Política, religión, actualidad, cine, opinión, sociedad, humor, cultura, fotogalerías.....corrupción, corruptores, justicia, robos, fraudes, atracos, preferentes, rescate bancario, hambre, paro, miseria, desahucios, hipocresía, la verdad, mentiras y mas mentiras...crisis, ricos, pobres, muy pobres, muy ricos, miseria, niños hambrientos, familias que no pueden llegar a fin de mes, trabajadores esclavos...Santa Pederastia, Sagrada Pedofilia....
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domingo, 21 de diciembre de 2025
CARTA ABIERTA A ISABEL DÍAZ AYUSO
Presidenta,
He escuchado sus palabras. Las he escuchado varias veces, para comprobar si había algún matiz, algún rastro de humanidad, algún vestigio de responsabilidad institucional.
No lo hay.
Y por eso escribo esta carta. No para convencerla, porque usted está demasiado cómoda en su papel. La escribo para que conste. Para que nadie pueda fingir después que no sabía lo que usted estaba diciendo. Para que nadie diga dentro de unos años que exagerábamos.
Usted afirmó que las personas migrantes están aquí para “limpiar casas, recoger cosechas y poner ladrillos”.
Usted.
La presidenta de una comunidad de siete millones de personas.
Lo dijo con la tranquilidad de quien se sabe impune. Como si estuviera describiendo el inventario de una empresa y no la vida de miles de seres humanos que sostienen Madrid mientras usted posa para las cámaras.
Su discurso es simple: unos valen y otros sirven.
Usted pertenece al primer grupo.
Los demás, al segundo.
Lo que quizá no le han dicho sus asesores a través del pinganillo (o quizá sí, porque para ellos esto es cálculo político, no un problema moral) es que lo que usted hizo ese día fue reproducir un esquema colonial muy antiguo:
personas que llegan de fuera reducidas a fuerza de trabajo, nunca a ciudadanía.
Cuerpos útiles, no sujetos con derechos.
Presencias necesarias, pero siempre subordinadas.
Eso no es “gestión migratoria”.
Eso es neocolonialismo doméstico.
Usted finge una distancia con Vox, pero es lo mismo que ellos. Si no peor.
Ellos dicen “escoria invasora”.
Usted dice “mano de obra necesaria”.
Cambia el tono. No cambia la lógica.
Lo que para Vox es basura, para usted es herramienta.
No hay diferencia moral entre expulsar y explotar cuando el resultado es el mismo: deshumanizar.
Y mientras tanto, siguen sin aparecer las 25.000 viviendas públicas que prometió en 2019, mientras la falta de las mismas se está usando como arma arrojadiza para cargar contra los migrantes.
En vez de ladrillos, hay excusas.
En vez de proyectos, hay propaganda.
En vez de responsabilidad, hay fuga hacia adelante.
Siempre fuga hacia delante.
Usted culpa a la inmigración, al socialismo, a Sánchez, al clima, a quien sea...
Pero jamás a su gestión.
La culpa nunca cae hacia arriba.
La desigualdad, sí.
Dice que “alguien tendrá que limpiar”.
Pero no dice que las personas que limpian también tienen derecho a vivir sin miedo, a tener un salario digno, una casa estable y una vida que no dependa de su beneplácito.
Presidenta, ni usted ni yo ni nadie elige dónde nace.
Pero algunas personas sí eligen qué tipo de sociedad construyen desde el poder.
Y usted ha elegido una donde la dignidad no es un derecho universal, sino un privilegio condicionado por la utilidad económica.
Usted gobierna como si la democracia fuese suya.
Como si los derechos fueran un trámite.
Como si las vidas ajenas le pertenecieran.
No es así.
Gobernar no es administrar mano de obra.
Gobernar es proteger ciudadanos.
Todos.
No solo los que votan.
No solo los que consumen.
No solo los que le parecen "útiles".
No solo los que se parecen a usted.
Su discurso no es una anécdota.
Es un síntoma.
Y también es una advertencia.
Porque cuando un gobierno empieza a hablar de las personas como usted habla de las personas migrantes, lo siguiente siempre es peor. La historia lo ha demostrado demasiadas veces.
Esta carta no busca reconciliación.
Busca claridad.
Usted no está defendiendo a Madrid.
Usted está defendiendo un modelo donde las desigualdades se naturalizan, se reparten y se justifican.
Un modelo donde la explotación es invisible.
Un modelo donde Vox pone las palabras y usted las barniza.
