¿Manos limpias?
¡¡¡ Qué cinismo, desfachatez, hipocresía, desvergüenza….!!!
Política, religión, actualidad, cine, opinión, sociedad, humor, cultura, fotogalerías.....corrupción, corruptores, justicia, robos, fraudes, atracos, preferentes, rescate bancario, hambre, paro, miseria, desahucios, hipocresía, la verdad, mentiras y mas mentiras...crisis, ricos, pobres, muy pobres, muy ricos, miseria, niños hambrientos, familias que no pueden llegar a fin de mes, trabajadores esclavos...Santa Pederastia, Sagrada Pedofilia....
Miguel Rosa, el escritor que vive debajo de un puente en Roquetas de Mar
Diario de Almería
Miguel Martín
4-7-24
Miguel Rosa es natural de Córdoba y siempre soñó con escribir, una pasión que aún desarrolla bajo el puente en el que reside en Roquetas de Mar, un hogar para un hombre sin techo que llegó a esta provincia para ganarse la vida bajo el plástico de los invernaderos.
Miguel llegó a la provincia almeriense el pasado 15 de febrero y comenzó a residir al raso, junto a su perrita Wanda, muy cerca del puente que se ha convertido en su casa. Nueve días más tarde, Jorge Gallego, marinero en la 'Salvamar Spica', y su pareja, Vanesa García, lo invitaron a comer una de las hamburguesas que hacían en una barbacoa junto a la playa.
"Lo invitamos a comer con nosotros y nos contó su historia. Nos dio mucha pena porque todavía hacía frío y le proporcionamos una tienda de campaña y, en la medida de lo que hemos podido, cosas básicas para facilitarle un poco su vida", explica Vanesa a EFE.
"Recuerdo aquel día con un poco de congoja, porque aparte de hambre, tenía mucha necesidad de humanidad. Vine aquí, como todo el mundo con la golosina de los invernaderos, a intentar trabajar, sin tener en cuenta que cumplo 65 años en dos semanas", dice a EFE Miguel, que ahora vende en los parques pulseras y otros adornos de cuero que elabora.
Un hombre que ha creado un pequeño espacio, todo lo acogedor posible, con un mobiliario precario y hasta una ducha, incluso con canalizaciones para evitar que se inunde en caso de que el agua corra por la rambla que atraviesa el puente.
En ese precario hogar Miguel sigue escribiendo. Tiene un relato, 'Andrea la mala', que ha sido publicado por el Instituto Ouróboros de Córdoba en el recopilatorio 'Casa de Citas', en el que participaron 17 escritores y otros tantos ilustradores.
'Andrea la mala' es la historia de "una niña muy inteligente y traviesa que le da una lección moral a sus padres. Para mí, Andrea ha sido siempre mis hijos", presume Miguel.
Recuerda cómo no faltaba nunca al centro de educación para adultos para poder escribir sin faltas de ortografía, y cómo durante años ha escrito de todo, "algunos textos que he quemado por aquellas depresiones que te entran".
La escritura, con otros relatos como 'El destiempo', 'Rosario' o 'El Madroña', la compagina con una lectura incansable que lo llevó a conocer a Ezequiel, el protagonista de uno de los relatos del libro 'Me viene mal que te mueras', de Maite Cabrerizo, que trabaja en el gabinete de comunicación de Salvamento Marítimo.
Gracias a Jorge Gallego pudo leerlo y hasta realizar una pequeña reseña porque se identificó con este personaje que vive bajo un puente. "Aunque yo no soy alcohólico", bromea.
Mientras, su móvil le sirve ahora como un bloc de notas que llama "Anotaciones en el cuaderno de campo", pero que "terminará llamándose algo así como 'Un Robinson urbano'"; una obra en la que espera reflejar cómo se busca la vida como un náufrago de ciudad.
"Me sacaron del colegio para coger algodón con 11 años, pero siempre he tenido mucha imaginación y me ha gustado inventar historias. A lo mejor he estado trabajando haciendo carbón y mientras cortaba leña me inventaba que había unas tribus enanas que se escondían porque iba con un hacha", relata.
Miguel admite que en esa época no sabía hacer "la o con un canuto" a pesar de lo cual "quería ser escritor", aunque la vida lo llevaría por otros derroteros.
