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miércoles, 13 de octubre de 2021

 

Hemeroteca

Frédéric Martel, autor de "Sodoma": "Monseñor Pío Laghi era gay y frecuentaba taxi boys"

El periodista francés pasó cuatro años investigando la homosexualidad dentro de la Iglesia Católica y concluyó que esa orientación sexual tiene una influencia descomunal en la política del Vaticano. Según sus averiguaciones, el Nuncio papal durante la dictadura tenía sexo con varones.

Por Miriam Lewin

15 de abril 2019

TN



Sodoma, poder y escándalo en el Vaticano, es una radiografía de la decadencia de la Iglesia Católica. Una investigación de cuatro años con cientos de entrevistas en todos los continentes que desnuda la hipocresía de la institución con respecto a la homosexualidad. El autor, el periodista y sociólogo francés Frédéric Martel, ha recorrido el mundo para revelar que la mayor parte de los sacerdotes y altos prelados católicos son gays, y que la severa condena institucional al sexo y amor entre varones no es sino una pantalla.

Martel visitó Buenos Aires durante la escritura del libro, publicado ahora en 20 países, para indagar sobre el pasado del papa Francisco y ahora volvió para hablar de su investigación. Menciona una expresión que se usa en Roma para referirse a quienes muestran una cara pública y otra privada: ser "de la parroquia" significa ser homosexual. Hay una regla que se verifica casi sin excepciones: "Cuanto más pro gay es un prelado es menos suceptible de ser gay,  cuanto más homófobo es, hay más probabilidad de que sea homosexual".

La Congregación para la doctrina de la Fe es un nido de eruditos con doble vida.

El periodista, él mismo homosexual, está lejos de censurar la sexualidad de los curas. Lo que condena es el secreto y la mentira. En el texto desenmascara a través de testimonios a los grandes cruzados contra la supuesta inmoralidad de los gays y destapa las verdaderas orientaciones de obispos y cardinales ultraconservadores. Algunos de ellos, acosadores de seminaristas. Otros, consumidores de prostitución masculina. Hay ciertos casos de parejas bien constituidas de sacerdotes con hombres a los que aman. Y unos pocos, que han salido del closet y abandonado la Iglesia. La que llama "policía de las almas", la Congregación para la Doctrina de la Fe, una suerte de moderna Inquisición, según descubrió Martel, un nido de eruditos religiosos con doble vida, que incluso buscan en los Santos Evangelios

 referencias entre líneas que legitiman la homosexualidad. También revela que el nuncio apostólico en épocas de dictadura, monseñor Pío Laghi, que solía jugar al tenis durante la dictadura con Emilio Massera, era gay. Según Martel, Laghi tenía muchas relaciones sexuales y recurría a taxi boys. "Ese no es el problema, es una opción que la iglesia tiene que reconocer. El problema es la mentira, y mi libro es una crítica a eso", advierte.


Martel fue católico hasta los 12 años, pero a pesar de que ya no conserva la fe, reconoce la importancia de la Iglesia como movimiento cultural. En un hotel de San Telmo, habla en un inglés veloz  y no tiene pelos en la lengua. "Mi objetivo fue escribir un buen libro, que le explique a la gente lo que no entiende", dice.

-¿Por qué hay dentro de la Iglesia un doble standard con respecto  a la homosexualidad?

-Es más que un doble standard, es esquizofrenia. El Papa Francisco señala con esas palabras, doble vida esquizofrénica, a algunos cardenales. Son homofóbicos porque son gays, y eso no es una contradicción, es una consecuencia. Quieren esconder su homosexualidad. Es preciso comprender esto para comprender el Vaticano.

- En lugar de simplemente esconder su homosexualidad, luchan abiertamente en contra de los derechos de los homosexuales...

-López Trujillo, el cardenal mexicano, enemigo de la homosexualidad, que decía que no había que usar condones, que no se podía tener sexo antes del matrimonio, era un gay con muchos amantes, que acosaba a seminaristas, que frecuentaba a prostitutos a los que golpeaba. Este tipo de esquizofrenia puede ser una excepción pero existe. López Trujillo era muy infuyente en épocas de  Juan Pablo II y Benedicto, que condenaban la homosexualidad duramente. La realidad es peor que la ficción.

El problema no es la homosexualidad, es la represión de la sexualidad.

- La homosexualidad, ¿tiene influencia en la política del Vaticano?

-La consecuencia en la política del Vaticano de la homosexualidad es descomunal. La homosexualidad es uno de los elementos clave para entender cómo funciona la Iglesia. Escándalos, doctrina, muchas cosas están ligadas a la homosexualidad. Pero el problema no es la homosexualidad, el problema es la represión de la sexualidad, es la sexualidad que se esconde. La mentira, la doble vida.

- ¿Hay alguna relación entre la homosexualidad y la pedofilia, como alguna gente cree?

