Curas,
colonialismo y odio contra el homosexual (Matías Borrego)
Los
países occidentales en la actualidad no contemplan leyes de castigo
y represión de la homosexualidad, pero fueron ellos los que las
establecieron en su día por el mundo, en sus colonias, donde casi no
existían tales leyes crueles, repugnantes y puramente tendentes
hacia intereses materiales, por eso de divide y vencerás; al tiempo
que la actividad de los homosexuales estuvo castigada con la pena de
muerte hasta 1861 en Reino Unido, como también en EEUU estuvo
legalizado el asesinato de los homosexuales hasta 1873 y hasta 1861
en Australia. En Reino Unido el último crimen según las leyes
asesinas contra los homosexuales fue cuando ahorcaron a James Pratt y
a John Smith en 1835.
Me
baso para redactar este artículo en lo que he averiguado en
Wikipedia, en el colectivo LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y
transexuales, en el bloc:
http://leopoldest.blogspot.com.es/.../las-relaciones...
y en mi propia cultura.
Ochenta
países, hasta la fecha, criminalizan la homosexualidad, lo que
afecta a doscientos cuarenta y dos millones de personas, doscientos
millones de ellas viven en países con religión mayoritaria
musulmana, en treinta y dos la mayoría es cristiana, nueve y medio
son budistas, un millón mwari; además veintiocho millones de
homosexuales están bajo la amenaza de la pena de muerte en Irán,
Mauritania, Sudán, Yemen y Arabia Saudí.
En
Irán se han llevado a cabo crueles asesinatos, que llaman
ejecuciones, ejecuciones de homosexuales, y no aumentan gracias a las
presiones internacionales. También ha habido condenas a muerte
contra mujeres por adulterio que no se han cumplido, también debido
a esas oportunas presiones internacionales.
A
primera vista, según las cifras se llevan la mayor reprobación los
países musulmanes, ya que poseen el triste récord de ser con
diferencia los que más criminalizan la homosexualidad, y los que, en
sus códigos penales, o códigos criminales, mantienen leyes que la
reprimen, llegando incluso al asesinato. La responsabilidad criminal
de todos aquellos que mantienen estas bárbaras leyes es inequívoca.
Pero
la responsabilidad nunca es igual a todas las personas en los lugares
o países que decretan leyes asesinas y retrógradas. Así, en los
países musulmanes, ¿quiénes son los que más responsables de esta
represión tan grosera y despiadada contra la homosexualidad? Se
podría pensar que la religión y cierto es, pero las autoridades
gubernamentales tienen una cuota de responsabilidad bastante alta.
Más que en los países cristianos.
Los
países musulmanes tradicionalmente en su día fueron tolerantes con
los no heterosexuales. En su cultura permanece una larga tradición
de convivencias con esas tendencias. Las Mil y una noche dejaron para
la posteridad cuentos con protagonistas homosexuales que loaban el
amor con muchachos; a la vez que hay autores con una clara tendencia
homosexual como Abu Nuwas, uno de los grandes de la literatura árabe,
con mucha influencia sobre Omar Jayyam, Halfiz de Shiraz y otros
muchos.
La
zona del actual Pakistán, India, Bangladesh, como Persia, Egipto…
siempre fueron comprensivos con las prácticas minoritarias del sexo.
Casi de hecho hasta el siglo XX no aparece la represión y el
castigo. ¿Qué pasó? El colonialismo comenzó a colocar leyes
criminales contra la homosexualidad, esa bestia procedente de los
países que se llaman desarrollados y culturizados obedeciendo a los
capitalistas, con ansias de extender sus nefastos intereses por el
conjunto del Planeta; acompañados de curas y pastores que siempre
están ofreciendo sus servicios religiosos a los que detentan mayor
poder, a los que poseen más fuerza represiva y a los que tienen más
dineros, para que estos poderosos traten de alcanzar la impunidad que
les ofrecen las religiones.
