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lunes, 5 de septiembre de 2016

Pedro Morenés, El Gran Señor de la Guerra, alias "El Carroñero"

Pedro Morenés, “El Carnicero”, también hizo negocio con el Ébola
4-9-16
Luis Gonzalo Segura
Público
El Carnicero
Pedro Morenés, El Carnicero, es un inagotable hombre de negocios al que no hay empresa que se le resista. Si hay que vender unas bombas para despedazar niños y niñas ahí está su carnicería, siempre abierta para genocidas y criminales de guerra. Las 24 horas del día.
Si hay que ayudar a Israel en su genocidio, El Carnicero se convierte en el primer ministro de Defensa en visitar Tierra Santa, aunque para ello sea necesario cercenar la investigación de la muerte del cabo Soria e intentar cerrar el asunto con dinero. Como él convertiría la muerte de un hijo en una transacción comercial o una transferencia bancaria cree que los demás son igual de mezquinos. Se equivoca y Margarita Toledo, la madre del cabo fallecido, le está dando una lección que no debería olvidar.
Si hay que vender a los sauditas proyectiles de artillería, bombas o granadas por 24,2 millones para que bombardeen Yemen y cometan crímenes de guerra, El Carnicero no desaprovecha la oportunidad. Siempre atento, como un buitre, como una hiena. Poco le importa que el Parlamento Europeo haya solicitado el pasado mes de febrero la suspensión de la venta de armas a Arabia Saudí porque no va a permitir que nadie le estropee el gran negocio. Como mucho buscará otro mercado u otro lugar del mundo en el que pueda ganar dinero con la muerte, que los hay.


Si hay que inundar de armas Oriente Próximo para que muchas de ellas terminen en el Estado Islámico, Pedro Morenés, convierte a Arabia Saudí en nuestro mejor cliente superando todos los récords año tras año (447,6 millones de euros en el primer semestre de 2015).
El Carnicero es lo que se dice un hombre de negocios exitoso, lo que el capitalismo considera un triunfador y Mariano Rajoy un miembro de la buena estirpe. Tal consideración se debe, dejando a un lado los méritos antes mencionados, al éxito de endeudar el ministerio de Defensa por encima de los 30.000 millones de euros. Endeudar ministerios significa la ruina de los ciudadanos y el beneficio de la industria de las armas, los bancos y la cúpula militar. Y en eso Morenés es un crack mundial.
Pero no solo se trata de vender y comprar, sino de repartir contratos a los amiguitos: 32 contratos con antiguas empresas suyascompras ocultas por casi 30 millones de euroscontratos por valor de 37 millones de euros a la empresa Segur
El Carnicero amplia el negocio al Ébola 
Donde la mayoría habrían encontrado miedo, incertidumbre o pesar, Pedro Morenés encontró otro negocio más. Lo del Ébola podía ser una empresa redonda y cuanto más matase esta enfermedad, mejor, más dinero para todos. Las farmacéuticas, Pedro Morenés y otros muchos estuvieron meses con el champán preparado, pero aquello no prosperó como se esperaba. Fue una decepción enorme, pero la valía de una persona no se mide por las veces que se cae, sino por las veces que se levanta. Así pues, El Carnicero se repuso y no desaprovechó las jugosas migajas, aunque el Ébola no matase lo suficiente como para sacar una gran tajada. No sería como cuando las empresas de la industria de las armas aumentaron su cotización en bolsa al día siguiente de los atentados de París o como cuando la industria armamentística supo al día siguiente del 11 de septiembre de 2001 que tenían negocio para las dos siguientes décadas, pero unos milloncejos se podían carroñear fácilmente…

