LIFE
La
brecha del orgasmo: por qué las mujeres heterosexuales se corren
menos
Ante
todo, tranquilidad. Tiene solución.
Por
Uxía
Prieto
07/03/2020
ElHuffPost
El
orgasmo femenino está de moda. Acapara titulares,
conversaciones entre amigas, libros y programas
de televisión.
Está en todas partes, menos en la cama de las mujeres
heterosexuales. Los datos están ahí: sólo el 65% de las mujeres
hetero llegan al orgasmo habitualmente cuando mantienen relaciones
sexuales frente al 95% de los hombres. Mucho menos también que las
lesbianas, que consiguen alcanzar el clímax en un 86% de los casos.
Estos
datos corresponden a un
estudio publicado en Estados Unidos que
preguntó a 52.000 encuestados. No es el único que ha puesto de
manifiesto esta llamada brecha del orgasmo. En 2018, la marca de
preservativos Control publicó su 7º
Barómetro, que
concluía que el 60% de las mujeres tiene problemas para llegar al
orgasmo frente al 23% de los hombres.
Esta
brecha no puede resumirse en un solo motivo, son unos cuantos y,
obviamente, cada persona vive su sexualidad de una manera diferente,
pero para la sexóloga y embajadora
de Lelo Valérie
Tasso hay una razón especialmente importante que tiene que ver con
el papel de la mujer en la sociedad. “Nos han educado en un afán
por complacer al hombre y hemos recibido la herencia del llamado sexo
completo, es decir, preliminares, coito y orgasmo. Es una idea
errónea porque el sexo no tiene por qué incluir la penetración”,
explica Tasso.
“Nos
han educado en un afán por complacer al hombre”
VALÉRIE
TASSO
Elena
Requena, sexóloga y asesora de parejas, está de acuerdo. “El
placer femenino ha sido relegado durante generaciones a expensas del
masculino. De hecho, en algunas culturas ha sido mal visto, tachado
de algo turbio, sucio o impuro”, cuenta la experta, que cree que
tradicionalmente la mujer “se ha visto coartada a la hora de
expresar sus deseos y entenderse como ser con capacidad de disfrute”.
El
rol secundario de la mujer es una razón de peso, pero el
desconocimiento sobre la anatomía femenina, especialmente el
clítoris, es “un gran lastre”. Así lo define Tasso, que piensa
que este desconocimiento viene “por una falta tanto de educación
como de autoexploración”. Si tenemos en cuenta que alrededor
del 76%
de las mujeres necesitan la estimulación de este órgano dedicado
al placer para alcanzar el clímax, es perfectamente comprensible que
no conocerlo tenga como consecuencia esa sequía de orgasmos.
Para
la sexóloga francesa este aspecto del sexo es “totalmente
diferente” en el caso las mujeres lesbianas porque es “un
autodescubrimiento completo de la anatomía”. “Gracias a que cada
vez hay más información y a la popularización de algunos juguetes
como el succionador de clítoris, las mujeres empiezan a conocer
mejor su anatomía, pero sus parejas hetero no lo hacen, o no le dan
la importancia necesaria”, sentencia Tasso. Para ella, parte de
este problema se podría solucionar mejorando la comunicación en
pareja, pero es otra asignatura pendiente: “Se da por hecho lo
que le gusta a la otra persona”.
El
rol del espectador y el ‘imperativo del gozo’
Para
Valérie Tasso, que recibe a decenas de mujeres en su consulta, otro
problema añadido a la hora de conseguir una vida sexual plena es el
conocido como ‘rol del espectador’, es decir, la autobservación
durante el sexo, que es más latente en mujeres heterosexuales. “Si
durante el sexo no te sientes guapa o estás más pendiente de tu
cuerpo o del aspecto que tienes durante una postura, no estás al
100% centrada en tu placer”, explica la sexóloga, que cuenta que
todo deriva del “ideal de belleza de nuestra sociedad”.
“En
esta sociedad se mercantiliza todo, incluido el placer, y se nos
dicta cómo debemos desear, qué debemos desear y cuándo debemos
disfrutar”
ELENA
REQUENA
Por
su parte, Elena Requena hace referencia al mundo hipersexualizado en
el que vivimos, en el que se “se mercantiliza todo, incluido el
placer, y se nos dicta cómo debemos desear, qué debemos desear y
cuándo debemos disfrutar”. La experta señala que es
imprescindible “salir un poco de la rueda” para intentar conocer
el deseo propio y no el impuesto, algo que va en consonancia con el
‘imperativo del gozo’, otro concepto que explica Tasso.
“Lo
introduce el psicoanalista francés Jacques
Lacan y
habla de la sociedad que dice que no puedes para de gozar y que
tienes que llegar a toda costa. La realidad es que si no tienes un
día no tienes un orgasmo, no pasa nada, y si un día vuelves cansado
de trabajar y no te apetece tener sexo, tampoco. Hay miedo al
fracaso”, sentencia la sexóloga.
Cómo
mejorar la vida sexual
Ambas
expertas coinciden en un ejercicio fundamental: experimentar con el
cuerpo y darle importancia al autoconocimiento. “La aceptación de
la propia capacidad de disfrute y de deseo como algo inherente a una
misma es clave para poder tener una vida erótica satisfactoria”,
explica Requena, que recuerda que “esto es aplicable tanto cuando
tenemos pareja como cuando no la tenemos”.
Para
Tasso experimentar en solitario es imprescindible, y recomienda a las
mujeres que tienen grandes dificultades para llegar al orgasmo que
prueben a utilizar juguetes como el succionador de clítoris. “Luego
animo a usarlo en pareja, un juguete sólo puede ayudar”, sentencia
ante la absurda polémica de que el succionador es un sustituto del
hombre.
Y
si descubrir lo que gusta es importante, saber expresarlo también.
“Al final cada una somos las responsables de nuestro propio placer
y eso es algo que debemos tener claro, también a la hora de hacer
saber a la otra persona qué deseamos”, cuenta Requena. Tasso
destaca la comunicación no tiene que ser necesariamente verbal ni
hacerse de forma ortopédica en medio del sexo: “Puedes por ejemplo
coger las manos y llevarlas a donde quieres que te toquen”.
La
francesa insiste en que ante todo “hay que tener tranquilidad y
restarle solemnidad al orgasmo”, mientras que Requena apunta que es
importante “conseguir momentos de intimidad tanto en solitario como
en una relación”.
El
papel del feminismo para reclamar el placer de la mujer
La
batalla por la igualdad se ha colado en todos los ámbitos de la vida
de las mujeres, también a la hora de vivir más abiertamente su
sexualidad. “El feminismo, que ha jugado un papel crucial en este
tema, aboga por dar a la mujer la capacidad de desear y sentir en
igualdad de condiciones”, cuenta Requena, que piensa que las
mujeres deben “hacerse responsables y dueñas de sus deseos”.
Para ella lo más importante es tener la capacidad de “decidir qué
queremos, cuándo lo queremos y de qué forma”.