En La Rioja tuvo un accidente cuando cortaba leña. Con la indemnización decidió irse a "conocer mundo para tener una base para poder escribir" y se fue con un grupo de voluntarios a participar en talleres de carpintería en Nicaragua, en la frontera con Honduras.
"Luego me metí en la brigada de alfabetización a ayudar a llevar material escolar, a llevar mantas y medicinas a hospitales de campaña… Y conocí allí a una persona". Se casó con esa mujer y cuando tuvieron su primera hija se trasladaron a Cataluña.
En Tortosa (Tarragona) tuvo a su segundo hijo y un tiempo después se separaría de su mujer. La justicia le dio la custodia de sus vástagos, a los que crio con la ayuda de su familia mientras trabajaba en los andamios en una filial de ULSA que lo llevaba de una punta a otra de la península.
Con la crisis de 2008 se quedó parado y comenzó a trabajar por "una miseria, a tres euros la hora", para poder sacar adelante a sus hijos.
"Ellos están a galope entre Europa y Granada. No quiero ser una carga para los chavales. Son responsables y me siento como si les pusiera un palo en la rueda". Por eso, el 4 de junio del año pasado salió de Córdoba y comenzó su nuevo peregrinaje en busca de un porvenir que, por ahora, tiene su última parada en Almería.
Adiós Enric Sopena, maestro y amigo
ElPlural
7-7-24
Marisu Moreno
“Soy un señor de pelo blanco”. Fue el santo y seña que me dio para que le reconociera cuando quedamos por primera vez para concretar lo que después sería ElPlural. Nunca habíamos trabajado juntos y tampoco nos conocíamos personalmente, pero al minuto de conocernos conectamos. Como persona y profesionalmente. Fue un señor de los pies a la cabeza, con letras mayúsculas, no siempre fácil, porque defendía con vehemencia todo aquello en lo que creía. Era muy disfrutón y nunca supo (ni quiso) ocultar la emoción que le proporcionaban sus grandes pasiones, el fútbol (ese Barça de Guardiola ¡cuántas alegrías le dio!), la política y el periodismo, además de su familia. Se emocionaba como un niño pequeño con cualquier historia y, por horas y horas [muchas], que le dedicara al trabajo, para él todo era un placer. La puerta de su despacho siempre estaba abierta para los demás y le encantaba compartir sus experiencias con los becarios y los redactores más jóvenes de ElPlural. Cercano y amable, sus batallitas eran, en realidad, grandes lecciones de vida y de periodismo.
Siendo apenas un niño montó un periódico de fútbol en su colegio de Barcelona, su ciudad natal. Empezó su carrera profesional en Radio Barcelona y después dio el salto a la prensa escrita, incorporándose como redactor a ‘La Vanguardia’. Ha trabajado también en el mítico ‘Diario Madrid’, ha sido jefe de los Servicios Informativos de TVE, director de Radio Nacional de España, del centro territorial de RTVE en Cataluña y de Com Ràdio, entre otras cosas.
Quienes tuvieron la suerte de conocerle saben que era un gran amigo de sus amigos, una persona bondadosa a la que nunca le faltaba una moneda en el bolsillo para compartirla con todo aquel con el que se encontrara pidiendo en la calle.
Era un perspicaz observador de la realidad que dedicó su vida a denunciar las injusticias, además de luchar por la igualdad y los valores democráticos. Lo hizo incluso cuando no se podía, en plena dictadura franquista. Él fue uno de los periodistas que encabezaron una manifestación en defensa de la libertad de expresión en Barcelona el 18 de marzo de 1976, la primera que se concedía a la oposición franquista desde 1939.
Cuando Enric Sopena se puso al frente de ElPlural, en 2005, estaba al frente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Aquella primera legislatura de ZP situó a España en un referente internacional en derechos sociales. Entre otros hitos destaca la aprobación de la ley de los matrimonios homosexuales, la ley de igualdad, la ley integral contra la violencia de género y el inicio de un proceso de diálogo con ETA para hacer efectivo el abandono de las armas y la desaparición del terrorismo. Enric disfrutó enormemente contando cada una de estas noticias. Al mismo tiempo, sintió como una obligación irrenunciable denunciar cómo la derecha reaccionaria trataba de dinamitar esos avances. Él siempre separó la “derecha civilizada” de la “derecha ultra”, pero la utilización política por parte del sector conservador de asuntos como el terrorismo, la violencia machista, la inmigración o la igualdad para dinamitar al adversario fue difuminando cada vez más la frontera entre ambas. Fue uno de los primeros periodistas en alertar del ascenso de la ultraderecha en Europa en general y en España en particular. Nunca lo vio como algo anecdótico.