No tardó mucho en encontrar una solución, por eso es el Gran Señor de la Guerra, y convirtió la planta 22 del hospital Gómez Ulla en un centro sanitario de referencia para enfermedades contagiosas. Así pues, El Carnicero consiguió gastar 7,5 millones de euros en una planta de “Grandes Infectados” en el hospital Gómez Ulla y 1,6 millones en material para la Inspección General de Sanidad del Ministerio de Defensa cuando adaptar el hospital Carlos III costó 1,2 millones de euros. Ni siquiera importó que el gasto se produjese cuando la crisis ya había pasado.
Menos importó que ya existieran siete hospitales de referencia repartidos por toda la geografía (Sevilla, Zaragoza, Tenerife, Barcelona, Valencia, Madrid y Donostia) y que uno de ellos (La Paz-Carlos III) se encontrase a 22 minutos en coche del hospital Gómez Ulla, convirtiendo la inversión realizada en un dislate más del ministerio de Defensa.
Por si todo lo contado no fuera suficiente, se utilizaron los procedimientos de emergencia, restringido y negociado sin publicidad sin que existiera ningún tipo de emergencia, dado que la mayoría de los contratos se adjudicaron en el segundo y tercer trimestre del año 2015, cuando la crisis del Ébola estaba totalmente superada.
Como todo es susceptible de empeorar, nos hemos enterado que la planta 22 del Gómez Ulla es una auténtica chapuza: Fallos en protocolos de seguridad, falta de formación, carencia de medicinas o mantas, problemas informáticos en la domótica que controla el aislamiento de las habitaciones, un laboratorio inutilizado… El inconfundible sello chapucero de Pedro Morenés y la cúpula militar, solo que esta vez no es un submarino que no flota, sino un hospital que puede provocar una desgracia… Lo mismo da.


Las carnicerías nunca cierran
El Carnicero nunca cierra el negocio porque este es muy parecido al de otros como Cebrián, Chacón, Bono o Zapatero. Por ello, el diario fundado por Manuel Fraga, El País, dedica un editorial en el día de hoy para presionar a los dos partidos del Régimen y que lleguen a un acuerdo, con Rajoy y Sánchez o sin ellos… Y tras Cebrián presionan RTVE, Atresmedia, Mediaset, El Mundo… Porque el matadero debe estar lleno y los genocidios deben continuar, como el show. Son cosas del business de la buena estirpe.
 Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.


El ministro Soria de Calcuta y santa Madre Teresa de Panamá.

El ministro Soria de Calcuta
5-9-16
David Torres
Público
Lo he dicho más de una vez: en el PP son tan cristianos que su mano derecha no sabe lo que hace su mano derecha. La doctrina del perdón de los pecados no ha encontrado defensor más ferviente que el gobierno mariano, el cual suele elevar a los cielos a los pecadores y caídos en corrupción como ángeles puestos en órbita de una patada en el culo. El último de estos grandes mártires ha sido el ex ministro José Manuel Soria, beatificado como alto cargo para el Banco Mundial en virtud de su amplia experiencia como administrador de sociedades off shore en diversos paraísos fiscales.
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La beatificación en vida de Soria ha venido a coincidir con la canonización de la Madre Teresa de Calcuta. Nuevamente se hace difícil no ver la larga mano de Dios en todo este asunto. Christopher Hitchens, que fue elegido como advocatus diavoli en el proceso de canonización de la futura santa, señaló hace años varias fallas éticas y teológicas de la candidata: su apoyo incondicional a la sanguinaria dictadura de Duvalier en Haití; su afición a codearse con Lady Di, la reina Sofía y otros figurones de la alta nobleza en lugar de lavar los pies de los pobres; su radical negativa a construir hospitales y centros sanitarios en lugar de infectos lazaretos; su monumental hipocresía al refugiarse ella misma en un hospital equipado con todos los adelantos y comodidades para recibir cuidados paliativos en lugar de alojarse en una de sus inmundas cloacas indias.


Las curaciones repentinas y los milagros supuestamente certificados por los que la Madre Teresa ha subido a los altares son tan ridículos que no merece la pena considerarlos: el verdadero milagro es que una usurera tan notoria haya sido declarada santa a la velocidad de varios siglos al día. No se veía una canonización tan rápida y tan obscena desde que Josemaría Escrivá de Balaguer obtuvo la categoría de santo sin más prodigios en su haber que una fabulosa colección de ceros en las cuentas nada corrientes del Opus Dei. Jesucristo, en cambio, abominaba del dinero y de las posesiones: obviamente lo crucificaron por algo.


Puesto que Soria manejaba un ingente patrimonio familiar invisible a la mirada de fisco y repartido por medio globo terráqueo sin siquiera percatarse de la jugada, habrá que reconocer entonces su capacidad para manejar las cuentas del Banco Mundial a la luz del día. Soria, en efecto, hace milagros. La multiplicación de los panes y los peces no tiene secretos para él; de hecho, muchedumbres de fieles ya se han percatado de que el ministro Soria no es más que un mínimo común múltiplo del mesías José María Aznar. Su sentido del cristianismo lo llevó a negar su participación en las empresas y las cuentas asociadas, igual que el apóstol Pedro cuando le preguntaron por Jesucristo: “No tengo ni idea de lo que está pasando” dijo Soria cuando se publicó que, aparte de las sociedades en Panamá, su nombre salía también en relación con otra sociedad opaca en Jersey. Con milagros mucho más pedestres se han fundado nuevas religiones, de modo que es normal que Soria prosiga su camino a la santidad a marchas forzadas.


