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lunes, 7 de mayo de 2018

El "caso Gürtel" contamina a otro juez


El 'caso Gürtel' contamina a otro juez

Juan Pablo González recusado por sus propios compañeros de la Audiencia Nacional






Dom, 6 Mayo 2018



El pasado viernes 27 de abril, aún bajo lo efectos del Caso Cifuentes y con un prometedor puente festivo por delante, el Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decidió apartar al juez ultra conservador Juan Pablo González, adscrito a la Sección 2ª, para formar parte y ser además ponente de la salas que deberán juzgar 4 de las Piezas Separadas del Caso Gürtel:





La decisión adoptada, unidas a las recusaciones que en su momento acordaron esta misma Sala de lo Penal sobre los jueces Espejel y López, ambos recusados, merece ser valorada con sosiego y en perspectiva, más allá de las informaciones puntuales que ese 27 de abril conocimos a través de los medios de comunicación.

Y es que, mire por donde se mire, siendo ya relevante que una mayoría de jueces de la Audiencia Nacional decidan apartar a “uno de los suyos”, lo es más aún si consideramos que estas 3 recusaciones ( González & Espejel & López ) tienen su origen a iniciativa exclusiva de varias acusaciones populares personadas en el Caso Gürtel. Acusaciones que además una buena parte de la judicatura no siempre ven con buenos ojos.

Dicho de otro modo, que de no haber presentado estas  acusaciones populares en tiempo y forma “los incidentes de recusación” sobre estos 3 jueces es seguro que, por ejemplo, la PS Primera Época 1999-2005, pendiente hoy de sentencia, hubiera sido juzgada por un tribunal formado por dos jueces Concepción Espejel (Presidente), Enrique López (Ponente) que según la mayoría de sus compañeros concluyeron respecto a la primera que “la percepción de posible parcialidad de los Magistrados beneficiados en su trayectoria profesional por la designación para un cargo por una propuesta ligada a la proyección en el Poder Judicial de las cuotas de Poder político existentes en las Cortes , no se aprecia in abstracto como infundada , y, en el caso, tal difuso riesgo se objetiva si además de ello se constata que , en el PROCEDIMIENTO CONCRETO , objeto de enjuiciamiento, es PARTE el Partido que sustentó con su mayoría la propuesta a tales cargos de uno de los miembros de dicho Tribunal ( o dos de tres, como en el caso) , e igualmente se constata que una de las personas que participó activamente en la votación para la Propuesta al cargo de Vocal es uno de los acusados , y que entre el nombramiento como Vocal del Consejo General del Poder Judicial y la posterior propuesta como presidente de la Sección Segunda de la Sala Penal de la Audiencia Nacional no existió solución de continuidad , por lo que ha de considerarse que las dudas que todo ello puede generar en un ciudadano medio son objetivamente legítimas”.

Sobre el segundo, Enrique López, también consideraron que de los hecho probados en el incidente permiten afirmar que la apariencia de imparcialidad del magistrado recusado para juzgar el proceso principal, en el que se ha abierto el juicio oral contra el Partido Popular, la Sra. Mato Adrover, el Sr. López Viejo y el Sr. Clemente Aguado, no supera el estándar objetivo, lo que razonablemente sustenta la percepción de sospecha manifestada por las acusaciones, por lo que debe admitirse la recusación y apartarlo definitivamente del conocimiento de la causa principal (artículo 228.2 Ley orgánica del Poder judicial) .

Es por tanto, más que probable que estos dos magistrados, de no haber sido recusados, hubieran formado en ese tribunal una solida mayoría frente al tercero de sus miembros, Julio De Diego.  Las consecuencias, como es natural, se hubieran reflejado en sus decisiones entre las que hubiera estado denegar que Mariano Rajoy declarara como testigo. Sobre lo que hubiera sido la sentencia, dada la falta de apariencia de imparcialidad de los hoy felizmente recusados, dejamos en manos de nuestros lectores que saquen sus propias conclusiones.

Pero volvamos al caso reciente del juez Juan Pablo González. De entrada, no está de más recordar que la decisión de una mayoría de sus compañeros de apartarle de las 4 Piezas Separadas antes citadas viene precedida de los escritos de recusación presentados por 4 acusaciones populares que al igual que las que formalizaron contra Espejel y López, contaron con el inestimable apoyo de la Fiscalía Anticorrupción.

