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lunes, 23 de mayo de 2016

Más vale una España rota que morada.

Público
23-5-16
Fernando López Agudín
Los nietos de Calvo Sotelo acaban de darle la vuelta a su abuelo. Aquel más vale una España roja que rota, enunciado durante la II República, ahora ha sido reconvertido en más vale una España rota que morada. Lo sucedido en Madrid desde el miércoles, en el que la Delegada del Gobierno en Madrid prohibió las esteladas en la final de Copa de fútbol, hasta ayer domingo, con el espectáculo político en el Vicente Calderón, evidencia que hay quienes intentan encauzar a la sociedad española a una guerra de banderas, justo en vísperas de unas urnas que amenazan rebosar de papeletas moradas. Pese a que el viernes pasado un juez puso un punto de sensatez defendiendo el derecho a la libertad de expresión, esta provocación denuncia a los provocadores.

Hoy todos los palos políticos se los lleva Concepción Dancausa como Delegada del Gobierno, e incluso hay quien exhibe la larga ficha fascista de su padre Fernando Dancausa, como si ser hija de un facha fuese una enfermedad genética. Quien la designó, como el ministro Fernández Díaz, quien la arropó, como Soraya Sáenz de Santamaría, al calificar como una mera cuestión técnica la prohibición, al igual que la Fiscalía dependiente del Fiscal General del Estado, que se opuso al criterio interpretativo del juez, son todos ellos igualmente responsables de esta decisión preconstitucional  de la delegada Dancausa. Mucho más, el presidente Rajoy al ejercer de gallego en este enredo que busca enlodar territorialmente la campaña electoral.

Justo cuando, como consecuencia del avance de la alternativa progresista de Unidos Podemos, la tensión de los nacionalismos en pugna ha remitido bastante en Cataluña y Euskadi, desde el Partido Popular rebrotan serios intentos por recuperar los anteriores niveles de enfrentamiento entre la Moncloa y el palacio de San Jaume. Ese entrecruce provocado entre esteladas y rojigualdas persigue resituar el próximo escenario electoral en las mejores condiciones posibles para un partido gubernamental al que no le llega la camisa al cuerpo. Enfrentar a España con Cataluña puede ser una de las vías para cortocircuitar el paso a los que ayer eran calificados como frikis por el consejero aúlico de Rajoy, Pedro Arriola.

Que Unidos Podemos vuelva a aparecer como la primera fuerza en Cataluña y Euskadi, según las encuestas oficiales en una y otra comunidad, intensifica esta peligrosa tentación del Partido Popular. En lugar de felicitarse, por ser la primera vez en más de cuatro décadas que un partido estatal se sitúa por delante de los nacionalistas, se inquietan mucho más porque esa España morada es acogida favorablemente en dichas comunidades, como nunca lo ha sido la España azul o rosa. Que la unidad del Estado sea mejor defendida por el dúo Garzón e Iglesias que por el trío Rajoy, Rivera, Sánchez, es un indicio manifiesto sobre el trasfondo social que encierra muy a menudo la cuestión territorial.

Tres son los objetivos electorales de los promotores de este decreto Dancausa. Fortalecer tanto a Rajoy como Puigdemont, a la vez que debilitar a Garzón e Iglesias. La Moncloa necesita arroparse con la rojigualda y arropar a la Generalitat con la estelada para frenar a unos morados que, al verse muy envueltos en una creciente guerra de banderas, no puedan seguir marcando la cuestión social como la prioritaria para la inmensa mayoría de los españoles, con independencia de que sean castellanos, catalanes o vascos. De hecho, lo que hace Rajoy es tratar de importar a Madrid la política que desde hace una década viene aplicando Rivera en Barcelona. Como sostenía el pensador Samuel Johnson, tras un patriotero siempre se esconde un canalla.

El gran problema de estos patriotas de bolsillo es la creciente toma de conciencia ciudadana sobre los responsables políticos de la crisis que hoy padecen casi todos los españoles. Intentar dividirlos por territorios, idiomas o banderas es tarea poco más que imposible si se tiene en cuenta la creciente unidad de todas las fuerzas populares. Salvo el PSOE, que por el momento resta, todo es un sumando. Jugar a la ruptura de España es muy difícil, sobre todo cuando, el extraordinario avance de la España morada puede ser el camino más corto para echar de la Moncloa a Rajoy y consolidar la cohesión estatal. Ese común denominador que ya es Unidos Podemos es hoy la mejor garantía de la unidad del Estado español.


domingo, 22 de mayo de 2016

¡Unidos Podemos!

