Nos han rematado 12 veces (incluyendo la tanda de penaltis) y
nos han hecho 11 goles (uno de ellos, anulado por el árbitro en el partido
contra Irán). Son cifras para habernos ido a casa incluso antes.
Hace muchos
años, la madre de un rey le decía a su hijo después de una profunda derrota:
“Llora, llora como mujer
lo que no supiste defender como hombre”
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