Pero además no está de más recordar que tras su recusación, los recusados siguieron en la Audiencia Nacional. En el caso de Concepción Espejel fue “ascendida”  pasando a presidir la Sala de lo Penal mientras que Enrique López se trasladó a una “Sala de Apelaciones” que en honor a la verdad tampoco se caracteriza- dicen- por tener un ritmo trepidante. A ambos, alguna acusación popular tuvo que recordarles que debían abstenerse de formar parte de la Sala que votaría finalmente las recusaciones contra su compañero Juan Pablo González.

Y si estos antecedentes fueran poca cosa tampoco sobra recordar que con Espejel de Presidenta de la Sala de lo Penal se modificaron las normas de funcionamiento, composición de las Secciones y asignación de Ponencias para el año 2018 que dieron lugar, entre otras cosas, a que el hoy recusado Juan Pablo González fuera designado como Vocal y Ponente de los tribunales que deben juzgar esas 4 PS y que han sido motivo final de su recusación. Para los más curiosos apuntarles que los citados acuerdos han sido recurridos ante la Sala III del Tribunal Supremo.

Vamos finalizando recordando que en las próximas semanas la Audiencia Nacional volverá  a ser noticia cuando se haga pública la sentencia sobre los 38 procesados por la Primera Época y que, al parecer, todo apunta a que serán condenados, incluido el PP y Ana Mato, ambos a titulo lucrativo. En los próximos meses también conoceremos que otro juez de la Audiencia Nacional, Vázquez Honrubia deberá firmar la sentencia sobre 19 acusados por la financiación irregular del PPCV, entre los que se encuentran su plana mayor , excepción hecha de Francisco Camps que a cambio si está siendo investigado en otras 3 causas abiertas en los juzgados de la Comunidad Valenciana.

Y por si esto fuera poco, los Casos Púnica y Lezo que se investigan en el Juzgado Central de Instrucción nº 6 continúan provocando ajustes de cuentas, caos y desconcierto entre los diferentes clanes genoveses, en particular los de la Comunidad de Madrid.  Todo un calvario judicial. Seguiremos informando.



Mucha más información y personajes en Los Genoveses


domingo, 6 de mayo de 2018

Patriotas: ¡Una, Grande y Libre!


Carta de tres magistradas a la víctima de "La Manada"


06/05/2018  

La carta de tres juezas a la víctima de 'La Manada': "Gracias por tu valentía, coraje y honestidad"

Tres magistradas de Barcelona, Bilbao y Lugo defienden que el tribunal creyó a la joven, pero creen que fue violación y no abuso.

·         Redacción ElHufPost
·         La web Viento Sur ha publicado este domingo la carta de tres juezas de Barcelona, Bilbao y Lugo dedicada a la víctima de La Manada.

         En ella, las tres magistradas, Dalia Dopazo, Nekane San Miguel y Angels Vivas, defienden que el tribunal que juzgó este terrible suceso sí creyeron la versión de la víctima, pero no comparten que sentenciaran que se trató de un simple abuso, ya que creen que fue una violación.

         Este es el contenido íntegro de la misiva, que concluyen agradeciendo a la joven su "valentía, coraje y honestidad" durante el juicio.

         Empezamos pidiéndote disculpas por el atrevimiento de pensar que, habiéndose dicho tantas cosas sobre la sentencia que conocimos el pasado jueves, 26 de abril, podemos aportar algo aún. Disculpas por sentir la necesidad de contar nuestra lectura de la sentencia.

         La reacción de la gente ha incomodado a una buena parte de quienes cada día hemos de sentenciar, pero es a partir de esa reacción de las mujeres y de los movimientos feministas, desde donde debemos analizar con sosiego si hemos de cambiar este sistema penal androcéntrico y con graves sesgos sexistas, y sobre todo, qué es lo que hemos de cambiar.

         La sentencia mayoritaria (la opinión de dos sobre tres) declara probados los hechos que leemos y que han sido conocidos. Frente a ese relato ha habido indignación, y hemos oído y leído los motivos de esa indignación.