Un charnego (esta vez) en el Congreso

ARXIU DE L'AUTOR: GERARDVIADERSAURET
Un charnego en el congreso
La posada en escena de Gabriel Rufián al Congrés dels Diputats, afirmant-se com la demostració empírica del fracàs del Reino de España – el xarnego castellanoparlant que entoma i fa seva la bandera de l’independentisme català – ha desfermat la polèmica entre alguns mitjans i formadors d’opinió espanyols. Vilaweb es feia ressò de l’estira-i-arronsa cibernètic entre Rufian i l’escriptor Pérez Reberte, i més tard, de la sensacional ridicularització televisiva que Empar Moliner feu dels insults que Rufián rebé per totes bandes.
Entre les piulades a twitter entre Pérez Reberte i Rufián, aquest finalitzà reenviant-li un recull dels insults que ha rebut – no a Catalunya, sino a internet i, presumiblement, provinents de l’Estat – arran de la reivindicació de la seva condició de xarnego independentista. Entre aquests desqualificatius, resumidament hi trobariem: “charnego agradecido”, “charnego acomplejado por excelencia”, “charnego sobornado”, “traidor a los charnegos”.
Aquests retrets són molt reveladors sobre què n’esperen els cyber-opinadors del xarnego d’en Rufian. Per un costat el remeten a la seva condició socio-econòmica subalterna dins la societat d’acollida, subjugat a una pretesa burgesia catalanista, d’aquí ve el xarnego agraït i el xarnego sobornat. Altrament, una lectura etnicista, sobre els seus origens identitaris, genera una espectativa de lleialtat a la seva ancestralitat hispana i de defensa de postures polítiques unionistes, d’aquí el xarnego traïdor.
Una interpretació més sofisticada caldria per al xarnego acomplexat, però es sobreentén que es refereix, “per excel·lència” (sic) a aquell descendent d’inmigrants que fa seus els valors de la societat que l’acull, a la vegada que amaga per vergonya, els seus origens aliens. Aquesta si més no, sembla la interpretació que Pérez Reverte fa de la només aparent contradicció entre l’origen de Rufián i les seves escolles polítiques. Segons aquell: “@gabrielrufian A usted no le llaman charnego en España, sino en Cataluña. Y ése es el problema, creo. Su necesidad de que no se lo llamen”. S’insinua en aquest comentari que el xarnego acomplexat s’esforça per a no semblar-ho, el que el duria a adoptar l’actitud contraria al que se n’espera de la seva condició de xarnego.
La veritat però és que si avui dia, a Catalunya gairebé no se’n parlava més, del xarnego, és per l’èxit que ha tingut la societat catalana d’integrar el gruix d’inmigrants provinents d’altres parts de l’Estat. Als anys i 60 del segle passat, però, quan es popularitzà l’expressió, la integració es veia com un repte de futur, de resultat incert.
En aquest sentit, devem molt a la clarividència de l’escriptor Paco Candel, autor de Els altres catalans” (1964).  En aquest llibre, Candel defensà la integració com a única sortida possible per capgirar la marginació socioeconòmica en què es trobaven els immigrants, donat que més enllà de les rivalitats i incomprensions que es donaven en els contactes entre comunitats, els catalans d’origen i els nous es necessitaven mútuament.
Com a recepta identitària, Candel reivindicava la catalanitat dels immigrants i a la vegada els apelava a que no deixessin d’identificar-se amb el seu lloc d’origen. Pregonava que els nous catalans havien de contribuir a la construcció del futur de la societat catalana en lloc de destruir-la o mantenir-se’n aïllats, alhora que demanava, també, respecte als immigrants, denominats despectivament, per alguns, de xarnegos. En qualsevol cas, quan Candel fou elegit senador, als anys setanta, escrigué un llibre titulat “un charnego en el senado” (1979), el qual seria indicatiu de que el mot estava en vies de normalització i de quant estaven obertes les vies per a l’ascensió social.
