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martes, 31 de julio de 2018

¡Qué vienen los " incels"!


Desmontando a un incel

Jack pensaba que era demasiado feo para ligar. En un rincón oscuro de Internet, encontró aceptación entre una comunidad de perdedores. Ahora quiere salir.


31-7-18



Jack Peterson se convirtió en portavoz no oficial de la comunidad incel. Pero de repente quiso salir de ahí.

En mayo, Jack Peterson fue a una cita de Tinder. Con una mujer. Comieron en un restaurante en el centro de Chicago y estuvieron hablando informalmente de sí mismos. Se mire como se mire, era una cita corriente. Pero para Peterson, de 19 años, fue un logro de proporciones épicas.

Hasta hace poco, Peterson se identificaba como "incel", o involuntariamente célibe. Los incels creen que, por motivos que escapan completamente a su control —ser demasiado bajo o demasiado calvo, tener la mandíbula poco pronunciada—, no pueden atraer a una mujer. Creen que están destinados a quedarse solos, para siempre.

Para muchos incels, esta visión fatalista se une a un odio tóxico hacia las mujeres, a las que culpan de su atolladero de soledad. Los incels acostumbran a denigrar y deshumanizar a las mujeres en foros online; y algunos incluso fantasean con violar y matar a las mujeres por rechazarlos.

Peterson afirma que se unió al movimiento por la camaradería masculina, no por la misoginia. Conectó con otros hombres por sentirse feos e inadecuados. Pero entonces ocurrió algo que le hizo querer salir de ahí.

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El pasado 23 de abril, Alek Minassian empotró su furgoneta alquilada contra quienes pasaban por una céntrica calle de Toronto (Canadá), matando a 10 personas, 8 de ellas mujeres. Horas antes, publicó un críptico mensaje en Facebook en el que celebraba la "Rebelión Incel". También alabó a Elliot Rodger, que en 2014 cometió una matanza masiva que achacó al odio que sentía por las mujeres.

De repente, todo el mundo quería hablar con incels. Cuando los medios empezaron a llamarlo, Peterson, que era un trabajador voluntario en una popular web incel y presentaba un podcast llamado Incelcast, decidió hacerlo público. Su motivación era simple: quería que el mundo supiera que no todos los incels eran misóginos violentos. Algunos eran como él, decía, marginados de la sociedad, perdedores reconocidos que no tenían a nadie más que al resto de incels.

Fue a hablar a la cadena canadiense Global News, donde defendió que se borrara el contenido misógino de las webs incel y que se prohibieran referencias a Rodger y a otros asesinos. También habló con la BBC. Le hicieron un perfil en The Daily Beast. Habló y habló, y parece que la gente lo escuchaba. Se había convertido en un portavoz no oficial de los incels.

Luego, una semana más tarde, Peterson dejó abruptamente la comunidad.

Anunció su salida en un vídeo que publicó en su canal personal de YouTube a principios de mayo. Grabándose en su habitación, decorada con pósteres de las películas Eyes Wide Shut y Eraserhead y de los Chicago Cubs, explicó que había pedido al propietario de incels.me "bloquear permanentemente mi cuenta para no poder publicar más en el foro".

De algún modo, entrevió el camino de salida.

Iniciación a la tribu


Peterson, cuyo nombre real es Kalerthon Demetro, se crió en Chicago, hijo de madre soltera. Dejó el instituto pronto, era un adolescente solitario con acceso ilimitado a Internet.

Su primera incursión en las comunidades online llegó a los 11 años a través de la plataforma 4chan. Como niño que sufría depresión, ansiedad y bullying en la vida real, en el mundo virtual encontró a una comunidad a la que sentía que pertenecía. Era su lugar seguro.

Cuando entró en la adolescencia, Peterson empezó a ser huraño, y a veces pasaban semanas sin que saliera de casa. En un momento, descubrió la comunidad Pick Up Artist, viendo vídeos en YouTube sobre cómo seducir a chicas. En el tema de citas no había tenido mucha suerte y ahí entendió que las citas podían ser parecidas a un juego. Era evidente que él iba perdiendo.

Después de eso, se topó con los vídeos de un usuario que se hacía llamar Steve Hoca. Los vídeos iban sobre su vida de "soledad real obligada" —true forced loneliness o TFL, en inglés—, un término usado por hombres que creen que las mujeres les niegan injustamente compañía y sexo.

Entonces, hace un año y medio, empezó a leer el foro de Reddit r/incels. Él había visto el término antes, en 4chan, pero ahora —al leer historias de rechazo y soledad de hombres— se dio cuenta de que el término iba con él. Él también era un incel.

Sólo tenía 17 años.

"Siempre sentí que me pasaba algo porque todo el mundo tenía sexo y estaba en relaciones y yo no podía", cuenta a la edición estadounidense del HuffPost.