         Hemos escuchado lo de Yo sí te creo, pero queremos decirte que, en nuestra opinión, el tribunal (dos sobre tres) ha creído tu relato y lo ha declarado probado, con evidencia, más allá de toda duda razonable. Si no te hubieran creído, es imposible escribir lo que se dice en los hechos probados de la sentencia; tampoco diría la sentencia que tu testimonio es coherente y digno (lo califica de este modo en los fundamentos jurídicos). Los argumentos de las defensas cuestionando tu persona y tu relato son rechazados por la sentencia con respeto y consideración. Leemos cómo les has convencido con tus explicaciones, por qué te han creído.

         También se ha dicho que la sentencia coloca a las mujeres en una grave situación de riesgo, pero no leemos en ella nada que nos lleve a esa conclusión, porque la sentencia analiza algo que vemos cada día, y que es que cada mujer reacciona de modo distinto ante un ataque (cada persona es un mundo) y explica la sentencia que, en ocasiones, quien se siente agredida responde resistiéndose; en otras, tratando de ganar tiempo para eludir la agresión; y en otras, adoptando una actitud pasiva y esperando que termine cuanto antes, y que ninguna de esas tres reacciones implica consentimiento. Por eso en los argumentos de la mayoría (dos sobre tres) se deja claro que en ningún momento consentiste, y también explica la sentencia por qué resulta evidente que no querías que nadie (en este caso los cinco acusados) te tratara como lo hicieron aquel día de San Fermín.

         Dice la sentencia que existió abuso y no violación. Aquí sí queremos pararnos para explicar también nuestro punto de vista:

         a) Quienes firmamos esta carta hemos mantenido que las palabras son muy importantes; son un método para comunicar ideas, emociones, deseos. Por medio de símbolos y significados el lenguaje transforma la conciencia humana porque permite nuevas formas de pensamiento y adquisición de conocimientos; los significados de las palabras sufren un proceso de transformación. Va variando el significado que damos a las palabras porque la relación entre la palabra y el pensamiento no es solo un hecho, es básicamente, un proceso (del pensamiento a la palabra y de la palabra al pensamiento).

         b) Si se describen unos hechos probados como los que hemos leído, es imposible que la gente esté conforme con llamar abuso (al margen de la calificación técnico-jurídica) a esos hechos. Para la mayoría de las personas, abusar es usar mal o en exceso, pero usar, al fin y al cabo, y la palabra usar no la refiere el diccionario para las personas, sino para las cosas (hacer servir una cosa para algo).

         c) Creemos que mantener esa palabra (abuso) en el Código Penal para referirse a las relaciones sexuales no consentidas, parte de la idea de que las mujeres seguimos siendo objetos para servir al placer del hombre, y que solo si se exceden los hombres en ese uso, se les castiga, pero solo si se exceden. Y esa idea que se adivina bajo la palabra abuso es muy dolorosa para cualquier mujer, haya sido o no objeto de abuso.

         d) La gente ha protestado porque han considerado que estamos ante una violación, y en esto sí estamos de acuerdo. Desde un examen técnico, jurídico, violar (en el Código Penal) es utilizar fuerza, violencia contra la persona violada, y/o intimidarla para acceder sexualmente a ella. Intimidar a alguien es meterle miedo, y es verdad que el miedo es muy subjetivo (unas personas lo tienen rápido y otras no) pero en nuestro trabajo de juzgar debemos examinar qué datos objetivos, probados, han resultado en el juicio. En tu caso, los datos objetivos sustentan, refuerzan y asientan la idea, clara y que pocas explicaciones merece, que en el portal de la calle... En lo que describiste (te han creído y te creemos) cualquier persona sentiría miedo y ante el miedo, cada persona reacciona de modo distinto y tú reaccionaste cómo pudiste en aquel momento. Y esto no te hace culpable de nada, pese a que las defensas trataron de desplazar la responsabilidad y la culpa a tu persona, como ocurre con frecuencia, cuando nos recuerdan que somos nosotras las provocadoras de todo lo que nos hacen (no nos pasa sin más). ¡¡¡Que no se te pase por la cabeza ni un ápice de culpa!!!

         e) Nos gustaría que no pensaras que después de lo que te han hecho vas a padecer secuelas de por vida. No tiene por qué ser así. Ya lo dice la sentencia: ese día no se acabó el mundo ni la vida para ti. Eres joven y valiente, y se nota que tienes a tu alrededor gente que te ayuda y te quiere (se adivina esto) y seguirás siendo una mujer alegre, que disfrutará del sexo y de la vida. Rechazamos (con toda la energía de que somos capaces) el argumento de que: "como no hay secuelas psíquicas, como sigue llevando fotos a Instagram, o a Facebook se lo pasó en grande, consintió, no le ha pasado nada". Pese a quien pese y aunque sí te violaron, podrás convivir con ese dolor, gestionarlo y que estos hechos no arruinen tu futuro.