¡Unidos se puede!
11-5-16
Público
Vicenç Navarro
Autor del libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015
Estamos hoy viviendo en España un periodo que creo justo definir como histórico. Lo que ocurra en los próximos meses definirá claramente el futuro de este país. Y si hay una movilización de la mayoría de las clases populares podría iniciarse una transformación profunda hacia una España mucho más justa y democrática, que reconozca y celebre la plurinacionalidad del Estado español. Hará casi cuarenta años desde que hubo una transición de una de las dictaduras más represivas que hayan existido en Europa (según el experto en fascismo europeo de la Universidad de Columbia en Nueva York, el Profesor Malefakis, por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000), a una democracia muy limitada y a un Estado del Bienestar poco desarrollado. Hoy hay posibilidades de que se haga otra transición.

Aquella primera transición ocurrió en un contexto político en el que había un enorme desequilibrio de fuerzas, pues en un lado estaban las fuerzas conservadoras que dominaban el Estado español y la gran mayoría de los grandes medios de información y persuasión, mientras que en el otro estaban las izquierdas, que lideraban las fuerzas democráticas y que acababan de salir de la clandestinidad, de la cárcel o de la vuelta del exilio. No podía haber un desequilibrio más marcado, y el dominio del proceso de transición por parte de las derechas dejó su imprimátur en el proceso y en su Constitución.

El Estado resultado de aquella transición no era producto de una ruptura con el anterior, ya que hubo ramas importantes del aparato del Estado que se mantuvieron claramente bajo el control de los herederos de los que establecieron la dictadura. Son consecuencia de ello la limitada democracia y la baja calidad de la cultura democrática, el gran retraso social que vive este país, así como la visión uninacional, radial, represiva de su plurinacionalidad (asignando al Ejército la defensa de la siempre presente “unidad de España” -el eslogan de los que realizaron el golpe militar fascista del 1936 contra la República democrática-, unidad que, por cierto, no había sido cuestionada por ninguna fuerza política republicana, puesto que no es lo mismo la redefinición que la desunión de España). El President Companys, asesinado por las tropas fascistas por separatista, quería redefinir, no desunir, España, estableciendo una España plurinacional, poliédrica (en lugar de radial, centrada en la capital del Reino –que tiene muy poco que ver con el Madrid popular, víctima también de aquella visión borbónica del Estado), en la que los distintos pueblos y naciones de España tuvieran la capacidad de decisión sobre su articulación con el Estado, expresada democráticamente, sin que fuera impuesta por el Ejército una unión forzada, como instruye la Constitución de 1978.


La supuesta defensa de la “unidad de España”
Esta defensa de la “unidad de España” era un eslogan y una excusa para mantenerse en el poder, perpetuando las oligarquías financieras y empresariales y su claramente abusiva influencia sobre las instituciones llamadas representativas y mediáticas del país. Como consecuencia de ello, España, todavía hoy, casi cuarenta años después de iniciarse tal democracia, es uno de los países con mayores desigualdades sociales en Europa, con menor gasto público social (en sanidad, en educación, en servicios sociales, en escuelas de infancia, en servicios domiciliarios, en vivienda social, en transferencias a las familias, en programas antipobreza, en prevención de la exclusión social, entre otros) por habitante, y con un Estado con escasa capacidad redistributiva.

Ni que decir tiene que mucho se ha hecho durante el período democrático, y muy en particular durante el periodo de gobierno de partidos de izquierdas, en especial del PSOE, a nivel del Estado central. Se hicieron avances importantes, con el establecimiento, por ejemplo, del Sistema Nacional de Salud, entre otros.
Pero, sin desmerecer lo conseguido, el hecho es que aunque el enorme retraso social se redujo, tal retraso continúa. Ya antes de la crisis, España se gastaba 66.000 millones de euros menos de lo que debía invertir en gasto público social por el nivel de desarrollo económico que tenía. Si nos gastáramos lo que se gastan los países nórdicos de Europa -donde el mundo del trabajo ha tenido mayor poder político en Europa desde la II Guerra Mundial-, y este gasto público social se invirtiera creando empleo, tendríamos unos tres millones y medio de puesto de trabajo más de los que tenemos, eliminando una gran parte del desempleo en el país (en Suecia, alrededor de uno de cada cuatro adultos trabaja en los servicios públicos del Estado del Bienestar; en España no llega ni a uno de cada diez). Y ello es consecuencia de la gran debilidad del mundo del trabajo en España (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias. Anagrama, 2006). La integración del aparato del PSOE en la estructura del Estado, sobre el cual el poder financiero y económico tiene una enorme influencia, diluyó, en gran medida, su vocación transformadora. Y cuando se presentó la crisis, la respuesta del PSOE fue típicamente neoliberal, como también ocurrió con la mayoría de partidos socialdemócratas en Europa.

