El caso Ayuso contra el fiscal general se hunde: sin pruebas y con mala fe
Te
lo cuento
La declaración del Abogado del Estado ha volado por los aires el relato construido desde el entorno de Ayuso. Donde la pareja de la presidenta madrileña hablaba de complots, filtraciones y “tramas”, la justicia ha encontrado otra cosa: mala fe, omisiones y cero pruebas.
Y lo más incómodo: un correo que salió del propio círculo del comisionista antes de llegar a ninguna institución.
SIN
PRUEBAS, SIN INDICIOS, SIN RELATO
El Abogado del Estado José Ignacio Ocio fue contundente: “No hay absolutamente ninguna prueba.”
No hay rastro que conecte al fiscal general con la filtración del correo sobre el fraude fiscal del comisionista.
Ni órdenes.
Ni indicios.
Ni huellas.
Nada.
Y mientras tanto, la querella del entorno de Ayuso ocultaba datos esenciales: los contactos con periodistas, el envío de correos desde el propio abogado del comisionista y hasta la intervención de Miguel Ángel Rodríguez reenviando información a decenas de redactores.
No se trataba de un secreto violado. El secreto lo rompieron ellos.
EL
CORREO QUE YA CIRCULABA ENTRE PERIODISTAS
Para cuando el correo llegó al fiscal general en la noche del 13 de marzo de 2024, su contenido ya estaba en manos de periodistas.
Y no por arte de magia:
– González Amador había contactado con medios.
– Su abogado movió el correo.
– Y Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Ayuso, lo reenvió masivamente.
Aun así, acusaron al fiscal general.
Un relato construido al revés.
EL
REGISTRO DE LA UCO: ILEGAL
La Abogacía del Estado fue clarísima: el registro efectuado por la UCO en los despachos del fiscal general no fue legal.
No se cumplió el cribado por palabras ordenado por el juez.
La prueba clave del caso… anulada.
Sin prueba central y con una querella plagada de omisiones, el edificio se derrumba.
Y derrumba con él la narrativa del ayusismo sobre “filtraciones desde arriba”.
400
ACCESOS A LA CAUSA Y UN RELATO IMPOSIBLE
Se sabe gracias a Abogacía y Fiscalía: más de 400 personas tuvieron acceso a la causa en sus distintas etapas.
La idea de una conspiración desde un despacho concreto es sencillamente imposible.
Pero políticamente útil.
Y ese fue el motor real de este proceso.
LA
ESTRATEGIA POLÍTICA: SEÑALAR PARA TAPAR
Ocio apuntó directamente a Ayuso y a Miguel Ángel Rodríguez: pusieron en marcha una campaña de cuestionamiento institucional contra la Fiscalía y Hacienda tras la investigación por fraude fiscal.
Señalaron a fiscales concretos.
Hablaron de “tramas”.
Fabricaron versiones lesivas.
Convirtieron un caso privado en arma política.
Pero esta vez, la maniobra ha dejado huella.
Y la huella apunta en otra dirección.
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