- Quiero ser muy cauto con eso. No hay lazos entre la homosexualidad y los abusos, porque el abuso generalmente se da en las familias y las escuelas. Los perpetradores son heterosexuales y las víctimas, niñas o mujeres. Pero cuando se observa el abuso sexual dentro de la iglesia, 80 a 85 por ciento de los abusados son niños o hombres o seminaristas. ¿Por qué? Es una pregunta compleja. Pero el problema no es la homosexualidad, el problema es la represión. Los sacerdotes gays se odian a si mismos, les mienten a los demás pero también se mienten a si mismos. Son muy inmaduros. No entienden lo que es la sexualidad, la viven como en los años '40, '50, están atrasados 50 años. Y el elemento clave es el secreto, el encubrimiento, porque no están seguros de su sexualidad. Tienen miedo de los medios, del escándalo, de tener problemas legales con los sacerdotes de sus parroquia . Así que los protegen. Y no porque ellos lo sean, los protegen porque tienen temor a que se descubra su propia sexualidad. Hay chantaje también.

El Papa está en medio de una guerra civil, el Vaticano está en guerra.

- ¿Qué opinión tiene de Francisco?  

- Cuando vine por primera vez no me caía bien. Era peronista, un jesuita argentino, viejo. Un día era gay friendly, al día siguiente era antigay. Un día quería luchar contra el abuso sexual, al día siguiente protegía a los abusadores, incluso a los condenados.

-¿Y qué explicación hay para eso?

-Está en medio de una guerra civil. El Vaticano está en guerra. Por un lado hay prelados de extrema derecha, muy conservadores, como Héctor Aguer, que están obsesionados con la homosexualidad, que atacan al Papa. Hay muchos como él en otros países. El Papa está en medio de esta batalla. Así que a veces quiere defender a los gays y después cambia. Es política. También es típico de los jesuitas. Para ellos, las cosas son mitad mentira, mitad verdad. Por eso no me gustaba. Pero cuando uno comprende la lucha en la que está, uno desarrolla afecto por él. Porque es una víctima de esta confrontación. Y tengo que decir que no me gustaba el cardenal Bergoglio, pero me gusta más el papa Francisco. Cuando está con una persona gay individualmente, Francisco es muy amable, aunque haya tenido una postura dura contra el matrimonio igualitario.


 

¿Cuándo se jodió Vargas Llosa?

Para mí que ya te habías jodido mucho antes de la Plaza de Colón, cuando escribiste para Planeta aquel relato filoesotérico sobre Sendero Luminoso.


12-10-21

JUAN OLIVER / LUZES-PÚBLICO




No sé cuando te jodiste, Pichulita Vargas. No sé cuando te convertiste en ese viejo Chicago-playboy que eres hoy. Llegué a pensar si no te habría devorado la entrepierna un perro rabioso en el colegio de curas donde estudiaste en Lima, y si no te habría emasculado el cerebro de genio.

Porque no me negarás que tienes parte del cerebro en la entrepierna. Si no, ¿cómo explicar tu primer matrimonio con la hermana de tu tía diez años mayor que tú; el segundo con tu prima y sobrina de tu exmujer; y el tercero con la visitadora de la prensa rosa que se pasó por el chivo a la dictadura, la transición y la democracia sin solución de continuidad?

Quizás naciste ya jodido, con tus padres divorciándose antes de bautizarte. O fue que tu madre y tu abuelo te condenaron a una infancia en shock ocultándote hasta los diez años que tu padre estaba vivo. Tu padre era un cabrón a quién le repugnaba tu vocación literaria, y al poco de conoceros te mandó a un internado militar para que te la borraran a hotias. De allí salió tu primera novela. Pero ellos, tu madre y tu abuelo, digo, también se pasaron. Escogieron la indignidad de decirte que él había muerto antes que confesar que había engañado su mujer.

Tu abuelo. El que te llevó a vivir a Piura porque su primo, presidente de la República, lo había hecho prefecto allí. Favor con favor se paga, así que después, en la Universidad, renegarías del comunismo y del Grupo Cahuide para afiliarte al Partido Demócrata Cristiano. Diecisiete años y ya eras demócrata cristiano, Pichulita. ¿Tú te crees? Igual ya entonces querías llegar a presidente.

¿Te imaginas? Tú de presidente. En 1990 no pensabas en otra cosa y lo tuviste al alcance de la mano. Fujimori era un desconocido y tú habías ganado la primera vuelta. Una lástima que al final el Antonio Conselheiro de aquella guerra de fin de siglo era él, y no tú, León de Natuba, deforme e impasible el ademán de la derrota. Me vas a perdonar, Pichulita, pero fue ahí cuando se jodió el Perú. Cuando los peruanos tuvieron que escoger entre Fujimori y tú. Ahí se jodieron. Luego viniste tú a España a joder con UpyD, y con Ciudadanos, y con el PP. Pero esa es otra historia.

Para mí que ya te habías jodido mucho antes de la plaza de Colón, cuando escribiste para Planeta aquel relato filoesotérico sobre Sendero Luminoso. Tú, que ya habías ganado el Rómulo Gallegos, el Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica, que ya tenías la Legión de Honor de Francia y el Príncipe de Asturias, que ya sabías, como sabíamos todos, que antes o después te iban a dar el Cervantes, y el Nobel, y lo que hubiera que darte.

Te dejaste llevar por Lara y Carmen Balcells. Como hizo Cela un año después y como no se dejó hacer Delibes, que rechazó escribir al dictado de aquel premio de jurado fake. Tú, que podrías tener hecho una genialidad con Abimael Guzmán, como hiciste con Trujillo y con Castillo de Armas. No sé que pensarán Cerebrito Cabral, Santiago Zavala y Johnny Abbes García de aquellos personajes insulsos y desconstruídos con los que ganaste los cincuenta millones del Planeta de 1993.