Una pregunta resta però, en l’aire, i a la xarxa, envers l’assumpte del nostre flamant xarnego al congrés. Pot ser que estiguem paradoxalment davant d’un nou cas de catalanofòbia?. Si ho fos, seria un cas inusitat, però pot ser no tant…
Aquests darrers anys, amb l’ascens de l’independentisme, els catalans hem assistit esparberats – amb permís dels valencians – com l’anticatalanisme espanyolista ha tractat per tots els mitjans de denigrar la bona imatge d’un moviment cívico-polític, radicalment democràtic i exemplarment pulcre i pacífic com està sent el sobiranisme català. D’ençà, riuades de tinta s’han llençat des de la capital de l’Estat i des de mitjans quintacolumnistes per a tractar d’imposar el relat d’un moviment secessionista ambs tics totalitaris nazi-feixistes. Paradoxalment, s’han exacerbat els prejudicis que associen els catalans amb els jueus, mitjançant el fil conductor de la tradició mercantil i un suposat caràcter gasiu i egoista del nostre poble. Alhora, s’han explorat i rendibilitzat les línies d’investigació policials que permetien associar el context català amb el yihadisme, el terrorisme islamista.
La ridicularització de la Moliner arribà al seu punt àlgid amb la descripció que en feu un article d’El Confidencial de la intervenció de Rufián a la tribuna del Congrés. Aquest no podia ser més eloquent de l’actualització de la conspiració judeo-masónica-comunista: “Y allí subió a la tribuna un tal Rufián, cara redonda, ojos achinados y rostro que si no fuera por la barba negra podría parecerse al de Kim-Jong-un con uniforme negro que recordaba amargamente a las camisas tan al gusto de Mussolini (…) su mirada me recordó vagamente a la mirada entre lánguida y drogada de los asesinos fanáticos del Estado Islámico antes de inmolarse o de rebanarle el cuello a alguno de sus rehenes.”
Arribats a aquestes alçades de la pel·lícula, descarregar tota les ires i les fòbies anti-catalanistes contra en Rufián, per ser inversemblantment xarnego i independentista, té quelcom de revelador. Permet mostrar com la catalanofòbia no té fronteres i és que estirant fins a l’extrem el xiclet de la incitació de l’odi i del resentiment, fins i tot un xarnego assumit arriba a patir la catalanofòbia. I, pel que sembla, en aquest cas rep per partida doble: per ser mal espanyol (com a bon català que és) i per ser mal xarnego (i no cumplir amb el paper que li pertoca, segons els designis del que ho deixà tot “atado y bien atado“!
És així com, ens trobem davant d’un cas de profecia auto-realitzada: l’exemple de la incomprensió de l’Espanya irrevocable (manllevant l’expressió tan nostrada d’en Francesc Viadel) amb el cas del xarnego emancipat és la prova del cotó fluix de què no hi ha res a fer, que ja podem anar fent via…
He aquí su derrota y he aquí nuestra victoria.
Nota del Blog:
El 1 de enero de 1.979 mi amigo del alma Francisco Candel publicó un libro titulado “Un charnego en el senado” contando sus experiencias como Senador de la Alta Cámara desde el 15 de junio de 1.977 hasta el 29 de diciembre de 1.978.
Hoy hemos visto en el Congreso de los Diputados a un joven brillante declarándose “charnego”, decir en sus cinco breves minutos de intervención, permitidos, verdades como puños que harían sonrojar a cualquier ser humano. En las bancadas de casi todos los partidos se reían o hacían gestos menospreciando las palabras del orador intentando con su enorme hipocresía, minimizar o mejor dicho ridiculizar al representante de Esquerra Republicana de Cataluña. 