Atentamente,
Javier F. Ferrero
Director de Spanish revolution
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¿Y si volásemos la Cruz de los Caídos? | lamarea.com
Por José Ovejero
30 de noviembre
Durante los últimos meses no paro de leer libros y de ver documentales sobre el siglo XX. Hacerlo y, de manera alterna, asomarse a la actualidad política nacional e internacional es la mejor receta para hundir el estado de ánimo de cualquiera. Así me va últimamente.
Nunca he pensado que la historia se repite, ni siquiera como farsa. Pero sí hay unas constantes que resurgen una y otra vez en las fases más oscuras de nuestras sociedades: la deshumanización del contrario, la búsqueda de chivos expiatorios para los males que nos aquejan –a menudo con la intención de que no se pidan responsabilidades a los verdaderos causantes–, la mezcla de miedo y odio que se impone a las relaciones sociales, la aparición de líderes que ofrecen soluciones simplistas, drásticas, despiadadas e imposibles de aplicar. Y habría que añadir la connivencia de la prensa y las fuerzas armadas con esos líderes populistas y los movimientos que los sostienen.
Luego, de ese cóctel indigesto salen combinaciones distintas cada vez, pero con consecuencias parecidas.
Lo que me sorprende es que la gente siga manteniendo la fe en recetas que han provocado la destrucción de naciones enteras. La mano de hierro, el hombre fuerte, han llevado siempre a la catástrofe. Entiendo la tentación en épocas de crisis y de corrupción, lo que no entiendo es que se caiga en ella, sabiendo que solo puede traer una crisis aún más profunda y una corrupción sin freno jurídico alguno.
1 de diciembre
¿Y si volásemos por los aires la Cruz de los Caídos? A mí me parece una idea muy razonable.
Lo pensaba días atrás cuando se estaban discutiendo los planes de resignificación de la construcción franquista del Valle.
Mi fantasía no tiene que ver con ninguna forma de odio al cristianismo, ni a los cristianos, ni siquiera a sus símbolos, que suelen ocupar poco mis lucubraciones. Pensaba más bien que la Iglesia católica ha colonizado los espacios públicos de forma inaceptable para una institución privada.
Estatuas de santos, vírgenes y cristos, así como cruces a veces de tamaño descomunal y sin el menor interés artístico contaminan visualmente el medio ambiente desde lo alto de numerosos montes, se yerguen por encima de ciudades aprovechando elevaciones del terreno, jalonan caminos.
Si se han prohibido los paneles publicitarios para proteger el paisaje de la degradación, bien se podrían prohibir muchas de las cruces que no son más que propaganda de una determinada religión, no compartida por la mayoría de los ciudadanos. Imponernos la visión de símbolos religiosos, su omnipresencia en el espacio público, no es más que una manifestación de poder simbólico con el que se marca como propio un territorio.
Mantener en pie ese tipo de monumentos es como conservar la «tradición» de que las iglesias de los pueblos den las horas con sus campanas durante toda la madrugada; no se hace por tradición, sino porque marca la presencia de la iglesia para que nadie olvide quién tiene el poder sobre el espacio público. Si de verdad les importase la tradición pagarían a un campanero para que las tañese y no pondrían las grabaciones con las que lo sustituyen.
2 de diciembre
Hace poco, durante una cena, conversaba con dos escritores, con la responsable de coordinación de exposiciones temporales del Museo del Prado y con una experta en arte renacentista –entre otras muchas cosas– también del Prado.
Discutíamos si la belleza, o la fealdad, de una obra acaban siempre siendo reconocidas, que es otra manera de discutir si hay una belleza objetiva. Tiendo a pensar que no; el tiempo, la clase social, la experiencia individual, el juego de valores de cada grupo humano influyen en nuestra percepción; lo que sucede es que algunos de esos valores y de esas maneras de mirar pueden atravesar las épocas y contribuir a un consenso en la clasificación de lo que es y no es bello.
Al día siguiente me doy la razón a mí mismo. Visito la gran exposición dedicada a Mengs que se puede ver ahora en el Prado. Un cuadro llama mi atención por su fealdad; luego descubriré que se trata de Júpiter y Ganimedes pero de entrada no me interesa tanto el tema como la factura: los colores planos, la falta de proporción del cuerpo del joven, las expresiones hieráticas, la forma de extender el color.
En la cartela leo que Mengs pintó esa obra, un fresco, para hacerla pasar por una antigüedad romana, logrando engañar a Winckelmann, teórico y experto del arte antiguo y hasta ese momento amigo o por lo menos aliado de Mengs en la defensa de la estética neoclásica.
Entonces me doy cuenta de que la obra me parece fea porque la estaba mirando con criterios adecuados al siglo XVIII; si me hubiese acercado a ella pensando, como Winckelmann, que era romana, estoy seguro de que me habría gustado.
