensajero.
Dueño de Mediaset, creador de la telerealidad y fanfarrón hasta sus
últimos días, basó su vida en una ida y vuelta continua de favores
y realidades inventadas que le sirvieron para escapar de la Justicia,
reflejarse como un modelo a seguir de la nueva Italia y estar
continuamente en el candelero.
Fundador
de Forza
Italia,
Silvio consiguió convertirse en primer ministro en cuatro
ocasiones: 1994,
2001, 2005 y 2008.
Cuatro mandatos con un claro carácter liberal, marcados por los
numerosos escándalos tanto personales como de corrupción que le
perseguirían hasta el fin de sus días. Provocador, Berlusconi se
reía de estas acusaciones con un estilo macarra, deslenguado,
irónico: "Un sondeo dice que el 33% de las jóvenes italianas
sí se acostarían conmigo. El resto de las chicas contesta: '¿Otra
vez?'".
Amante
del dinero y de las mujeres. Con cinco hijos y actualmente casado con
Marta Fascina, de 33 años, era común escucharlo presumir de sus
gestas sexuales. Engominado, polioperado, escandalosamente rico.
Silvio Berlusconi era para Italia el continuismo de la Cosa Nostra:
un corrupto, sí, pero su corrupto. Mejor tenerlo al lado que detrás
de ti. Aupó a presidentes y los derrocó a la misma velocidad -que
se lo digan si no a Mario Dragui-. Quid
pro quo.
Un país entero en busca de formar parte del imperio
de Il
Cavaliere.
A
Silvio le gustaba presentarse como un hombre hecho a sí mismo. El
milagro italiano. Hijo de una familia de clase media, su gran
pelotazo llegó en la década de 1960, cuando se hizo con un gran
solar gracias a un crédito del banco en el que trabajaba su padre.
Sin embargo, a sus 86 años, el magnate jamás logró deshacerse de
las constantes teorías y pruebas que apuntaban a un presunto trato
de favor de la mafia italiana. Edilnord -su primera empresa- le dio
el dinero, Mediaset propagó su influencia, el fútbol lo acercó al
pueblo y la política le otorgó el poco poder que le faltaba. Cuatro
patas dentro de un mismo modus operandi que
sirvieron para forjar la imagen, trayectoria y fortuna de uno de los
hombres más queridos y odiados del país, de Europa y del mundo.
Su
influencia y sus formas traspasaron al país transalpino. Él fue
el creador
del lema comunismo o libertad,
popularmente utilizado en España por la presidenta de la Comunidad
de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Tampoco es raro notar ciertas
similitudes con el trumpismo, tanto políticamente como
personalmente: “Aunque soy travieso, 33 muchachas me parecen
demasiadas", respondía el italiano en referencia al ‘caso
Ruby’ por el que fue condenado a siete años de prisión y una
inhabilitación de por vida -para, posteriormente, ser
exonerado-. "Si eres rico o famoso las mujeres se dejan
agarrar el coño", contestaba Donald Trump, por su parte, en
acusaciones similares.
Berlusconi
y el control del mensajero
En
su faceta empresarial, paralela a su papel como primer ministro
italiano, Berlusconi llegó a convertirse en dueño y señor de los
medios de comunicación, no solo italianos. En 1978
fundó Telemilano,
el embrión de lo que ahora es su gran conglomerado de medios de
comunicación, Media For Europe (MFE). Telemilano se convirtió en
Mediaset Italia en 1996, a día de hoy renombrada de nuevo como MFE,
un gigante que recoge a varios medios de comunicación europeos como
Mediaset España, que ha pasado de ser una empresa de gestión
independiente a depender del grupo controlado por la familia
Berlusconi.
Además
de Mediaset España, Berlusconi se erigió como uno de los grandes
accionistas de la cadena francesa La Cinq, la alemana Tele 5 o la
empresa de publicidad Publitalia ‘80 en el continente europeo. Una
de sus mayores operaciones empresariales, y la última, ha sido la
integración de Mediaset España en su conglomerado MFE. Un proyecto
que Berlusconi arrancó en 2019 con el anuncio
de una fusión de los consejos de administración de
Mediaset España y Mediaset Italia en el holding bautizado como
Mediaset N.V. La intención inicial en 2019 era mantener la
independencia de ambas empresas. Pero Berlusconi cambió de opinión
en 2022.