jueves, 1 de septiembre de 2016

España cañí


Foto selección

Foto: Luis Viadel

Marca España




El Manual de la Buena Esposa


EL MANUAL DE LA BUENA ESPOSA
 

Extraído de un libro sobre Economía del Hogar,
de "Sección Femenina" de la Falange Española y de las JONS. 
Editado en 1958


"Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo; especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero. Prepárate, retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello; hazte un poco más interesante para él.
Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo. Durante los días más fríos deberías preparar y encender un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a ella; después de todo, preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa. Minimiza cualquier ruido, en el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador.
Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle.
Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti.
Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y sus necesidades reales. Haz que se sienta a gusto, que repose en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa. Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres.
Al final de la tarde, limpia la casa para que esté limpia de nuevo por la mañana. Prevé las necesidades que tendrá a la hora del desayuno. El desayuno es vital para tu marido si debe enfrentarse al mundo exterior con talante positivo. Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño. Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama. Si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante para un hombre a última hora de la noche. En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así, no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión, entonces
accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes. Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana, esto te permitirá tener lista una taza de café para cuanto despierte."

Aforismo popular MUY machista: “Todos los días cuando llegues a casa dale un paliza a tu mujer aunque no sepas el por qué. Ella sí que lo sabe".






La Santa Madre Iglesia



El Mamón (Hemeroteca, relato corto basado en hechos reales)

El Mamón          
 Había una gran expectación por el juicio que se venía anunciando de boca en boca desde hacía algún tiempo. Los delitos de sangre atraían siempre la atención de un pueblo que estaba triste, pasaba hambre, tenía frío y cuya mayor distracción consistía en escuchar Radio España Independiente, La Pirenaica, las novelas por capítulos que duraban largos meses y leer el Caso.
La acusación, probados los hechos, solicita para el inculpado la pena de veinte años de prisión mayor, inhabilitación para cargo público y una indemnización para la víctima de  cincuenta mil pesetas.
Nocturnidad, alevosía, inmoralidad, delito de sangre, atentado a las buenas costumbres, escándalo público, pecado...
Los asistentes que abarrotan la sala aplauden frenéticos al letrado después de su intervención.


Zósima tuvo mucha suerte en el parto. Gúdula colocó junto a ella una Flor de Jericó en un vaso con agua nada más sentir los primeros dolores. Rompió aguas y la seca flor empezó abriéndose lentamente a medida que la matriz se dilataba y aparecía la cabeza del niño que llegaba enrojecido y pringoso. Lo escupió hasta el punto, que su hermana hubo de cogerlo presurosa para evitar que resbalase y se precipitara contra el suelo. Hábilmente presionó el cordón con una pinza de las de tender la ropa y luego lo cortó. El niño empezó a llorar, lo acomodó en una toalla y metió la mano por el sexo extrayendo la placenta que guardó en un frasco de vidrio con tapa. Lo metió en un rincón de  la alacena junto a otros muchos que aparecían juntos, con una etiqueta donde se leía un nombre y una fecha. Con esta materia prima fabrica ungüentos, cataplasmas, emplastos y bebedizos que curan a la gente de sus dolencias.
Gúdula, de tafanario plano, escasas redondeces y  la delantera convertida en planicie con dos colgajos asimétricos tristes y apesadumbrados que miran al suelo. Es una mujer extraña que ejerce de bruja-curandera en el pueblo. No se parece en nada a su hermana, de anchas caderas y muslos generosos, a la que limpia cuidadosamente y cubre con una sábana.
El recién nacido se agita tembloroso cuando empieza a ponerse morado por unos coágulos que le saca de la boca con los dedos y, sin dejar de llorar, lo mete en una jofaina con agua caliente  y le da un rápido baño.
-Zósima- le espeta colocando al bebé junto a ella- dale teta.
-Pero si no tengo leche todavía...
               -Que chupe los calostros y no te preocupes que ya te la sacará este mamón. He invocado a San Antíoco para que te llene las ubres y ése no falla nunca.
Fue un presagio, y mientras la Flor de Jericó se iba cerrando, Matías, así le pusieron a la criatura, empezó a chupar con fuerza de aquel seno deslumbrante, blanco, redondo e hinchado como un globo, de areola muy grande y oscura, con algunas cerdas alrededor del pezón de café con leche. La madre es muy peluda, hirsuta, algo que al marido, Matías, le excita muchísimo: donde  hay pelo, hay alegría, dice.  El  Monte de Venus, una pelambrera negra y espesa se ramifica como la hiedra hasta el ombligo  por el interior de los muslos, sube por el ano y el cóccix, entre los enormes glúteos, llegando hasta  la cintura. En los momentos íntimos el marido bromea porque le cuesta mucho encontrar el agujero de mujer. Demasiados obstáculos:
La luz apagada, las sayas de rigor hasta los pies, como Dios manda y nada de facilidades ni pensamientos impuros, recrearse con ellos o propiciar las caricias que provocan ese sofoco, ese bombeo de la sangre que produce un ahogo que sube y que baja. En definitiva, no debe experimentar el menor placer y mucho menos  expresarlo con gestos, sonidos o palabras, e incluso con frases, porque luego el cura se lo saca en las confesiones cuando las vigilias de las Hijas de María. Su marido debe dejar caer la simiente y ella recogerla sin más.