         Dice la gente que la violación les ha salido gratis: nueve años de cárcel no es ninguna tontería, pero sí creemos que la pena debió ser mayor porque (ya lo hemos dicho) debió calificarse y castigarse como violación. Además, en la sentencia se declaran probados otros hechos, otros ingredientes que hacen más grave el delito, y por ello, la respuesta del sistema penal debió ser más elevada.

         La sentencia, por tres veces, explica que cuando uno de los acusados te quitó el móvil no era con la intención de robarte, sino de dejarte desamparada, sin que pudieras pedir ayuda, para que tardaras en reaccionar, para humillarte aún más..., y eso no es un robo; eso es mucho más grave, mucho más indigno..., al igual que el hecho de que grabasen en vídeo y difundieran la violación, pero principios procesales impidieron al tribunal ir más allá.

         No queremos terminar estas líneas sin estas últimas reflexiones:

        a) No vamos a comentar el voto particular; todo acto de juzgar tiene una carga de subjetividad, y sabemos que cuando escribimos una sentencia nos retratamos. Dicho esto, llama la atención el modo en que el discrepante de la mayoría (en su voto), disecciona, desmenuza tus varios relatos. Nos parece una idea particular sobre el comportamiento de la memoria humana, del relato, de la palabra de una joven de dieciocho ó veinte años, de vuestros modos de contar las cosas..., de explicaros...Y quizás no dar importancia a lo que nos aporta la psicología forense experimental, y a todos los condicionantes que influyen en el relato de cualquier ser humano.

        b) Cuando utilizamos el lenguaje, el mínimo respeto lleva a que tengamos en cuenta las características lingüísticas de las personas a las que va dirigido. El respeto a los derechos básicos de todas las personas a las que destinamos nuestras resoluciones exige que escribamos en un lenguaje claro, igualitario, inclusivo, no sexista, respetuoso, gramatical y sintácticamente correcto y que la redacción sea eficaz. Son muchos los efectos que tiene nuestro modo habitual de redactar: uno de ellos es que, llenar folios y más folios en ese lenguaje, hace que no te reconozcas (puede parecer que no es tu asunto).

         Terminamos dándote las gracias por tu valentía, por tu coraje y por la honestidad que transmite la sentencia sobre tu modo de proceder en este juicio. Estamos seguras de que ha tenido que ser duro, muy duro estar en el centro de esta vorágine, y resistir como lo has hecho (también es algo que adivinamos) porque suponemos que, en más de una ocasión, durante estos largos meses, habrás pensado si no hubiera sido mejor para ti el haberte ido de Pamplona cuando llegó tu madre a recogerte, y no pasar por el Juzgado, pese a que las dos fuisteis conscientes de lo que te habían hecho unos hombres que piensan y tratan a las mujeres como mero objeto.

         Un abrazo

         Dalila Dopazo, Magistrada en Lugo

         Nekane San Miguel, Magistrada en Bilbao

         Angels Vivas, Magistrada en Barcelona

·          


Pedro Agramunt: ¡Menudo pájaro!


La ecuación Agramunt: PP + Prostitutas + Mordidas = Machismo total

Tarde y mal, el Partido Popular ha abierto un expediente informativo a este senado 'popular'

ElPlural

Loreto Ochando

Dom, 6 Mayo 2018

La semana pasada ELPLURAL.COM dedicaba uno de sus reportajes sobre la corrupción valenciana a poner negro sobre blanco uno de los hechos más nauseabundos que se producen, el consumo de prostitución como forma de pago alternativa a las mordidas o al expolio de erario. Uno de los casos que se mencionó fue el del senador del Partido Popular, Pedro Agramunt. Un caso, que oídas sus declaraciones al respecto, merece un tema propio.