Hace
apenas un año, Berlusconi lanzó una opa a través de su
conglomerado MFE, gestionado por el vehículo de inversión familiar
Fininvest, para hacerse con la totalidad de Mediaset España y todos
sus canales. Una opa con la que consiguió el 82% del capital de la
filial y que, con un movimiento maestro, amplío hasta su totalidad a
través de una fusión por integración de la filial española,
liderada ahora por Borja Prado, en el conglomerado familiar de medios
de comunicación. MFE
tiene radicada su sede social en Países Bajos,
que no en su Italia natal, donde sí que ha instalado las oficinas de
dirección, en un movimiento habitual para aquellos que evitan el
pago de impuestos.
Media
For Europe (MFE) se ha convertido, a día de hoy, en uno de los
gigantes de los medios de comunicación a nivel europeo con la
familia Berlusconi al frente, aunque está presidida por Fedele
Confalonieri. El gigante está controlado por Fininvest, el holding
de inversión también fundado por el propio Berlusconi en 1978 -el
mismo año que nació el embrión de lo que hoy es MFE-, con un 49,3%
del total del capital social. Pruebas todas ellas de que Berlusconi
tenía un plan para convertirse en dueño y señor del cuarto poder.
Una
vida llena de polémicas
Sus
salidas de tono han sido un habitual en su vida, lo mismo que sus
problemas con la Justicia. Figura clave en la década de los 90 y
parte de lo 2000, estos han sido algunos de los escándalos que han
sacudido la vida del magnate.
Entre
los más destacados se encuentra el caso
Ruby (la
mayoría de los episodios más polémicos del empresario tienen un
tinte sexual), cuando una joven marroquí llamada Kaimra El Mahroug y
más conocida como Ruby
Rompecorazones fue
arrestada a los 17 años y se descubrió que había asistido a varias
fiestas en las residencias privadas del antiguo primer ministro
italiano. El magnate le habría entregado dinero y regalos a cambio
de sexo y ella misma lo denunció, aunque después los dos lo
negaron. Berlusconi fue condenado por aquel hecho a siete años de
prisión y una inhabilitación de por vida para ocupar cualquier
cargo público por abuso de poder e incitación a la prostitución de
menores. La condena fue revocada; y él, absuelto.
Aunque
desde la faceta empresarial también ha protagonizado varios líos,
por ejemplo, como fundador de Mediaset.
El caso con el nombre de la plataforma televisiva comenzó a
principios de los 90, cuando se descubrió que el grupo había creado
una red de empresas offshore en
paraísos fiscales con la intención de evadir impuestos. Según
fueron saliendo más informaciones a la luz, se dejó caer que el
magnate había utilizado su posición para manipular el mercado
televisivo del país europeo y presionado a los reguladores para que
favorecieran a Mediaset en episodios como la compra de eventos
deportivos a precios inflados. También interfirió para bloquear la
entrada de nuevos competidores.
Por
este hecho, el empresario fue acusado
de corrupción, fraude fiscal y falsificación de cuentas,
siendo después -en 2013- condenado a cuatro años de prisión,
aunque nunca llegó a entrar en prisión por su edad y debido a una
ley de amnistía. Sí fue puesto en arresto domiciliario durante un
año.
Fútbol:
Champions, inversión y "prostitutas"
El
magnate cambió la manera de percibir el fútbol italiano. Con todas
las críticas que se le puedan hacer -y son muchas- el exministro
representó uno de los ciclos más gloriosos del balompié en el país
europeo. Una época dorada que quedó reflejada principalmente en el
Milan, uno de los equipos grandes del país y del continente. Con
siete champions en estos momentos a sus espaldas, el artífice de
gran parte del buen balompié que demostró el equipo de San Siro
encontró en el controvertido
Silvio a su máximo artífice.
Así
las cosas, Berlusconi comenzó su andadura en uno de los equipos de
la ciudad -el otro principal es el Inter- en 1986. Su ascenso al
olimpo del deporte rey fue algo extraño, ya que vino precedido de
dos descensos administrativos -en 1981 y 1983, respectivamente- y la
fuga del entonces presidente del club, Giovanni Nardi.