No lleva ropa interior. Orina de pie en la cuadra  y luego se seca con las enaguas. Para defecar, desde la muerte de su hermana “la Herminia” que se pinchó con una paja en la vulva abierta y cogió el tétanos, toma algunas precauciones. Pusieron dos piedras para apoyar los pies y evacuar desde una  pequeña altura. Muchos años después, los ricos del pueblo se fueron instalando el cuarto de aseo como símbolo inequívoco de prosperidad.  Algunos siempre que enseñaban la casa a las visitas curiosas, que a partir de entonces fueron muchas,  cuando llegaban a la puerta y asomaban la cabeza, a todos les decían lo mismo:
-Y esta es la bañera, que gracias a Dios no hemos tenido necesidad de utilizar hasta ahora.
A Matías le hubiese gustado acariciarle los senos exuberantes y saltarines, (?), pero no podía acudir a tantos frentes sin correr el riesgo, en plena batalla contra los elementos, de que su mejor amigo humillase la cerviz y cayese abatido antes de atravesar la línea de fuego. De recién casados, una noche de fuerte calor temperamental, cuando la parienta se acababa de poner el camisón derramó por el suelo un plato de garbanzos para que los recogiese uno a uno y así poder observarla con cierta lujuria.  A través del escote veía como le bamboleaban las tetas y por detrás  el movimiento de  la grupa de su yegua a cuatro patas por el pavimento de ladrillos de barro cocido. Nunca más, eso era cosa de viciosos.
Su mujer no le daba facilidades, incluso con los años aprendió de una vecina, muñidora de la misma Cofradía,  que un remedio muy efectivo contra la lubricidad de los maridos era abrir una ventana de una sola hoja en el camisón de dormir a la altura de las ingles y por debajo del ombligo, lo que permitía sin  transgredir las leyes de  la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, dejar entrar al pequeño, a veces no tanto,  labrador a sembrar en su huerto, simplemente soltando el botón que hacía las veces de cerrojo.


Ella nunca experimentó un orgasmo, ni tan siquiera llegó a oír esa palabra jamás, pero tuvo cuatro hijos.  No entendía como algunas vecinas lo podían pasar tan bien cuando las montaban si ella cada vez que se abría de piernas le entraba un sofocón que no lo podía aguantar. Desde que echaron al cura anterior se oyen esas historias. Decía desde el púlpito con la mano derecha  totalmente vendada:
- Las malas lenguas van diciendo por ahí que yo me entiendo con todas las mujeres casadas del pueblo. Y eso no es verdad. Con todas no.
Uno de los maridos, algo mosqueado, colocó en la gatera de su puerta, donde habitualmente dejaban la llave de la casa, un cepo de cazar conejos que en una de sus asiduas visitas pastorales le destrozó la mano. Fue su última homilía pero muchas de las parroquianas echan de menos sus rosarios, sus vigilias... todas sus cosas. Don Práxedes cambió los papeles con el médico (venía de otro pueblo a pasar consulta una vez a la semana) y les enseñó usos y costumbres, maneras y formas, la posición del misionero, el griego, el francés y algo de anatomía delante de un  gran espejo  con un ancho marco de caoba. Las malas lenguas, los rojos sempiternos, encontraban cierto parecido del cura con algunos niños del censo local. El Obispo lo trasladó a otra parroquia, a unos cien kilómetros,  y según iban llegando las noticias los nuevos feligreses estaban muy contentos con él. Sobre todo las mujeres. A Matías-hijo pronto le salieron los dientes y en su  glotonería por mamar le producía heridas que al sangrar el líquido púrpura más parecía el alimento de Drácula  que el de un lactante...


