Ignacio
Escolar
elDiario.es
Escoñar.net
26-9-23
Feijóo:
“Tengo al alcance los votos para ser presidente del Gobierno, pero
no acepto pagar el precio que me piden”.
Falso.
Feijóo no puede ser presidente por otra razón: porque ni cuenta con
los escaños necesarios para ganar la investidura ni puede hacer nada
para conseguirlos. Tampoco los tendría si aceptara las peticiones de
Junts, porque perdería los votos de Vox, que le resultan
imprescindibles para gobernar.
Feijóo
no es presidente porque no puede ofrecer un proyecto político que
aúne una mayoría suficiente en el Parlamento. ¿O es que acaso el
líder del PP cree que Santiago Abascal hubiera aceptado una amnistía
para Carles Puigdemont?
Feijóo:
“La honestidad con uno mismo y la responsabilidad con los demás
son un valor, aunque haya quien los subestime. Tome nota, señor
Sánchez”.
Feijóo
intenta vender el fracaso de su investidura como un sacrificio moral,
a sabiendas de que no es verdad. El problema no está en los
inflexibles principios éticos del Partido Popular, que en anteriores
episodios ya demostró lo
rápido que aprendía a hablar catalán en la intimidad.
Es más sencillo: con su alianza generalizada con Vox, el PP se ha
cerrado las puertas de casi todos los demás partidos. Y esa
coalición de la derecha con la extrema derecha no puede gobernar
España porque no la representa, como demuestra el Parlamento actual.
Feijóo:
“Tengo principios, límites y palabra”.
El
problema no es de principios, que han sido muy cambiantes en este
último mes. Un día Junts era “golpista”, y al siguiente “un
partido cuya tradición y legalidad no están en duda”. Un día
había que lograr “el encaje territorial de Catalunya”, al otro
no. Un día “Junts no es su rival ideológico”, hoy parece que
sí.
También
hemos visto, en los acuerdos firmados con la extrema derecha, que el
PP no tiene límites a la hora de pactar. El drama de Feijóo es que
tiene que elegir aliados y ninguna opción le alcanza para llegar a
La Moncloa. Así que escoge a Vox, que al menos le permite otros
gobiernos, y pasa a la oposición, intentando vender este fracaso
como un ejemplo de dignidad.
Feijóo:
“Junts no puede decidir por todos los españoles, menos aún
después de todo lo que ha exigido”.
Feijóo
intenta singularizar el fiasco de su investidura en el ‘no’ de
Junts, pero simplemente no es verdad. El PP tampoco ha sido capaz de
lograr el apoyo del PNV –otro partido conservador– por su alianza
con la extrema derecha. No por los rectos principios de Feijóo.
Feijóo:
“Debemos asumir el cierre total de las puertas giratorias entre el
Poder Ejecutivo y el Judicial”.
Dato:
el último presidente del CGPJ que nombró el Partido Popular, Carlos
Lesmes, había sido antes director general de Justicia con Aznar.
Entre
los diputados del PP que aplaudieron este discurso de Feijóo
está Fernando
de Rosa:
el hombre fuerte en temas de Justicia del equipo de Feijóo, que
lleva toda la vida saltando de la política al juzgado, y vuelta otra
vez. De Rosa ha sido diputado, senador y consejero de Justicia,
siempre por el PP. Y también presidente de la Audiencia Provincial
de Valencia, o presidente en funciones del CGPJ, también con el
apoyo del PP. ¿Puerta giratoria? Feijóo le puede preguntar a él.
Feijóo:
“No quiero controlar la Justicia. Yo no”.
Como
explicaba hace no tanto el
portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó:
“Controlaremos la sala Segunda (del Tribunal Supremo) desde
detrás”. O como decía el exministro Jorge Fernández Díaz: “Esto
la Fiscalía te lo afina, hacemos una gestión”.
Feijoo:
“España vive un deterioro institucional sin precedentes y con
riesgo de agravarse todavía más”.
Y
tanto. Hace ya cinco años que el PP bloquea la renovación del Poder
Judicial, lo que ha generado una crisis institucional sin precedentes
en la Justicia. Escuchando el discurso de Feijóo –que se niega a
cumplir la Constitución si antes no cambia una ley que redactó
Gallardón– es evidente que se agravará mucho más.
