Buscar este blog

martes, 19 de agosto de 2025

 



LA IGLESIA FRANCESA VUELVE A PISOTEAR A LAS VÍCTIMAS

El obispo de Toulouse, Guy de Kerimel, ha nombrado canciller de su diócesis a Dominique Spina, un sacerdote condenado a cuatro años de cárcel por violar a un adolescente de 16 años. No hablamos de una acusación, sino de una condena firme por un delito que destrozó la vida de un menor.

La Conferencia Episcopal francesa —esa misma que lleva años pidiendo perdón entre lágrimas— ha tenido que pedir públicamente que se retire el nombramiento, admitiendo que “reabre heridas, despierta sospechas y desconcierta al pueblo de Dios”. Si hasta sus propios colegas lo ven intolerable, es porque el escándalo es mayúsculo.

Pero el obispo no se retracta. No solo mantiene a Spina como canciller, también lo pone al frente de la pastoral matrimonial, un cargo que implica trato directo con familias y jóvenes. Y lo justifica con una palabra que la Iglesia ha convertido en coartada para sus cómplices: “misericordia”.

Este caso no es un error aislado, es el patrón histórico: proteger al agresor, recolocarlo, lavarle la imagen y silenciar el daño real. Mientras tanto, las víctimas son obligadas a revivir el trauma viendo cómo su abusador es premiado y exhibido como ejemplo de “redención”.

Cada vez que la jerarquía católica habla de “camino de verdad” y “trabajo de conversión” demuestra que ese camino no va hacia las víctimas, sino hacia la absolución pública de sus propios depredadores. Es la misma institución que juró haber aprendido de los miles de casos de pederastia y que hoy demuestra que no ha aprendido nada.

📲 Síguenos en Telegram para no perderte nada: https://t.me/SpanishRevolution

🤝 Apóyanos aquí: https://donorbox.org/aliadas


No hay comentarios:

Publicar un comentario