Tú ya venías jodido de casa, pero a mí bien que me jodiste domingos enteros con aquellas "Piedras de Toque" en las que defendías las mismas políticas clasistas y austericidas que mataban gente en tu país y que acabarían matándola en el mío. En la última que te leí –no pierdo la esperanza, Pichulita– pedías el voto para Keiko Fujimori, que se presentó a las elecciones en Perú con el único propósito de sacar de la cárcel su padre, condenado a más de cincuenta años por malversación y violación de los derechos humanos.

Fujimori ordenó a s(t)u ejército secuestrar, torturar y asesinar a un profesor, a ocho estudiantes, a un periodista y a un empresario, y mandó ametrallar a quince supuestos terroristas. Eran inocentes vecinos de un barrio pobre, y entre ellos había un niño de ocho años, Pichulita. Y vas tú y pides el voto para que la hija del asesino saque a su padre de la cárcel. Y eso no está bien. Por muy rojo peligroso que sea Pedro Castillo.

¡Ai, Pichulita! Que no sé cuando te jodiste. Sigo leyéndote, regalándote, prestándote y recomendándote. Pero echo de menos esa conversación que tenemos pendiente.

martes, 12 de octubre de 2021

 

Francia confirma 216.000 víctimas de religiosos en su iglesia desde 1950

La institución es el tercer lugar donde más abusos sexuales sobre menores se producen en en el país, por detrás de la familia o los círculos de amigos.

  • El HuffPost

5-10-21


Unas 216.000 personas sufrieron abusos sexuales por parte de curas o religiosos en Francia desde 1950, según las conclusiones de la Comisión creada por la Conferencia Episcopal gala para analizar esa situación.

Si se suman los abusos provocados por laicos que trabajan en medios religiosos, catequesis o centros educativos católicos, el número se eleva a 330.000, reveló el presidente de esa comisión, Jean-Marc Sauvé.

Sus conclusiones muestran que la iglesia es el tercer lugar donde más abusos sexuales sobre menores se producen en Francia, por detrás de la familia o los círculos de amigos.

Sauvé señaló que a lo largo de casi tres años de trabajo de su comisión, iniciada en 2018 tras la aparición de varios escándalos en la iglesia católica francesa, se han identificado unos 3.000 religiosos que cometieron abusos sexuales.

Señaló que se trata de un porcentaje de incidencia de entre el 2,5 y el 2,8%, inferior a otros países donde se han hecho estudios similares, como Alemania (4,4%), Estados Unidos (4,8%), Australia (7%) o Irlanda (7,5%).

El 56% de las agresiones y actos pedófilos identificados se produjeron entre 1950 y 1969, mientras que en los años 70 y 80 hubo una reducción (22%) y, a partir de ese momento, una estabilización (22%).

Sauvé explicó esa tendencia por la disminución del número de clérigos en esos años y la asistencia de público a ámbitos religiosos, pero señaló que “el problema no está resuelto”.

Acusó a la iglesia católica de “negligencias” en el trato de los casos y de haber “mantenido a clérigos acusados de tocamientos en contacto con niños” pese a las señales de advertencia que les llegaban.

El informe apuesta por crear un mecanismo de indemnización de las víctimas pero, sobre todo, por un reconocimiento de su condición. 


 


Bélgica, el país que persigue a los curas pederastas y repara a las víctimas

Como acaba de ocurrir en Francia, la Iglesia ha investigado a su propia gente, se ha creado una comisión, hay criterios para dar indemnizaciones y hasta actos de perdón.

  • Carmen Rengel


10-10-21


El vestidito de cristianar se sostiene casi en el aire. Está hecho de cristal, pero más parece de espuma o de coral. Blanco inmaculado, puro, limpio, pero también inquietante, paño rígido sin niño, solitario y mudo. Es una escultura y con ella se recuerda en iglesias y catedrales de Bruselas, Amberes, Brujas y Buizingen, en Bélgica, a los niños abusados sexualmente por religiosos en el país. 

Queda mucho por hacer, pero tanto la Iglesia católica belga como los sucesivos Gobiernos han abordado el problema de la pederastia ejercida por obispos, sacerdotes, seminaristas, catequistas, monjes y monjas, un caso realmente insólito que toca recordar en estos días en que Francia comienza a hacer aflorar su propio drama, con la confirmación de al menos 216.000 víctimas de abusos registradas en 50 años.

La jerarquía católica ha investigado y ha abierto oficinas de asistencia, se ha creado una comisión parlamentaria y se ha establecido un protocolo de compensaciones económicas a las víctimas, que ya ha entregado casi cinco millones de euros. Hay hasta un día al año que las recuerda. El contraste con lo que hace -o, mejor, no hace- la Conferencia Episcopal española clama al cielo. 