El caso del senador presuntamente ‘putero’, siempre según lo afirmado por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), saltaba a la luz cuando el Equipo Independiente de Investigación sobre la Corrupción en el seno de la (PACE) emitía una informe en el que acusaba al popular, tal y como señalaba Carlos Hidalgo en este periódico, como "altamente sospechoso" de haber representado los intereses de las dictaduras de Azerbaiyán y de Siria a cambio de dinero, regalos y, según algunos testimonios, los servicios de prostitutas mientras ejercía de observador electoral.

Contaba Hidalgo que Agramunt fue presidente de la  Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, cargo del que se vio obligado a dimitir por las acusaciones de corrupción y tras haber perdido la confianza del Partido Popular Europeo, que votó una moción en la que se le instaba a dimitir. Todo ello se debió a que Agramunt había realizado en aquel momento un viaje a Siria, donde se alojó en hoteles de lujo, para mantener un encuentro con Bashar El Assad y se ofreció desde allí a pagar viajes similares a otros miembros del Consejo de Europa para suavizar sus posiciones sobre las acciones de la dictadura siria.

Pero lo lamentable del caso, más allá de lo asqueroso, repugnante y machista que es el consumo de prostitutas pagadas como premio por su genuflexión ante esta dictadura, son sus frases justificativas una vez saltó el escándalo. En un ejercicio de machismo más propio de otros siglos que de este en el que vivimos, el senador popular dijo: “Ojalá yo pudiera hacer esas cosas”.

Una frase que resuena como la losa que cae sobre la tumba de las cientos de miles de mujeres que son obligadas cada día a ofrecer su cuerpo a cambio de dinero; un pedrazo a quienes luchan por erradicar de las calles esa prostitución forzada, se calcula que cerca del 90 por ciento de la mujeres que la ejercen lo hacen obligadas por mafias; un revés en toda regla a la lucha por la igualdad.

Pero lo más lamentable de todo es que sigue como senador. Agramunt, el hombre que ha denigrado a todas las mujeres con sus asquerosas palabras, no se va ni con agua caliente, un clásico ya entre los políticos del partido de la gaviota, que no dejan de cobrar un sueldo pagado por todos los españoles así los sepulten en estiércol.

El senador niega la mayor, de hecho su frase completa al ser preguntado por el tema fue: "Eso es falso. Yo tengo una edad, me parece a mí que eso es una fantasía. Uno podría decir 'ojalá yo pudiera hacer esas cosas, pero uno ya no está para eso', para tener una vida en ese sentido. Es una acusación ridícula y sin pruebas". Es decir, de sus palabras se desprende que no solo hubiera querido estar con hasta tres trabajadoras sexuales a la vez, muy probablemente y como se ha mencionado aquí explotadas por mafias, sino que además lo tilda de “fantasía”.
Una fantasía sexual para él, pero de dolor, explotación y humillación para las mujeres que se ven obligadas a “aliviarle”. Una fantasía que es una película de terror diario para las cientos de miles de mujeres que los 365 días del año están obligadas a entregarse a hombres que tan solo las ven como objetos, y que tienen que escuchar de boca de políticos que deberían abogar por protegerlas, frases tan horripilantes como “ojalá yo pudiera hacer esas cosas”.

Ahora, tarde y mal, el Partido Popular ha abierto un expediente informativo al senador. Un expediente que tiene muchos visos, como siempre, de terminar en agua de borrajas mientras las mujeres de las que ha hablado seguirán obligadas, día tras día, a vender su cuerpo a babosos insensibles.

 Loreto Ochando es periodista de tribunales





Curas pedófilos (Sagrada Pedofilia)


Carmen Martínez de Castro: ¡Os jodéis!


La Manada: Nombres y apellidos


José Ángel Prenda

Alfonso Jesús Palezuelo

Jesús Escudero

Ángel Boza

Antonio Manuel Guerrero

Chiste


¡En marc ha! ¡Pensiones dignas!


"Entran ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles "os jodeis""


La Secretaria de Estado de Comunicación insulta a los pensionistas
Carmen Martínez de Castro pierde los nervios tras la pitada que dedicó a Mariano Rajoy un grupo de jubilados en Alicante



 Sáb, 5 Mayo 2018





"Entran ganas de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles 'os jodeis'". Aunque parezca mentira ésta es la reacción que ha tenido Carmen Martínez de Castro, tras escuchar la pitada que un grupo de pensionistas le dedicó al presidente del Gobierno al salir de su vehículo para asistir a un acto público en Alicante. 