El movimiento 15-M y su impacto en España
Era, por lo tanto, predecible que surgiera un movimiento generalizado de protesta, que hizo de su denuncia de este maridaje del poder financiero-económico con el poder político y mediático el centro de su movilización. Rodearon los Parlamentos, incluyendo las Cortes Españolas, señalando que no representaban a la población de los distintos pueblos y naciones de España. Sus famosos eslóganes “no nos representan” y “no hay pan para tanto chorizo” se extendieron por todo el país. El 82% de la población, como mostraron las encuestas, señaló que estaba de acuerdo con tales eslóganes. El hecho de que fuera tan eficaz en su denuncia fue por su especificidad y credibilidad. El eslogan de la estructura del poder de que no había otras alternativas a las políticas de austeridad que estaban imponiendo (y digo imponiendo, pues no estaban en sus ofertas electorales) contrastaba con datos que indicaban que sí que las había. En realidad, en las primeras manifestaciones en la Plaza del Sol varios manifestantes mostraban, en tono desafiante, a los medios de información que cubrían el evento, el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, que Juan Torres, Alberto Garzón y yo habíamos escrito, mostrando que sí que había alternativas (ver la imagen).
Se señalaba en aquel libro y en aquel mensaje que el Sr. Zapatero había congelado las pensiones (subrayando que no había otra alternativa) para conseguir 1.200 millones de euros, cuando podía haber conseguido casi el doble, 2.100 millones de euros, eliminando la bajada del impuesto de patrimonio (que benefició a la gente con patrimonio). Y un tanto semejante ocurrió con los recortes de 6.000 millones de euros en la sanidad que impuso Rajoy, millones que podrían haberse conseguido sin recortes, eliminando la bajada del Impuesto de Sociedades de las empresas que facturaban más de 150 millones de euros al año, y que representaban solo el 0,12% de todas las empresas de España.

Sus consecuencias
El 15-M fue la movilización más importante, y la que fue más eficaz en resaltar la pomposidad del poder, señalando la enorme hipocresía y falsedad del discurso oficial del establishment político-mediático, una denuncia que cuajó a lo largo del territorio español. Mostró claramente el maridaje del poder financiero-económico con el poder político-mediático, elementos clave de la estructura del poder que utilizaban un discurso carente de credibilidad. Frente a su “súper patriotismo”, se mostró su enorme servilismo hacia las políticas neoliberales promovidas por el gobierno alemán y el establishment político-financiero neoliberal que gobierna la Eurozona y el Parlamento europeo, abandonando la soberanía española para el beneficio de los grupos financieros y económicos que estaban consiguiendo lo que siempre habían deseado, a saber, la disminución de los salarios y el desmantelamiento del Estado del Bienestar. Presentarse como los defensores de España, un discurso que alcanza su máxima expresión en la narrativa del Partido Popular, fundado por ministros del Estado fascista, un partido corrupto hasta la médula, era de una falsedad clara, aun cuando estuviera sostenida y ocultada por los mayores medios, influenciados por aquellos poderes fácticos, como el capital financiero y otras empresas del IBEX-35 (cuyo nivel de pago de impuesto es de los más bajos de España).
Una decisión clave de muchísimos participantes del 15-M fue que tal movimiento no podía limitarse a ser un movimiento de protesta de carácter testimonial. Tenía que convertirse en un movimiento con vocación transformadora, lo cual exigía una intervención en aquel Estado a través de, entre otras instituciones, movimientos claramente políticos que exigieran una nueva forma de hacer política y un cambio profundo de dicho Estado, anteponiendo los intereses de las clases populares a los intereses representados por aquellos que tenían una complicidad con los poderes financieros y económicos (y que denunciaba el eslogan de que “no nos representan”). Y así surgieron ya en las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015 muchos partidos (en su mayoría coaliciones de partidos nuevos y otros no tan nuevos, pero con clara vocación de cambio dentro de un proyecto común) que querían conseguir una democracia mucho más completa que la existente, y además interrumpir las políticas neoliberales que estaban dañando tanto a las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, revirtiendo tales políticas, y también cambiar España, exigiendo el respeto y establecimiento de una España plurinacional y poliédrica. En estos nuevos movimientos el tema social y el tema nacional estaban claramente interrelacionados. Estas formaciones iniciadas en las periferias, como por ejemplo En Marea, Barcelona en Comú o Compromís, se aliaron con una nueva fuerza política, Podemos, y de manera reciente con nuevas corrientes dentro de IU que posibilitaron el gran cambio del 20-D.