Hasta aquí hemos llegado

Fue en abril de 2010 cuando Bélgica abordó el caso que lo cambiaría todo: el entonces obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, fue obligado a dimitir después de haber reconocido que había abusado de uno de sus sobrinos desde que tenía cinco años y hasta los 13. No quería irse del cargo, pero se destapó el abuso sobre otro sobrino más, del que no trascendieron detalles, y tuvo que colgar los hábitos. Era tan poderoso, tan influyente, tan reconocido por los católicos del país, que su caso causó un vendaval.

Las apostasías pasaron de 66 a 1.700 en un año y la Iglesia local decidió emprender un camino sin retorno que incluía una petición de perdón público, una investigación auspiciada por ellos y llevada a cabo por la Universidad Católica de Lovaina y la colaboración plena con las autoridades para dar con los abusadores y ayudar a sus víctimas. 

Lo que empezó con un caso concreto se convirtió en sólo cinco meses en un dossier con 476 testimonios de abusos, acoso, persecución y encubrimiento en centros católicos de todo el país. 50 años de horror. La mayoría habían tenido lugar en los años 50 del pasado siglo, con un repunte importante en los 60, para ir descendiendo y prácticamente desaparecer en los 80. Los trabajos, liderados por el profesor Peter Adriaenssens, daban con 320 autores de agresiones. El problema es que la mitad de ellos ya habían fallecido y no podrían afrontar con la justicia de los hombres. Se calcula que apenas una quincena han sido condenados. También había algunas víctimas a las que no se iba a poder resarcir: 13 de ellas se habían suicidado; seis más lo habían intentado. 

Toca actuar

En 2011, el Parlamento belga puso en marcha una investigación, a cargo de una comisión cuyo fin era, dicen sus documentos, “transformar la injusticia del pasado en el derecho por un futuro”. También creó un centro de arbitraje, independiente, para recabar denuncias de pederastia. Podían llegar no sólo por esta vía civil, sino por la decena de puntos de contacto, como los llamó la Iglesia, situados en centros religiosos, a los que los afectados podían acudir a contar su caso. Estábamos ya en 2012. 

Desde entonces, las personas víctimas de abusos de religiosos podían iniciar dos caminos: el policial y legal, con una denuncia, y el de la compensación, en el caso de abusadores muertos o casos prescritos. En ambos casos, se les provee en estos puntos de asesoramiento legal gratuito. Existe hasta un protocolo establecido por la Administración belga, tras negociaciones con la Iglesia, por el que se establecen distintos niveles de ayudas, que van desde los 5.000 euros para los casos de “atentados al pudor” pero sin violencia hasta los 25.000 euros para los casos de abusos más graves. Es un arbitraje único en Europa. 

Tras la puesta en marcha de estas actuaciones, se han contabilizado 1.054 denuncias, 628 ante el centro de arbitraje y 426 ante la Iglesia, según datos del parlamento belga. De las primeras, fueron admitidas y se entregó indemnización en el 80,5% de los casos; en las segundas, el porcentaje llegó al 81,9. En total, 855 víctimas fueron indemnizadas con 4,6 millones de euros, lo que viene a ser unos 5.300 por cabeza, un dinero pagado por una fundación que adelanta los pagos mientras trata de que los culpables hagan el desembolso.

En el proceso también ha habido lugar para el escándalo, de denunciados huidos a tumbas de cardenales abiertas para tomar muestras, pasando por un ordenador particular de otro purpurado tomado por un juez, lo que no gustó nada a Rima y acabó en queja diplomática formal.  

El perfil

Bélgica elaboró un informe resumiendo esta experiencia, con el que ha tratado de sistematizar los fríos datos que le llegaban. Abusos sexuales a menores en una relación pastoral en la Iglesia de Bélgica (más de 400 páginas de horror), vio la luz en febrero de 2019, como compilación para enviar al Vaticano de cara a la cumbre de obispos contra la pederastia que impulsó el papa Francisco. El dossier detalla que el 73% de las víctimas belgas tenían entre 10 y 18 años cuando fueron atacadas, y el 19% eran menores de 10 años. El momento en el que más agresiones se producían era hacia los 12 años, y bajaban cuando los menores llegaban a la adolescencia. El 71% de las víctimas eran varones y el 95% de los pedófilos, hombres.

Sobre el lugar de los abusos, el 43% se produjeron en escuelas, y el 28% en parroquias (sobre todo en grupos de catequesis, ensayos de coros, confesiones y hasta misas), pero también se da cuenta de casos en convivencias y retiros espirituales y excursiones. Hay referencias en el texto a la dolorosa cercanía que muchas familias de afectados tenían con los religiosos abusadores, como guía de fe y persona de buena referencia para comunidades enteras. 

Recuerdo permanente

Dura es la historia belga con los abusos, por eso no se debe olvidar. De ahí que el 8 de abril se haya declarado día nacional en memoria de las víctimas de abusos sexuales, con especial enfoque en los casos de religiosos, y se han instalado esculturas y placas de recuerdo en diferentes ciudades, como las obras Esse est percipi, “Ser es ser percibido”, las esculturas que lucen dentro de las propias iglesias.

Linda Opdebeeck, presidenta del grupo de Derechos Humanos en la Iglesia (De Werkgroep Mensenrechten en Kerk), agradece los gestos y el interés, aunque asume que no siempre se hace de buena gana, pero la “justicia está por encima”, como ha enfatizado en numerosas declaraciones públicas. Suyos han sido los discursos ante los jerarcas de la Iglesia belga cuando han acudido a los templos a inaugurar esas esculturas blancas que deberían significar esperanza aunque tengan aires de mortaja, y que recuerdan a los fieles que el infierno ha pasado por entre sus feligreses, y aún dura. 