Fue
en la incertidumbre donde el también responsable de Mediaset se
movió como pez en el agua.
Dentro del fútbol hay quienes a día de hoy le
comparan, salvando las distancias, con Jesús Gil y el Atlético de
Madrid,
por lo que han supuesto las figuras de ambos. Sin embargo, el público
“rossonero” guarda un cariño especial al expresidente del club
milanés, ya que fue bajo su gestión cuando el Milan reinó en
Europa.
Aquel
equipo, que comenzó a forjarse un 18 de julio de 1986, proyectaba
calidad por doquier. Eso sí, no salió barato: 700 millones de euros
fue el talonario que puso el extravagante presidente para llevar a la
afición a celebrar unas cuantas veces en el Duomo. Cinco ligas de
Campeones -el Milan solo ha logrados dos más después-, cinco
Supercopas de Europa, ocho ligas, seis Supercopas de Italia y una
Copa, entre otros trofeos, decoran desde entonces las vitrinas.
Precisamente
la quinta Champions, en 2007, supuso el fin de una era al verse
Berlusconi salpicado en el Caso Calcipoli. Sin embargo, el exministro
no se detuvo, pues el Milan lograría otra liga en 2010. A partir de
entonces, todo fue decadencia para un equipo que nunca volvió a ser
lo mismo.
Pero
la andadura del antiguo ministro italiano no se quedó ahí. Lejos de
mostrarse arrepentido y reconocer errores, Berlusconi comenzó otra
aventura futbolística, esta vez en el Monza,
de la Serie C italiana.
Su objetivo era claro, ascender el equipo a la primera división.
El
camino a seguir fue el mismo: una inversión prohibitiva, en este
caso de 116 millones de euros. Se logró el ascenso y, con él, el
magnate dejó una de sus últimas frases extravagantes, hecha promesa
si el club ganaba a uno de los grandes: un “autobús
lleno de prostitutas”.
Ciao,
Silvio
Tanto
Italia como Europa no han tardado en despedirse del polémico
Berlusconi. Pese a las polémicas que le han perseguido en su
prolífica y dilatada trayectoria, todos han coincidido en
reivindicarlo como “una figura histórica” y clave en la
construcción de la nueva Italia. Estas han sido precisamente las
palabras escogidas por la actual primera ministra, Giorgia Meloni:
“Uno de los hombres más influyentes de la historia de Italia que
no tenía miedo en defender sus convicciones", ha
asegurado. “Con
él, Italia descubrió que no debe ponerse límites",
agregaba.
Más
emotivo era el adiós de Matteo Salvini, líder de La Liga: "Uno
de los más grandes de todos los tiempos, en todos los ámbitos,
desde todos los puntos de vista. Rara vez lloro, y hoy es uno de esos
días", sentenciaba, arguyendo que con Silvio se queda un vacío
“muy difícil” de llenar.
En
la misma línea se solapaban los mensajes de diferentes dirigentes
italianos, independientemente de su ideología. De hecho, las
despedidas también llegaban desde Bruselas, desde la presidenta del
Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ha destacado a Berlusconi como
un "luchador" que lideró el centro-derecha siendo
protagonista durante décadas en la política italiana y europea.
"Padre, empresario, eurodiputado, primer ministro, senador. Ha
dejado huella y no será olvidado", ha asegurado la conservadora
maltesa.
En
la misma línea se ha despedido el presidente del Partido Popular
Europeo y líder de los 'populares' en la Eurocámara, Manfred Weber,
ha destacado la defensa de los "ideales europeos" del
dirigente italiano. "No olvidaremos la energía y dedicación
con la que trabajó para su amada Italia, su familia política y sus
ideales europeos", ha señalado en un mensaje en redes sociales
en la que ha expresado su "tristeza" por la pérdida de
Berlusconi.
Y
es que Il Cavaliere no solo formó parte de la política activa como
primer ministro de Italia hasta en cuatro ocasiones, sino que fue
eurodiputado hasta el pasado octubre tras una primera etapa ocupando
escaño en la Eurocámara entre 1999 y 2001.