El pánico del establishment político-mediático del país se hizo patente ya entonces en el hecho de que la alianza con estos movimientos fue vetada por dicho establishment. La expansión ahora de tal alianza de todos estos partidos, incluida IU, ha creado un enorme pánico en las derechas (PP y C’s) y en el aparato del PSOE, los cuales ha respondido con el mismo eslogan que las derechas en España siempre han utilizado: la defensa de la “unidad de España” contra rojos y separatistas. La historia se repite, con la novedad de que esta vez la dirección del PSOE está en el otro lado del que estuvo en el 1936.

El reto de las fuerzas democráticas y progresistas
 Hay que conseguir una gran alianza de las fuerzas -incluyendo de las bases del socialismo español- que se oponen al ataque al bienestar y a la democracia que ha estado ocurriendo en España por parte de aquellos partidos, habiéndose iniciado con el gobierno Zapatero, extendido con el PP y aplaudido por C’s. Hay que revertir estas políticas. Ni que decir tiene que las derechas machacarán repitiendo que ello no es posible. Y también, predeciblemente, algunas voces confusas de izquierdas podrán también añadir que hay que ser realistas y no ser utópicos o pedir lo irrealizable. Otros dirán que las propuestas hechas por las fuerzas progresistas no son creíbles, y así, una larga lista de insultos y epítetos.

Pero la evidencia es que sí que hay alternativas. En realidad están ocurriendo cambios ya en Europa que indican el agotamiento  y el rechazo hacia estas políticas neoliberales. Y ahí es donde hay que señalar que los llamados utópicos, antisistema y una larga retahíla de insultos, son los más realistas, son los más creíbles, son los más comprometidos con la soberanía popular, y, sí, hay que decirlo, los mayores defensores de esta España justa, democrática y plurinacional, frente a las fuerzas de la reacción que desean continuar con las políticas que han causado tanto daño a la gente normal y corriente de este país. Así de claro.



Las letrinas de Rajoy. (Tápate la nariz y vota al Partido Popular)

Las letrinas de Rajoy
Público
19-5-16
Fernando López Agudín
Rajoy no puede decir lo que dijo el emperador Vespasiano a su hijo Tito, cuando le reprochaba haber creado un impuesto sobre las letrinas de Roma, pecunia non olet. El olor de las letrinas de la Moncloa es espantoso. Tanto, que el Partido Popular debería llevar a su campaña electoral  del 26 de junio aquel eslogan con el que la Democracia Cristiana, según la opinión pública italiana, vencía en las urnas: Coprire il nasso e votare D.C. Traducido aquí y ahora, Tapa la nariz y vota Partido Popular. Nunca tantos robaron tanto en tan poco tiempo como lo han hecho los dirigentes de la formación conservadora.

La corrupción es uno de los graves problemas de Rajoy. Tras haber derrotado políticamente a Rivera, dándole toda una lección de saber hacer durante este último trimestre, a duras penas va a poder  rentabilizar electoralmente este triunfo político. No es Unidos Podemos, que amenaza con expulsarle de la Moncloa, quien huele mal —según la caverna mediática—,  sino que el tufo le alcanza a él y a una buena parte de los que le rodean. El continuo goteo judicial que cae sobre el PP es insoportable, y tan solo la no menos insoportable levedad de Sánchez ha conseguido mantenerle como presidente de gobierno en funciones. Pero ahora toca volver a las urnas, con unos sondeos que muestran cómo Garzón e Iglesias podrían ser la primera fuerza en votos.

La gran contradicción conservadora de Rajoy es que la inmensa mayoría de los españoles no tienen nada que conservar. Más de tres millones de ciudadanos, según estadísticas oficiales, han sido expulsados de la clase media. El Partido Popular ha bombardeado su propia base social. Cuando uno de los suyos, el presidente de la patronal, afirma que el trabajo fijo es un concepto del siglo XIX, se convierte en uno de los más eficaces activistas de Unidos Podemos. El PP ya no se enfrenta a una mera alternancia, como ha venido ocurriendo desde 1977, sino a una potente alternativa con capacidad de atraer como un imán a los apestados por las letrinas de Rajoy.