       -Si me muerdes mamoncete, te corto los dientes con los alicates, como a los   chinetes. (Crías de los cerdos)
Se fueron criando muy sanos, gracias a que les dio de mamar a todos. De vez en cuando le ponía una vela a Santa Águeda, por prescripción facultativa de su hermana, para que le curase las grietas de los pechos, porque además, con dieciséis años, a Matías lo seguía atetando. No podía evitarlo y a escondidas se sacaba un pecho no tan brioso como antaño, casi un colgajo, con un largo y seco pezón como la cola del bacalao y se lo ponía en la boca. Mientras sus otros hijos fueron lactantes  no resultó difícil compartir el néctar de la vida con ellos, pero luego tuvo que ingeniárselas para buscar sucedáneos. Se untaba la tetilla con leche condensada, con azúcar, con anís del Mono... y aún así, Matías,  al acostarse se chupaba el dedo pulgar pegándolo al paladar, mientras con el índice se colgaba de la nariz. También durante el día permanecía  horas enteras ensimismado y en esa misma posición dando  largas chupadas al dedo que lo tenía en una pura llaga.
Cuando parió la Feli, su vecina, varias noches se introdujo a hurtadillas en la casa por la puerta del corral, llegando hasta el dormitorio. Desenganchaba al bebé de la teta y mamaba en su lugar la leche caliente de la madre.
No entendían como se le vaciaban los pechos mientras dormía hasta que en una ocasión salió tan deprisa, al oír que el niño empezaba a llorar, que en su huída tumbó una silla.
Dedujeron que una culebra de considerable tamaño acudía al olor de la leche y vaciaba los recipientes maternos con cierta frecuencia. Nadie se percató del perro que dormía placentero en la cocina y se limitaba a abrir los ojos y mover el rabo sin cambiar de posición cuando Matías  hacía sus incursiones.
Zósima le recriminó las salidas nocturnas pero él no le hizo caso  y acudió a la Fina, una bella cabra teticoja con la que no llegó a intimar al no encontrar la posición cómoda, mostrarse reacio por el hecho de que solo tuviese una ubre, el ataque frontal del hirco y el odio de sus hermanos caprinos con los que  la bella rumiante de lánguida mirada mantenía algo más que una simple amistad.


Rechazó desde el principio el diente de bacalao que entusiasmaba a casi todos los niños por su sabor salado y optó por el dedo que no le producía náuseas. Cada vez le quedaban menos alternativas y cuando podía, escondiéndose porque le daba vergüenza, se enganchaba  del desfallecido seno de su madre, seco como suela de zapato viejo, chupando el largo pezón, áspero como lengua de gato. Nunca le llegaba la hora del destete.
       -¡Hostia!-decía el marido- deja de una vez al muchacho. Estás loca.
        -Tú cállate.
Y llegó el día de la verdad. Sortearon a Matías y tuvo que irse con los otros quintos a servir a la Patria. La madre no hacía más que llorar y el padre, que había estado en Regulares, repetía sonriendo:
         -Allí te harán un hombre.
En la mili sufre toda clase de vejaciones y a pesar de todo no puede evitar dormir con los dedos en la boca. Los compañeros le gastan bromas embadurnándole la mano con pimienta, mierda, picante, semen… y también le llevan de putas. Su predilección siempre son las más tetudas y es tal su maestría en el bello arte de mamar que algunas acaban poniéndose cachondas. Una de las entretenidas de un famoso lupanar sufre un embarazo psicológico y de sus enormes glándulas mamarias le supura un líquido amargo que se asemeja a la cerveza, lo que le convierte en cliente fijo. Pronto la pupila descubre las maravillosas dotes  de su cliente y en una de las sesiones le hace bajarse al pilón. Matías apenas nota la diferencia cuando el clítoris pasa de los dos centímetros,  pero las papilas del gusto le hacen descubrir aquel nuevo sabor inconfundible. Nunca había visto el mar pero aquel olor tan profundo le recordaba la pescadería de su pueblo. Ella va perdiendo el control de sí misma abandonando su cuerpo a los vaivenes de aquel huracán gritando y contorsionándose en la cama que se mueve como barquito de papel  en aguas bravas haciendo que el somier chirríe rítmicamente. No le cobra. El experimenta un aumento de la virilidad aunque sin demasiadas pretensiones ya que la mayoría de las veces su pico termina flácido, humillando la cabeza al no ser objeto de mayores estímulos, pero ahora, con tanto desconcierto, el sabor y el olor del marisco en dique seco junto a ese movimiento tan excitante le producen una erección y una precoz eyaculación chorreando la pringue ácida en una desconcertada y multitudinaria manifestación de minúsculos bichitos. Un día paseando con otro soldado conocen a unas chicas de pueblo que también están sirviendo y deciden invitarlas  al cine. Ocupan cuatro asientos de las últimas filas de la general, en la llamada zona de los mancos. Hay mucho soldado raso y mucha criada por ser jueves. Acabó el NO-DO y empiezan los títulos de crédito de la película.
.Muy pronto la mano de su compañero desaparece entre las faldas de su chica que en unos minutos empieza a respirar sincopadamente.   El  se  decide  a  pasarle  un  brazo  por  los  hombros y con la mano libre intenta desabrocharle la blusa, pero se hace un lío con los botones y los ojales sin conseguir su objetivo.
-No me desdés.(Desabroches) Espera un momento- le dice la muchacha levantándose de su asiento y perdiéndose en la oscuridad.
Permanece unos minutos desconcertado hasta que decide observar a la otra pareja que se encuentra en plena tarea. Ella en  décimas de segundo se aproxima la palma de la mano a la boca y se lanza un salivazo, agarra con firmeza el miembro de su acompañante que había dejado vibrando y empieza una acelerada agitación, con sus característicos chasquidos, prueba palpable de una buena  lubricación,  y acaba vomitando una blanca lava que le alcanza en un ojo, por un inusitado desvío de la trayectoria, en el preciso instante que regresa su pareja. Como puede se limpia pero la miel humana le deja momentáneamente tuerto.
-Ya me lo he quitado- le dice ella bajito mientras se sienta a su lado- lo he metido en el bolso junto con las bragas.
Una vez eliminados los obstáculos resulta fácil acceder a los pechos que acaricia con mano temblorosa. En la pantalla Grace Kelly que está casada con Donald Sinden en la película Mogambo, los censores la convierten en hermana de su marido para evitar el adulterio porque está enamorada del orejudo Clark Gable, provocando el incesto. En los descansos del rodaje el orejudo de Clark se había beneficiado a la modosita Grace que todavía no era princesa de nada. A veces la realidad se mezcla con la ficción. Matías agacha la cabeza y con la boca abierta busca a ciegas el pezón más próximo. Está eréctil y caliente cuando  lo alcanza pero queda tremendamente desconcertado perdiendo momentáneamente la razón hasta que un grito desgarrador le paraliza. Nota el líquido tibio en sus labios pero tiene otro sabor del habitual, ni tan siquiera es amargo. Se encienden las luces y puede apreciar claramente que también tiene otro color. La muchacha llora y sangra abundantemente.


