26/02/2021
A
qué juega Juan Carlos I
El
rey emérito alega un incremento injustificado de patrimonio en su
regularización, una “contradicción absoluta”, según el
exdirector de Hacienda.
El
HuffPost
La
última regularización fiscal de Juan Carlos I genera
más preguntas que respuestas. El rey emérito ha alegado un
incremento injustificado de patrimonio para presentar a la Hacienda
de todos los españoles los casi 4,4 millones de euros que ha eludido
pagar. Pero, según analiza a este diario el
exdirector de la Agencia Tributaria Ignacio Ruiz-Jarabo,
se trata de “una contradicción absoluta”.
Para
entender el porqué de tal incoherencia, Ruiz-Jarabo recuerda que el
contribuyente siempre conoce el origen de su patrimonio: “No puede
decir incremento injustificado, porque se conoce de dónde ha
venido”. La cuestión, según el exresponsable de Hacienda, es cómo
justificaría el rey, si no, esos ingresos en la declaración.
Una
regularización es una declaración de Hacienda, ni más ni menos.
“Los ingresos son rendimiento de trabajo o de actividad profesional
y claro, Juan Carlos I no ha podido tener rendimientos de actividad
profesional o del trabajo porque la pregunta que nos haríamos todos
sería: ¿Y qué trabajo ha desarrollado para esa fundación?
Entonces, parece que les habría dado vergüenza ponerlo así y lo
han metido en un epígrafe, el de incremento injustificado, que es
absurdo porque el contribuyente sabe de dónde le ha llegado el
dinero”.
Lo
cierto es que lo que ha hecho Juan Carlos I “es habitual en
aquellos que son conscientes de que no han pagado en su momento lo
que tenían que pagar”, según el exdirector de la Agencia
Tributaria, quien tiene claro que detrás de ese movimiento del
exjefe del Estado está el objetivo de “librarse de una condena por
delito fiscal”. El revuelo que ha provocado la regularización ha
sido tal, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha salido
al paso del asunto este viernes en Moncloa reconociendo la
“incívica” conducta del monarca.
No
puede decir incremento injustificado, porque se conoce de dónde ha
venido
Ignacio
Ruiz-Jarabo, exdirector de la Agencia Tributaria.
Juan
Carlos I se librará de esa condena, aclara Ruiz-Jarabo, siempre que
lo que ha presentado cumpla los requisitos legales: “Espontaneidad,
veracidad y que sea completa. Si en lo que ha presentado ahora ha
metido todo lo que no declaró en su día y es correcto, pues se
librará de una condena. Pero eso es lo que tiene que comprobar la
Agencia, si ha declarado todo y de forma veraz”.
No
obstante, para quien dirigió Hacienda entre
1998 y 2001, el movimiento de Juan Carlos I genera más dudas: “Me
ha llamado la atención una cosa: que todo lo que ha declarado ahora
y lo único que ha declarado ahora es que le pagaron 8 millones de
euros en vuelos. ¿Y no recibió nada más que quede pendiente de
declarar? ¿No ha recibido nada más en estos años? Esa es la
incógnita”.
La
percepción en la opinión pública es que Juan Carlos I regulariza
su situación una vez ha trascendido su supuesto entramado de
ocultación fiscal. “Parece que es verdad que si no hubiera salido
nada estos meses, probablemente hubiera seguido sin declarar y sin
pagar. Eso es posible. Pero una cosa es el comportamiento de él, que
es poco edificante, y otra que sea culpa de Hacienda. La Agencia está
libre de culpa”, justifica Ruiz-Jarabo.
Si
Juan Carlos I regulariza todo el dinero que pueda tener oculto,
podría volver a España, algo que, según El
Confidencial,
ya estaría preparando el monarca junto con Zarzuela y Moncloa,
aunque fuentes oficiales de la Casa Real no entran a valorar esa
hipótesis y evitan posicionarse: “No estamos entrando día sí y
día también a opinar sobre cuestiones como esas”.
“Él
está voluntariamente fuera, puede que aconsejado, pero en términos
legales podría estar aquí. Eso sí, en términos de las
conversaciones que haya tenido con su hijo y con el Gobierno, no lo
sabemos”, dice Ruiz-Jarabo. Aunque según Sánchez, que Juan Carlos
I vuelva o no a España, es “una decisión personal”.
Por
el momento, la cantidad que ha regularizado Juan Carlos I, y que le
han prestado amigos y empresarios españoles según
la Cadena
Ser y El
Mundo,
llega a las arcas públicas en concepto de cuotas impagadas por el
IRPF durante varios ejercicios. El montante, procedente de la
Fundación Zagatka que gestiona su primo Álvaro de Orleans, estaba
oculto al fisco. Y el objeto del fraude son los vuelos privados del
rey emérito que costeó la fundación de De Orleans, supuesto
testaferro del monarca.
El
primo lejano del rey, de 73 años, está en el ojo del huracán. Él
mismo reconoció que ha pagado muchos vuelos a Juan Carlos I,
pero que no es su testaferro. Sin embargo, las pesquisas de la
Justicia española y suiza parecen indicar lo contrario. De Orleans
era, supuestamente, el gestor de la fortuna que el
rey atesoró en Suiza procedente
de supuestas comisiones ilegales por su intermediación en la
adjudicación a un consorcio español de las obras del AVE del
desierto en Arabia Saudí.