La angustia de los sobrecogedores de la Moncloa les conduce a la criminalización de Unidos Podemos. Así extraen del baúl de los recuerdos familiares —olvidando que el comunismo se hundió hace más de un cuarto de siglo— toda la muy anacrónica parafernalia franquista, al grito de ¡que vienen los rojos! aplicado a los morados. Puede que aún asusten a los más viejos del lugar, pero no a la mayoría social, sobre todo los jóvenes, que sufren hoy todos esos males que les anuncian para mañana si votan a la alternativa socialdemócrata. Ya no vivimos bajo la guerra fría, la Unión Soviética no existe y el PC es hoy un ordenador. Ese museo de los horrores que describen es el que viven ya la mayoría de los españoles bajo Rajoy y vivirían igualmente bajo Rivera.

Esta disparatada campaña de calumnias sin fin, que tiene como objetivo el socializar la máxima Coprire il nasso e votare PP, se irá incrementando en la medida que se recorra la cuenta atrás hacia las urnas del 26 de junio. Van a por el voto útil de la derecha, para que regrese a Rajoy tras la juerga pasada con Rivera, sin complejos de ningún tipo, como diría Aznar. Nos hemos pasado metiendo la mano en la caja, pero no metamos la pata dejando pasar a quienes nunca hemos dejado pasar, es la profunda reflexión de la Moncloa. A minuto y medio estamos de que clamen contra Albert Rivera como marca blanca de Unidos Podemos, a fin de exprimir al máximo el zumo electoral de la naranja de Ciudadanos.


Pero además, una vez que Rajoy y Rivera vean que no les salen los números de las urnas, buscarán establecer un cordón sanitario sobre Garzón e Iglesias, demonizando aún más a Unidos Podemos  Visto el éxito que obtuvieron durante el triste último trimestre, en el que lograron impedir un pacto progresista, necesitan ahora presionar más  a Pedro Sánchez para que continúe huyendo de sus aliados naturales y vaya  hacia una alianza contra natura con PP y Ciudadanos, que termine por bloquear la alternativa progresista, como se bloqueó en Italia a lo largo de casi medio siglo. No les va a ser nada fácil, porque como observaba el pionero de la Gran Coalición, Felipe González, vamos a un mapa italiano sin italianos. Matización que explica el avance progresivo de Unidos Podemos.

El perejil para todas las salsas.

17-5-16
David Bollero
Público
De cara a las próximas generales del 26 de junio se habla del PP, del PSOE y, por supuesto, de la gran novedad de esta cita electoral, de Unidos Podemos (IU y Podemos). Sin embargo, ¿qué sucede con Ciudadanos? En las elecciones del 20 de diciembre la formación liderada por Albert Rivera sufrió un duro correctivo a sus expectativas: para ser un partido que se presentaba por primera vez a unas Generales, conseguir 3,5 millones de votos y 40 diputados es un gran logro, pero está lejos de lo que la formación naranja ambicionaba. Quedaba a mucha distancia de su gran rival en esa cita: Podemos.

La mediocre actuación de Rivera en los debates, que se suponía que era una de sus grandes bazas dado su perfil fraguado en debates universitarios, así como su ‘peculiar’ modo de combatir la violencia de género, le pasaron factura. Ahora, en el arranque de la precampaña, el argumentario que presenta tan sólo está a la altura del Rivera de aquellos debates. Sacar a relucir su perfil netamente capitalista, presentar el mundo neoliberal como el paraíso y contraponerlo al modelo venezolano o griego es de un simplismo tan hueco que no cala ni en el más desinformado… sólo a sus hinchas.

Mucho habrá de cambiar Rivera su discurso si quiere conservar el voto que ‘robó’ del granero del PP -que presumiblemente volverá al redil-. Más aún si consideramos que votar a Ciudadanos, como sucede con el PSOE, es no saber qué se vota. Ambos partidos, tanto PSOE como Ciudadanos, han demostrado en sus políticas de pactos que es indiferente pactar con izquierda o con derecha, lo importante es conformar Gobierno, como si luego no fuera a ver implicaciones. Y eso es grave, muy grave, porque se pierden principios básicos por el camino y, para un votante que realmente está informado, eso es imperdonable.

A todo ello se suma, además, algunos casos puntuales de corrupción, cambios de primeros de lista inexplicables, primarias que no son primarias o algún que otro aforamiento para evitar ser juzgado. “Vieja política”, como le gusta decir a Rivera.
Adicionalmente, otro factor que pronostica una caída de Ciudadanos es el hecho de que la ley electoral le penalizará aún más. Según la consultora GAD3, la aparición de la coalición impulsada por IU y Podemos (Unidos Podemos), que cada vez va atrayendo a más fuerzas políticas, da un vuelco al reparto de votos. Si a IU le hicieron falta 462.000 votos para conseguir un diputado, en Unidos Podemos únicamente necesitará 61.000 votos (14.000 votos menos de los que necesitó Podemos el 20D).