La defensa habla de enajenación mental transitoria cuando el acusado descubrió que la víctima era portadora de tres glándulas mamarias y no dos como las leyes de la naturaleza ordenan. En este punto la abogada se sopesa con las manos sus pechos para que no haya lugar a dudas. El estímulo del recuerdo materno en busca del líquido blanco, le llevó a succionar, que no a morder, el apéndice extra del seno central en la zona pectoral, que al ser impar incitaba a su cercenamiento. Es evidente que no hubo por parte de mi defendido la menor intención de hacer daño, antes bien, sus pretensiones libidinosas eran de lo más elocuente cuando la muchacha así lo entendió y eliminó obstáculos para acceder con facilidad al lugar de los hechos, sexo y senos, que en esta ocasión y contra todo pronóstico resultó ser fuente de tres caños.
Un lógico desconcierto se apoderó del acusado que le hizo cometer un dramático error de cálculo al fallar el control de sus fuerzas y succionar con tanto ímpetu que arrancó de cuajo el pezón, precipitando, eso sí, de un modo poco convencional y nada aséptico, la eliminación del apéndice que hace años debieron extirparle a la víctima con un tratamiento quirúrgico. Con lo cual mi defendido no solo es inocente del delito que se le acusa, digo, otrosí merece un premio por haber liberado a la supuesta víctima de una prominencia a todas luces incorrecta, antiestética y fuera de lugar, que de no haber mediado este incidente hubiese sido una carga durante toda su vida con la única salida de un barracón de feria junto a la mujer barbuda, la cabra con dos cabezas y el enano libidinoso.
El público aplaude con mayor intensidad a  la letrada de la defensa. Visto para sentencia.
El juez dictó el fallo después de comprobar el certificado médico donde el cirujano hacía constar que había efectuado la ablación del seno  central de la víctima. La acción, equiparable a una violación al haberle deteriorado esa parte íntima de su anatomía, conlleva el castigo más ejemplar posible. Entre un himen y un pezón solo hay una diferencia de peso. (Aquí el magistrado quiso decir que solo había una diferencia de gramos) Como atenuantes se aceptan los argumentos de la defensa por lo que este tribunal condena al acusado a una boda, recomendándole, que de ahora en adelante tenga más cuidado como galactófago que es y pase a ser galactógeno, ejerciendo de galactogogo y no de galactófugo como se le ha juzgado en esta sala. Por lo tanto, a partir del himeneo, quedan a su entera disposición las dos glándulas mamarias de la víctima, de las que en un futuro deberá dar cuentas a Dios, a este Tribunal y a la Historia. Por este orden. Se levanta la sesión.







Hay amores que matan