Ha habido un desarrollo positivo en los líderes de la iglesia. Hemos notado una buena evolución. Sin embargo, el dolor permanece”, afirma una mujer que fue abusada a los 13 años por un cura marista que le daba francés en su colegio de Auderghem, y que la mantuvo sometida hasta los 17. “Sigo culpando a los obispos porque ninguno de ellos dio el primer paso y somos nosotros, como víctimas, las que hacemos el trabajo pesado. Al final, sólo reaccionaron en el momento en que tuvieron la espalda contra la pared”, denunció públicamente ante el Parlamento. 

Sigo culpando a los obispos porque ninguno de ellos dio el primer paso y somos nosotros, como víctimas, las que hacemos el trabajo pesado. Al final, solo reaccionaron en el momento en que tuvieron la espalda contra la pared

Al daño de cualquier acoso se suma el de que te lo infringía una persona que, además, te estaba traicionando, porque confiabas en su compromiso con la fe y con Dios y la Iglesia. Aún tenemos que gritar que nos duele y no renunciar a ese derecho hasta que los culpables paguen y los que sufrieron sean escuchados y compensados”, indica.

El cardenal Jozef de Kesel ha sido uno de los que han tenido que ver a Opdebeeck, firme, y decirle a los ojos: “Hubo silencio. Hubo encubrimiento. Pero el silencio se ha roto. Nos enfrentamos a hechos innegables. Las víctimas han hablado y por eso quiero darles las gracias a ellos y a quienes les ayudaron con esto, que estaban claramente más alerta que nosotros”. Eso afirmó en 2017, cuando el vestido de bautismo se instaló en la basílica de Koekelberg, en Bruselas

Un acto, como los previos, en los que se entonó una oración nueva, devastadora: “El que hiere a un niño lo carga con la carga más pesada que jamás haya existido / Nunca permitas que pisoteen a un niño en la tierra / que se apague la luz de su alma, que nunca se deshonre su cuerpo (...). Bendice, señor, la vida de aquellos que eran frágiles, insignificantes y fueron quebrantados / Si Tú no nos haces florecer nuevamente, ¿quién lo hará?”.

¿Se oirá algo así, alguna vez, en las iglesias españolas?


 

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La lista de los 62 curas denunciados por abuso sexual en la Argentina

Los casos de denuncias contra integrantes de la Iglesia católica que se conocieron a partir del escándalo del padre Julio César Grassi en 2002


12 de mayo de 2017

Infobae

Abusos, silencio, protección. Este entramado se repite en muchos de los 62 casos denunciados en la Argentina desde 2002, luego de que estallara el escándalo del padre Julio César Grassi.

Una investigación de la Agencia Télam –de las periodistas Lucía Toninello y Mariana García–, deja al descubierto que la denuncia contra Grassi no es un hecho aislado: desde entonces cuatro nuevas denuncias se sumaron por año y sólo tres casos fueron sancionados con la máxima pena prevista por el d Son 59 sacerdotes y tres monjas los denunciados en el país. De todos ellos, ocho recibieron una condena judicial. Los datos muestran cómo un complejo sistema de responsabilidades dentro de la Iglesia permite que rara vez haya una condena.

"La mayoría de los casos no son denunciados. La Iglesia no los denuncia, son las víctimas las que se animan a contar lo que les pasó y para ellas es un proceso muy doloroso. Estos números muestran la arbitrariedad del juicio canónico, porque salvo en casos que son indefendibles o han tenido mucha trascendencia pública, la expulsión no se concreta", explicó a Télam Carlos Lombardi, abogado de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico y uno de los pocos especialistas en derecho canónico del país que no pertenecen a la Iglesia.

En nuestro país no existen registros oficiales sobre la cantidad de sacerdotes o monjas denunciados. Tampoco hay registro de cuántas son las víctimas.

Siguiendo las notas publicadas en medios nacionales y regionales, informes de agencias y consultando fuentes propias, Télam reconstruyó un mapa de la pedofilia dentro de la Iglesia utilizando el mismo mecanismo de La Casa del Encuentro, la ONG que lleva adelante el único registro nacional que existe sobre femicidio. Este mapa muestra que en la mayoría de los casos la Iglesia no acompañó a las víctimas, que los abusadores ya tenían antecedentes y que los traslados son la respuesta más frecuente ante una denuncia.

"Hay distintos niveles de responsabilidad en los traslados. Esos distintos niveles y esa fragmentación y discrecionalidad conspiran contra la tolerancia cero y otras premisas del Papa sobre los abusos", reconoció en una entrevista con Télam el obispo Sergio Buenanueva, presidente de la comisión de Ministerios del Episcopado.

Los casos de curas "trasladados" de una diócesis a otra, cuando sobre ellos pesan denuncias de abuso, no son episodios aislados. El caso Próvolo, uno de los más recientes, es una muestra clara del procedimiento que se da dentro de la Iglesia.