En este cambio de reparto de votos, Ciudadanos sale perdiendo. En las elecciones de diciembre, la formación naranja necesitó 88.000 votos por escaño y, ahora, según GAD3, necesitará 9.000 votos más (97.000). El bloque de centro derecha también habrá de sumar 5.000 votos más por diputados.

Así las cosas, Rivera no sale a ganar, diga lo que diga, sale a ser de nuevo el perejil para todas las salsas pero, especialmente, para la salsa del PP con la esperanza de que una alianza de dos sea suficiente para formar Gobierno. Volver a pactar con PSOE será complicado, porque si Unidos Podemos asciende como parece que hará, el electorado de izquierdas no perdonará jamás a Pedro Sánchez que vuelva a adherirse a la derecha para tocar La Moncloa. Sería su última traición a un PSOE que, mal que le pese, está muy lejos del PSOE de antaño.


La gran inmundicia

15-5-16
Público
Luis Gonzalo Segura
Empieza a ser muy complicado sobrevivir a la inmundicia de este país. En los últimos tiempos hemos confirmado que el Grupo Prisa (El País, La Ser,…) es un entramado mediático que se comporta como un poder fáctico y que está dirigido por Juan Luis Cebrián, un personaje peligroso, miserable y con maneras de pistolero. Es un capo que no acepta la crítica y tiene urticaria a la verdad, por eso tan pronto despide a Miguel Ángel Aguilar como a Ignacio Escolar. Por si fuera poco, fue su megalomanía (si es que no lo hizo a propósito) lo que endeudó y arruinó a su grupo mediático, terminando de someterlo a los poderes de este entramado mafioso que llamamos España.



Otro de los pilares de esta cosa en la que vivimos es Felipe González. Lo último de semejante inmoral ha sido grabar un vídeo a un hispano-iraní, Farshad Massoud Zandi, con el que también está relacionado Cebrián (al que donó seis millones de euros). Parece que si hay dinero de por medio, Felipe González y Juan Luis Cebrián son capaces de todo. Lo peor ya no es que sea un expresidente del país el que caiga tan bajo, lo más preocupante es lo cutre que resulta todo. Parece más propio de una película de mafiosos que de la realidad ver a Felipe González hablando a un móvil para promocionar a un hispano-iraní de tan dudoso prestigio como el suyo o el de Cebrián.


Descorazona pensar que los últimos cuarenta años han estado asentados en personas tan amorales como los nombrados o el rey Juan Carlos. Sin duda, hay pocas personas en el mundo que puedan igualarse al rey emérito en cuanto a corruptos en su familia, asuntos oscuros en su vida personal o profesional y tantas “amigas entrañables”. En muchas ocasiones, al pensar en estos y otros miserables, me preguntaba el motivo por el que no tenían ningún reparo en relacionarse con la escoria de este mundo, cuestión que queda resuelta con las informaciones de estos últimos años. Por poner un ejemplo, los tres personajes nombrados tienen personas cercanas a ellos en los Papeles de Panamá.

Recuerdo que me indigné mucho cuando José Bono, José Luis Rodríguez Zapatero y Trinidad Jiménez, la que nunca ficharía por una gran empresa, afirmaron y apoyaron aquello de que nos unía mucho a la Guinea de Teodoro Obiang (“no se puede ignorar lo que nos une, que es muchísimo más de lo que nos separa”). A tenor de las últimas informaciones, no me queda más remedio que darles la razón. Nos unen más cosas de las nos separan de Guinea: nuestros dirigentes. Los que dirigen nuestro país blanquean el dinero en los mismos paraísos fiscales y están metidos en los mismos negocios sucios que los que dirigen Guinea. Así pues, no es que nuestros dirigentes se relacionen con la escoria del mundo, nuestros dirigentes forman parte de la escoria del mundo.



Esta cuestión es muy importante porque son muchos los que todavía piensan en conceptos como patria, nación, unidad, himno, bandera, constitución… y no se han dado cuenta que todos esos elementos son una distracción con la que esconden la verdadera realidad. Si aceptamos que los poderosos están saqueando el país y que son capaces de vender a cualquiera de nosotros o a todos nosotros por un pedazo del pastel, conseguiremos encontrar sentido a las noticias que se publican.