El vídeo, grabado por 12TV, muestra a Mariano Rajoy bajándose del coche y saludando a Luis Barcala, alcalde de la ciudad. De fondo pueden escucharse los abucheos y los pitos con los que los jubilados reciben al presidente. Entonces la cámara capta en primer plano a Martínez de Castro espetando entre risas a un compañero de comunicación del Partido Popular la opinión que le merecen. 

La grabación ha corrido como la pólvora por internet y las reacciones han sido inmediatas. 



sábado, 5 de mayo de 2018

Anatomía del Clítoris (Jesusa Rodriguez y Liliana Felipe)

Mamá, tengo que contarte algo.


BLOGS

05/05/2018

Mi hija de 14 años vio porno y nos cambió la vida como nunca imaginé

Una fatídica noche de noviembre de 2014, mi hija de 14 años nos despertó a mi marido y a mí a las 2 de la madrugada.

Llorando y visiblemente afligida, musitó: "Mamá, tengo que contarte algo".

Esas temidas palabras son capaces de sobresaltar incluso a las personas con el sueño más profundo y llevarlas a un estado de alerta máxima. Mi cerebro de madre empezó de inmediato a barajar las sospechas típicas: ¿Está embarazada? ¿Toma drogas? ¿Se ha metido en problemas? ¿Se ha quedado embarazada alguna amiga suya? ¿Toma drogas alguna de sus amigas? ¿Se ha metido una amiga suya en problemas? Fuera cual fuera el motivo de su acuciante necesidad de hablar conmigo en mitad de la noche, sabía que tenía que mantener la calma para no ponerla más histérica de lo que ya estaba.

Me incorporé en silencio: "Vale, ¿qué pasa?", le pregunté con la voz tan uniforme como pude.

En vez de responderme, me entregó su iPhone. Ese acto por sí solo ya hablaba a las claras de lo grave que era la situación, ya que normalmente apenas me dejaba echarle un vistazo a su teléfono y mucho menos ponerle las manos encima. Me preparé para ver terribles mensajes de acoso, amenazas o incluso desnudos, pero en vez de eso acabé mirando una página web repleta de jerga legal de arriba abajo. Mi confusión se tragó por completo mis miedos.

"¿Qué es esto?", le pregunté.

Mirando a todas partes excepto a mí, respondió: "He estado viendo porno y el FBI me ha rastreado".

Mi mente se puso de repente en modo histérico: ¿¡Qué coño!? ¿¡Porno!? ¿Se va a presentar el FBI en mi puerta? ¿Eso que oigo es una sirena? ¿Llamarán antes por teléfono? ¿Podría acabar mi hija en la cárcel? ¿La juzgarán como si fuera adulta? ¿Tengo que ir buscándole un abogado? ¿Cuánto dinero costaría un abogado para un caso como este? Espera un momento, ¿acaso el porno es ilegal? ¡Amelia, para ya! Tu hija te necesita. Respira.

Casi nada podría haberme espantado más. Como madre de una adolescente, había imaginado muchas de las conversaciones y situaciones difíciles que tendría que vivir con ella hasta que se convirtiera en mujer. Desde que cumplió los 14 años, di por hecho que ya habíamos mantenido todas las conversaciones importantes: la regla, el sexo, la seguridad por Internet, el respeto a su cuerpo, las drogas, el alcohol, el respeto a sus amigos...

Todas esas conversaciones habían ido bien, en general, tan bien que ya había llegado a pensar que esto de ser padres ya lo teníamos dominado. Sabía que no bastaba con hablar con tus hijos una sola vez sobre estos temas potencialmente peliagudos y que los padres tienen que esforzarse por mantener un diálogo continuo con sus hijos siempre que sea posible.

Y, para disgusto de mis hijos, yo estaba decidida a mantener con ellos una comunicación abierta y honesta. De hecho, mi método siempre ha sido que si oía o leía cualquier asunto o experiencia relativa al desarrollo de los hijos, sacaba el tema con ellos sin importar lo incómodo o complicado que pudieran ser las conversaciones.

Pero ¿sobre porno? Nunca pensé que tendría que tener esta charla con ninguno de mis hijos hasta que mi hijo, que tiene 5 años menos que su hermana, llegara a la pubertad. Por desgracia, inocente de mí, tener que hablar sobre contenido de adultos con mi hija nunca llegó a aparecer en mi radar de madre.

