Dos monjas ludópatas malversaron medio millón de dólares para viajar y
jugar en Las Vegas
El dinero
provenía de donaciones y matrículas para un colegio.
11-12-18
Dos monjas de California (EEUU) adictas al juego han
sido acusadas de malversar 500.000 dólares que se gastaron en parte en
viajes y apuestas en Las Vegas. El dinero provenía de tasas,
donaciones y matriculaciones de un colegio.
Las
religiosas Margaret Kreuper y Lana Chang, que la institución describe como
"mejores amigas", se retiraron a finales de 2017 de la escuela
Católica St. James, donde la primera trabajó durante 29 años y llegó a
directora y la segunda estuvo 20 años y se jubiló como subdirectora.
Los cheques de los padres, las
fundaciones y el Estado, extendidos a nombre del colegio, pasaban por las manos
de Kreuper, que ocultó algunos, los redigirió a un supuesto "convento St.
James" y los ingresó en una cuenta bancaria alternativa de la escuela
"olvidada desde hace tiempo"."Sabemos que solían irse de viaje y visitaban casinos, y la realidad es que usaron esa cuenta como su cuenta personal", ha revelado un abogado a la dirección de la escuela y los padres. La excusa que daban para poder darse esos lujos era que se los había regalado "un tío rico".
La estafa pasó 10 años desapercibida porque la escuela era muy rentable y el dinero no se echaba en falta, habría acabado en un fondo de ahorro. El caso salió a la luz cuando, durante una auditoría normal, una familia mencionó un cheque desaparecido.
La estafa duró 10 años porque la
escuela era rentable y el dinero no se echaba en falta.
El comportamiento nervioso y ansioso
de Kreuper, que pidió que se alteraran las cuentas de la institución, hizo
sospechar a algunos colegas, que encargaron una auditoría externa más
exhaustiva que destapó la estafa.
Las monjas han expresado su
arrepentimiento y, aunque el colegio ha denunciado a la Policía, no se
presentarán como acusación, ya que la orden de las culpables, las Hermanas de
San José de Carondelet, ha prometido restituir todo el dinero e imponer
"sanciones severas" a las monjas.
Muchos padres no están de acuerdo y
hablan de organizarse para demandarlas como parte perjudicada. Otros, en
cambio, recuerdan que las ludópatas perdonaban a veces los pagos de tasas y matrículas
y ayudaban económicamente a familias con escasos recursos.
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