Aguirre carga contra el saqueo de
Caja Madrid y ‘olvida’ cuando
era su ‘cortijo’
Los correos de Blesa desvelaron las
presiones de la expresidenta para
‘enchufar’ y ayudar en operaciones bancarias a sus amigos
CECILIA GUZMÁN | 20/10/2014
ElPlural
Esperanza Aguirre, esa ciudadana ejemplar, está indignada con el saqueo de Caja Madrid y el trapicheo de las tarjetas de crédito opacas al fisco. Ella, bajo cuya presidencia autonómica se afianzó el dominio del PP sobre la caja y cuyo nombre aparece en los comprometedores correos electrónicos de Blesa por las presiones que ejercía para colocar en la entidad a gentes de su entorno e influir sobre decisiones, ahora parece que ‘pasaba por allí’.
Consejeros colocados por políticos
En un “dramático panorama con más de cinco millones de parados” –escribe Aguirre en columna de los lunes en ABC-, llega la noticia de que “unos consejeros y ejecutivos de Caja Madrid –puestos a los que la mayoría de ellos accedieron gracias a sus relaciones con partidos políticos, centrales sindicales o patronales- tuvieron el privilegio de utilizar una tarjeta de crédito que era opaca fiscalmente”, y esto “ha sido un motivo más para provocar la indignación generalizada de los ciudadanos”. ¿Se refiere, entre otros, a su íntimo amigo Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña y uno de los “privilegiados”?.
La presidenta que contrató a Correa
Los ciudadanos están “muy indignados”, insiste Aguirre por los casos “Gürtel y Bárcenas en el Partido Popular, los ERE de Andalucía en el PSOE, en la UGT y en Comisiones Obreras, los Pujol y demás escándalos…”, dice la expresidenta autonómica y aún presidenta del PP de Madrid y se queda tan pancha. Aguirre se sacude toda responsabilidad en los casos Gürtel y Bárcenas con un desparpajo pasmoso. Ya no se acuerda de los muchos contratos dados por su Administración a la trama de Correa.
Que se depuren responsabilidades
Es el mismo desparpajo con el que pretende marcar distancias con la gestión de la Caja de Madrid, bajo el control mayoritario del PP regional, y se declara “indignada” porque “sabemos que ellos –los consejeros y los ejecutivos de las tarjetas- han estado al frente de esa caja durante el período que la ha llevado a la quiebra”.
“Es imprescindible –dice- que a la hora de depurar responsabilidades, se sepa cómo y quiénes transformaron el sistema de tarjetas (…) en un sistema opaco y fraudulento (…) La opacidad de estas tarjetas da una idea de la sensación de impunidad con que actuaban”, añade Aguirre escandalizada.
Su mala memoria
La expresidenta madrileña tiene mala memoria. El saqueo se hizo bajo el mandato de Miguel Blesa, colocado por su admirado Aznar durante su Gobierno. Y Blesa convirtió la caja en un cortijo para satisfacer caprichos del PP, también los de la entonces presidenta autonómica. Según los correos electrónicos y mensajes telefónicos del expresidente de Caja Madrid, desvelados cuando el juez Silva investigaba el caso, Blesa recibía, presuntamente, órdenes de Aguirre para colocar a determinados consejeros en empresas participadas por la caja y para influir en decisiones corporativas.
“Me dice la jefa…”
Según un mensaje de teléfono móvil enviado por Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, a Miguel Blesa, fechado el 18 de diciembre de 2007, y difundido por El Mundo, aquel escribió: “Me dice la jefa que si tienes que poner dos consejeros de la caja en Iberia, y uno es ejecutivo de la caja, que el otro sea Mercedes Rojo”. Rojo fue asesora de Aguirre.
Una ayudita a una prima
En otro mensaje quedó en evidencia que Aguirre hizo saber a Blesa a través de su secretaria que debía ayudar a una prima suya, que había tenido un problema en la concesión de una hipoteca. “Hágalo”, fue la respuesta que Blesa dio a una de sus empleadas tras conocer la situación del familiar de Aguirre.
“Nacho te hablará de un asunto… hazle caso”
Esperanza Aguirre impuso su voluntad en Caja Madrid, según desveló El País, a partir de otro de esos correos. Involucró a la entidad en la batalla por comprar los derechos del Real Madrid por Telemadrid. Un correo de la expresidenta madrileña y otro de su entonces número dos, Ignacio González, así lo atestiguan: “Nacho [González] te hablará de un asunto importante. Hazle caso”, escribió Aguirre a Blesa. El correo de González decía: “Miguel, necesito urgentemente que mañana a primera hora firmes la oferta conjunta con Telemadrid, tal como quedamos, para que [Ramón] Calderón, [presidente del Real Madrid] la tenga antes del mediodía. No hay que añadir o cambiar nada, tan solo tu firma junto a la de Soriano [director general de Telemadrid]”. La oferta era de 120 millones de euros por siete temporadas, pero Mediapro terminó quedándose con los derechos de retransmisión de los partidos del Real Madrid.
“Cliente referido por Aguirre”
Otro correo del director general de Caja Madrid, Matías Amat, informó a Blesa que Aguirre intercedía por amigos para la concesión de operaciones: “Cliente referido por Esperanza Aguirre que decía que no le atendíamos. No parece que fuera cierto. Cliente con dificultades”. Junto al mensaje, Amat remite un informe interno a Blesa con las incidencias del préstamo en cuestión.
Un espejo de la batalla entre Aguirre y Gallardón
Los correos de Blesa, además, eran un espejo de lo que se vivía en el PP madrileño, un campo de batalla entre Aguirre y Gallardón. Ella trabajó para echar a Blesa de la entidad y colocar a Ignacio González. Mientras, en el otro lado, Alberto Ruiz-Gallardón, que tenía a varios representantes en el consejo de administración y en otros órganos de control de la entidad, defendía a Blesa. El asunto llegó hasta los tribunales.
“La rubia y Nacho se llevan un revolcón”
El 2 de octubre de 2009, un correo recogió la felicitación de Matías Amat al presidente de Caja Madrid por la decisión de los tribunales de parar el proceso electoral que Aguirre pretendía imponer para sacar a Blesa: “Es la enésima vez que Nacho González y la rubia [Esperanza Aguirre] se llevan un revolcón. Aprenderán? A los del pacto se les ha vuelto a quedar cara de gili… Felicidades¡¡¡”, escribió Amat. A lo que el entonces presidente de Caja Madrid respondió: “Prudentes pero es un triunfo”.
En algo hay que estar de acuerdo con Esperanza Aguirre. Se actuó “con impunidad” en la gestión de Caja Madrid, y “es imprescindible que, a la hora de depurar responsabilidades se sepa cómo y quiénes” pusieron la entidad bancaria de los madrileños a su servicio, personal y partidista.
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