Sentadas en la oscuridad, le hice algunas preguntas directas y me respondió incómoda. No, nunca había hablado con nadie sobre porno. No, nunca había contactado con nadie y nadie contactó nunca con ella pidiéndole fotos desnuda. No, nunca había hecho vídeos porno ni había subido ningún vídeo a la red. Sí, había visto vídeos de adultos practicando sexo. No, nunca había visto vídeos de niños y no, no le atraen los niños. ("Agh, mamá, por favor"). Sí que le atraen los hombres y las mujeres.

Mientras hablábamos, mi cerebro y mi corazón empezaron a calmarse. Mi marido y yo nos dimos cuenta de que sus confesiones y experiencias probablemente no eran tan diferentes de las que solemos oír sobre chicos adolescentes a los que pillan en situaciones parecidas. Los adolescentes, tanto los chicos como las chicas, sienten curiosidad por el sexo. Desde el principio de los tiempos, los niños han curioseado a escondidas estas imágenes de contenidos gráficos y se han contado historias explícitas.

Aunque podía entender su bochorno, no tenía nada de lo que avergonzarse. Simplemente tenía curiosidad.

Sin embargo, lo habitual es oír hablar de chicos que buscan cosas "traviesas", pese a que las chicas sienten la misma curiosidad por el sexo que los chicos. En el caso de los chicos, ver porno es casi algo esperable o una especie de rito de transición. En el caso de las chicas, bueno, no sé qué es lo que se espera de ellas, porque nuestra cultura rara vez aborda el tema ni habla sobre por qué las chicas pueden querer ver porno, ni sobre a partir de cuándo y por qué puede serles útil o a partir de cuándo y por qué puede resultar contraproducente.

Al verla sentada en una esquina de la cama, envuelta en su propia vergüenza y con los dientes castañeteando de los nervios, me di cuenta de que aunque podía entender su bochorno, no tenía nada de lo que avergonzarse. Simplemente tenía curiosidad.

Después de hablar y de que se volviera a la cama, una investigación rápida me garantizó que no la iban a arrestar. Esa ventana emergente que le apareció en el teléfono era solo eso, publicidad basura que en realidad no creaba el FBI. No sé quién la insertó ahí, pero acabó resultando de provecho para mi hija adolescente. Nos hizo empezar a hablar, y de muchas más cosas que de porno.

Incluso después de disipar su miedo a que el FBI se presentara en nuestra casa, sus nervios no se terminaron de calmar. Le recordé las palabras que le había dicho en incontables ocasiones desde que nació: "Cariño, te quiero pase lo que pase". Cuando le pregunté si me creía, se encogió de hombros y me dio esa típica respuesta de adolescente: "No sé". La miré a los ojos y le dije: "Siempre te he querido pasara lo que pasase. Esta es una de esas 'pase lo que pase' y no va a cambiar nada lo que siento por ti".

Parecía aturdida, lo que me acabó desconcertando a mí. Todos los días intento mostrarles y decirles a mis hijos que les quiero. Sin embargo, en ese momento, me preocupó que pensara que habían sido palabras vacías. Este incidente realmente pareció nuestra primera prueba para ver si había estado hablando en serio durante todos esos años.

Tres años después de eso, mi hija ya tiene 17 años y está en su penúltimo año del instituto. Ha habido momentos complicados que hemos tenido que superar juntas, pero puedo decir orgullosa que es una chica muy correcta. Sus pinitos viendo porno no la han transformado en una loca obsesa del sexo. No ha tenido sexo durante su adolescencia y no equipara el sexo y el amor.

De hecho, ha terminado esperando hasta después de cumplir los 17 años para tener su primera cita y sigue muy feliz con ese joven. Ha visto a amigos y compañeros saliendo con otras personas solo por salir, pero ella quiso que su primera cita fuera con alguien con quien sintiera una conexión y no dio un paso adelante hasta que no estuvo preparada. Fue su propia decisión, tal y como debería ser.

Jamás habría pensado que una conversación sobre porno en la madrugada con mi hija de 14 años iba a acabar resultando un momento tan crucial en nuestra relación, pero lo fue. Tras esa noche, pareció darse cuenta de que de verdad podía contarme cualquier cosa porque yo la escucharía. Quererla "pase lo que pase" empezó a ser algo más que simples palabras para ella.