Todo ello le trajo muchos sin sabores y vio cómo, en esta última etapa de su amplia trayectoria periodística, había personas que le insultaban por la calle. Fue duro para él, pero lo compensaba el cariño que recibía de otros muchos, que le animaban a seguir reivindicando derechos y valores democráticos de forma alta y clara, sin pelos en la lengua.
Tenía una memoria prodigiosa y sabía bucear como nadie entre los libros de política, ensayos e historia que acumulaba como tesoros en su casa o el despacho. En esas páginas, encontraba siempre una vuelta de tuerca que daba profundidad a su análisis. Le gustaba poner en contexto las cosas, aunque tuviera que remontarse al pasado y, sobre todo, el pasado de los personajes o instituciones. “De aquellos polvos vienen estos lodos”, decía con frecuencia.
Su apuesta por la libertad le trajo no pocos enemigos, sobre todo entre lo que él llamaba “caverna mediática”. Cuando todavía no se había puesto de moda el fact checking y desmontar las fake news, él lo incorporó al día a día de ElPlural, pesara a quien pesara. Le costó caro. Si haces una búsqueda en internet, verás cómo reducen su brillante trayectoria a su vínculo con el Opus Dei, el gol de Butragueño y, más reciente, la condena por intromisión ilegítima en el derecho a la propia imagen y al honor del antiguo presidente de la AVT José Francisco Alcaraz. Todo cierto, pero con matices. Sí, él perteneció en su juventud a la citada organización religiosa, nunca lo negó, ¿dónde está el problema? Lo del ‘Vota PSOE’ en pleno Mundial México 86 mientras Butragueño celebraba uno de los cinco goles que marcó a Dinamarca, apunta a un error, por ser bien pensados, o a un boicot. Y lo de la condena sería más largo de explicar, solo un apunte, mientras que el tribunal de Jaén dio la razón, de forma parcial, por cierto, al presidente de la AVT por la denuncia presentada, un tribunal de Madrid, decidió archivar la denuncia que puso la propia AVT por los mismos hechos.
Pocos sabrán que el equipo de ‘Cuéntame cómo pasó’ quiso que se interpretase a sí mismo en un capítulo. Llegaron a convocarle para la grabación, que fue cancelada a última hora sin ningún tipo de explicación. Fue en 2017, bajo el gobierno de Mariano Rajoy y, al parecer, a petición expresa del equipo de dirección de RTVE. Fuera por censura o por necesidades del guion, la anécdota es un reconocimiento a su contribución al periodismo en España.
Tuvo que retirarse demasiado pronto, cuando empezó a fallarle esa prodigiosa memoria suya. Prefirió dar un paso atrás, aunque siguió escribiendo mientras pudo su habitual ‘Cabos Sueltos’ para ElPlural. Él se fue apagando poco a poco, pero nunca perdió el brillo amable y curioso de su mirada. Adiós, maestro, amigo, familia… Dejas un hueco enorme. D.E.P.
Fallece Enric Sopena, fundador de ElPlural.com y referente periodístico
ElPlural.com
7-7-24
José María Garrido
Enric Sopena, figura destacada del periodismo español, ha fallecido este domingo a los 79 años en Madrid. Fundador de ElPlural.com y director del medio hasta 2017, Sopena ha dejado una marca indeleble en el panorama mediático de España. Su carrera periodística comenzó en los 60 y abarcó más de cinco décadas, durante las cuales ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto en prensa escrita como en radio y televisión. Conocido por su compromiso con los valores progresistas y su estilo crítico, Sopena ha destacado por su capacidad de análisis y su firme defensa de la democracia y los derechos sociales.
A lo largo de su carrera, Enric Sopena ha pasado por redacciones de renombre como las de La Vanguardia y Radio Televisión Española . En el ente público, desempeñó roles clave como editor y director de informativos, contribuyendo a la modernización y profesionalización del periodismo televisivo en el país. Su legado incluye también una prolífica labor como columnista y analista político, donde sus opiniones y reflexiones se convirtieron en referecia para muchos. En 2005, fundó ElPlural.com, medio digital que dirigió hasta 2017, cuando Angélica Rubio asumió la dirección de este medio.