Por ejemplo, esta semana hemos sabido que la Guardia Civil ha gastado 3.000 euros en cubiertos de plata mientras sus agentes están sin chalecos antibalas. Supongo que será para las paellas del coronel Tejero, hijo del golpista, con las que conmemora el 23-F o las que toman los generales que usan los helicópteros militares para ir a las Fallas. También, en un insulto más, se ha hecho público que el ministerio de Defensa ha gastado 600.000 euros en el mantenimiento de un campo de golf al tiempo que los militares discapacitados son expulsados y tratados como desechos. Duele comprobar el trato tan degradante y deshumanizado reciben los militares que han sido víctimas de una enfermedad, un accidente o una negligencia de los altos mandos.


Ojalá lo conocido en los últimos años sirva a los ciudadanos, guardias civiles y militares incluidos, para elegir bien la próxima vez, porque la patria no son las cucharillas de plata o las pelotas de golf, la patria es tratar con humanidad a los discapacitados, con dignidad a los soldados e imponer los derechos humanos y el derecho internacional en la conducta y la participación de los militares y los ejércitos. Más allá de las palabras, ello supone la categoría de funcionario para la tropa, una pensión digna para los discapacitados, mayor formación de la milicia y garantías constitucionales para un uso ético de los ejércitos.

Tenemos que impedir que este país siga siendo un gigantesco vertedero de basura del que se alimentan los carroñeros. No podemos rendirnos, se lo debemos a las siguientes generaciones y a nuestra propia salud física y mental. Es imposible seguir respirando entre tanta ruindad y tanto miserable, que no se nos olvide el 26-J.

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.



Somos el único país donde robar bebés era legal

andaluces.es
ciudadanoas
‘Somos el único país donde robar bebés era legal’
Tras la petición de las familias al Congreso para que abra una investigación, el estudioso de la trama José Luis Gordillo alerta de la pasividad institucional ante los 30.000 niños "legalmente adoptados" entre 1940 y 1954

¿Debería el Congreso investigar el oscuro drama de los bebés robados? La Asociación de Víctimas contra la Impunidad de las Desapariciones Infantiles en todo el Ámbito Nacional (AVIDNA) piensa que sí y la semana pasada solicitaba a la Comisión de Peticiones del Congreso de los Diputados la constitución de una comisión de investigación que examine el estado de los casos de ‘bebés robados’ durante la próxima legislatura. Además, el Parlamento canario ha tipificado estos delitos, cometidos entre 1940 y 1990, como crímenes de lesa humanidad.
Pero si la política no acaba de dar respuestas, la justicia tampoco lo hace. Euskadi, Galicia, Andalucía, Aragón… juzgados de diferentes puntos de España han ido archivando sucesivamente las denuncias con el argumento de que los indicios incriminatorios eran insuficientes.

UNA ORDEN GUBERNAMENTAL DE 1940
El periodista José Luis Gordillo, investigador del caso y autor del libro ‘Los Hombres del Saco’, en conversación con andalucesdiario.es, pone en énfasis en un hecho insuficientemente difundido: “La trama de los bebés robados se inicia en los años 40 con la aprobación de una ley. Somos el único país donde robar bebés era legal, ya que en Argentina los robos se realizaban de forma secreta”. La orden del Ministerio de Justicia del 30 de marzo de 1940 establecía que las reclusas podían quedarse con sus hijos hasta los tres años. ¿Por qué esta edad? Gordillo señala que se fijó el tope de los tres años porque suponían que era el límite de edad para que “los más pequeños no tuvieran recuerdos de su madre biológica”, afirma.
Posteriormente, la ley definitiva del 4 de diciembre de 1941 redondeaba la legalidad de todo el proceso al permitir que el niño adoptado pudiera ser inscrito en el Registro Civil con nuevos apellidos. “De esta forma, el niño quedaba registrado sin figurar en su inscripción ningún antecedente sobre su origen biológico. Se borraban las huellas y la posibilidad de que se realizara una investigación posterior”, apunta Gordillo.

TODO EMPIEZA CON VALLEJO NÁJERA
A pesar de que, según las investigaciones, el ‘boom’ de la trama se remontaría a los año 50 y 60, ¿en qué fecha comienza en España la verdadera trama de los niños robados? El también periodista Antonio Ramos Espejo sitúa los inicios de estas prácticas “en las investigaciones de ‘limpieza ideológica’ realizadas por Vallejo Nájera con la Gestapo, un procedimiento diabólico para forzar la separación de las familias, arrebatándoles a sus hijos”.