Continúo pensando en el asunto tras salir del museo y llego a la conclusión de que la belleza no es solo una cuestión estética, también es ideológica. Muchas de las novelas contemporáneas que hoy se consideran grandes obras deben esa apreciación a que su discurso es utilizable para generar consensos políticos o sociales –y los consensos sociales son siempre políticos–. Dicen lo que una parte significativa de la población quiere que sea dicho.
Tanto pensar para llegar a esta obviedad. Pero así es nuestro flujo de conciencia: nos conduce una y otra vez a lo que ya sabíamos o creíamos saber antes de dejarlo libre.
Cruz
de Cuelgamuros. ELENA F. D. / CC BY-SA 4.0
Fonsi Loaiza
Este cura se llama Jacinto Lázaro Laguardia y hoy ha sido denunciado en El País por agresiones sexuales a menores en San Sebastián, Pamplona y Madrid. El Opus Dei lo fue encubriendo y cambiando de destino en colegios durante 25 años. Silencio por parte de ultracatólicos Abogados Cristianos y Hazte Oír.
Fernando Díaz Gutierrez
Nos cuentan que el final de la dictadura llegó gracias a monarcas, valientes estadistas (hombres) e históricas conversaciones en elegantes moquetas. Eso nos cuenta la historia oficial de la transición...
Hace apenas unas décadas, nuestra tierra era un hervidero de huelgas y movilizaciones. La gente trabajadora de las guaguas, del tabaco y del sector del frío convocaron paros para arrancar mejoras laborales. Era diciembre de 1977 y el poderoso movimiento estudiantil de la época no dudó en sumarse a las protestas. La solidaridad era sentido común.
Javier Fernández Quesada, estudiante de 2º de Biología en la Universidad de La Laguna, se unió a la manifestación en el campus central.
El régimen decidió acabar con las protestas de la única forma que sabía. La guardia civil disparó a matar contra los estudiantes. Javier murió en el acto. Tenía 22 años. Franco llevaba dos años muerto, su sangrienta dictadura no.
El gobernador civil en ese momento era Luis Mardones Sevilla, ni él ni los guardias civiles a sus órdenes fueron condenados jamás ni admitieron responsabilidad alguna en los hechos. Muy al contrario, continuó su carrera política siendo diputado en el Congreso por Coalición Canaria hasta 2008.
El pasado no es tan lejano como nos cuentan, ¿verdad?.
Nuestros derechos y libertades (esos que ahora algunos nos quieren arrebatar) se los debemos a muchas mujeres y hombres como él. No podemos permitir que borren su memoria, porque su historia no es individual, es la de todo un pueblo.
Gracias por luchar Javier, Canarias no te olvida.
#Memoria #Dignidad #Derechos #Canarias #ProhibidoOlvidar
Éramos pocos y salieron los obispos… Un miembro más de aquellos que pueden hacer que hagan, no tienen bastante con la COPE y la Trece, que ahora sale el "jefe" de estos seres especiales y le dice al gobierno que es lo que tiene que hacer: (Bueno, al gobierno no, porque estos van todos a por Sánchez) ¿Qué bueno será Sánchez cuando a todos estos no los deja dormir?
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Si fueseis consecuentes, os debería importar más cortar la sangría de fieles que se está produciendo, ya que pronto haréis una misa con el monaguillo, el sacristán y las dos María de toda la vida... Y esto es debido a que, a medida que el pueblo va adquiriendo cultura y mundo, vuestro cuento tiene las patas muy cortas... y no decirle a los demás lo que tienen que hacer, refranero mañanero: "Zapatero a tus zapatos."
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A veces, muchos nos hemos preguntado cómo duran tanto tiempo estos colectivos se mantienen por los siglos de los siglos. Yo no tengo ninguna duda: se arriman siempre al sol que más calienta y, de oca a oca, y tiro porque me toca. Todos sabemos el papel que representaban con el franquismo: eran los abanderados del régimen dictatorial. Cuando vino la democracia, se escondieron en el baúl de los recuerdos. Y cuando ven que otra vez empiezan a florecer los conatos franquistas, con muchas posibilidades de gobernar, gracias a la desidia de la izquierda, vuelven a sacar la cabeza y se permiten el lujo de decir que tienen que hacer o no hacer el gobierno que ahora gobierna. Desde estas críticas, lo que se proponen es entrar bajo palio en un hipotético gobierno de las derechas que se nos viene encima.
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Un día aquí escribí sobre Cristo. Hay que mirar en mi página lo que para mí representaba según su leyenda. Estoy convencido de que todos estos con él tendrían que ir a trabajar de camareros o a los albañiles, empleos muy dignos para aquellos que quieren trabajar. Si existiera, no admitiría a tanto chaquetero viviendo de la sopa boba de una fe que la han transformado a su manera y para nada de lo que Cristo predicaba.
