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domingo, 10 de agosto de 2025

 



Carta abierta a Dana Erlich, nueva embajadora de Israel en España: no es bienvenida

Estimada Dana Erlich,

Usted se presenta con emoción como nueva jefa de misión diplomática del Estado de Israel en España. Y permítame que le digamos, con toda la claridad posible, que llega a un país donde cada vez más voces consideran que su Estado no merece embajada, sino un tribunal. Porque lo que usted representa no es la amistad ni el conocimiento mutuo. Lo que usted representa es un régimen que lleva casi dos años perpetrando un genocidio televisado en Gaza, que ha asesinado a decenas de miles de palestinos y palestinas, entre ellas miles de niños y niñas.

Habla usted de nexos que nos unen. ¿Cuáles? ¿El comercio de armas entre España e Israel que sigue sin cortarse? ¿La impunidad diplomática que protege a un gobierno que bombardea hospitales, escuelas y campos de refugiados? ¿La complicidad silenciosa con los crímenes que su Estado perpetra cada día en los territorios ocupados? Porque si esos son los nexos, su misión aquí será recibida con la misma dignidad que merece un emisario del crimen: con denuncia, boicot y rechazo.

Llega usted a un país donde miles de personas han salido a la calle a gritar 'Free Palestine', donde municipios han declarado personas non gratas a representantes de su Estado, donde el tejido social exige romper relaciones diplomáticas con quienes utilizan la diplomacia como escudo para el asesinato. Llega usted a un país donde su presencia será señalada, no celebrada.

Y si cree que la bandera que posa tras usted otorga legitimidad, le recordamos que hay banderas manchadas de sangre que no tapan el horror. El símbolo que lleva usted al pecho, el lazo amarillo, no es neutral: es parte de una campaña de propaganda diseñada para fingir humanidad mientras su gobierno bloquea alimentos, agua y medicinas a la población palestina.

Se presenta con ilusión, señora Erlich, pero lo que le espera aquí no es hospitalidad. Es memoria. Memoria de los bombardeos, de las mutilaciones, de los huérfanos. Y una promesa: no permitiremos que su presencia blanquee ni un solo crimen más. Su “desafío diplomático” será enfrentarse a la dignidad de un pueblo que no callará.

No nos une nada. Y hasta que Israel no sea juzgado por sus crímenes, usted y su embajada no serán bienvenidos.

Con desprecio,

Javier F. Ferrero

Spanish Revolution


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