En estos 15 años, sólo 3 curas fueron sancionados con la expulsión del estado clerical, que implica que ya no pueden ejercer más el sacerdocio

Buenanueva, quien en 2011 fue designado para elaborar un protocolo a seguir ante denuncias de abuso, admitió que no sabe cuántos son los curas denunciados ni tampoco los condenados y sostuvo que hoy en la Iglesia "no existe criterio único". Todo depende de la orden a la que pertenezca el abusador, si ejerce o no como sacerdote. Y si es obispo, la investigación corre entonces por cuenta del Vaticano. Así, la superposición de responsabilidades puede terminar funcionando como una red de encubrimiento.

En estos 15 años, sólo tres curas fueron sancionados con la expulsión del estado clerical, que implica que ya no pueden ejercer más el sacerdocio: Miguel Ángel Santurio (2013, condenado a 14 años por abuso sexual agravado contra 5 chicos), José Mercau y Cristian Gramlich (el papa Francisco fue quien ordenó la sanción contra ambos sacerdotes de San Isidro, pero la denuncia nunca fue llevada a la Justicia).

La siguiente lista –reconstruida por Télam– revela los nombres, cargos y estado de las causas en la Justicia penal y eclesiástica de los religiosos denunciados por abusos desde 2002. Se incluyen los casos que nunca llegaron a la Justicia, los aún investigados, los que tuvieron condena y aquellos que fueron sobreseídos.

1- Luis Anguita. Denunciado y sobreseído en 2004 por violar a una chica de 13 años. Se desempeñaba en el Colegio Franciscano Tierra Santa de la Ciudad de Buenos Aires. Sin condena.

2- Luis Alberto Brizzio. Acusado de haber abusado de un joven de 16 años en Santa Fe. La Congregación para la Doctrina de la Fe dictaminó que al producirse los hechos el denunciante era mayor de edad y descartó el delito. No hubo denuncia judicial.

3- Padre Walter Eduardo Avanzini. En 1998 un programa de TV mostró cómo pagaba para tener sexo con niños y adolescentes en una plaza de Córdoba. No fue investigado.

4- Miguel Cacciuto. Acusado en 2009 de abuso en un jardín de infantes en Villa Gesell, Buenos Aires. Actual párroco de la Sagrada Familia de Mar del Plata. No fue condenado.

5- Ladislao Chomin. Condenado en 2012 a 4 años de prisión por abuso sexual de una niña en Misiones. Cumplió prisión domiciliaria.

6- Nicolás Corradi. Con prisión domiciliaria por abuso de menores en el Instituto para chicos sordos e hipoacúsicos Próvolo de Mendoza. Acumula denuncias por abuso en Italia y en el Próvolo de La Plata. No fue condenado.

7- Alessandro De Rossi. Acusado de abuso a niños entre 2008 y 2013, cuando era párroco en un templo de Salta capital. Detenido en Roma en 2014, se negó la extradición por falta de pruebas y fue liberado seis meses después.

8- Fray Diego. Denunciado penalmente en 2008 por abuso sexual contra un adolescente de 15 años en Buenos Aires. No fue investigado.

9- Juan Diego Escobar Gaviria. Elevarán a juicio oral la causa que lo investiga por abuso sexual de al menos cuatro menores en Entre Ríos. En 2016 fue detenido en la Unidad Penal Nº 5 de Victoria.

10- Atilio Jesús Garay. Acusado de violar reiteradamente a una chica en 2004 en Los Ángeles, Estados Unidos. Fue candidato a intendente de General Campos, Entre Ríos. No fue investigado ni condenado.

11- Daniel Giménez. Denunciado en marzo de 2011 por abusar de una adolescente en Formosa. Se abrió una causa judicial. No fue condenado.

12- Padre Ricardo Giménez. Denunciado en 2013 por Julieta Añazco, por abuso reiterado en La Plata. No fue llamado a declarar.

13- Hermano Isaac Gómez. Condenado a 11 años de prisión por el Tribunal Oral y Criminal N° 4 de Mercedes, Buenos Aires, por el abuso sexual agravado de un menor.

14- Giovanni Granuzzo. Forma parte de la causa Próvolo de Mendoza, donde se abusó de chicos sordos e hipoacúsicos. También fue denunciado por abuso en Verona, Italia y La Plata junto con Nicolás Corradi, Luigi Spinelli y Eliseo Primati. Aún no fue condenado.

15- Padre Justo José Ilarraz. Se le inició investigación canónica por abusos contra al menos medio centenar de niños de entre 10 y 14 años en el Seminario Arquidiocesano "Nuestra Señora del Cenáculo" de Paraná, Entre Ríos, entre 1984 y 1992. El juicio oral comenzará en agosto próximo.

16- Padre Virginio Juan Isottón. Detenido en julio de 1999 por "abuso deshonesto" de niñas en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Cañuelas, Buenos Aires. Lo declararon inocente en octubre de 2011.

17- Jorge Luis Morello. Denunciado por Iván González, seminarista de 19 años de Guaymallén, Mendoza. En 2012 se inició una demanda civil contra el arzobispado (José María Arancibia y Sergio Buenanueva) por ocultar información y tuvieron que pagar una indemnización. El arzobispado argumentó que la relación "había sido consentida". No fue condenado.