Feijóo:
“La igualdad empieza en la Educación, solo existe si hay igualdad
de oportunidades desde el principio”.
Dato.
La escuela que más segrega en toda Europa, solo
por detrás de la de Turquía,
es la de la Comunidad de Madrid, donde gobierna el PP desde hace más
de un cuarto de siglo.
Feijóo:
“Quiero garantizar que la Guardia Civil no salga de Navarra”.
Falso.
La Guardia Civil no va a salir de Navarra o de ninguna otra
comunidad, como tampoco ha salido de Euskadi o de Catalunya. De lo
que hablamos es de las competencias de Tráfico, una transferencia
que cedió a Catalunya José María Aznar en los pactos del Majestic
con Jordi Pujol en 1996. Poco después, en el año 2000, fue de nuevo
Aznar quien prometió que las competencias de Tráfico también
llegarían a Navarra.
Feijóo
puede preguntar por este tema a Sergio Sayas, hoy diputado del PP y
antes uno de los tránsfugas de UPN que casi hunde la reforma
laboral. Sayas
votó a favor de una ley para transferir la competencia de la gestión
de tráfico a la Policía Foral de Navarra.
Entonces no debía de ser una terrible traición que fuera esa
policía autonómica, en vez de la Guardia Civil, quien pusiera las
multas por exceso de velocidad.
Feijóo:
“España sigue liderando el paro de Europa”.
Como
pasaba también con el Gobierno de Rajoy. La clave es la evolución.
España ha superado por primera vez en su historia los
21 millones de trabajadores –casi
dos millones más desde que gobierna Pedro Sánchez– y el paro
registrado está en su nivel más bajo desde la burbuja inmobiliaria
de 2008.
Feijóo:
“Yo sería incapaz de gobernar si el líder de la oposición
tuviera más escaños que yo”.
Puede
preguntar por esta experiencia a Isabel Diaz Ayuso, a Alfonso
Fernández Mañueco, a Juanma Moreno, a Fernando López Miras, a José
Luis Martínez-Almeida, a María Guardiola… Buena parte de los
principales líderes del PP llegaron al poder sin ser la lista más
votada.
Feijóo:
“Haber ganado las elecciones es la primera razón por la que hoy
estoy aquí”.
También
“ganó las elecciones” Óscar Puente, que fue el candidato más
votado en las municipales de Valladolid y desnudó
a Feijóo con un solo argumento: “De
ganador a ganador, ¿por qué tiene usted más derecho a ser
presidente que yo alcalde?”
Feijóo:
“Hay quien reniega de la transición. Yo vengo a reivindicarla y a
reclamar su vigencia. Es lo mejor que hemos hecho. Porque lo hicimos
juntos”.
Cabe
preguntarse con qué primera persona del plural se apunta estos
méritos Feijóo. Porque aquella Alianza Popular de la que deriva el
PP estuvo en el lugar equivocado en todos los momentos importantes de
la Transición. Solo la mitad de los diputados de AP votaron a favor
de la Constitución. Tampoco apoyaron la amnistía de 1977: optaron
por la abstención. Y cuando se legalizó el Partido
Comunista, Manuel
Fraga calificó la decisión de
“verdadero golpe de Estado”, “grave error político” y “farsa
jurídica”.
Por
mucho que quieran reescribir la historia, el Partido Popular es
heredero de los sectores más reaccionarios que querían continuar
con el franquismo, no de los reformistas de uno u otro signo que
lideraron la transición hacia la democracia.
Feijóo:
“España debe afrontar reformas y, para que sean sólidas, solo
cabe un camino a la vista del resultado electoral. Es el que hizo
posible los Pactos de La Moncloa. O el Pacto de Toledo. O el Pacto
Antiterrorismo”.
Los
datos. Alianza Popular tampoco quiso firmar los pactos de La Moncloa:
solo apoyaron el acuerdo económico, pero no el político. Es otro
ejemplo de cómo la derecha que hoy representa el PP estuvo siempre
en el lado equivocado de esa historia de la que hoy se quieren
apropiar.