Muchos de los muros que nos separaban se derrumbaron y esa adolescente reservada que se escondía en su habitación empezó a pasar más tiempo con el resto de la familia. Empezó a jugar a juegos de mesa, a ver películas, a debatir sobre acontecimientos de la actualidad y a contarnos cómo le afectaban las cosas que le sucedían. Me contaba los problemas que tenía con sus amigos y me preguntaba cosas como: "¿Es normal esto? ¿Debería preocuparme por esto o por lo otro?".

Pero no solo cambió la vida de mi hija; esta experiencia también me despertó a mí. Me di cuenta de que mi hija de 14 años sentía tanta curiosidad por el sexo que había acudido al porno en busca de respuestas. Me preocupaba que el porno gratis que pudiera encontrar por Internet no le mostrara relaciones sexuales sanas, cariñosas y respetuosas, y puede que ni siquiera le proporcionara información correcta sobre lo que sucede durante el sexo, y menos aún sobre problemas como el consentimiento y la autonomía.

Esta experiencia también me despertó a mí. Me di cuenta de que mi hija de 14 años sentía tanta curiosidad por el sexo que había acudido al porno en busca de respuestas.

Ambas empezamos a mantener un montón de conversaciones sobre el respeto hacia los demás y hacia ella misma, y aprendió que, si se respeta a sí misma, acabará en la mayoría de las ocasiones rodeándose de gente que también la respete. Es la teoría por la que me rijo yo, por cierto.

Me gusta pensar que habría aleccionado a mi hija sobre estos asuntos de todos modos, pero ¿habría comprendido yo la importancia de mantener estas conversaciones con ella cuando solo tenía 14 años y ni siquiera tenía citas? No lo sé. Quizás habría esperado o no habría abordado esos temas con tanta urgencia ni claridad, y quizás ella habría pagado un alto coste por ello.

Solo cuento con tres años de pruebas anecdóticas basadas en una adolescente, pero hasta ahora ya ha cortado lazos con un antiguo amigo que la manipulaba y ha dejado atrás a conocidos que no respetaban sus límites o la hacían sentirse inferior. Son asuntos difíciles de manejar incluso para los adultos. Mi hija lee un montón de artículos sobre la ansiedad para intentar aprender más de sí misma, y cuando las cosas se torcieron hace dos años y sintió ganas de hacerse daño, me lo contó. Y esa vez no había vergüenza en su voz. En lugar de ello, fue capaz de manifestar los temores que le provocaba semejante agonía.

Ahora que mi hija está ocupada con sus duras clases del instituto y saliendo con su pareja, ya no la veo tanto como antes para ver películas por la noche ni para echar largas partidas de Rummy 500. Aun así, cada cierto tiempo se acurruca conmigo en el sofá y quiere ver la tele conmigo o enseñarme algún meme absurdo o algún vídeo de gatos. Estoy muy orgullosa de ella por tomarse el tiempo de seguir descubriendo por sí misma quién es y qué es lo que quiere.

Así que, aunque suene extraño, el porno mejoró mi relación con mi hija de formas que jamás me habría podido imaginar. He estado siempre tan empeñada en enseñarle lo que es el "contacto bueno" y el "contacto malo" y preocupada por la posibilidad de que sufriera acoso que se me pasó por completo que había llegado a la edad en la que empieza a sentir curiosidad por el sexo y que quizás estaba preguntándose de qué iba todo este asunto. Y, entonces, una intimidante ventana emergente nos forzó a empezar a confiar la una en la otra más que nunca antes.

Mi hijo mayor va a cumplir 13 años en un par de semanas y, gracias a todo lo que hemos vivido mi marido y yo con nuestra hija, ahora tenemos una nueva aliada en la casa para que nos ayude a enseñarle a mi hijo cómo son las relaciones sanas. De hecho, mi hija habla con él de todo tipo de cosas y él la escucha un poco más que a nosotros porque es la hermana mayor guay y nosotros, los padres aburridos.

Estoy segura de que sus años de adolescencia traerán sus propias formas de tortura y sus propios dramas para todos los miembros de la casa, pero si se despierta en mitad de la noche aterrado porque el FBI está rastreando sus hábitos por Internet... Bah, eso será pan comido.

Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.