18- Albano Mattioli, ex directivo del Próvolo de La Plata. Llegó a la Argentina en 1965 desde el Próvolo de Verona, Italia, tras ser denunciado por abusos. Murió en 2013 a los 93 años en Italia y nunca fue investigado.

19- José Antonio Mercau. El papa Francisco decretó el cese de su condición sacerdotal. En 2011 fue condenado a 14 años por "abuso y sometimiento sexual agravado" en perjuicio de cinco chicos en un hogar del Tigre, Buenos Aires. Fue excarcelado el 18 de marzo de 2014.

20- Reinaldo Narvais. Acusado por acoso sexual y abuso de poder por integrantes de la parroquia Nuestra Señora de Pompeya, de Rosario. El Vaticano abrió un juicio, no dio por probado el abuso y fue declarado inocente.

21- Domingo Pacheco. Condenado en febrero último a 13 años de prisión por abusar del menor Osvaldo Ramírez en Corrientes. Sigue libre hasta que la sentencia quede firme.

22- Rubén Pardo. Acusado por violar a un chico de 14 años en 2002 en Quilmes, Buenos Aires. Murió en 2005. Nunca fue juzgado, pero la Justicia condenó al obispado local por encubrimiento y lo obligó a pagar una indemnización.

23- Héctor Pared. Condenado en marzo de 2003 a 24 años de prisión por abuso sexual en un hogar de Florencio Varela, Buenos Aires. Murió en septiembre de ese año.

24- Martín Paz. Separado de sus funciones eclesiásticas en mayo de 2003 por el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, por abusar en Catamarca de una chica de 17 años que quedó embarazada. Hubo denuncia penal pero no fue investigado.

25- Luis Pezzolo. Detenido en septiembre de 2003 por abuso sexual en el hogar Obra de Don Bosco de Bernal, Buenos Aires. Estuvo cinco años con prisión domiciliaria. Se espera el juicio público.

26- Fernando Enrique Picciochi. Condenado en 2012 a 12 años de cárcel por abusar sexualmente de al menos cinco niños. Sebastián Cuattromo, quien iba al colegio Marianista de Caballito, Buenos Aires, lo denunció en 2000. Está en libertad por el beneficio del 2×1 desde principios de 2016.

27- Monseñor Carlos Robledo. En octubre de 2012, el ex seminarista Alfredo Bazán lo denunció por el abuso de seis adolescentes en 1987. Murió en 2009 sin ser investigado.

28- Luis Sabarre. Denunciado en 2010 por abusar de una nena de 9 años en Mendoza. La Iglesia abrió una investigación y lo declaró inocente. Fue designado administrador parroquial del Colegio Nuestra Señora de Luján de Cuyo.

29- Padre Miguel Ángel Santurio. Condenado en 2013 en un juicio canónico por abuso en Misiones. Fue liberado por falta de pruebas.

30- Mario Napoleón Sasso. Condenado en 2007 a 17 años de prisión por haber abusado sexualmente de cinco niñas en 2002 y 2003, cuando era párroco de la capilla San Manuel en Pilar, Buenos Aires. En el juicio probaron el encubrimiento de dos sacerdotes colegas de Sasso, que fueron procesados.

31- Padre "Seryo", Instituto Vicente Pallotti, Turdera, Buenos Aires. Denunciado por abusar de alumnos de ese Instituto. No fue condenado.

32- Luis Eduardo Sierra. Condenado a ocho años de prisión en 2004 por abusar en 2000 y 2001 de tres monaguillos de entre 12 y 14 años del colegio Ave María de la Obra Don Orione, de la localidad bonaerense de Claypole. No se sabe si cumplió la condena. Se fue a Paraguay, donde también lo acusaron de abusos.

33- Luigi Spinelli, consejero en el Próvolo de Mendoza. También había sido denunciado en Verona, Italia. No se sabe dónde está.

34- Edgardo Storni. Ex arzobispo de Santa Fe. En 2009 fue condenado a ocho años por abusar de un seminarista. Pasó un poco más de un año en prisión domiciliaria porque tenía más de 70 años. En 2011, la Cámara Penal anuló el fallo. Murió al año siguiente.

35- Richard Suttle. Fue denunciado en 2008 por abuso sexual de menores entre 1982 y 1983 en la escuela primaria del Sagrado Corazón, en Prescott, Arizona, Estados Unidos. En 2013 llegó a Buenos Aires como integrante del equipo de los claretianos dedicado a las misiones de las Naciones Unidas. No fue investigado.

36- Carlos Urrutigoity. Denunciado por "conductas deshonestas" en un seminario en Buenos Aires y trasladado a los Estados Unidos. Por nuevas denuncias lo reubicaron en Paraguay. Actualmente en el Instituto del Verbo Encarnado, en San Rafael, Mendoza. No fue investigado.

37- Aníbal Valenzuela. En 2007 el obispo de Puerto Iguazú (Misiones), Marcelo Martorell, decidió suspenderlo como párroco por denuncias de abusos. Tuvo el apoyo del obispo Joaquín Piña y nunca fue investigado.

38- Padre Mario Yulán. Denunciado por abuso sexual en la parroquia San Juan Bautista, en Buenos Aires en 2007, en reemplazo de José Antonio Mercau. No fue condenado.