El
poder, el dominio y la ocupación necesitan dividir a las personas
para sus intereses. Cualquier excusa es buena. Así la Peste
Ensotanada ofrece su amplio repertorio anti homosexual. En todos los
lugares hay prejuicios contra los que son diferentes en la
sexualidad. En todas las sociedades existen esos bajos instintos. Los
curas y los poderosos bien lo saben y no dudan en usar tales
prejuicios en beneficio propio disfrazados de mandatos divinos, con
la vieja táctica de divide y vencerás.
Y
ya que hablamos de colonialismo, ¿no estuvieron debatiendo los curas
si los negros tenían alma o no como he apuntado antes para que
fueran vendidos como animales en la esclavitud? Pues algo muy
parecido ocurre con el tema de la homosexualidad. Grupos sociales de
diversos extractos fomentan la persecución a los diferentes y las
consecuencias benefician a los poderosos que dividen a una sociedad,
siendo así más fácil controlarla, dominarla y expoliarla.
A
los homosexuales ya no se le puede quitar el alma, su ánimo, pero se
les puede arrebatar su condición de personas, que es lo que se
persigue por motivos económicos y para lo que se emplea, entre otras
malas artes, la división social. Los curas son refinados en esta
repugnante tarea. Su carta magna, la Biblia y su larga lista de
santos, papas, obispos, cardenales, políticos y demás gentuza son
homofóbicos, habiendo más de uno que es homosexual escondido en el
armario. Hoy en día muchos homosexuales han salido del armario. Los
curas homosexuales siguen dentro y seguirán ahí, relleno además el
armario con las calaveras de sus millones de víctimas.
“Si
uno se acuesta con un hombre como con mujer, ambos cometen una
abominación. Son reos de muerte, Caiga su sangre sobre ellos.”
(Levítico. 20,13)
Así
las cosas, los colonialistas decretaron leyes discriminatorias y
punitivas en la mayoría de las zonas que capturaron y ocuparon, como
la India inglesa, compuesta entonces por India, Pakistán, Birmania,
hoy Myanmar, y Bangladesh; donde instauraron leyes en 1860 para
amargarles la vida a los homosexuales con la sonrisa anormal y
abominable de la Peste Ensotanada, y de esos tipos de Lutero que
llaman pastores. Lo mismo ocurrió también en otras zonas dominadas
por Occidente, como en las colonias portuguesas, españolas, belgas,
holandesas…
Las
religiones budista e hinduista por boca de sus dirigentes establecían
prejuicios contra los homosexuales, pero no llegaban a establecer
leyes para castigarlos y reprimirlos. Hoy en día en Myarmar perviven
leyes que castigan la homosexualidad, pero la sociedad en su día era
permisiva. Es curioso que, en la China de Confucio, por no decir
hipócrita y mal intencionada, la religión y esa filosofía no
aceptaban la homosexualidad porque no la consideraban un
comportamiento apropiado, a la vez que permitían que las clases
altas disfrutaran de concubinas y concubinos. O sea, de la esclavitud
sexual.
Y
así transcurrió el tiempo. Los curas predicando en pro de los
intereses de los ricos, los países colonizados siendo esquilmados de
sus materias primas que iban a parar a los mercados de Occidente. Los
pobres de todos estos países, por supuesto y como siempre ocurre,
son los que sufren las peores consecuencias y en muchas ocasiones se
trata de sobrevivir.
Y
llegó la hora de separarse de las metrópolis saqueadoras, con
guerras por aquí y por allá. Siendo la peor, de momento, la Segunda
Guerra Mundial como consecuencia del colonialismo, no por ser injusto
y cruel, sino por el reparto de los saqueos de las potencias
occidentales; pues el capitalismo alemán, con los nazis sus
sicarios, que no participaba en el expolio de otros pueblos con la
misma intensidad que Francia, Inglaterra, Holanda y EEUU, quería
machacar a estos países para tratar de ser él número uno en
saquear o saquear en grandes cantidades; mientras que para otros lo
injusto son las consecuencias nefastas que deja el colonialismo, que
suelen ser apreciaciones que no están en los gobiernos del mundo,
sino sólo entre quienes deseamos una convivencia más justa y
pacífica.
