El silencio de los obispos ante los delitos sexuales clama al cielo
Al Foro madrileño de Curas le
preocupa que instituciones que se dicen católicas consideren culpable a la
víctima
Dom, 13 Mayo
2018
Mientras la sociedad sale a la
calle, se manifiesta y denuncia la terrible agresión sexual de cinco
energúmenos ocurrida en los Sanfermines de 2016 contra una chica de 18 años,
la calificación de los hechos que han realizado los jueces y el
silencio de los obispos españoles clama al cielo.
Cuando faltan pocas semanas para el
chupinazo, que este año no puede acabar en una barbaridad, es hora de que los
obispos españoles muestren algún tipo de compasión por la joven
violada. Que los responsables de la Iglesia católica, además de celebrar la
festividad del patrón de Navarra y Pamplona, condenen tales acciones.
Según las últimas estadísticas, las
violaciones se han incrementado y, visto lo visto, quienes las sufren
tienen pánico de acudir al juzgado. Hasta el momento, en el ámbito
cristiano se han expresado a través de las redes sociales un par de colectivos.
Al menos, dos conventos de monjas de clausura han señalado que aunque no vayan
de fiesta, ni ingieran alcohol y hayan hecho voto de castidad, “defenderemos
con todos los medios a nuestro alcance (este es uno) el derecho de todas las
mujeres a hacer libremente lo contrario sin que sean juzgadas, violadas,
amedrentadas, asesinadas o humilladas por ello.”
A su juicio, no se puede aceptar
que se cometa una atrocidad de este calibre, “y que sea la víctima
quien sea juzgada, condenada y humillada públicamente.” No parece haber dudas
de que Jesús de Nazaret estaría con la víctima y no contra ella.
La tendencia es cerrar filas y
mantenerse en el ostracismo
El Foro
de Curas de Madrid también ha expresado su rechazo, su condena y
su vergüenza ante los hechos. A los curas madrileños les sorprende
que la inmensa mayoría de los obispos españoles, tan dispuestos a alzar la
voz ante otros asuntos “que consideran gravemente inmorales, aunque no siempre
lo sean,” guarde silencio ahora, cuando en la calle hay un inmenso
clamor en torno a la sentencia. A este Foro aún le inquieta más pensar que
detrás de quienes quieren convertir en culpable a la víctima pueda haber
personas o instituciones que se dicen católicas.
El contundente reproche lanzado
contra la jerarquía eclesiástica recuerda que ésta, a su vez, se
debate en el terrible dilema de cómo echar tierra sobre el tremendo asunto de
los abusos sexuales a menores de clérigos de diferentes países, y también de
España, donde van aflorando las denuncias ante los tribunales. La tendencia es
cerrar filas y mantenerse en el ostracismo, pese a los esfuerzos del buen Papa
Francisco por limpiar tanta porquería.
El problema es de mentalidad. Hay demasiada presencia de
pensamientos atávicos. Como el prelado de Córdoba, que hace poco menos de un
mes alababa el hecho de que las víctimas de explotación sexual no aborten pues
considera que así se dignifican. Más le valdría arremeter contra sus proxenetas
y contra quienes utilizan a las mujeres como objetos. Poco servicio hacen a la
sociedad aquellos que defienden una Iglesia egoísta, anclada en sus
privilegios y benevolente con los verdugos.
Enric Sopena
es Presidente Ad Meritum y fundador de ELPLURAL.COM