El
problema para la credibilidad del monarca, según el exdirector de
Hacienda, es que esa incoherencia en la forma en que ha justificado
la regulación “alimenta la duda” de que, en realidad, el dinero
que le dio la fundación para pagar los vuelos sí era suyo y no una
ayuda, como defiende De Orleans. “Es decir, alimenta la sospecha de
que lo que se ha contado estos meses es verdad: que Álvaro de
Orleans es su testaferro. Reconocer que una fundación le paga 8
millones de euros en vuelos y meterlo luego en la declaración así…”,
cuenta Ruiz-Jarabo.
De
Orleans es el hombre que había pasado desapercibido hasta que se
desvelaron las conversaciones grabadas de Corinna Larsen, la examante
del rey, quien afirmó que era “el hombre de paja” de Juan Carlos
I. El primo era, según
la aristócrata alemana,
la persona que tenía ocultas bajo su identidad las cuentas en Suiza
del monarca.
La
Fundación Zagatka habría abonado los vuelos privados del rey
durante 11 años en los que le acompañó la propia Larsen, además
de estancias
en hoteles londinenses que también sufragó, por error, otro
supuesto testaferro:
el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause. Además, esta
fundación, con cuenta en varios bancos suizos, fue supuestamente el
refugio de 7,9 millones de euros a disposición de Juan Carlos I,
aunque llegó a administrar alrededor de 14 millones.
Las
comisiones ilegales son el supuesto origen de los fondos de Zagatka,
pues según algunos medios, alrededor de 4,6 millones de dólares
(3,3 millones al cambio de la época) ingresaron
en 2019 en la fundación gracias a un cheque de Huaribe,
una empresa filial del grupo constructor
español OHL presidido por Juan Miguel Villar Mir.
La
cuenta de Zagatka, de la que Juan Carlos I era tercer beneficiario,
estuvo operativa hasta agosto de 2018, más de cuatro años después
de su abdicación
Álvaro
de Orleans alegó que el montante se trataba de sus honorarios por
una intermediación en un desarrollo urbanístico en plena Riviera
Maya. Pero en octubre de 2018, De Orleans, interrogado por la
Fiscalía suiza, fue incapaz de concretar en qué habían consistido
sus servicios para la constructora de Villar Mir.
La
cuenta de Zagatka, de la que Juan Carlos I era tercer beneficiario,
estuvo operativa hasta agosto de 2018, más de cuatro años después
de su abdicación y después de perder la inviolabilidad que le
otorgó la Constitución mientras fue jefe del Estado. Y esa, la
inviolabilidad, es otra de las claves que apunta el exdirector de
Hacienda cuando se le pregunta por la diligencia de la Agencia
Tributaria en la apertura de una investigación.
“Rompo
una lanza por ella. El delito fiscal es un medio intimidatorio para
que la gente pague, pero no es un objetivo. El objetivo de Hacienda
no es que la gente sea condenada y vaya a la cárcel. La Agencia lo
que hace, con criterio de eficiencia, es comprobar los ejercicios que
están a punto de prescribir. Y ningún ejercicio posterior a la
inviolabilidad ha prescrito. Con lo cual, la Agencia no ha actuado
incorrectamente. Es decir, no ha dejado prescribir ningún
ejercicio”, dice Ruiz-Jarabo.
La
Agencia Tributaria no es responsable
El
lapso para que un delito fiscal prescriba es de 5 años —10 a
partir de la última reforma del código penal—, pero el mínimo
son 5. Y el plazo para la prescripción del ejercicio fiscal de 2015,
el primero en que Juan Carlos I ya no estaba protegido, empieza a
contar en junio de 2016, por lo que ese ejercicio no prescribe hasta
junio de este año. “En el 2014 era jefe de Estado y era
inviolable. Por eso, a la Agencia no se le puede hacer esa
acusación”, apostilla el exdirector de Hacienda.
Según
la versión que dio De Orleans a este diario a finales del año
pasado, es falso que la Fundación Zagatka, propiedad
suya,
“sea una sociedad pantalla o instrumental o esté acusada de
serlo”. Y aclaró que la Fiscalía Anticorrupción de Ginebra
investiga la Fundación Lucum, cuyos fondos y gestión “son
totalmente ajenos” a él.
Además,
De Orleans aseguró que Zagatka se constituyó “con el objetivo de
gestionar a nivel administrativo y financiero” una parte de su
patrimonio y “tenía como finalidad materializar su ayuda a la casa
real como parte del legado transmitido por su padre, Álvaro de
Orleans-Borbón y Sajonia-Coburgo-Gotha, y su abuelo, Alfonso de
Orleans y Borbón, específicamente a Juan Carlos I”. “Es
completamente falso que la Fundación o sus cuentas hayan albergado
dinero del Rey emérito. De este modo, cualquier acusación de
‘testaferro’ o ‘fiduciario’ es completamente falsa y carece
de razón y fundamento”, zanjó.