Las
metrópolis en sus colonias se apoyaban en los más poderosos y
gentuza local afianzándolos en el poder secundario, para que los
colonialistas asentaran mejor su poder de explotación y saqueo,
acompañados de sus armas asesinas siempre con ganas de causar
masacres. Las masacres de Hitler y de Mussolini fueron aprendidas por
estos de los sistemas coloniales. Esta página de internet lo explica
bien: El imperio británico mató a 165 millones de indios en 40
años: cómo el colonialismo inspiró el fascismo | afriKando. Hitler
y Mussolini pierden y pasan a ser los malos, los de Churchill ganan y
pasan a ser los buenos, cuando todos esos son una banda de asesinos
saqueadores.
Ya
con las colonias liberadas y formando países independientes, sin que
sus habitantes se beneficiaran, las materias primas siguen pasando al
capitalismo de las antiguas metrópolis, ayudado por los poderes
locales de la peor gentuza de esos países ya liberados, vendida al
capitalismo, entre los que se encuentras los curas y demás chamanes
religiosos con los fascistas, se llamen como se llamen, sus sicarios.
Otro
tema es que las antiguas metrópolis siguen actuando en sus antiguas
colonias con otros medios como la imposición de los precios en los
mercados, el neoliberalismo neocón, el Fondo Monetario Internacional
imponiendo políticas que siempre perjudican a los pobres, como
meterlos en deudas impagables.
Con
todo esto me baso para afirmar que la represión de la homosexualidad
y las leyes consecuentes para tal fin, que aún actúan en muchos
países, fueron de la creación colonialista; como ya he dicho al
principio, a quien no le interesaba que sus explotados sean
industrializados y culturizados, pues sólo interesaban sus materias
primas y que sus habitantes permanecieran cuanto más divididos
mejor. Una buena división es la de entre homosexuales y
heterosexuales, otra la de hombre y mujer, negro y blanco, musulmán
y cristiano, nacional o no… y claro, claro, cómo no, como rico y
pobre.
Con
una sociedad dividida es más fácil que el colonialismo desarrolle
sus intereses, como también los desarrollen los más poderosos, en
la etapa postcolonial donde manda el capitalismo de EEUU. Así nos
encontramos con que bien le viene al capitalismo, en pro de sus
intereses, el desarraigo cultural acompañado de la religión, el
establecimiento de modelos productivos que rompen los sistemas
locales y las agrupaciones de distintos pueblos en zonas capitalistas
que nada tenían que ver unos con otros generándose problemas. El
capitalismo es racista, xenofóbico y homofóbico con ese objetivo de
afianzar sus intereses sobre una mayoría explotada.
Fuera
ya los coloniales de sus posesiones, les quedan a estas nuevas
naciones los problemas generados por el capitalismo despiadado. Así
hubo muchas guerras por las mezclas artificiales de zonas. La Guerra
de Biafra, el conflicto por el Sahara Occidental que Marruecos ocupó
y que nunca fue suyo, las guerras en Namibia, Angola, Mozanbique, el
Congo…
África
ha sido donde más problemas han dejado las metrópolis coloniales. Y
en el caso de la homosexualidad las leyes contra está son de base
colonial como en otros lugares del Planeta. Tenemos ahora el ejemplo
actual que pervive muy lamentable en Uganda, con una mayoría
religiosa de cristianos compuesta por la facción católica y la
protestante. Allí acuden los curas, hechiceros, pastores
protestantes para denigrar a los homosexuales, basándose en los
prejuicios de la cultura local, que nunca llegaba generalmente al
castigo. Ahora quieren hasta la pena de muerte contra los que tienen
una orientación sexual minoritaria: la homosexual. Explotar los
perjuicios es lo que lleva a cabo esta gentuza de imponer sus
religiones apestosas y embrutecedoras.
Oí
un vídeo de un pastor protestante diciendo que los homosexuales se
comían la caca unos a otros en sus prácticas sexuales.