Lo que el régimen franquista tipificaba como retirada forzosa de menores tenía una presa fácil en las mujeres republicanas encarceladas. La paranoia científico-política que desencadenó la búsqueda del supuesto gen rojo condujo al entonces afamado psiquiatra Vallejo Nájera hasta la prisión provincial de Málaga para someter a sus experimentos a medio centenar de presas republicanas, seleccionadas de entre todos los grupos de edad. Sus investigaciones en la cárcel le permitieron degradar hasta extremos escalofriantes la figura de aquella mujer republicana, a la que calificaba como un “ser degenerado, lleno de ferocidad y de rasgos criminales

‘PROHIBIDO MAMAR LA LECHE COMUNISTA’
El investigador Ricardo Vinyes destacaba en su día que “la inmensa mayoría de niños acompañaban a sus madres en un largo periplo, de cárcel en cárcel, hasta que a esa edad eran separados de éstas, ingresando en instituciones de beneficencia tuteladas por el Estado o dados en adopción sin previo consentimiento de sus progenitores o representantes legales”. La principal institución a la que llevaban estos bebés era el conocido Auxilio Social.

En Madrid, la cifra de ejecuciones diarias era de aproximadamente 200, aunque para proteger a las presas que se encontraban embarazadas llegaron a crear una prisión conocida como cárcel de ‘las madres lactantes’. María Topete era la directora de esta prisión, que tenía como objetivo reducir al máximo el contacto entre madres e hijos e “impedir que los niños mamaran la leche comunista”. Era tal la obsesión en contra de la ideología “de los rojos” que muchos de estos niños pasaban gran parte del tiempo en el patio para así tenerlos alejados aún más de sus madres, a pesar de que pasaran hambre y frío.

30.000 NIÑOS ROBADOS HASTA 1954
Aproximadamente, 30.000 niños fueron robados en el período de 1940 a 1954. “Fue sin duda la época más oscura, porque fue la más sangrienta al estar dominada por la ideología nazi, muy presente en toda España”, sostiene el autor de ‘El Hombre del Saco’. En esta primera etapa del franquismo también eran robados menores pertenecientes a españoles en el exilio. Gordillo precisa “que el Servicio Exterior de Falange robaba a las familias de exiliados a muchos de estos menores, que eran de nuevo traídos a España para ser dados en adopción a familias de alto nivel económico”.
La Delegación Extraordinaria de Repatriación de Menores fue el primer organismo encargado de esta tarea. A partir de 1941, los menores exiliados serían raptados bajo la tutela del Servicio Exterior de Falange en países como Francia, Reino Unido o Países Bajos.
El caso de las hermanas María y Florencia Calvo es uno de los más significativos. Ambas fueron evacuadas por su familia a Francia y tras la finalización de la guerra fueron capturadas en el país por el Servicio Exterior de Falange. Sesenta años después, las dos hermanas se reencontraron gracias a un programa de televisión.

Las mujeres maquis eran otro sector potencial para llevar a cabo los saqueos. La mujer no opinaba directamente sobre la tutela de su hijo al no ser considerada, en ningún momento, sujeto de derecho. María Girón, hermana de un maqui, daba a luz a su hijo en 1950 en León, teniéndolo que entregar a los pocos días de nacer a las autoridades, las cuales “daban en adopción a los hijos de comunistas para hacer desaparecer esta ideología”.

LA COMISIÓN DEL CONGRESO
En cuanto a la petición al Congreso de la Asociación de Víctimas contra la Impunidad de las Desapariciones Infantiles en todo el Ámbito Nacional (AVIDNA), fue registrada el pasado 5 de mayo en la Cámara Baja con el deseo de que los grupos parlamentarios aborden esta cuestión con “el mayor consenso posible” al tratarse de una “grave cuestión de derechos humanos” por encima de “siglas o ideologías concretas”.

Los afectados solicitan que un grupo de expertos en genética, bioética o derechos humanos comparezca en una ‘Comisión Parlamentaria de Investigación sobre las desapariciones forzadas y la compra-venta de seres humanos en España’  y que los partidos oigan a las víctimas antes de tomar una decisión final sobre su reclamación.

Se trataría de una Comisión de Investigación inédita en España cuyo “plan de trabajo” incluiría el testimonio directo de las víctimas y el análisis de las identificaciones mediante pruebas de ADN, las exhumaciones, la cadena de custodia de las pruebas o el acceso a los archivos públicos, eclesiásticos y privados.

AVIDNA ya consiguió que el Parlamento Europeo requiriera al Vaticano facilitar el acceso a sus archivos y se unió con otros grupos, como los Colectivos Sin Identidad de Santa Cruz de Tenerife y las Palmas de Gran Canaria, para que todos los partidos del Parlamento canario aprobaran esa proposición no de ley reconociendo el ‘robo de niños’ como un crimen contra la humanidad.