Warren Spielberg, psicólogo y experto en problemas de chicos y hombres, compara las webs incel con las bandas, que también ofrecen un sentido de pertenencia a jóvenes vulnerables.

"Todas las bandas se crean a un enemigo", explica Spielberg. "En este caso, resulta que son las mujeres".

La sociedad enseña a los chicos que deben perder la virginidad y atraer a las mujeres para ser hombres reales, comenta. Cuando fracasan en ello, les inunda la vergüenza, que a veces se transforma en rabia.

"Se enfadan al ver que las mujeres no los salvan", señala Spielberg.

A la izquierda, Peterson con 12 años. A la derecha, los resultados de un reciente sondeo de usuarios de incels.me; las preguntas son

La Comunidad


En noviembre de 2017, Reddit prohibió que en el foro r/incels se incitara a la violencia contra las mujeres. Por aquel entonces, Peterson estaba completamente inmerso en la cultura incel. Por primera vez en mucho tiempo, había hecho amigos, cuenta.

Cuando se lanzó la web incels.me, él fue uno de los primeros usuarios habituales. En cinco meses, escribió 7202 posts.

"Era un trabajo a tiempo completo", explica con una risa cansada.

Peterson dice que tenía abierta una pestaña de incels.me en su ordenador casi todo el día, todos los días, y lo leía constantemente. Él y otros usuarios hablaban con franqueza de lo feos que se sentían, de lo solos que estaban, de lo poco que hacían con sus vidas. Parecía que competían por ver quién estaba más desesperado.

Aunque hay pocas investigaciones sobre la comunidad incel, un reciente estudio con 300 participantes activos de incels.me ofrece algunas claves sobre sus usuarios. Son jóvenes —el 66% tiene menos de 25 años, como Peterson— y casi dos tercios aseguran no tener amigos de verdad. Más de la mitad admite haberse planteado una operación estética. La mayoría dice tener problemas de salud mental como depresión o trastornos neurológicos como el autismo.

"No tengo novia ni amigos ni hay nadie que me busque, pero al menos os tengo a vosotros, tíos", escribió Peterson en marzo. A veces, las publicaciones resultan dolorosamente sinceras. Cuando un usuario preguntó al resto qué harían si tuvieran novia —teniendo en cuenta que nunca la han tenido—, Peterson contestó que la abrazaría y la besaría.

La fealdad como punto débil


Peterson describe la comunidad incel como un grupo de apoyo. Pero, junto con los posts sobre la tristeza y la infelicidad, hay hilos que celebran los asesinatos de mujeres y debates sobre cómo reducir los derechos de las mujeres.

Después de crecer en 4chan, donde la gente publica posts provocativos y ofensivos por su valor efectista, Peterson dice haberse acostumbrado a la misoginia más descarada.

"Traté de revisar todo el contenido para encontrar lo bueno", dijo.

A veces, hablaba con otros incels que habían ido demasiado lejos. En marzo, un usuario escribió un mensaje titulado: "Otro coñito que muerde el polvo", en referencia al asesinato de una modelo. Peterson respondió: "La violencia no es algo bueno". Cuando alguien preguntó por las ventajas y desventajas de la violación, respondió "tío, estás hablando de violar a alguien. No hay nada bueno en eso". Cuando otro usuario publicó una lista de leyes que beneficiarían a los incels, y que incluían prohibir a las mujeres votar y trabajar, Peterson escribió, simplemente: "Las leyes están bien, lo único es que somos demasiado feos para tener éxito".

Peterson insiste en que no odia a las mujeres. Si tuviera que decir a quién odiaba mientras se identificaba como incel, diría que a sí mismo. Muchas de sus antiguas publicaciones están llenas de autodesprecio y referencias al suicidio.

"Prefiero ser una cucaracha antes que un hombre feo", escribió. Cuando un usuario pidió a la gente que se describiera en una sola palabra, Peterson eligió "basura". En un momento dado, un usuario afirmó que las mujeres no eran humanos. "Sí, sí lo son", replicó Peterson. "Nosotros no somos humanos".

Él no niega que haya una cepa de odio y violencia auténtica dentro de la comunidad incel, y describe a algunos de los miembros como "locos del carajo". También admite que escribió cosas de las que ahora se arrepiente.

Cuando le preguntaron por los efectos a largo plazo de haber estado metido en una subcultura que deshumaniza a las mujeres, Peterson respondió que no estaba seguro de cómo le podía afectar. Como pocas veces ha interactuado con mujeres, le cuesta saber si su época como incel ha influido en su capacidad para empatizar y comunicarse.

El camino de salida

Después del atentado de Toronto, explotó el interés de los medios por los incels. Pero había un problema: era casi imposible encontrar a un incel dispuesto a hablar ante las cámaras.