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Cristo luchaba por la igualdad, por aquellos que no tenían ni voz ni voto frente al poder establecido. Estaba al lado del pobre antes que al del rico, lo poco que tenía lo repartía entre los más necesitados. Y vosotros hacéis todo lo contrario: sobrevivir al precio que sea, pero si es de la sopa boba, mejor que mejor.
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El Bellotero .
Mercedes Rodríguez
Iñaki Anasagasti:
¿Y si el problema no fuera ni Catalunya ni España? ¿Y si el problema fuera Madrid? No Madrid como ciudad, ni como conjunto. Madrid como lugar donde una pequeña élite improductiva siente peligrar sus privilegios. La casa real, la ingente cantidad de funcionarios de alto rango, la cúpula militar, los miembros de los consejos asesores de las mayores compañías del país, la plana mayor de la judicatura superior, conferencias episcopales, cortesanos mediadores e intermediarios con el poder, etc, etc, etc.
Ese grupo, que es reducido comparativamente, acumula una gran cantidad de poder y de capital.Porque la primera necesidad de ese grupo es su propia subsistencia. Esa élite es la que ha vivido y vive en una realidad paralela, donde las crisis son poco menos que fenómenos meteorológicos.
Infraestructuras radiales, sobre estructuras alrededor de la capital que deben ser rescatadas, ejes del Atlántico o del Mediterráneo que deben pasar por Atocha. No conciben un modelo territorial que no rodee la Puerta del Sol, pero además han sido incapaces de generar un proyecto de Estado que aglutine a lo que ellos llaman la periferia que cada vez más, es aquello más allá de la M-30.
El único objetivo común que han sido capaces de enhebrar es el odio hacía lo que ellos llaman los nacionalismos periféricos. Eso si que lo han ejercido con maestría. La excusa ha sido que quieren romper España pero en realidad es el miedo a su propia subsistencia. Para un habitante de buena parte del país es más dañino el mantenimiento de esas estructuras improductivas que la posibilidad de que el estado se fragmente.
Pero eso se ha ocultado de forma brillante. Hay capas sociales de esas periferias que han colaborado con esa élite, para conseguir su parte del pastel. Parte de la parálisis del procès de debe a que está en manos de esas élites locales colaboracionistas con el núcleo improductivo.
Llevo tiempo pensando que si conseguimos desarticular ese palco del Bernabeu, con sus sucedáneos locales, seremos capaces de articular un espacio habitable. Sin el desmantelamiento de la élite improductiva alrededor de la villa y corte, no es posible un cambio de modelo territorial. Y creo que incluso para los indepes debería ser una lucha prioritaria. La izquierda estatal debería darse cuenta que con la lacra de todos esos vividores, es IMPOSIBLE, cualquier avance.
Hoy por hoy, me parece que una buena herramienta de producir ese cambio y de expulsar a esa élite extractiva que vive del resto, es el proceso de independencia, no por ninguna cuestión identitaria simplemente porque España, con su actual modelo de epicentro único, no sobrevive sin Catalunya, de ahí su resistencia.
Si el 20% del PIB estatal desaparece Espanya tendrá que cambiar de modelo de gestión, si o si. Eso sin olvidar que no podemos dejar el proceso en manos de los colaboracionistas que siempre han sido lacayos advenedizos de ese núcleo.
Creo que España estará más cerca del federalismo con un cisma independentista que sin él. Pero si alguien me convence de que hay un proyecto para acabar con esa élite extractiva, improductiva e hipercentralista, me alisto ya mismo”
Vicente Martin Zarco
Retorno bajo palio fascista. Éste señor pide/exige hoy que el Presidente convoque ya elecciones, siguiendo la orden de " El que pueda hacer, que haga".
De
la UCO, de MONTORO, del Tribunal Supremo, de Mazón (230 muertos), de
Ayuso ( 7291 muertos), de los curas pederastas... ¿ No tiene usted
nada que pedir/exigir...? Está más que claro, volvemos bajo palio
fascista. Desde pequeño, respeto a quien quiera misas y curas, pero
está más que claro que volvemos al pasado y queda claro el dicho
de, con la iglesia hemos topado. El que quiera cuentos y crea que
pague las misas, curas y mantenimiento de esta pirámide. Lo que no
entiendo es que los de PP y VOX que nos quieren imponer una España
privada en educación y sanidad por qué no privatizan la religión
está más que claro lo que hoy día nos jugamos los españoles y son
dos cosas, una avanzar con las políticas de izquierda apoyando lo
público y la libertad de expresión, dos retroceder hacia una
dictadura y que vivan los 4 amos de los cortijos y que nos vean
arrastrados sin derecho a una educación y sanidad publica con los
PP/VOX. Yo lo tengo claro.
