La familia Aznar, un árbol crecido a la sombra del franquismo: del amigo de Primo de Rivera al Goebbels de la Falange
El expresidente presume del trabajo de sus antepasados durante la dictadura y lucha por que todo siga atado y bien atado
Jorge Castaño
28-11-25
ElPlural
El expresidente del Gobierno José María Aznar ha sacado pecho por el pasado franquista que atraviesan los cimientos de su familia y, lejos de retratar las sombras del régimen dictatorial, ha alegado que “no va a condenar algo en lo que mi padre participó”. Lo ha hecho en unas semanas de considerable exposición mediática debido a la promoción de su nueva publicación, recién superado el 20-N, y ha aprovechado para defender el retorno a los principios de Primo de Rivera que sus antepasados abanderaban de forma efervescente. La naturaleza de sus familiares radica en el peor de los pasados de nuestra memoria, sobre todo, la rama paterna.
El padre: imitador de Goebbels
El padre del exdirigente, Manuel Aznar Acedo, bautizado entonces como Imanol Aznar Gómez-Acedo, se afiló al partido fascista Falange y participó en la guerra civil como oficial del Ejército sublevado, siendo jefe de la Falange encargado de tareas propagandísticas y de radiodifusión. Después del conflicto armado fundó los periódicos “Hoja Oficial de Alicante” y el diario “Avance”. Aunque se licenció en derecho, estuvo al frente de la programación de la Cadena Ser durante dos décadas tras la sublevación, dirigió Radio Nacional de España desde 1962 hasta 1965, fue director adjunto de Radiodifusión en el ministerio de Información y Turismo desde 1964 hasta 1967.
Agrandando su dominio, en 1967 se convirtió en el primer director de la Escuela Oficial de Radiodifusión y Televisión, dependiente de aquel Ministerio de propaganda que encabezaba Manuel Fraga, otro conocido de la familia. Fraga y Aznar, los dos emuladores en España del nazi Joseph Goebbels. En 1975, por todos sus servicios al régimen, recibió la Orden del Mérito Civil instaurada por Primo de Rivera. Con la llegada de la Transición, como todos los franquistas que participaron del régimen criminal, fuer amnistiado.
El abuelo: diplomático arrodillado ante Franco
El abuelo del expresidente del Partido Popular y padre del imitador de Goebbels, Manuel Aznar Zubigaray, también tuvo una íntima relación con el franquismo, en cuyo régimen ocupó altos cargos diplomáticos. Dirigió varios de los periódicos más importantes de la época, como lo fueron El Sol y La Vanguardia española, este último durante la dictadura, fundó la agencia EFE y presidió la Asociación de la Prensa de Madrid, marcando un camino que posteriormente seguiría su hijo Imanol -autorebautizado como Manuel-.
En otros planos, fue representante permanente de España ante la ONU, embajador en la República Dominicana, Marruecos y Argentina, ministro plenipotenciario ante los Estados Unidos y consejero del Banco Urquijo. Aznar Zubigaray se afilió al Partido Nacionalista Vasco en 1916 y fue acusado de representar a las tendencias radicales dentro del mismo. Tras su marcha a Cuba, volvió a España y formó parte del Partido Republicano Conservador de Miguel Maura y, posteriormente, del Partido del Centro Democrático.
Tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936, se desplazó a Burgos para ponerse al servicio de los sublevados. Vinculado a la derecha por su amistad con José Antonio Primo de Rivera, Aznar Zubigaray realizó una des entrevistas más arrodilladas al dictador Francisco Franco, ‘trabajo periodístico’ del que presume la propia fundación Francisco Franco.
Y el espíritu de Franco que habita en todos ellos
En definitiva, el árbol genealógico de la familia Aznar parte de las raíces más puras del franquismo. Por ello, puede comprenderse que el exmandatario haya pedido derogar la Ley de Memoria Democrática por ser “el mayor atentado contra la convivencia entre españoles”. El verdadero jefe reaccionario del Partido Popular mantiene su perfil guerracivilista y ha llamado “ignorante” a la izquierda por “querer reescribir la historia de una manera imposible”. Aznar, orgulloso de sus antepasados, ha afirmado que “el PP es el único que puede apelar a la mayoría y a la responsabilidad ciudadana”.
“Quien pueda hacer que haga”, gritó en su momento como consigna política. Y alguno de sus súbditos, con acta de diputado y mando en plaza, respondieron. Unos fervientes seguidores que siguen vanagloriándose del dibujo que la familia Aznar proyecta sobre el mayor conflicto de la historia reciente de nuestro país. Aquella vinculación directa con el sistema asesino, golpista y opresor marca la idiosincrasia de una familia política que marca la hoja de ruta de Génova 13 en según qué aspectos políticos y retóricos.
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