Y, por primera vez en mucho tiempo, Peterson empezó a hablar con gente de fuera de su comunidad.

"El hacer esas entrevistas y salir en la tele me hizo salir de casa", cuenta. "Me obligó a ser productivo. Fue una llamada de advertencia. Hay otras cosas en la vida más allá de sentarse al ordenador y hablar sobre lo perdedor que soy".

Se reunió con periodistas, muchas de ellas mujeres que sintieron empatía y curiosidad por su vida. Parecía un gran cambio. Los expertos que trabajan con chicos como Peterson señalan que normalmente sólo necesitan crear una conexión significativa con un adulto sano que se preocupe.

"Estos chicos necesitan estar expuestos a hombres y mujeres que sean capaces de decir: 'Me parece que lo que dices no tiene sentido y creo que te está haciendo daño", apunta Robert Heasley, codirector del centro Men's Resource Center de Philadelphia, que lleva tres décadas estudiando la masculinidad.

Peterson refleja ese sentimiento en sus conversaciones con el HuffPost. "Cuando por fin conocí a esos seres humanos normales y cuerdos que eran amables conmigo, me hizo sentir mal al ser parte de ese grupo", recuerda el joven.

No quería revolcarse en ese lugar tan derrotista, explica Peterson en el vídeo que publicó al dejar la comunidad incel.

"Hay cosas que quiero hacer", cuenta ante la cámara. "Si me quedo en esta comunidad —y algo bueno de ella es que he hecho amigos—, nunca podré salir de la cueva en la que estoy. Nunca seré capaz de ascender".

Ahora está pasando por una especie de proceso de reeducación. Se ha leído toda la información crítica posible sobre los incels, tratando de entender la perspectiva de otras personas. Y espera poder llevar una vida más productiva y comprometida. Una vida que posiblemente incluya a mujeres.

Incluso tiene unas cuantas citas de Tinder en agenda.

"Estoy empezando a sentir que quizás sólo soy un tío normal que ha pasado por experiencias malas y que se ha quedado ahí un par de años", reflexiona. "A lo mejor puedo ser una persona normal".

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano





Galería


Foto: Luis Viadel

lunes, 30 de julio de 2018

Cuando vinieron...



Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío.

Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.

Martín Niemöller (Lippstadt, Renania del Norte-Wesfalia, 14 de enero de 1.892-Wiesbaden, Hesse, 6 de marzo de 1.984) fue un pastor luterano alemán.



Humor


Ofertón


No pegar mocos en las paredes


¡Aquí no es !


Orine contento


Especial del día


Prohibido agacharse


Señoras y Caballeros


Fascismo puro y duro


Puro fascista

El negocio de las bolsas de plástico


Hace unos años se nos bombardeo a los usuarios de tiendas y áreas comerciales de lo perjudicial de las bolsas para el medio ambiente. Varios años después la sensación que tenemos muchos usuarios es que simplemente este argumento ha servido para beneficiar a las empresas traspasando el coste de las bolsas a los usuarios y ahorrarse así un  gran coste. Ya que somos los usuarios los que asumimos este coste, no queremos pagar por hacer publicidad a los establecimientos. No más publicidad en las bolsas que pagamos los compradores! 

Todas las bolsas deberían ser blancas, negras, rosas, azules, estampadas…pero sin publicidad. Deberíamos negarnos a pagar una bolsa que lleve publicidad.


Galería


Foto: Luis Viadel

domingo, 29 de julio de 2018

El Criminal Trío nazi-fascista campa a sus anchas en España


La excepción franquista: por qué lo impensable en Alemania e Italia todavía es posible en España

Alemania e Italia tienen prohibida por ley la exaltación o apología del nazismo y el fascismo y la castigan con cárcel. En España, sin embargo...


ElHuffPost

26-7-18

El pasado martes, Sálvame se convirtió en lo que a muchos les pareció un panfleto "franquista". Varios de los colaboradores del programa, uno de los más vistos de la televisión en España, dijeron en antena ante millones de espectadores que Franco no fue tan malo, que con él "todos tenían trabajo" y que "gracias a él tenemos sanidad pública". Unos días antes de este episodio, varios centenares de nostálgicos se habían dado cita en el Valle de los Caídos para gritar consignas fascistas mientras enarbolaban símbolos de la dictadura. ¿Habrá detenciones, denuncias, juicios? Nada de eso.

Esta exaltación del régimen que atenazó a España durante cuatro décadas no es delito. No se persigue, aunque pueda homologarse a cantar las virtudes de Adolf Hitler o a elogiar las políticas de Benito Mussolini. En Alemania y en Italia, sin embargo, es impensable que alguien salga a la calle con una esvástica para propagar mensajes nazis o con el fasces romano y una camisa negra para blanquear el fascismo.