El
pacto antiterrorista fue una propuesta de Zapatero cuando estaba en
la oposición. Consistía en sacar de la confrontación electoral
“las políticas para acabar con el terrorismo” y dejar esas
decisiones al Gobierno. Algo que se cumplió sin problemas cuando
gobernaba el PP, pero que dejó de ser válido cuando Zapatero empezó
a gobernar y Rajoy le acusó de “traicionar a los muertos”.
En
cuanto al Pacto de Toledo, nació por una propuesta de CiU –la
coalición en la que militaba Puigdemont– y arrancó cuando
gobernaba el PSOE de Felipe González, en 1995. Tampoco fue una
iniciativa del PP, que en distintas ocasiones –la última fue el
año pasado con la revalorización de las pensiones– se ha
desmarcado de lo pactado allí.
Al
menos Feijóo no ha reivindicado el pacto antitransfuguismo, que
también el PP rompió.
Feijóo:
“La democracia empezó en 1978 y, por tanto, nuestra memoria
democrática también. Es lamentable que haya que recordarlo”.
Falso.
La democracia española empezó mucho antes, el 14 de abril de 1931.
Fue interrumpida por un golpe de Estado al que siguió una guerra y
una sangrienta dictadura. Es lamentable que la memoria democrática
del PP sea tan corta.
Feijóo:
“Mi compromiso es inequívoco: recuperar el consenso en la política
exterior de España (...) el compromiso atlántico, que nadie debe
cuestionar”.
Dato:
en el referéndum de la OTAN, Alianza Popular hizo campaña por la
abstención.
Feijóo:
“No habrá imposiciones ni adoctrinamiento en las aulas. La
política está para garantizar las enseñanzas a las que tienen
derecho los alumnos”.
No
hay adoctrinamiento más evidente en la escuela española que la
asignatura de religión. Enseñar a los niños educación sexual no
es adoctrinamiento: es salud. Por mucho que ofenda a una parte de la
derecha.
Feijóo:
“No apoyo que la estrategia energética y ambiental se reduzca a
limitar el crecimiento y a imponer un determinado modo de vida. (...)
Es decir, transición ecológica sí. Dictadura activista en ningún
caso”.
Equiparar
las medidas contra el cambio climático con una “dictadura”
hermana a Feijóo con el discurso negacionista que habitualmente usa
Vox. El propio Santiago Abascal le agradeció este gesto después.
Feijóo:
“Las ocupaciones de inmuebles no paran de incrementarse. Y no se
puede ser indolentes ante esto”.
Falso.
Las últimas estadísticas públicas dicen justo lo contrario. En
el primer trimestre de 2023 se redujeron un 11% respecto al año
anterior.
Feijóo:
“Con ustedes el incremento del salario mínimo está por debajo del
incremento de los precios y con nosotros el incremento del salario
mínimo supera el incremento de los precios”.
Falso.
Desde junio de 2018 hasta agosto de 2023 los precios aumentaron un
16,3%, mientras que el salario mínimo interprofesional (SMI) se ha
incrementado en casi un 50%. La presidencia de Pedro Sánchez
–primero en solitario, después en coalición– ha sido el periodo
de la historia en el que más ha subido el SMI en España desde que
existe este indicador, tanto
en términos absolutos como descontando la inflación.
Feijóo:
“En la última legislatura los españoles han tenido que soportar
42 subidas fiscales. 42.656 millones de euros más en impuestos que
en 2019, pero con un nivel de PIB similar”.
Falso.
No ha habido 42 subidas de impuestos. Ni
siquiera la mitad. Y
la inmensa mayoría de los ciudadanos han tenido más rebajas de
impuestos –el IVA de la energía o la alimentación se redujo–
que subidas durante la legislatura anterior. Los únicos que hoy
pagan más impuestos son las grandes fortunas con un patrimonio de
más de 10 millones de euros, las grandes empresas financieras,
energéticas o tecnológicas, los fabricantes de bebidas azucaradas,
las rentas por encima de los 300.000 euros anuales o quienes ingresan
más de 200.000 euros por rentas del capital.
Feijóo
confunde subidas de impuestos con subidas en la recaudación. Y es
cierto que el Estado recauda hoy mucho más que en 2019, con un
supuesto nivel de PIB similar –también recaudan más las
comunidades autónomas, como la que gobernaba Feijóo–. Pero eso
demuestra otra cosa: que
el PIB real era mayor, como
el propio INE hace muy poco reconoció.