La primera sede de ElPlural.com estaba ubicada en la calle José Abascal, una de las principales arterias de Madrid donde empresarios, dirigentes del Partido Popular, y actores sociales que con el tiempo acabarían fundando Vox y otros colectivos de extrema derecha, se movían como pez en el agua. Era la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero y sin duda, Enric Sopena, por aquel entonces director del periódico que él mismo fundó, era uno de los rostros progresistas más mediáticos e influyentes del país.
En televisión defendía con vehemencia la ampliación de derechos sociales que estaba protagonizando el primer gobierno de Zapatero en programas con tanto impacto y audiencia como ’59 Segundos’, ‘La Noria’ o ‘Los Desayunos de Televisión Española’. Esa defensa valiente y contundente que realizaba a favor del matrimonio entre personas homosexuales, de la ley de igualdad o de la negociación con ETA en el proceso de paz, le acarrearon no pocos enemigos.
Por aquel entonces yo empezaba mis prácticas como periodista en ElPlural.com. Dicho de otro modo, no era nadie en la profesión. Por contra, Sopena lo era todo: Enric había sido un excelente profesional en Radio Barcelona, un redactor que dejó huella en ‘La Vanguardia’ o el mítico ‘Diario Madrid’, jefe de los Servicios Informativos de TVE, director de Radio Nacional de España, del centro territorial de RTVE en Cataluña o de Com Ràdio.
Pese
a ello, Enric me proporcionó un trato inmejorable y confió en
mí (y como me consta, en otros muchos compañeros de profesión)
de una forma que siempre le agradeceré (agradeceremos) de por
vida. Sopena
no solo nos enseñó a ser periodistas, sino que nos regaló comidas
que siempre recordaremos, anécdotas que nos acompañarán de por
vida y consejos que guardamos a fuego.
En
esa misma calle José Abascal en la que Enric recibía improperios de
los más energúmenos de Madrid, también acumulaba numerosas
muestras de apoyo. Recuerdo especialmente con cariño aquel día que,
entre tanta manifestación de la Asociación de Víctimas del
Terorrismo (AVT) contra el proceso de paz y tanta marcha de obispos
reaccionarios contra el matrimonio igualitario que promovía José
Luis Rodríguez Zapatero, un barrendero le gritó:
Y eso es lo que Enric Sopena siempre hizo: defender a los más débiles frente a los más poderosos.
Desde su fundación, Enric Sopena, como director, pretendió (y consiguió) que ElPlural.com, con sus errores y aciertos, se convertiera en la voz de los homosexuales a los que la derecha les impedía contraer matrimonio, de las mujeres que abortaban entre acosadores ultras que las perseguían en las clínicas médicas a las que acudían, de los trabajadores a los que la patronal y la derecha no querían subir el salario mínimo interprofesional, de las feministas, de los inmigrantes a los que sectores de la sociedad querían dejar en eterna situación de irregularidad, de los enfermos que exigían una muerte digna, de los colectivos que pedían cuidar del medio ambiente o ampliar derechos sociales, de las minorías y de las personas que reclamábamos diálogo para poner fin a la violencia de ETA.
Defensas nobles que le situaron en el frente de la diana de derecha y ultraderecha una y otra vez. Aún hoy, pese a llevar años retirado de la profesión debido a la enfermedad de Alzheimer que padecía y que él mismo, en un artículo emotivo y honesto -y que nos llenó de orgullo a sus personas más allegadas-, explicó en marzo de 2017, seguía recibiendo insultos por parte de los más radicales.
Pero Sopena nunca tuvo miedo a los reaccionarios y ultraconservadores. Siempre plantó cara a la derecha que flirteaba (ya entonces) con la extrema derecha y que amenazaba con recortar los derechos sociales.
Enric
hizo un periodismo combativo y valiente. Alejado de la equidistancia,
pero siempre honesto.
Con
su muerte, España pierde un gran periodista. Las personas
progresistas, un claro referente. Y muchos otros perdemos, además,
a una
increíble persona que fue un magnífico jefe y un genial
maestro que, con el paso de los años, se convirtió también en
gran amigo.
Gracias por todo, querido Enric. Que la tierra te sea leve. D.E.P.