Si tengo que morir por la libertad y nuestros derechos lo voy hacer
de pie
yo no me arrodillarme ante el racismo dictador. Viva una grande
sanidad y educación pública, junto a la libertad de expresión.
Once meses de prisión a un falangista por vejar a una mujer trans en una misa ultraderechista en Almería
La Audiencia Provincial condena al acusado por delito de odio y subraya el clima de hostilidad y discriminación generado por los ataques transfóbicos
J.H.
20-12-25
ElPlural
La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a once meses de prisión a un hombre que insultó, vejó y humilló públicamente a una mujer transexual por razón de su identidad sexual durante una misa y una posterior ofrenda floral organizadas por Falange Española de las JONS el 20 de noviembre de 2022 en la capital almeriense. Los hechos, calificados como delito de odio, tuvieron lugar en un espacio público y en presencia de numerosas personas, lo que, según el tribunal, agravó el impacto de la agresión verbal y simbólica sufrida por la víctima.
La sentencia, contra la que cabe recurso de apelación, impone además al condenado una multa de ocho meses, a razón de seis euros diarios, así como cinco años de inhabilitación especial para ejercer profesiones u oficios en los ámbitos educativo, docente, deportivo y de ocio y tiempo libre, al considerar probado que actuó movido por una clara animadversión transfóbica.
Según recoge el fallo, el día de los hechos el acusado se encontraba acompañado de otro individuo - no identificado - en las inmediaciones del convento de Las Claras, en la confluencia de las calles Marín y Jovellanos. En ese punto se había congregado un grupo de personas vinculadas a Falange Española de las JONS tras asistir a una ceremonia religiosa. Entre los asistentes se encontraba la víctima, que fue señalada y acosada verbalmente por ambos hombres.
"¿No te da vergüenza ir por ahí con esa pinta?"
El tribunal da por acreditado que el acusado comenzó a dirigirse a la mujer con expresiones como “fuera travelos de la Falange” o “¿qué hace un travelo en la Falange?”, con el único propósito de humillarla, menospreciarla y atacar directamente su dignidad por su condición de mujer transexual. La sentencia subraya que no existía otra motivación que no fuera el rechazo a su identidad sexual.
La actitud del condenado fue calificada de “muy agresiva”. A los primeros insultos se sumaron otros pronunciados en voz alta y de forma reiterada, como “¿qué haces en misa?”, “¿cómo se te ocurre entrar en una iglesia?”, “¿no te da vergüenza ir por ahí con esa pinta?” o “¿cómo puede haber maricones en un partido católico?”. Todo ello se produjo en un entorno concurrido, a la salida de un acto público, lo que multiplicó el efecto vejatorio de las palabras.
Para intensificar la humillación, ambos hombres comenzaron a llamarla por nombres masculinos, negando de forma deliberada su identidad de género. El episodio culminó cuando el acompañante del acusado le escupió en la cara y le agarró un dedo, sin causarle lesiones físicas, mientras continuaban los insultos con expresiones como “qué asco” o “qué vergüenza”.
La Sala destaca la credibilidad del testimonio de la víctima, al que califica de coherente y exento de cualquier ánimo espurio, y resalta que pudo identificar plenamente al acusado y concretar su conducta. Los magistrados subrayan el “inequívoco sentido vejatorio y humillante” del uso de términos como “travelo” o “maricón”, pronunciados en público y con la clara intención de degradar a la mujer por su pertenencia al colectivo LGTBIQ+.
En su resolución, la Sección Tercera de la Audiencia de Almería afirma que las expresiones proferidas encajan “sin lugar a dudas” en el tipo penal de odio, ya que perseguían humillar a la perjudicada por su identidad sexual, sin que concurran otras causas que expliquen la conducta del acusado. El tribunal incide en la discriminación y hostilidad desplegadas, que cercenaron el derecho a la igualdad de la víctima y generaron un clima de violencia simbólica y exclusión.
La sentencia pone el acento en que los hechos no fueron aislados ni anecdóticos, sino que se produjeron en un contexto colectivo, con gritos y expresiones escuchadas por terceras personas, creando un entorno de rechazo y señalamiento hacia la mujer en un espacio que, además, le resultaba cercano. Un recordatorio, concluye el fallo, de que la justicia considera estos comportamientos como ataques directos a la convivencia y a los derechos fundamentales.