Feijóo:
“Mi propuesta es garantizar siempre y en cualquier circunstancia la
revaloración de las pensiones. Ni congelar ni reducir. Y blindar su
suficiencia hoy y en el futuro”.
Dato.
El PP que hoy reivindica la revalorización de la pensiones con el
IPC votó en contra de la ley que hizo tal cosa posible. También se
opuso a la eliminación de la reforma de Rajoy, con la que las
pensiones habrían subido solo un 0,25%, incluso en los años de más
inflación.
Feijóo:
“¿Qué bien se hace creando un nuevo impuesto a los plásticos
antes que nuestros socios europeos, y que encarece aún más los
alimentos en plena escalada de precios si luego se utiliza lo
recaudado para pagarle el cine o los viajes a las rentas altas?”.
Falso.
El impuesto al plástico está teniendo un impacto irrelevante en la
subida en el precio de los alimentos. Por ponerlo en números: es un
gravamen de 0,45 euros por cada kilo de plástico no reciclado, que
busca obligar a los grandes comercios y distribuidoras a cambiar esos
envases por otros más sostenibles. Por ejemplo, una botella de
aceite tiene un contenido en plástico de unos 25 gramos. Es decir,
paga un impuesto de apenas un céntimo (y solo si es plástico no
reciclado).
En
cuanto a las ayudas al cine o al transporte para mayores de 65 años,
es verdad que son ayudas universales, donde solo hay que demostrar la
edad. Se hace así para que nadie quede atrás por una cuestión de
burocracia y papeleo.Y que no sufra Feijóo por los millonarios: son
más de jet privado que de tren.
Feijóo:
“Necesitamos seguridad jurídica. Es así como vamos a conseguir
mucho más para la economía y para el empleo, no sembrando la
incertidumbre y promoviendo el desprestigio contra quien tenga la
pretensión de invertir en nuestro país”.
Dato.
La decisión que más pleitos perdidos ha traído a España de
tribunales internacionales, por vulnerar la seguridad jurídica de
distintos inversores, fue el recorte retroactivo en las primas para
las energías renovables que aprobó el gobierno de Rajoy. Ya hay
condenas por valor de mil millones de euros, y nos pueden caer dos
mil millones más. Solo
en abogados, España ha gastado 40 millones ya.
Feijoo:
“Mejorar la equidad de las cargas tributarias, sobre todo buscando
el alivio de las familias con menos recursos y clases bajas y
medias”.
La
realidad allá donde gobierna el PP es justo
la contraria.
Las rebajas fiscales del partido de Feijóo entregan un premio gordo
a las rentas más altas y una pequeña pedrea a las clases medias y
bajas. Un ejemplo reciente, el de Extremadura. Una de las primeras
reformas del gobierno de María Guardiola con Vox ha sido suprimir el
impuesto de patrimonio y el de grandes tenedores de viviendas.
Eliminar estos impuestos beneficia
a los 1.248 contribuyentes más ricos de esta comunidad,
el 1% más privilegiado. Luego no
queda dinero para los comedores escolares.
Feijóo:
“No comparto que la Constitución pueda ser burlada mediante
subterfugios. Y mucho menos acepto que la Carta Magna sea
directamente contravenida con decisiones que eliminen de un plumazo
la igualdad de todos los españoles”.
Dato.
La última amnistía que se aprobó en España fue la amnistía
fiscal de Rajoy. Eliminó de un plumazo la igualdad de todos los
españoles, equiparando a los que defraudan al fisco con los que no.
Fue anulada parcialmente por una sentencia unánime del Tribunal
Constitucional. No se recuerda en boca de Feijóo la más leve
crítica a esta ley inconstitucional que aprobó el Partido Popular.
Feijóo:
“Tengo un deber que no voy a eludir (...) Me debo a quienes
clamaron igualdad este domingo en las calles de Madrid. Me debo a la
mayoría de los españoles”.
El
principal deber constitucional que Feijóo no debería eludir, tan
pronto como el Parlamento confirme que no cuenta con los apoyos
suficientes para ser presidente, es el de reconocer su derrota y
dejar de poner en duda la legitimidad de quien realmente cuenta con
los votos para gobernar. Pocas cosas hay más antidemocráticas que
cuestionar el mandato de las urnas cuando no te benefician a ti.