Verdaderamente repugnante. “Religiones sordes sunt”, las
religiones son basura. “Sacerdos homi lupus”, el sacerdote es
lobo para el hombre. He trastocado la locución latina de “homo
homini lupus”, el hombre es lobo para el hombre. Que está
equivocada, pues no todos los hombres quieren dañar a los demás.
Los curas sí.
África
es un continente donde la caza al homosexual está bastante
extendida. David Kato, un activista en pro de los derechos de los
homosexuales en Uganda, fue asesinado tras un reparto del trabajo
para tal fin. Los curas lo denostaban, un periódico difundió su
nombre y su imagen como las de otros homosexuales, y finalmente un
fanático anormal lo asesinó. Los curas hasta el final lo
despreciaron, y siguen atacando a las personas homosexuales, entre
cuyos ataques está la pena de muerte como posibilidad a la vista de
los hechos de que sea instaurada.
Peter
Turkson, el cardenal papable de Ghana, apoya que se incluya la pena
de muerte en el código penal ugandés contra los homosexuales; otro
cura excrementoso o escatológico andaba soltando que esas leyes de
muerte eran un regalo de Navidad. ¡Maldito bastardo y estará
pensando que nosotros estaremos con la boca abierta como animales
escatófagos para tragar su santa basura!
Las
leyes contra la homosexualidad que instauró el colonialismo primero
en sus metrópolis basadas en la más asquerosa y vomitiva de todas
las religiones, el cristianismo, aún perviven en Asia como en
Pakistán, Blangladesh, Myanmar…. y en países africanos, con
religión mayoritaria cristiana, como la citada Uganda, Ghana,
Angola, Kenia… y aún se nota el poso colonial en países pequeños,
de poca relevancia a nivel mundial, para que se capte la
interactuación de la presión mundial cristiana en las excolonias;
donde las leyes contra la homosexualidad no han sido abolidas, como
en el Caribe, como en Antigua y Barbuda, Belice, Trinidad y Tobago,
Dominica, Jamaica, Barbados… y desplazándonos al Pacífico,
tenemos a Tuvalo, Samoa, Kiribati... países con las mismas
características que los anteriores; donde el mal aliento envenenado
del cristianismo aún rezuma, castigando con leyes a los
homosexuales. La basura expelida por la religión aún está
almacenada en más de un basurero de la humanidad.
La
basura ensotanada sigue trabajando a favor de las leyes opresivas
contra los homosexuales, que llevan consigo, además de la represión,
entorpecer la lucha contra el sida. En África hay veintiún millones
de infectados. Y los mal nacidos anormales de los curas andan
montando campañas contra el uso del condón. En países de escasa
cultura sueltan criminalmente que los condones no son efectivos. Las
sotanas, envoltorios de basura humana, deben desaparecer de la vida
ciudadana y que se vayan a legislar a alguna Isla desierta de la
Polinesia, a los peces, que también son criaturas del Señor; y que
no se quejen pues ellos siempre han hecho uso de la hoguera y la
tortura cuando han detentado el poder suficiente para el saqueo,
usando el asesinato cuando fuera necesario. Los ateos no queremos
matarlos, al contrario de los curas que siempre que han podido han
asesinado a los que no tragan con sus patrañas, sólo nos gustaría
que se murieran de asco socialmente ellos solitos entre la
indiferencia de la gente.
La
libertad sexual es un derecho humano reconocido por la ONU. Hubo
sesenta y seis países que votaron en este organismo contra las leyes
de otros países que castigan la homosexualidad, el Vaticano, eso que
llaman país siendo una banda de gánsteres, como las bandas
capitalistas, montadas por los más ricos, de EEUU, Francia, Reino
Unido, España etc, se negó a votar en contra de la represión de la
homosexualidad, a pesar de que algunos países contemplan la pena de
muerte para las personas homosexuales. El Vaticano ¡valiente basura!
está por destruir a estas personas que ellos llaman el prójimo pero
que a la vez son homosexuales. ¡Valiente basura! Nunca mejor dicho.