Alemania, leyes contra la nostalgia nazi


El Bundestag alemán votó en los años 90 un paquete de medidas penales para combatir la violencia xenófoba, el auge de los partidos de ultraderecha y a los nostálgicos del Tercer Reich.

Los diputados de Bonn introdujeron en el código penal alemán penas de hasta tres años de cárcel para quienes "aprueben, nieguen o minimicen, en público o en una reunión, los actos perpetrados durante la dictadura nazi".

La legislación alemana no permite las consignas nazis ni la exhibición de sus símbolos y, mucho menos, afirmaciones favorables a Hitler y el nazismo en televisión. La apología del genocidio y su negación también están castigadas por ley. El artículo 86 del Código Penal alemán es absolutamente claro en este sentido:

"Quien distribuya en el interior medios de propaganda [de organizaciones anticonstitucionales o asociaciones que se dirijan "contra los principios del entendimiento de los pueblos"] o los produzca para su divulgación en el país o en el exterior; los tenga disponibles, los introduzca o los exporte, o los haga accesibles públicamente en archivos de datos electrónicos (...) será castigado con pena privativa de la libertad hasta por tres años o con multa".

La introducción de estas medidas se enmarca en unos de los coletazos de la desnazificación, el proceso emprendido por Alemania tras la Segunda Guerra Mundial para borrar de sus instituciones y sociedad todo vestigio del nazismo. Debía resultar en la "depuración" de la sociedad, la cultura, la prensa, la justicia y la política alemanas y vino acompañado por un importante esfuerzo en lo que a memoria histórica se refiere.

Esta es una cuestión de primera importancia para los alemanes, que no permiten ni un solo momento de relajación en el cumplimiento de la ley: son numerosos los casos de turistas que han acabado en manos de los tribunales por hacer el saludo nazi en la calle en una noche de borrachera o por gritar consignas hitlerianas en público.


Italia, prisión para los fascistas


Tampoco en Italia tienen los fascistas vía libre. Dos leyes, una de 1952 y otra de 1993 recogían castigos para el fascismo y su apología, pero apenas se aplicaban porque los jueces limitaban su articulado a casos en los que fuese evidente la intención de resucitar el Partido Fascista.

De esa manera, el saludo fascista de grupos de tifosi en los campos de fútbol o la peregrinación anual de nostálgicos a Predappio, el pueblo donde está enterrado Mussolini, quedaban sin castigo. Hasta la inclusión del artículo 293 bis en el Código Penal, que endureció en 2017 las penas para los transgresores de las normas y recoge ahora castigos de hasta cuatro años de prisión para los delitos de "apología del fascismo" y "reconstrucción del partido fascista".

Ese título de la legislación italiana también castiga "la propaganda referida al régimen fascista y nazifascista" y "la simbología y gestualidad del partido fascista y del partido nacionalsocialista alemán y sus relativas ideologías", con hasta dos años de cárcel.

Estas penas están recogidas bajo el título de Delitos contra la personalidad interna del Estado, lo que revela que las instituciones hacen suyo el afán de combatir el fascismo y su resurrección. Esto explica que el saludo fascista pueda ser castigado sin necesidad de que haya violencia, pues constituye en sí mismo un acto que el Estado debe perseguir.

Liga Norte, Movimiento 5 Estrellas y Forza Italia fueron los partidos que se opusieron, en 2017, al endurecimiento de estas leyes.


La excepción española


El Código Penal español recoge los delitos de incitación al odio, discriminación o violencia y justificación del genocidio, pero no hace mención a la apología del franquismo y el fascismo. La Ley de Memoria Histórica de 2007, que recoge la retirada de todos los "escudos, insignias, placas y otros objetos" de exaltación franquista de los edificios y espacios públicos, tampoco hace referencia alguna a la apología del franquismo o la dictadura.


En octubre de 2013, el Partido Popular en solitario tumbó una iniciativa de CiU, PSOE, IU, UPyD y UPN que instaba al Gobierno a la "tipificación de conductas que impliquen apología del franquismo, el fascismo, el totalitarismo o el nazismo". En octubre de 2017, En Comú Podem registró en el Congreso otra iniciativa para pedir que la exaltación y la apología del franquismo sean tipificados como delitos, pero siguen sin entrar en el Código Penal.

¿Será Dolores Delgado quién logre introducirlos? La ministra de Justicia del gobierno de Pedro Sánchez ha explicado recientemente que entre las prioridades de su departamento está llevar el delito de "apología del franquismo" a la legislación y estudiar cómo cerrar fundaciones y organizaciones como la Fundación Francisco Franco, cuya actividad se dedica íntegramente a la loa del dictador.