39- Cristian Vázquez. Ex sacerdote de la capilla Virgen del Carmen de Río Grande (Tierra del Fuego), imputado por abusar de una menor en 2012. No fue condenado.

40- Renato Rasguido. En marzo de 2014 fue denunciado por abusar de un adolescente de 15 años en Andalgalá, Catamarca. En 2015 la fiscal pidió su detención, aunque no se concretó. Espera el juicio en libertad.

41- Daniel Omar Acevedo. Un joven lo denunció como autor del abuso sexual que había sufrido cuando era niño y el 13 de noviembre de 2016 fue separado como cura de Ushuaia. No fue condenado.

42- Juan de Dios Gutiérrez. Denunciado en abril de 2015 por abusar de una chica de 16 años en Belén, Catamarca. Aún no fue condenado.

43- Agustín Rosa, Salta. Detenido con prisión preventiva. La causa será elevada a juicio oral. Fue denunciado por dos ex novicios. Tiene 25 denuncias canónicas por abuso, corrupción y enriquecimiento ilícito.

44- Nicolás Osvaldo Parma Vega. Denunciado por abuso sexual pero aún no fue investigado. Pertenece a la congregación del sacerdote Agustín Rosa.

45- Cristian Gramlich. Expulsado del estado clerical. No hubo investigación judicial. Las denuncias por abuso en su contra habían empezado en 1998 en el colegio Carmen Arriola de Marín de San Isidro, Buenos Aires.

46- Marcelino Moya. Denunciado en 2015, está a punto de ir a juicio oral. Cometió abusos contra menores que eran monaguillos entre 1994 y 1997 en la Parroquia Santa Rosa de Lima, de Entre Ríos.

47- Eliseo Primati. Cura del Instituto Próvolo de Mendoza. Tiene denuncias por abusos también en Italia. Aún no fue investigado.

48- Finnlugh Mac Conastair. Denunciado por abusos sexuales en el Colegio Cardenal Newman de San Isidro, Buenos Aires. El caso más conocido fue el de Rufino Varela. Aún no fue investigado. Tanto el colegio como la Congregación de Hermanos Cristianos Región de América Latina pidieron recientemente "disculpas públicas" a "todos los abusados" en esa institución.

49- Félix Alejandro Martínez. En 2002 fue denunciado junto al profesor de educación física Fernando Melo Pacheco por el abuso sexual de chicos que asistían al jardín de infantes de la Escuela Nuestra Señora del Camino, de Mar del Plata. Recientemente ofició la misa por los 20 años del asesinato de José Luis Cabezas. No fue condenado.

50- Alejandro Squizziatto. Acusado de abusar de un niño en Mendoza en 2014. No fue investigado.

51- Raúl del Castillo. Denunciado en 2008 en Mendoza por abusar de un adolescente. Está en Paraguay, no fue condenado.

52- Carlos Richard Ibáñez Morino. Denunciado por abuso sexual de al menos diez jóvenes en Bell Ville, Córdoba, a principios de los 90. En 2004, la Corte Suprema paraguaya autorizó un proyecto para extraditarlo a la Argentina. No fue condenado.

53- Carlos Alberto Dorado, Santiago del Estero. Acusado por abuso, no fue investigado.

54- Monseñor Adolfo Uriona. En 2006 una joven lo denunció por haberla manoseado cuando era obispo de Añatuya, Santiago del Estero. Fue demorado por la policía. En 2014, el papa Francisco lo nombró obispo de Río Cuarto. Fue investigado y sobreseído en mayo de 2009.



55- Carlos Miguel Buela. Fundador del Verbo Encarnado, Mendoza. Acusado de violar a seminaristas de la congregación. El Vaticano admitió que era culpable de "inconductas sexuales". Lo trasladaron a una iglesia en Génova. No fue condenado.

56- Fernando Yáñez. Procesado por abusar de chicos de un hogar en San Rafael, Mendoza. No fue condenado.

57- Horacio Corbacho. Detenido en Mendoza por las denuncias de abuso a chicos sordos e hipoacúsicos en el Instituto Próvolo. No fue condenado.

58- Néstor Monzón. A punto de ir a juicio oral por el abuso de dos nenes de tres años en Reconquista, Santa Fe.

59- Bibiana Fleitas. En 2015, una ex novicia escribió un libro contando los abusos de la monja en el Colegio Santa Rosa de Viterbo de San Lorenzo, Santa Fe. Fue trasladada a Mendoza pero aún no fue investigada.

60- María Alicia Pacheco. Era colaboradora de otro cura abusador, Agustín Rosa. Detenida desde diciembre de 2016 por abuso reiterado de una nena de 13 años en Salta.

61- Monja Kosaka Kumiko, acusada de ayudar y encubrir a los sacerdotes que abusaban de los chicos del Próvolo de Mendoza. Es investigada y podría enfrentar una pena de entre 10 y 50 años de cárcel.

62- Padre Julio César Grassi. Condenado en 2009 a 15 años de prisión por abusar de un menor que vivía en la Fundación Felices los Niños, que él dirigía. La Corte Suprema confirmó la sentencia en marzo último. En abril, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón lo benefició con el 2×1 y le redujo dos años y medio la pena. La medida será apelada por los abogados querellantes.